Bistró - XVI

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REVISTA DE POESÍA

EDICIONES O

BISTRÓ

XVI

[ALFREDO GARCIDUEÑAS ● EDSON JAIR MARTÍNEZ ÁNGEL FUENTES BALAM ● MARIO PÉREZ LÓPEZ ALICIA MARTÍNEZ ● SAMANTHA NÚÑEZ] 1


Bistró. Revista bimestral de poesía. No. 16, Feb-Mar 2018. Es un proyecto editado en Mérida, Yucatán, México. Director: Daniel Medina / Edición: Ediciones O / Consejo editorial: Mary Carrillo, Daniel Sibaja / Artes Visuales: Mariana Pacho de la Vega

CONTENIDO Dossier EL FUTBOL-REY Vladimir Dimitrijević // p.5 EL JUGADOR MÁS CARO DEL MUNDO Alfredo Garcidueñas // p.7 DOS LEYENDAS EN DÉCIMAS

Edson Jair Martínez Algarín // p.10 OTRO ABRAZO DEL ALMA Ángel Fuentes Balam // p. 11 Poesía EL PÉNDULO Mario Pérez López // p.18 Obra visual Samantha Gabriela Núñez Kantún // p.20

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PRESENTACIÓN Como cada dos meses, queridos amigos, les traemos un nuevo número de Bistró bajo la misma apuesta editorial: la brevedad y la unión de la experiencia con las nuevas voces. Estamos muy cerca de cumplir tres años como proyecto de divulgación literaria; nuevas personas se van agregando tanto al equipo de trabajo como a la excelente familia de colaboradores que número con número nos brindan el lujo de su compañía. Este número guarda una particularidad: estamos de aniversario. Tres años de Bistró en los que hemos hecho lo posible por mejorar número a número, página tras páginas y lector tras lector. Tres años de aprendizaje de los otros y de nosotros mismos. Sea este número, pues, una confirmación del compromiso que adquirimos hace más de 1,000 días: ser una plataforma a disposición de los artistas y escritores y, a su vez, a disposición de un público lector al que pretendemos entregar un volumen redondo y vasto de calidad estética. En este número decidimos incluir un brevísimo dossier relacionado con el rey de los deportes a nivel mundial: el futbol. Esto por varios motivos, siendo el principal la continua comparación entre el oficio del escritor y el del futbolista, así como el hecho de representar importantes e históricos fenómenos sociales.

Abriendo este dossier, se encuentra Vladimir Dimitrijević, maravilloso escritor que didica su libro La vida es un balón redondo a este deporte. A manera de homenje y gratitud lectora, incluimos su texto El FutbolRey. Del mismo modo, se inluye cuento, poesía y ensayo desde las plumas o teclados de Alfredo Garcidueñas, Edson Jair Martínez y Ángel Fuentes Balam respectivamente. Fuera del dossier, la obra poética del español Mario Pérez López, El péndulo, situación que nos brinda enorme felicidad puesto que refrendamos (y nuevamente invitamos) la intención de compartir estas páginas con creadores de toda hispanoamérica. Siguiendo con el espacio para las colaboraciones visuales, incluimos un muestrario de la obra de Samantha Gabriela Núñez Kantún, estudiante de la licenciatura en Artes Visuales por la Escuela Superior de Artes de Yucatán.

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DOSSIER

Vladimir Dimitrijević Alfredo Garcidueñas Edson Jair Martínez Algarín Ángel Fuentes Balam

