Bistró - XIV

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REVISTA DE POESÍA

EDICIONES O

BISTRÓ

XIV

[FERNANDO CARRERA . RAMÓN RANGEL . ÁLVARO CHANONA YZA . SOFÍA GONZÁLEZ . OVETH HERNÁNDEZ SÁNCHEZ . ENRIQUE CARLOS]

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Bistró. Revista bimestral de poesía. No. 14, Oct-Nov 2017. Es un proyecto editado en Mérida, Yucatán, México. Director: Daniel Medina / Edición: Ediciones O / Consejo editorial: Mary Carrillo, Daniel Sibaja, Fernando Salgado / Artes Visuales: Mariana Pacho de la Vega

CONTENIDO

Entrevista y poemas del libro Fuego a voluntad de Fernando Carrera // p.4 Poesía Ramón Rangel // p.12 Álvaro Chanona Yza // p.16 Sofía González // p.19 Cuento Oveth Hernández Sánchez // p.20 Reseña Diez anotaciones sobre Bóveda de Dios Enrique Carlos // p.26 Obra visual Cortezas contemplativas Simo Fuster // p.29

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PRESENTACIÓN Como cada dos meses, queridos amigos, les traemos un nuevo número de Bistró bajo la misma apuesta editorial: la brevedad y la unión de la experiencia con las nuevas voces. Estamos muy cerca de cumplir tres años como proyecto de divulgación literaria; nuevas personas se van agregando tanto al equipo de trabajo como a la excelente familia de colaboradores que número con número nos brindan el lujo de su compañía. En este número, podrán encontrar una entrevista realizada a Fernando Carrera, poeta jalisciense que recientemente obtuvo el Premio de Poesía de los Juegos Florales de Toluca por su libro Fuego a voluntad. Del mismo modo, dos poemas inéditos pertenecientes al mencionado libro. Por otro lado, podrán leer a tres poetas más: Ramón Rangel, Álvaro Chanona Yza y Sofía González. El primero, Ramón, es un joven poeta chihuahense; el segundo de ellos, Álvaro Chanona, es un poeta yucateco con amplia trayectoria y un par de libros publicados. Finalmente Sofía González, una poeta joven, pero de verdad joven yucateca que vale la pena leer detenidamente pues es una voz en formación que confirma la presencia de lo que hemos venido a llamar “generación de los 90”.

Y, reiterando que de poesía no vivimos totalmente, tenemos, como en cada número, una obra cuentística perteneicente en este caso a Oveth Hernández Sánchez; cuento que resulta peculiar por su apuesta siendo un claro ejemplo de la prosa híbrida que dialoga con otros géneros, en este caso: el ensayo. Finalmente y tratando de aportar nuestro granito de arena al área de la crítica y la difusión de publicaciones, una reseña del libro Bóveda de Dios, de Jonathan Berumen, escrita por Enrique Carlos. Después de mucho tiempo de no hacerlo, incluimos un muestrario de la obra visual de Simo Fuster, joven artista que nos presenta su serie de grabados Cortezas contemplativas.

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Fernando Carrera E

Entrevista a Fernando Carrera

1983, Guadalajara, México. Es autor de los libros de poesía “Expresión de fuego” (Mantis Editores-Sec. de Cultura de Jalisco, 2007), “Donde el tacto” (ICAConaculta, 2011; “Là où le toucher/ Donde el tacto” “La escritura poética es lo mismo segunda edición bilingüe, Mantis Editores-Écrits des en estos tiempos como era en los Forges-Sec. de Cultura de Jalisco, 2015) y “Fuego a voluntad” (de próxima publicación). Recibió el Premio corredores de Ur hace nueve mil Horacio Zúñiga de los Juegos Florales Nals. de Toluca años, solo que en el presente es 2017, y el Premio Nal. de Literatura joven Salvador esencialmente y evidentemente Gallardo Dávalos 2010. Recibió menciones honoríficas en el Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén marginal, y su solo ejercicio e 2009 y en el Premio Nal. de Poesía Efraín Huerta 2006. ímpetu la vuelve un acto de Becario del Programa de estímulo a la creación y al rebeldía y traición contra los desarrollo artístico, del Conaculta y la Sec. de Cultura de Jalisco en 2008-2009 y en 2010-2011. Publicado en intereses primordiales de la diversas antologías y en medios impresos y electrónicos generalidad de esta época: el a nivel nacional e internacional, tales como: Revista CON CIERTA AUTENTICIDAD mercado y el entretenimiento, y Crítica, Revista de la Universidad de México, Y LO EXTRAORDINARIO Confabulario-Suplemento del Periódico El Universal, todo lo que ambas implican” Periódico de poesía de la UNAM, Revista Armas y UEVO DE AVESTRUZ, DE MIGUEL ÁNGEL ORTIZ Letras, Revista Tierra Adentro, Revista Punto de partida, Revista Luvina, Suplemento La Jornada semanal, La Siega-Revista cultural de la Universitat de Barcelona, Portal Letras s5.com de Chile, Panorama Cultural de Suecia, entre otros. Libros y poemas de su autoría han sido traducidos al francés, inglés, turco, griego, esloveno y albanés.

