MOMENTO PRESENTE MOMENTO MARAVILLOSO
MOMENTO PRESENTE MOMENTO MARAVILLOSO Versos para no olvidarse de vivir
Thich Nhat Hanh Ilustraciones de Mayumi Oda Traducci贸n: Carmelina Bonal Correcci贸n: Jos茅 Ali谩s
Ediciones Dharma
Título original: “Present Moment, Wonderful Moment” © 1990 by Unified Buddhist Church, Inc. © de las ilustraciones Mayumi Oda © Diseño de la portada: Marc Alongina Imagen de Thich Nhat Hanh en la contraportada de www.thichnhathanhsanghas.org © Ediciones Dharma, 2014 Elias Abad, 3 bajos 03660 Novelda (Alicante) www.edicionesdharma.com ISBN: 978-84-96478-86-2 Depósito Legal: A-965-1993 Impreso en España. Printed in Spain Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción total ni parcial de este libro, ni la recopilación en un sistema informático, ni la transmisión por medios electrónicos, mecánicos, por fotocopias, por registro o por otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor o el propietario del Copyright.
ÍNDICE
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Versos para empezar el día 13
1. Al despertar 15 2. Al dar el primer paso 16 3. Al abrir la ventana 17 4. Al mirarme en el espejo 19 5. Al usar el baño 20 6. Al abrir el grifo del agua 21 7. Al lavarme las manos 23 8. Al cepillarme los dientes 24 9. Al bañarme 26 10. Al mirarme las manos 27 11. Al lavarme los pies 28 12. Al vestirme 30
Versos para la meditación 31 13. Al invitar la campana 33 14. Al oír la campana 34 15. Al entrar en la sala de meditación 35 16. Al sentarme 36 17. Al encender una vela 37 18. Al ofrecer incienso 40 19. Al alabar a Buda 41
20. Buscando una posición estable al sentarme 42 21. Al ajustar la postura para meditar 44 22. Antes de la lectura de un Sutra 46 23. Tras la lectura de un Sutra 47 24. Al seguir la respiración 48 25. Meditación al abrazar 52 26. Al saludar a alguien 53 27. Al limpiar la sala de meditación 55 28. Al barrer 57 29. Al limpiar el cuarto de baño 58
Versos para comer con atención 59 30. Al mirar tu plato vacío 64 31. Al servir la comida 65 32. Al contemplar la comida 65 33. Al empezar a comer 66 34. Al acabar de comer 67 35. Al lavar los platos 68 36. Al beber té 69
Versos para otras actividades del día 71 37. Meditar caminando 73 38. Al cuidar el jardín 74 39. Al plantar árboles u otras plantas 75 40. Al regar el jardín 77 41. Al cortar una flor 79 42. Al cuidar las flores 80 43. Al lavar las verduras 81 44. Al tirar la basura 82 45. Al sonreír a nuestro enfado 83 46. Al hablar por teléfono 85 47. Al poner la televisión 88 48. Al conducir el auto 90 49. Al encender la luz 92
INTRODUCCIÓN Cuando en 1942 entré como monje novicio en el monasterio de Tu Hieu, recibí un ejemplar del libro “Gathas for Everyday Use”, compilado por el maestro de meditación chino Du Ti. Gathas son versos breves que podemos recitar durante el día para ayudarnos a ser conscientes. El libro de Du Ti de cincuenta gathas fue escrito para los monjes y monjas de hace muchos años. En Plum Village, donde vivo en Francia, practicamos gathas cuando nos levantamos, cuando entramos en la sala de meditación, durante las comidas y cuando lavamos los platos. En realidad, recitamos gathas en silencio durante todo el día para ayudarnos a permanecer en el momento presente. En el verano de 1982 y para ayudar a practicar el ser conscientes a los niños y adultos de Plum Village, empezamos a coleccionar gathas que fueran relevantes para la vida actual. El resultado es este manual de versos de práctica. A menudo, estamos tan ocupados que nos olvidamos de lo que estamos haciendo e incluso de quien somos. Conozco a alguien que incluso dice que se olvida de respirar. Nos olvidamos de mirar a quienes amamos y apre-
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ciamos hasta que es demasiado tarde. Incluso cuando tenemos tiempo libre, no sabemos cómo ponernos en contacto con lo que sucede dentro y fuera de nosotros. Así pues, ponemos la televisión o tomamos el teléfono como si pudiéramos escaparnos de nosotros mismos. Meditar es ser consciente de lo que está pasando –en nuestros cuerpos, en nuestros sentimientos, en nuestras mentes y en el mundo–. Cuando nos situamos en el momento presente podemos ver belleza y maravillas frente a nuestros ojos: un recién nacido, la salida del sol. Podemos ser muy felices solo con ser conscientes de lo que está delante de nosotros. Algo que nos puede ayudar a permanecer en el presente momento es practicar la recitación de los gathas o versos para ser conscientes. Cuando enfocamos nuestra mente en un gatha, nos volvemos hacia nosotros y somos más conscientes de cada acción que realizamos. Cuando el gatha termina, continuamos con nuestra actividad con un estado de consciencia más elevado. Cuando conducimos un auto, las señalizaciones nos pueden ayudar a encontrar el camino. La señalización y la carretera se vuelven una, y continuamos viéndola hasta encontrar la siguiente señal. Cuando practicamos con gathas, los gathas y nuestras vidas se unifican y vivimos nuestras vidas enteras con plena consciencia. Esto nos ayuda muchísimo y asimismo también ayuda a todos. Descubrimos que tenemos más paz, tranquilidad y alegría para compartir con los demás. Como ejercicios, tanto en meditación como en poesía, los gathas forman parte de la tradición zen. Cuando memorizas un gatha, te vendrá a la mente con bastante