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Dossier

El Futbol-Rey VLADIMIR DIMITRIJEVIĆ ■ El futbol es el rey de los juegos. ¿Por qué? En mi opinión, porque nos pone en contacto –como la danza– con algo de nuestro propio cuerpo que podríamos llamar la prehistoria de nuestros movimientos. En el futbol, está prohibido –si uno es jugador de campo, claro está– todo uso de la mano y del brazo. En suma, de los órganos con los que, habitualmente, se realizan todos los actos. Con los que se alcanza el mayor grado de precisión, de rendimiento y de destreza. No se nos permite usar más que los pies y las piernas –esos ancestros subdesarrollados, de algún modo, de las manos y de los brazos. Ahí estamos, pues, devueltos a funciones arcaicas, impedidos para hacer lo que nos sería normal o natural. Forzados a vérnoslas de nuestro con un recuerdo animal enterrado en alguna parte de sí mismo. Las extrañas limitaciones de nuestro poder no se terminan ahí. Dos de los veintidós jugadores, y sólo ellos, están arbitrariamente autorizados a utilizar sus manos, y por extensión su cuerpo entero. Pero esa liberación generosa tiene su precio: serán penalizados. No tendrán el derecho de ejercer su privilegio más que en un territorio limitado. Los otros veinte jugadores, a su vez, también pueden utilizar las manos, pero sólo fuera del terreno de juego, durante los saques de banda. Una expecie de equilibrio sutil y perverso reparte así las trabas, penaliza o restablece el equilibrio según los humores de una justicia singular. Se puede estar fuera de juego, así como se puede uno recuperar por un tiro libre –noción muy caballeresca– de aquellos tiros que lo son bastante menos. Pero lo más sorprendente, es el fin último de todo esto. De nuevo, un territorio: un rectángulo. Acaso de tres dimensiones, ya que 5


la altura tiene su importancia, aunque puede ser dejada de lado. Para señalar la línea de meta, los escolares utilizan sus carteras, amontonan guijarros o clavan palos. Es preciso que la pelota salga de un espacio bien delimitado y colocarla en otro, más pequeño y aún mejor circunscrito. Lo que es capital, es el acto de traspasar la línea fatídica. Usted puede ser un virtuoso, tener sobre su adversario todas las ventajas del estilo o de la estrategia, pero si su balón no cruza la línea, no gana. Las reglas de este juego hacen todo lo posible por sumergirnos nuevamente en el universo de los hombres anteriores a la mano liberada, donde el remordimiento es fundamental. En cierto modo, este juego funciona como el ajedrez. También allí, las reinas y los alfiles, las torres y los caballos pueden hacernos regresar a una olvidada Edad Media, pero lo único que cuenta en definitiva es la muerte del rey, el mate. Y el mate, en el futbol, se llama gol. Todo lo demás es alarde, exactamente como en el mundo animal, exuberancia, espectáculo. Como los ballets, con sus vestidos de plumas, los pájaros, los juegos de colores de los peces exóticos o los movimientos sabiamente ondulados de los reptiles.

La vida es un balón redondo (sextopiso, 2015)

______________________ Vladimir Dimitrijević nació en 1934 en la República de Macedoni. Fue director, durante más de treinta años, de la prestigiosa editorial L'Age d'Homme. Falleció en el año 2011 en Francia. 6


Dossier

El jugador más caro del mundo ALFREDO GARCIDUEÑAS ■ Brasileño de nacimiento, Danilo Gonçalves, había surgido de las fuerzas básicas del Grêmio. Llevaba jugados 1 Campeonato Brasileño, 1 Copa Sudamericana y 1 Copa Libertadores, ganándolo todo. A la edad de 19 años llegó como joven promesa al Barcelona “B” con un valor en el mercado de 8 M€. Algunos comentaristas, escépticos del talento del muchacho fuera de su país, lo llamaron “inflado” y decían que el club no se cansaba de derrochar dinero. Pero en el primer mes sin ser titular, ya había marcado 6 goles en tan sólo 4 partidos, jugando apenas los minutos finales. Cosa que llamó la atención del D.T. del primer equipo, quien decidió convocarlo para el partido de vuelta de la Copa del Rey contra Sevilla. En la ida habían empatado 2-2, con goles de Messi al 40' y Suárez al 90'. El partido de vuelta fue apretadísimo el primer tiempo, ambos equipos defendían bien y los delanteros no estaban finos. Al 85' el marcador reflejaba un impensable 0-0. Valverde llamó a Gonçalves, que en aquél momento portaba el dorsal 54, para que entrara. El chico se mostró expectante y seguro al entrar al campo, se persignó y corrió a ocupar su posición de media punta. Tocó su primer balón y lo condujo por izquierda, eludiendo defensas con gallardía. Al entrar al área chica, en vez de tirar a puerta, decidió ceder el gol al astro argentino, quien sólo tuvo que empujar la pelota. Fue un debut de ensueño, no paraban de lloverle halagos y de compararlo con Ronaldinho. En la siguiente temporada subió al primer equipo y a los pocos meses ya era titular inamovible. Cinco años después obtuvo la nacionalidad española y por entonces, ya había ganado todo: 5 Campeonatos de Liga, 4 Ligas de Campeones, 4 Copas de España, 4 Supercopas, 3 Mundiales de Clubes y 1 Copa del Mundo con la Selección Brasileña. Al cabo de los años su valor ascendió a la exorbitante cantidad de 400 M€ y su cláusula de rescisión era de 470 M€. Los grandes equipos de Europa estaban dispuestos a vender a sus mejores jugadores con tal 7