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VAHO En la sierra, los caballos r Q

4 Fotografía de Miguel Ángel Avilés


Las preguntas autobiográficas que exigen el pasado de un poeta suelen no ser suficientes. Siguiendo esto, busquemos más: ¿de dónde viene Fernando Carrera, qué lecturas significan el inicio, qué situaciones? Y ¿qué hay del futuro, a dónde vas? Pregunta difícil de responder, pues su primera parte apela a la ficción de la memoria y la segunda parte a la ignorancia del futuro y lo que en él suceda. Vengo de un extraño momento de necesidad expresiva coincidente con la mudanza, a mis 16 años, de la Ciudad de México a Guadalajara (donde nací), y con la pérdida de la adolescente que fue la primera mujer que amé. Ese encuentro de momentos y haber visto el filme “Good Will Hunting” (Gus Van Sant, 1998), desató en mí la necesidad voraz de leer de todo: primeras y afortunadas lecturas tomadas del librero de mi papá, quien siempre fue un buen lector. Supongo que dada esta circunstancia, el que mi papá fuera compositor de canciones y una cierta inutilidad para el dibujo u otras maualidades, me llevaron de manera natural a buscar expresarme a través de la palabra escrita. ¿Por qué la escritura poética? Me parece que, simplemente, la naturaleza de mi pensamiento intuyó en ella una vía más cómoda y propicia que en las posibilidades de otros géneros de la literatura, y por la cercanía innata (venida de mi familia paterna, una de músicos) con el ritmo y la música. 5


¿Qué tanto hay del cine y la música –dos de tus grandes intereses– en tu poesía?, ¿qué tanto debes a estas manifestaciones?

tacto, titulas un poema “El niño descubre el fuego” y, ahora, se nos revela tu siguiente libro: “Fuego a voluntad”. Siguiendo a Bachelard: “El fuego es un fenómeno privilegiado que puede explicarlo todo”, ¿qué es el Fuego de Fernando Carrera, qué simboliza?

Mucho. Ambas manifestaciones del arte son para mí narcóticos que como casi nada me echan a andar la necesidad de escribir y vivir bien; vivir bien y escribir, binomio indisoluble. Vivir con autenticidad y sentido de riesgo, mas también sentido de conservación y repetición. Si la melopea, una de las partes en la triple esencia de la poesía, es música, imagina los textos de alguien que intenta escribir poemas y su oído está muy lejos de la intuición rítmicomusical (podrido pan nuestro de cada dia). Por ortro lado, el cine es el arte combinada que lleva al lenguaje visual la triple esencia del poema (a la melopea añadimos la fanopea — imagen— y la logopea —idea y conocimiento—) como solo los sueños hacen, mas un filme es un sueño que podemos ver en la conciencia y vigilia. Cineastas como Andréi Tarkovsky o Terrence Malick demostraron que es posible llevar el lenguaje de la poesía al lenguaje fílmico, y todas las posibilidades que esto implica.

Agradezco tu pregunta lúcida y sensible que deja ver tu atenta lectura de mi trabajo y los sutiles elementos que conectan libros tan distintos. En este caso, el elemento fuego. Siempre he desconfiado y renegado de los poetas que tienen la desfachatez y vulgaridad de explicar sus poemas o lo que quieren decir sus imágenes y elementos. En este sentido, y con la siempre esperanza del posible lector desconocido, no explicaré el sentido o multiplicidad de sentido del fuego y su uso en mis libros; lo que sí puedo decir aquí, es que en los tres libros es un elemento fundamental que provee de cierta temperatura emotiva y atmosférica a los textos: un elemento que es un eje metafórico sustancial aunque distinto en cada libro. Si tuvieras que describir tu poética y señalar tres elementos fundamentales en ella, tres máximas, ¿cuáles serían?