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naturalidad, por ejemplo cuando abras el grifo del agua o bebas una taza de té. Pero no es necesario aprenderse todos los gathas a la vez. Puedes empezar con uno o dos y aprender otros poco a poco. En algún tiempo descubrirás que los has aprendido todos e incluso estás creando los tuyos propios. Componer nuevos versos es una manera de enriquecer la tradición. Cuando compuse los gathas para usar el teléfono y conducir el auto, lo hice dentro de la tradición que heredé de mis maestros. Muchos de estos gathas son traducciones del vietnamita. Si crees que puedes mejorar una palabra o una frase, por favor envía tu recomendación al autor. Con la ayuda del editor cada nueva edición de este libro será más fresca y más relevante para nuestras vidas actuales. Si compones un nuevo verso, envíanoslo junto con un comentario, como los que aparecen en este libro. Espero que en esta colección de gathas encuentres a un compañero seguro y grato. Thich Nhat Hanh
Versos para empezar el dĂa
1. Al despertar Esta mañana, al despertar, sonrío. Ante mí, veinticuatro horas radiantes. Me comprometo a vivir cada momento plenmente y contemplar a todos los seres vivientes con los ojos de la compasión. Si realmente sabes cómo vivir, ¿qué mejor modo de comenzar el día que con una sonrisa? Tu sonrisa reafirma tu voluntad y determinación a vivir en paz y alegría. ¿Cuántos días durmiendo en el olvido? ¿Qué estás haciendo con tu vida? Mira con atención y sonríe. La fuente de una sonrisa sincera es una mente despierta. ¿Cómo puedes acordarte de sonreír cuando te despiertas? Debes conseguir algo que te lo recuerde, por ejemplo la rama de un árbol, una hoja, una pintura, o algunas palabras que te inspiren, colgarlo en la ventana o en el techo, encima de tu cama, para que cuando te despiertes sea lo primero que veas y te acuerdes de sonreír. Una vez desarrolles la práctica de sonreír ya no necesitarás ningún recordatorio. Sonreirás tan pronto
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como oigas cantar a un pájaro o veas los rayos del sol a través de tu ventana. Sonreír te ayudará a abordar el día con amabilidad y conocimiento. La última línea de este gatha proviene de la “Puerta Universal”, un capítulo del “Sutra del Loto”. Aquél que mira a todos los seres vivientes con ojos compasivos es Avalokitesvara, el bodhisattva de la compasión. En este sutra podemos leer: “Los ojos de la amabilidad miran a todos los seres vivos. Sin la comprensión, el amor es imposible”. Para poder llegar a comprender a los otros, primero debemos conocerlos, “estar en su piel”. Entonces podremos tratarlos con benevolencia. La fuente del amor es nuestra mente plenamente despierta.
2. Al dar el primer paso del día Caminar sobre la tierra es un milagro. Cada paso consciente nos revela el maravilloso Dharmakaya. Podemos recitar este poema al mismo tiempo que nos levantamos y nuestros pies tocan el suelo. Y también mientras caminamos, cuando nos levantamos o nos sentamos, meditando o en cualquier momento. ¡Caminar sobre la tierra es un milagro! Para vivir un milagro no tenemos que caminar por el espacio o sobre el agua. El verdadero milagro es estar despierto en este momento;
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ahora. Cuando caminamos sobre la tierra verde nos damos cuenta de lo sorprendente que es estar vivo. Si caminamos así, brillará el sol del Dharmakaya.
3. Al abrir la ventana Al abrir la ventana nos asomamos al Dharmakaya ¡Qué maravillosa es la vida! Atenta a cada momento, mi mente es clara como un río en calma. Probablemente, después de levantarte, abrirás la ventana y mirarás al exterior. Puede que incluso te guste abrir la ventana y sentir el frescor de la mañana y el rocío en el césped. Pero ¿de verdad lo que ves es “lo de afuera”? En realidad es nuestra propia mente. Según el sol envía sus rayos a través de la ventana, tú ya no eres el mismo. Eres también la maravillosa vista desde la ventana. Eres Dharmakaya. Literalmente Dharmakaya significa el cuerpo (kaya) de las enseñanzas (Dharma) del Buda, la manera de comprender y amar. Antes de morir el Buda les dijo a sus discípulos: “solo mi cuerpo físico perecerá, mi cuerpo de Dharma permanecerá con vosotros para siempre”. En el budismo mahayana esta palabra ha llegado a significar “la esencia de todo lo que existe”. Todos los fenómenos, como el canto de un pájaro, los tibios rayos del sol, una taza de té caliente, etc., son manifestaciones
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del Dharmakaya. Nosotros también somos de la misma naturaleza que esas maravillas del Universo. Cuando abrimos la ventana y buscamos en el Dharmakaya, podemos ver que la vida es infinitamente maravillosa y, en ese momento, debemos decidir estar despiertos a lo largo del día entero dando vida a la alegría, la paz, la libertad y la armonía en nuestras vidas. Cuando lo hacemos así, nuestra mente se vuelve clara como un río en calma.
4. Al mirarme en el espejo Ser consciente es un espejo que refleja los cuatro elementos. La belleza es un corazón que genera amor y una mente que está abierta. Los momentos del día en que nos miramos al espejo pueden llegar a ser momentos de profunda consciencia. El espejo puede servir como herramienta para cultivar una mente consciente y así poder desarrollar una amplia capacidad para amar y comprender a los demás. Cualquiera que sea consciente en cada instante de su vida desarrollará belleza y emanará paz, alegría y felicidad. Una sonrisa serena y un corazón abierto al amor son renovadores, y permiten que los milagros tengan lugar. La sonrisa del Buda es hermosa porque expresa tolerancia, compasión y amabilidad.