de adquirir al “ídolo”. También le llegaban propuestas con ocho ceros desde China, Estados Unidos y Arabia Saudita, pero Danilo era feliz con su club y por nada del mundo se marcharía. Del mismo modo, había arrasado con las campañas publicitarias de cuantas marcas se conocieran. Las multinacionales querían tenerlo como imagen de sus productos. Estaba a la par de Cristiano Ronaldo o David Beckham, en los tiempos en que ellos eran figuras del marketing. Su camiseta con el número 11 se agotaba al instante. Generaciones de niños llevaban su nombre. Lejos quedaba aquél tiempo en que tenía que vender diarios en las calles de Porto Alegre para ayudar a su familia. Su contrato con el Barcelona terminaba en 6 meses y estaba en negociaciones su renovación hasta el 2027. Danilo se sentía agradecido con Dios y con la vida, nunca se le vio presionado ni de mal humor. La gente daba por hecho que renovaría su contrato y se quedaría en el club hasta retirarse de las canchas. A mediados del 2023, todavía sin renovar, fue acusado de fraude fiscal por Hacienda Pública. Para evitar la cárcel, tuvo que abandonar España, no sin antes pagar alrededor de 30 M€, quedando en proceso tres demandas más por evasión de impuestos. Su carrera estaba en el aire, pero su juventud y ritmo de juego en óptimas condiciones. Triste y desencajado llegó a Inglaterra para fichar por el Manchester United. El contrato que le presentaron decía que llegaba en préstamo por un año con opción a compra. Sin embargo, su precio seguía siendo descomunal, por lo que los hombres de pantalón largo del odiado rival, Manchester City, llegaron a un acuerdo, pondrían la mitad del monto para comprarlo entre ambos clubes y prestárselo dos años cada uno. Cumplidos los cuatro años de contrato y con más trofeos en su historial, llegó a costar la imperiosa cantidad de 1,000 M€. Ningún club en el planeta estaba dispuesto a pagar tanto por un futbolista, por lo que, en el mercado de verano, en calidad de agente libre y sin ceder un solo centavo en su precio, estuvo a punto de quedarse sin jugar. Entonces los empresarios, los clubes de cada continente, el vaticano, los gobiernos, las mafias secretas, el banco internacional, entre otros inversionistas, resolvieron comprarlo y ponerlo a jugar en cada rincón de la tierra un mes, una semana, un día, una hora. Tarde 8


que temprano, sobrevino la bancarrota mundial, porque todos querían tener una partecita de la figura brasileña. Al borde de los 30 años rondaba los 3,000 M€. Gonçalves llamó a los medios para anunciar la fecha de su retiro, estaba fastidiado. En conferencia dijo: -Já não sento paixão. Retiro-me ao final da temporada. Contra su voluntad le hicieron firmar un contrato por cinco años más. No tenía familia ni tiempo libre. Ya no sonreía. Ya no era feliz. Los economistas observaban el inicio de la guerra, tras devaluaciones monetarias en distintos países que históricamente habían sido potencias mundiales. El embajador de Brasil, Roberto Neira, en pláticas con el presidente de la ONU, convino en que lo mejor era montar el asesinato del jugador. Una mañana, desayunando en un hotel de la ciudad de México, Danilo Gonçalves cayó fulminado. Para ese día su precio había llegado a los 5,000 M€. No se le hizo el funeral debido, aunque la sociedad y los medios de comunicación así lo exigieran. Al no poder recuperar lo que invirtieron, los capitalistas aceptaron de buena manera una parte del cuerpo del jugador. Y por las calles de todo el globo se hicieron largas filas para adquirir una gota de su sangre que en aquellos días era equiparable al oro.