Tu primer libro se titula Expresión de fuego y en él dices “fuego, llama del espíritu”; en tu siguiente libro, Donde el

Más que referirme a una “arte poética”, abordaré la respuesta a esta pregunta en el sentido más llano y 6


preciso de lo que significa poética desde la perspectiva de la retórica: una manera de mentar. En este sentido, más que en el otro más simbólico y cuasimetafísico, diré tres ideas que suelo tener presentes en el proceso de composición:

¿qué es la escritura poética en estos tiempos tan extraños? Poeta es quien logra percibir, a partir de los sentidos, el intelecto y la intuición, la experiencia de lo poético, y sabe además cómo plasmar y expresar esa experiencia en un cuerpo verbal y lingüístico que llamamos poema. Al hacer esto, si lo hace bien, cumple la función de crear un material sensible y experimental con el lenguaje, que es material del pensamiento y por tanto de toda persona que viva en sociedad. Más allá de esta posible grandilocuencia, su función primordial, como cualquier otro individuo, es vivir con cierta autenticidad lo ordinario y lo extraordinario, pues esto le ayudará a crear. Qué mejor si el cumplirse como poeta le ayuda en esta medida. La escritura poética es lo mismo en estos tiempos como era en los corredores de Ur hace nueve mil años, solo que en el presente es esencialmente y evidentemente marginal, y su solo ejercicio e ímpetu la vuelve un acto de rebeldía y traición contra los intereses primordiales de la generalidad de esta época: el mercado y el entretenimiento, y todo lo que ambas implican. El poeta irlandés Brendan Kenelly dijo que “el mejor modo de servir a una época es traicionarla”, en

-Lee mucho, escribe lo posible, publica poco. -Lleva el poema a su mínima expresión posible. Si Piedra de sol o La Comedia tienen la extensión que tienen, es porque no podrían tener una línea, una palabra menos; así mismo ciertas voluptuosidades como las de Lezama Lima, están en su mínima expresión posible. Es el principio del haikú en cualquier forma o extensión, en cualquier lengua. La poesía, el poema, no pueden darse el lujo de la merma y ripio que suelen tener otras formas como la novela o el ensayo, y a veces incluso el cuento. -Desconfía de toda moda o lo que apeste a ella. Si la imitación de tus contemporáneos es triste, aún lo es más autoimitarse. No hablemos ya de qué es la poesía sino de la escritura en sí: ¿quién es el poeta, qué función cumple, por qué debemos atenderlo?, 7


este sentido la poesía y el poeta, si lo hace bien, cumplen un servicio de fondo.

otros países y como a lo largo de casi toda la historia, trabajar dignamente como cualquier otra persona. Tal vez todos los poetas perderíamos algo, pero la poesía y la literatura en general ganarían mucho más: procesos creativos sin premura ni sufriendo el vértigo de una ilusoria competitividad sobrestimulada por el ruido de las redes sociales, surgidos del silencio y la vivencia auténtica. La importancia de los premios, a nivel artístico y a nivel crítico, es y siempre será accesoria, secundaria.

Acabas de obtener el Premio de Poesía Horacio Zúñiga de los Juegos Florales Nacionales de Toluca y, anteriormente, habías recibo otro. La huella de los premios en nuestro país es innegable. ¿Hay algo más en los premios que la posibilidad de ser leído y obtener un beneficio económico?, ¿cuál es su importancia? Y lo de ser leído, que mencionas en la pregunta, por un premio, quién sabe. Me siento agradecido por haber tenido la fortuna de recibir este premio como otros estímulos que he recibido antes, y con base en esto me atrevo a decir lo siguiente, ya que no hablo desde el resentimiento. Me parece que hay un exceso de estímulos (premios y becas de toda índole) en este país, como en casi ningún otro de ninguna otra lengua sucede. Esto ha generado un doble fenómeno de vértigo, competitividad absurda y sobrepublicación (verdadero crimen contra la madera viva) que normalmente deriva en trabajos de “poesía” de muy pobre calidad, perfectamente olvidables. Creo que a la literatura de este país le vendría bien que se redujeran ampliamente los estímulos, aunque los poetas tuvieran que, como en

¿Qué podremos encontrar en Fuego a voluntad? Espero que encuentren un libro de poesía hecho con autenticidad y tiempo. De sus cualidades no me corresponde a mí decirlas, sino a los posibles lectores.