______________________ Alfredo Garcidueñas (Noviembre de 1992). Escritor y músico. Nació en Morelia, Michoacán. Más que amor, siente una devoción extrema por la poesía, el fútbol y la contracultura. Es egresado de la carrera en Lengua y Literaturas Hispánicas de la U.M.S.N.H. No tiene obra publicada (está en proceso), salvo un par de textos dispersos en revistas. En 2014 obtuvo el 1er lugar en la categoría de poesía, en el "Primer Concurso de Poesía, Cuento y Ensayo" de su Facultad con un poemario sin título. En 2017 fue becario del Festival Cultural Interfaz del ISSSTE en San Luis Potosí. 9


Dossier

Dos leyendas en décimas EDSON JAIR MARTÍNEZ ALGARÍN ■ En el verano antiguo del cincuenta y cinco, Donde Brasil y Suecia se miraban de continuo En el combate de ya hace más de 6 cálidos siglos. Le dieron el pase dentro del cuadro a la leyenda, Que bajó con pecho leal, pura y fina sutileza, Y un sombrero al rival como quitando la mala hierba: Bajando el balón de su contrincante la cabeza Hecho tremendo cohete con el pie a la rival puerta. Vaya magia de esta que ahora con emoción conté, Les hablo de Edson Arantes Do Nascimento Pelé. Se paseó a equipo entero desde medio campo Con el balón, gambeta y al final un tiro al arco En la semifinal del ochenta y seis pasado. Hizo a la multitud llorar alegría en el estadio Pero Inglaterra, firme, un gol metió en el presagio Y con un empate el partido comenzó de plagios. De Dios la mano hizo presencia entre las olas Y reclamos de los jugadores hechos bolas, Acabando el encuentro y su mala derrota. Pues sí, hablo de aquel Dios argentino Maradona. ______________________ Edson Jair Martínez Algarín obtuvo en el 2016 una mención honorífica en poesía en el 18 Concurso Literario de Poesía “Décima muerte”, del certamen de Megaofrenda a “200 años de la muerte de José María Morelos y Pavón”; en el 2017 obtuvo el primer lugar en el concurso de crónica “Letras muertas” y un tercer lugar en poesía, en el certamen “Homenaje a Rufino Tamayo”. 10


Dossier

Otro abrazo del alma ÁNGEL FUENTES BALAM ■ Yo sólo quería ver sonreír a mi pueblo. DAVID LUIZ

Futbolista de la selección brasileña. Llorando después de la derrota contra el equipo alemán.

Este año, veremos nuevamente el Campeonato Mundial de Fútbol Soccer. Siempre –al ser uno de los eventos más caros y publicitados– causa reacciones diversas en las sociedades del orbe. Ahora, con la proliferación de las redes sociales y el avance en equipos tecnológicos, se convertirá en uno de los espectáculos más vistos de la historia. Este texto lo escribí hace cuatro años, con motivo del cierre del Mundial de Brasil, un monstruo mediático que nos demostró la grosera mezcla entre la información importante para la humanidad y un mar de irrelevancia. Para los mexicanos, fue el año del “extraño enemigo”, Arjen Robben, y su traición histórica. Como hoy, el mundo estaba sumido en tensiones políticas y bélicas, que fueron enterradas bajo los escombros de la tragedia de los equipos en la cancha. Aquí comparto las impresiones de esa época que no difiere en nada a la actualidad: Es comprensible que el polvo que levanta el Mundial, sea diez veces más alto que el humo naciente de los escombros dejados por los misiles israelíes, que acabaron con la vida de 81 palestinos e hirieron a 540, aproximadamente. La recta final de la "máxima celebración del fútbol", coincide con el espectáculo más deplorable y asqueroso de que 11