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Por árbol soy marino

Dos poemas de

ave de agua

Fuego a voluntad

en el cuerpo en que navego Por mástil pude atravesar lo húmedo : sueño de un dios que intuye nos moja Del agua la madera surge Erecto de ella el hombre nombra “verga” al gran árbol que en su fronda

(dijo “velas”)

aprehendió los vientos para entregarnos mar adentro las palabras 9


Poemas de Fernando Carrera

EL CIEGO que no es de nacimiento, el que perdió la señal de sí, no puede ver la herida que guarda, el ojo tuerto, la gangrena en la extremidad de su palabra No puede contemplar la belleza prometida en la flor de la incertidumbre, su rojo primigenio en el que beben especies de extraña, innombrable procedencia. La empatía para el cegado es un vocablo intraducible, arteria largamente obstruida en los anales del dolor: la desmemoria de su geología

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POESÍA

Ramón Rangel: Vida Voces Milagro. Álvaro Chanona Yza: Alienación Fragmento. Sofía González: Canto sola

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VIDA Hablamos de ti, vida, vida, que nada me debes y de ti, muerte, muerte que tanto temo. Me negaría a aceptar la muerte estoico, no es cobardía, lo juro, es que aún me faltan cosas que hacer aquí, contigo, por ejemplo. Me falta tocarte, mirarte y decirte -como un susurrocuánto te amo, cuánto te quiero. Me falta gritarle al ciprés que bajo sus pies no hay muertos, sino creyentes almas, baúles de recuerdos. Me falta valor para aferrarme a mis deseos, me falta, vida, más tiempo.

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Tiempo, vida. Todavía no aprendo a manejar, quiero decirle a mi papá: mira, ya puedo, ya sé. Quiero que se sienta orgulloso, e igual mamá. Vida, ¿cuánto más vas a durar? Tiempo, quiero que quepas en mi bolsillo para disponer de ti, para detener la tarde y tomar la mano de mi amor, para poner el sol sobre mis hombros y decirte al mundo: vivan, gocen. Vida, renglón a renglón te vas con el buen amigo tiempo.

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VOCES Hay voces tan ciertas como la de Dios, voces que a cada rato nos crean y nos destruyen. La certeza de la tuya —por ejemplo— voz clara que parece manantial entre mis manos. Hay también voces que combinan con el silencio; que es un desierto donde nacen rosas bajo la arena y donde el viento compone dulces cantos. Y tu voz —que es silencio y eclipse— tu voz que nace de las arenas que guardan mi silencio, mi desierto, es tan cierta como un canto primigenio de los dioses. 14

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MILAGRO Cuando te vi a los ojos no pude más. Sentí que había encontrado el mensaje que Dios le dejó a los hombres, y te amé como se ama en el mar; sabiendo que la sal forma parte del agua.

___________________________ RAMÓN RANGEL (Chihuahua, 1992) Egresado de la licenciatura en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ha publicado poemas en la revista Metamorfosis. Ganador del Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño 2015, con el poemario Mortero, editado por Tintanueva Ediciones

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ALIENACIÓN Intoxicado por la alienación del siglo que ha nacido muerto una y otra vez, pisoteo la orina caliente de los bobos la arcilla húmeda y carnal a la que Dios no pudo darle nombre ni forma, porque ya reinaba la voluntad del Sabbat tan esperado por todos los gentiles y rabinos. Muerdo también este bagazo de viejos silencios que ha demolido bondades y amores insignificantes. Ya no tengo más ternura para estos muros que encierran dentro de sí, con todas sus interrogantes las glándulas de la noche que no dejan de vociferar su dolor atávico en el umbral de mis tímpanos rotos. Acariciados por los emisarios numerosos de la muerte nadie escucha a los niños atropellados también por las roncas voces pero no fallidas de los pederastas. Como un orzuelo me duele hoy el tacto aterido y rugoso de la vida como una muela podrida en la primera infancia como este cadáver que debo cuidar aunque no sea mío hasta que por sí mismo se levante hasta que en el polvo que somos se injerte o bien desaparezca. A través de estos cansados cristales que son míos nada se ve nada se entiende…

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FRAGMENTO Aún sigo apostando por esa mirada capaz de revelar todo el remordimiento que atesora este minotauro que recorre las calles oscuras de mi vida como si fuera lo más importante o lo único que tiene… Yo sé que algún día el agua bendita manchará mis dientes y moverá mi lengua de manera correcta ya no tendrá náuseas la tristeza y mi almuerzo podrá evitar el jugo estomacal de las serpientes y los escorpiones… Que dolor siento desde el día en que nací pero sé que no es este cuerpo de vísceras perfectas el que solloza son mi alma y mi cerebro los que claman sobre la inmensa piedra de los sacrificios la inmediata amputación de estos pensamientos amargos y podridos… Esta que es la conflagración de Virgo este desprendimiento de todo lo que soy ahora en qué lugar estará de todo mi código genético?