es capaz el ser humano: el genocidio, por parte de un gobierno autoritario, vinculado con las más altas sectas del poder occidental. El ruido que esta fiesta produce, pareciera silenciar los gritos de esa "pequeña" parte del mundo de la que no nos gusta acordarnos. Cerca de 22 niños morían, mientras contábamos los goles que la selección alemana anotaba en contra de un equipo brasileño indefenso y mal organizado. La tragedia de Belo Horizonte estuvo en boca de todos. Nos burlamos del gigante futbolístico a diestra y siniestra; claro, todos sentimos un especial deleite en ver humillados a los fuertes. ¿Y la humillación de los débiles? En México no estuvimos en ceros: la violencia acostumbrada, como una telenovela; un sismo de 6.9 grados; la Ley Telecom aprobada; entre otras maravillas, se sumaron a la dramática sentencia que selló el destino del equipo de fútbol del país: No era penal. Y es cierto, no lo era. Disfruto el fútbol. Disfruté este Mundial pese a mis derrotas personales. Sufrí y alabé, dije y protesté, grité gol. Incluso jugué a la pelota, cosa que hace tiempo no hacía. Ironicé sobre la molestia que le causó a algunos todo esto del Campeonato. Escribí sobre el respeto a la pequeña victoria que puede significar un gol para el ciudadano común (ese, la mayoría, "borregos" dirán los más "radicales", ignorantes, incultos, dirán los sabiondos; porque cómo pueden permitir que les roben la libertad, hipnotizados por la caja idiota y el correr de un balón). El deporte, como el arte, es capaz de engrandecer el espíritu humano, aún en su mínima expresión de maestría. Yo no grito en las marchas. No protesto. La verdad es que ignoro muchas cosas de los acontecimientos nacionales e internacionales de estos días. No me atrevo a dar un punto de vista político, porque mi

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ser artístico -tan apolítico él- ha permeado todas las esferas de mi pensamiento. Sí puedo, en cambio, expresar una opinión; ni siquiera para los otros, sino para mí: me atemoriza la realidad. No sé cómo sentirme. El Mundial me encantó. La matanza en medio oriente me asquea. Me aterra que Ariadne (mi hija) crezca en un mundo que reaccione más para hacer escarnio de un equipo de fútbol, que para informarse de sus leyes y del asesinato de sus hermanos. Una pusilánime sociedad que se esconda, que aparte la mirada de esos lamentables hechos. Y lo que más da impotencia, es que muchas veces nos sentimos orillados a eso. Nuestras pequeñas tragedias nos cansan, nos hieren. Es cierto que, en ocasiones, preferimos ver un aburridísimo juego Argentina-Holanda, que las horribles imágenes de la guerra. Tanto sufrimiento es espantoso. La refresquera Coca-cola, especialista en jugar con las emociones de sus clientes a través de algunas de las campañas de publicidad más brillantes del mundo comercial, lanzó un spot (¿profético?) sobre el triunfo de la selección Argentina en el 78. El protagonista del vídeo es ni más ni menos que Víctor Dell Aquila, un aficionado del Boca Juniors que tristemente sufrió, en la pubertad, un accidente que derivó en la amputación de sus dos brazos. El hombre se recuperó y aprendió a vivir con su nueva configuración corporal. Su terapia fue el fútbol. Practicarlo y verlo. Su amor a este deporte lo hacía saltar la reja que limitaba la cancha y el comienzo de las gradas, al final de los partidos, para celebrar con sus ídolos. Seres con los que nunca convivió, pero que eran sus más amados héroes. En la final de aquella Copa del Mundo, curiosamente un Argentina-Holanda, Víctor saltó a la cancha como acostumbraba. Faltaban minutos para concluir el juego. Argentina ganaba 3 a 1, por lo 13