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A veces pienso que si yo no lo hice conmigo Dios nunca debió de haberme perdonado

_________________ Álvaro Chanona Yza (Mérida, Yucatán, 1962). Asistió al Taller de Literatura Elías Nandino del Departamento de Bellas Artes de Jalisco (1979-1981) y al Taller de Poesía de la Universidad Autónoma de Baja California (19821990). Ha publicado Catarsis, La alforja de los desprendimientos, Preludios para Cáncer y El evangelio turbio de Virgo. Obtuvo la Rosa de Oro de los Juegos Florales de la ciudad de Tijuana en 1985 y los Premios Municipales de Poesía de esa ciudad en 1987 y 1988. Mención de Honor 2010 y 2012 en el Premio de Poesía José Díaz Bolio.

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CANTO SOLA La voz se me ha marchitado Y mis ojos se han vuelto mar, Solo el fuego de mi pecho me pertenece Hasta que el último pétalo de las rosas se aleje Y aun así me tengo a mí. Me tengo sola y muerta con hambre de tu piel Con deseo de tu voz, Me tengo con amor sobrio Cantando sola Las veinticuatro horas en agonía Con la pobreza de mi alma Faltante de cualquier otro amor Y diciendo tu nombre.

___________________________ Sofía González nació en Mérida, Yucatán en 1999. Ganadora del tercer lugar nivel juvenil del premio de poesía Jorge Lara 2017, ha publicado en la revista Los Heraldos Negros. En noviembre de 2015 impartió el taller “micro ensayo”, en 2016 la conferencia “la palabra que huye: Rubén Darío a través de los ecos” y en 2017 participó en la puesta en escena de “Así que pasen cinco años” de Federico García Lorca.

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Cuento

AGENTES NOCTURNOS DE LA CAÑA A Zacnicté Irazuh Batún Vega, naturaleza solitaria e incomprendida, que gusta de la saciedad (Hermann Hesse)

1 Con los niños sacrificados, los deudos buscaban redimir sus tierras, recuperar la prosperidad de sus campos de espigas; con las ciudades bajo llamas, también se buscaba restituir la dignidad de una nación o, como en el caso del (auto) incendio de Roma en el 64, reivindicar el nombre de su emperador. Pero, también el uso del fuego es purgativo, pues ha intervenido en la historia de nuestra era con propósitos de recolección de frutos, de semillas y de hortalizas. La caña de azúcar, por ejemplo. Este agente ha purgado desde antaño, con sus fulminantes brazos, sendos prados de azúcar para desenredar la vara dulce de malezas y ayudar en el proceso de la extracción de su líquido. La quema de este producto es toda ya una construcción de mitos en muchas culturas, sobre todo si

El fuego La naturaleza del fuego puede ser concebida como un elemento redentor o como uno purgador. Lo primero se corrobora mediante un ligero repaso histórico de aproximadamente tres milenios atrás. En tal ejercicio, encontramos que ya desde los tiempos monárquicohebreos del s. X a. C. y de los poetas míticos homéricos del s. VIII a. C. el fuego era un símbolo poderoso, como se comprueba en los libros sagrados cuando se lee que muchos infantes eran arrojados entre los brazos llameantes y triturantes de los dioses Quemos y Moloc, o como cuando se prendía en llamas a toda una ciudad por venganza, como sucedió con Troya, ciudad del raptor de Helena.

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las sofocantes llamas son provocadas bajo un cielo nocturno. La planta proviene del Extremo Oriente, y fue España quien la introduce en América. En aquel hemisferio, el corte se realizaba en crudo. Pero los americanos la pasamos arrogante por la cata del fuego. Cruda o quemada, los cubanos y mexicanos conocemos el exquisito olor de su carne. Se dice que los persas, cuando se entregaban a tan bucólica actitud de recolección, experimentaban un espíritu de solemnidad que se combinaba con otro sentimiento de saciedad. Para los mexicanos, en especial para los cañeros de la Subregión Chontalpa, de Tabasco, también se superpone un instinto de sobrevivencia y de espiritualidad, un instinto en suma contemplativo.

testigos. Un testigo puede, desde un punto de la zona incendiada, mirar cómo las llamas retan las alturas y muy arriba ver cómo se desintegran en millares de chispas de fuego que se elevan hasta extinguirse en la noche espesa. Otra estupefacción sucede cuando entre esas nubes de fuego y humo la luna se camuflajea con su luz radiante. El cielo y el horizonte nocturno se vuelven mágicos. La música de los grillos de la noche, el chispear de las hojas carbonizadas, el silencio posterior que se posesiona en el prado ya vuelto cenizas y el olor a tierra y caña quemadas son capaces de crear otro mundo en la mente de quien funge como espectador desde la corta distancia. 3 El incendiador Un primer agente de este grupo de testigos es, sin duda, el incendiador. Es el individuo a quien le ha sido encomendado el acto de la quema. Tal personaje debe cumplir con ciertas características esenciales. Su primer requerimiento será la Valentía. No todos están

2 Las cenizas Así, los chontalpeños se dan prisa en agilizar el proceso de la tumba de la caña no sin antes atestiguar la magia de su caída. El fuego es un agente seguido de otros. Hay un grupo de agentes que lo componen ciertos 21


acostumbrados a lidiar con el fuego, tal fue la suerte de aquellos verdugos babilonios, quienes al echar al horno de fuego a los tres detractores del rey Nabucodonosor alcanzaron mortalmente ellos mismos sus incinerantes ráfagas. Por eso, quien atizará las llamas en los infinitos cañales sabrá que morir entre sus flamas se postula como posibilidad. Otra actitud que debe cumplir el tal es un ánimo alborozado. Debe ser un joven atrevido, uno que no le tema a los retos. En cada familia de ejidatarios cañeros hay siempre un mocoso valiente y alborozado. Por eso, cada quién envía a sus propios locos a ejecutar la incineración. Así, el incendiador no teme a la muerte, y se yergue a la orilla del infinito pastizal dulce con euforia y adrenalina. Toma la antorcha y corre de una esquina hacia la otra dejando mechas de fuego por todos los surcos del sendero. Su espíritu se enardece y se ensancha de emociones, exhala alaridos de catarsis y de alucinaciones como de posesión. Por fin, cuando ya ha recorrido medio kilómetro de orilla, al ver la pared de amarillas miradas

que carcomen las hojas asidas a las carnes de la vara de caña y le tronetean sus huesos de azúcar, entonces, se sienta y después se recuesta en la tierra cerca de la guardaraya, se pierde en la contemplación de un cielo ya semi rojo. 4 El inspector Justo cuando el vapor de esas infinitas hectáreas de caña comienza a subir en señal de consumación, allí aparece otro agente-testigo con menos temple, el inspector. Él es un emisario de la empresa azucarera a la que los cañeros ejidatarios se encuentran afiliados. Este sujeto llega a la propiedad por lo general cuando nace la noche en un volkswagen tipo sedán (“volcho”, “vocho”) o en una camioneta v6 con batea. Lleva traje grueso, generalmente viste con botas de casquillos y gorra. Siempre sostiene en sus manos un tablón de notas. Su propósito es cerciorarse si la orden de quema ha sido ejecutada en tiempo y en forma. Su presencia es fugáz, como las chispas de fuego en el cielo. 22


Normalmente, después de las formalidades, el “inspe”, ante la vista flácida del socio cañero a quien ha escrutado, se sube a su vehículo acompañado del delegado municipal y del comisario ejidal para ir por “dos como la gente”.

Ambos se ponen de frente a la pared de fuego, y sus pupilas se colorean, dejan entrar en calor sus cuerpos. Extienden sus manos para absorber el poco sereno que escapa del vapor, luego se disponen a trepar con mayor rapidez y arrebatar el mejor lugar arriba del autotractor que deben cuidar durante la noche, para cuyo objetivo fueron contratados. A diferencia del incendiador y del inspector, el velador es un ser sufrido, uno que vende la comodidad de la noche, alguien que sólo o acompañado establece en la vigía una tensión cargada de resuellos, de nostalgias, de un no sé qué. Siente culpa y procura la confesión, se asincera consigo o con su peón, es alguien que llega para quedarse, para aguantar la friega de la oscuridad; dormir es su cura. Duerme encaramado en el tractor.