que prácticamente ya era campeona. Dieron el pitazo final. Todo el estadio se volvió loco. Los ídolos de este hombre, llenos de grandeza. El joven Víctor quería abrazar, por sobre todos a un jugador del Boca: Tarantini. En medio del estruendo de esa victoria, el guardameta argentino se arrodilló. Tarantini llegó hasta él y lo abrazó. Víctor llegó segundos después y se detuvo cerca de ellos. Las mangas de su ropa se sacudieron en el aire: Ricardo Alfieri, fotógrafo de la revista "El Gráfico", capturó ese momento que pasaría a la historia con el nombre poético de "El abrazo del alma". En efecto, la sensación que da la fotografía es que el aficionado los abraza con toda la alegría que la victoria puede dar, el abrazo de la vida, del momento perpetuo, el abrazo sin brazos, del alma. Aprovechando este Mundial de fútbol, Coca-cola usa esa historia para conmover a los espectadores y potenciales consumidores. Me conmovió a mí. Es una historia sobre la gran victoria, no de un equipo, ni de un hombre; sino de todo un pueblo abrazado, enfrentando la dictadura. Hoy veo las fotografías del bombardeo en Palestina. Los humildes que mueren entre el fuego, los desplazados, los que nadie abraza ni siquiera sin brazos. No sólo esas imágenes, sino las de mi pueblo, las de este país que sangra, este México que está gobernado por unos reales hijos de la gran puta, que se enriquecen a costa del sufrir popular. También las imágenes de Brasil mismo, despojando a los pobres de su lugar de residencia para instalar las zonas auxiliares de los estadios de fútbol que algunos pueblos jamás van a usar. Imágenes tristes del mundo que gira como un balón estampado en nuestra propia portería. Escribo solamente para sentir que me conecto con alguien. Deseo saber que esta soledad y este dolor universal, inherente a mi condición de homo sapiens, son sentidos por alguien más. Abrazar sin brazos a todo el que pueda. Alegrarnos por la alegría del otro, ya sea 14


ésta un partido de fútbol, un poema, un logro político honesto y digno o lo que sea. No quiero caer en la cursilería. Ese abrazo que deseo no es para mí, sino para mi hija. Quiero que crezca en un mundo que sea un poco distinto a esta reverenda mierda que hemos creado. Porque todos creamos esta mierda de mundo y las cosas oscuras que en él habitan. Podemos erradicarlas. Podemos unirnos por causas racionales, causas que no caigan en el fanatismo sino en una necesidad de grandeza. Unámonos, comprendamos al otro. Intentemos. Que nuestra unión no sea hueca ni egoísta como un comercial de Coca-cola, que aun siendo maravilloso, no deja de ser falso. Todos somos putos, hinchas, cultos, fans, escritores, pamboleros, activistas, niños, soldados, muertos. Somos un organismo vivo que debe caminar hacia el siguiente peldaño de su travesía.

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Lo tenemos en la sangre. En la sangre que derramaron los sacrificados estaba latente el sueño colectivo de un pueblo eternamente vejado. No es el gol, es la batalla del día y la noche, el juego en lugar de la guerra, la catarsis de nuestra miserable historia. No, no es el gol. Es la victoria pequeña sobre la ruina de ser nulo. Ni compartir a Borges me hace culto ni cantar "como no te voy a querer" me vuelve ignorante. Y tampoco es la pelota, es el sol. El astro rey moviéndose de un lado a otro, llevándose con él nuestras desventuras, nuestra insoportable nimiedad. Las cortinas de humo las soplo yo y nadie más que yo. La preocupación sobre la puerca política es mi preocupación y no la de otros. No es el equipo. Ellos no me representan, como tampoco me representan los de la cámara de di-puteados ni el comandante Galeano, ni siquiera los pobres desalojados en Sao Paulo o las niñas brasileñas, prostituyéndose para los turistas. Me represento yo. Si quiero amar el fut, lo amo. Si no, no y ya. Sobre mi consciencia caerá el pecado de ver la caja idiota o salir a las marchas a gritarle a quien está en el trono. No se trata de repetir que el fútbol es popular porque la estupidez lo es. Se trata de cómo tenemos que volver las cosas importantes igual de importantes, igual de masivas. Desde mi trinchera, pienso cómo vuelvo la puesta escena o el poema tan cardíacos como un juego de eliminatoria: es mi deber hacerle saber al público, al lector, a quien corresponda, que leer y ver teatro son tan placenteros como ganarle al otro equipo. Esa es mi tarea. Porque ver rodar la pelota, lo tenemos en la sangre. Para muchísimos mexicanos, el fucho es así de importante porque ganar se vuelve una victoria que va más allá que cualquier victoria; no es la camiseta, es el alma: la batalla cósmica de la cual nos podemos llegar a sentir parte. Es nuestro deber, no ladrar contra el fútbol sino volverlo nuestro aliado, estudiarlo, aplicar su drama a nuestras luchas 16


personales. Lo mismo con los aficionados. ¿Por qué pelearme contra quien decide publicar cómo se desarrolla el partido? Lo reitero: si luchásemos por transferir las leyes metafísicas que dominan al "deporte más hermoso del mundo" a nuestro arte, podríamos integrar a nuestro equipo al público llano y no dejarlo en la banca para revolcarnos en la misma mierda los mismos de siempre. Si queremos que todos se preocupen por eso que a nosotros nos preocupa, hagamos nuestra labor tan poderosa como un Jogo do Século, tan emocionante como aquel Italia-Alemania del 70 (que obviamente sólo he vivido gracias a la repetición, no imagino como fue en vivo) o el México-Holanda del 98. Es nuestro trabajo como artistas: ser delanteros implacables.

______________________ Ángel Fuentes Balam. Mérida, Yucatán. 1988. Director de teatro, escritor y actor. Becario actual del PECDA Yucatán 2018. Director de “Perros que parecen laberinto”, agrupación teatral independiente. Docente de Teatro en El Claustro, Campeche. Es autor de los libros: “Melodía tu engranaje quieto” (Editorial El Drenaje), “Cruoris o la rabia que fuimos” (Libros en Red) y “Devoré el cráneo de Eros” (Ediciones O). Ha publicado en las antologías: “Pyramid”, “Small Claim of Bones”, “Cuéntanos tu locura”, “La memoria de los días”, “Dramaturgia Express I”, “Karst. Escritores de la península de Yucatán” y en diversas revistas a nivel nacional e internacional. Coordina “Buqueic” (2017), presentación de lectura y acciones escénicas sobre literatura pornográfica, erótica y violenta, realizada por autores mexicanos. 17


Poesía

El péndulo MARIO PÉREZ LÓPEZ ■ Impávidos ángeles de cólera me redimen y me culpan de sufrir por ser tan ingenuo, porque el martillo de ilusiones adorna la linde entre el sueño perseguido y la excusa ahora que existo a la sombra del péndulo. El péndulo tiene tu nombre, las horas forma, el delirio cara y mi cara dudas, y yo de todo menos paciencia. Soy consciente de que el impacto llega cuando te acercas pero sufro al alejarte, pues no es la ausencia sino la huella que has dejado la que se arranca, y rezo para que las palmeras y el agua no se conviertan de repente en arena. Vivo de la esperanza que me queda, y la miro y se parece tanto a tu mano, pequeña, suave y suficiente, que en mis noches de Tántalo eres la marea, fuerte como tú eres, que retrocede. Que me permite alcanzar el árbol de la vida, de la tuya, de la mía, de la nuestra, cuando vuelves. _______________

Mario Pérez López (Elche, España, 1995). Graduado en Traducción e Interpretación por la Universidad de Alicante. 18


IlustraciĂłn digital Alicia MartĂ­nez

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OBRA VISUAL

Samantha Gabriela Núñez Kantún Nace el 12 de agosto de 1998. Actualmente cursa el cuarto semestre en la Licenciatura de Artes Visuales en la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY). Fue seleccionada en la 1ª Bienal de Pequeña Estampa de América Latina y el Caribe. Participó en la exposición colectiva "Réflex 1.0".

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