5 El velador Después viene la imprescindible imagen de otro agente-testigo icónico, el velador. Y es que la imagen del velador guarda semejanza a la del bufón. Cuando va acompañado de su contratador, el velador desde que se desplaza hacia la zona de trabajo le sirve a su interlocutor de contador de historias, generador de risas y de caos. Aunque, normalmente, este agente acostumbra llevar consigo un chalán vigía. En el camino rumbo al cañal, estos útlimos van contándose chistes mal relatados, juegan a las carreritas y hacen recuentos de las leyendas de la llorona. Entran al callejón, llegan al terreno, y trepan la máquina que necesita de la seguridad. A veces, al llegar al cañal, las llamas no han cesado aún.

6 El ingenio azucarero Pero, hay otros agentes determinantes en la industria de la zafra. Uno de ellos, el ingenio azucarero. Su aparato recolector es gigante y cuantioso. Este 23


agente pone en acción hasta treinta máquinas de fuerza, de recolección, de carga y de traslado para el producto parcelario de un trazo de seis hectáreas, que es de lo que cultiva un productor campesino en promedio. Así, cuando le llega al agricultor el turno de la recolección de su cosecha, éste se entrega a la observación resignada de un movimiento de máquinas que, después de arribar desde la noche anterior, comienzan a trabajar desde las cinco de la mañana, cuando los cortacañas ya han dejado largas filas de gavillas detrás de ellos. De hecho, a la media noche, cuando los veladores aún no concilian el sueño, se les ve venir a las máquinas desde la lejanía de esos infinitos trazos de plantíos de cañas, enfilados como un ciempiés que avanza hacia donde está uno, como si cada uno de sus pies iluminara su propio camino. Por su parte, a veces los veladores se encuentran en sus momentos de ensueños y de éxtasis cuando desde lejos miran en el paisaje nocturno desde tres o cinco kilómetros esa luz parpadeante

que cada vez se acerca. Se mira desde lejos ese aparato cosechero y emergen al momento las supersticiones al confundirla con luces de “encantamientos”. En un sobre salto ante tal confusión, el velador más listo halla ocasión para explicarle al más novato el recuento de los “encantamientos”: El encantamiento comienza siendo una luz insignificante; cuando alguien la ve, entonces, ésta se va haciendo mayor hasta que se ilumina con fuerza, lo que permite dar con ella, cavar y obtener el tesoro que guarda; de hecho, uno de esos raudales podría ser el mismo tesoro de Moctezuma... 7 El productor cañero Finalmente, hay un agente más de la caña, uno que mira caer sus cañas como lienzos perpendiculares, y que luego son atrapadas por las garras de esos tractores alzacañas, uno que cuenta treinta, cuarenta, cincuenta camiones salir repletos de cañas en dirección al ingenio azucarero. 24


Él es un agente nocturno más de la caña. Él reúne todas las cualidades de los demás agentes en su propia persona. No sólo está presente cada vez que un determinado agente ejecuta su misión, sino que también mira la magia del fuego, la trituración, la maquinización y el traslado de su producto. El productor cañero lleva consigo una hoja de cálculo donde hora tras hora suma centenas de toneladas de caña de acuerdo a un conteo de su báscula mental, y de acuerdo al número de camiones que salen para partir al ingenio, donde finalmente suben a la báscula oficial y son guiados hacia la rampa del molino.

Después, en las siguientes horas, cuando su cañal ya ha sido rapado, desraizado y ya no quedan señales de maquinización, ni de algarabías ni personas ni nada; cuando la noche ya se ha ido y el sol calienta sobre el tronquerío de cañas cortadas, y hace despedir de ellos un olor amielado y nostálgico; entonces, bajo algún árbol cercano, como todo un productor cañero, simula la tabla final de activos y pasivos. ...también dicen que el que se mete en esas cosas termina devastado y poseído por el gran Diablo. No vale la pena. Por esa razón, a mucha gente no le interesa esas seducciones. Así, como dicen, es mejor ganar el pan diario… con el sudor de la frente.

...pero, aún obteniéndolo hay un problema, pues nada es gratis, el costo que tienes que pagar para poseer tal riqueza es a veces hasta mayor de lo que terminas ganando

______________________ Oveth Hernández Sánchez (Villahermosa, Tabasco, 1978) Licenciatura en teología, Seminario San Pablo de Mérida, Yucatán. Literatura Latinoamericana, Universidad Autónoma de Yucatán. Ha publicado en distintas revistas de literatura, como en Revista Sinfín, Delatripa. Narrativa y algo más, Letralia, y en los diarios impresos Presente y Novedades de Tabasco, ambos editados en Villahermosa, Tabasco.

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Reseña

DIEZ ANOTACIONES SOBRE BÓVEDA DE DIOS Así comienza la lectura de este libro en el que se mezclan amor, enfermedad y Dios como una misma materia indivisible.

Bóveda de Dios [CECA, Jalisco, 2017] es el tercer título publicado por Jonathan Berumen. Le preceden Alfabeto del aire, 2012 y Estación de arena, 2010. En este nuevo trabajo aborda el mismo tono de los anteriores, pero se suman nuevos conceptos que justifican el libro, tales como la enfermedad y la consecuente búsqueda de Dios que la enfermedad conlleva. Con el bello epígrafe de Ana Ajmátova nos advierte que será una búsqueda incierta y un camino propenso al extravío. Cito:

1.– No es necesaria una gran pena para sentir la pena, en todas nuestras pequeñas tragedias está el mismo extracto de las grandes tragedias. Consciente de esto, Jonathan traza un puente hacia la muerte, pues la enfermedad, antes que un estado corporal es una condición humana. 2.– Todo lo invisible conforma el reino de Dios: Una cama de hospital, una sábana manchada de sangre, representan su rostro visible en la tierra.

Voy hacia nunca, hacia ninguna [parte, como un tren sobre el abismo. Ana Ajmátova

3.– Un bisturí cortando. 26


4.– Bienaventurados los enfermos, de ellos la esperanza.

8.– La certeza de no tener nada, ni siquiera un cuerpo.

5.– Nosotros: pronombre con el que la persona que habla o escribe se refiere a sí misma más una u otras personas. Nosotros: pronombre con el que Jonathan se refiere al deseo de refugiarse en alguien, al anhelo de seguir compartiendo espacio y tiempo.

9.– Una cicatriz. 10.– ¿Y si la enfermedad fuera el amor? ¿Y si el amante es Dios? Dividido en tres partes, el libro nos conduce por estos pasillos de hospital. A veces la anestesia, una ventana para contemplar el mundo afuera. Otras veces el enfado, la ira, la necesidad de que algo entre por la ventana y nos abrace. Jonathan busca purificar sus sensaciones a través de la poesía. Es una línea estética que ha propuesto desde su primer trabajo, lo reiteró en el segundo y perdura en este último. Bóveda de Dios supone [para mí] el cierre de una especie de trilogía en la que ha abordado sus inquietudes: La infancia, la

6.– No hay mejor manera de acercarse a Dios que mediante la duda. 7.– El cuerpo es un territorio. El lenguaje es una manera de amar. La poesía es una forma de la búsqueda. La luz de Dios es también la luz de una lámpara quirúrgica.

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ausencia, la enfermedad, Dios. Si esto es cierto, ha cerrado un ciclo y será interesante seguir la pista de los trabajos por venir, los retos que asuma como autor, ya sea en lo formal o en el discurso. Esperemos que un nuevo camino lo lleve hacia tierras más lejanas.

________________ Enrique Carlos nació en Guadalajara, Jalisco, en 1988. Estudió literatura en la Sociedad General de Escritores de México. Becario del PECDA Jalisco 06-07. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven Guillermo López Muñoz 2014. Autor de Crisantemo cielo (CONACULTA 2007) y El show de los muertos (IMPRONTA 2015). Fundador de Naranjito Blues, donde grabó cinco placas discográficas (07-12). Actualmente dirige Sombrario Ediciones.

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Artes visuales

Cortezas contemplativas SIMO FUSTER

Su producción trata de ser muy consciente del entorno natural y los colores que lo conforman. En este caso, cada pieza de la serie Cortezas contemplativas es un estudio sobre doce árboles endémicos que fueron escogidos a través de un camino rutinario, explorando así la descomposición de ruptura de la monotonía. La técnica de placa perdida ayuda a desfragmentar la textura de las cortezas a través de los colores y convertir la sobreposición de estos en vibraciones ópticas. La pieza numero 10 concursó en la segunda Bienal de estampa de América latina y el caribe, pasando a la segunda etapa de selección y siendo expuesta en el Museo Universitario de Quito, en Ecuador. Simo Fuster nació en 1995, en Quintana Roo, México. Trabajó con Flora, Fauna y Cultura de México A.C. que posteriormente influye en su trabajo como artista. Actualmente cursa la licenciatura de Artes Visuales en la Escuela Superior de Artes de Yucatán, especializándose en grabado.

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