Huevo de avestruz, de Miguel Ángel Ortiz

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MIGUEL ÁNGEL ORTIZ

HUEVO DE AVESTRUZ

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MIGUEL ÁNGEL ORTIZ

HUEVO DE AVESTRUZ EDICIONES O NAVEGACIONES 5


Huevo de Avestruz D.R. © 2017 – Miguel Ángel Ortiz D.R. © 2017 – Ediciones O Mérida, Yucatán, México Teléfono: 9991434301 Correo electrónico: ediciones_o@outlook.es Este libro puede ser reproducido parcial o totalmente, siempre que se respete el crédito del titular del copyright.

EDITADO Y HECHO EN MÉXICO

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‌with usura hath no man a painted paradise on his church wall harpes et luz or where virgin receiveth message and halo projects from incision‌ EZRA POUND

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I

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CUATRO NOTAS DE COSTURA

Mano 1) Tomar una luciérnaga 2) Colocarla sobre la línea de la vida 3) Observar cómo se ilumina el destino, la llanura.

Tabla Ese nublarse el cielo, y la salida otra vez del sol, pero ahora menos fuerte, menos quemante. Tibio, un sol más recordado que actual. La luz se oculta y vuelve a salir; calienta nuestros nervios, como cuando una carne se descongela en la cocina.

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Piedras Bajar a la fondita por un café, por un cigarro, pez en cada auto que pasa. Qué frío, dice alguien, y ves caer sus palabras hasta el fondo del barranco: pasto, ballenas, tambor, ventana de agua del cielo justo al momento de abrirse.

Vaho En la sierra, los caballos rompen el hielo que cubre los estanques. Golpean y golpean, meten su hocico y toman el agua enjaulada por el témpano. Luego, el vapor sale de sus ollares y se vuelve otra vez nubes. Yo soy un caballo que golpea contra el hielo de los meses, y busca tomar el agua para regalártela, para que el cielo completo te acompañe.

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SAN MATEO

El Aparecido se ha sentado a desayunar. Busca una orquídea entre sus ropas y escribe con ella sobre el mantel. En su morral —musita— los instrumentos para pintar un paraíso en las paredes de su iglesia. Gira una parvada entre los libros y los platos. Una cuchara atraviesa el sosegado blancor de la leche. * Un fogón. Un cerdo, una gallina, una vaca para desayunar. La Pasión según San Mateo, también.

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Un coro es un caballo esta mañana, una voz se disloca, acomoda sus huesos sobre esta llanura. * La leche, al hervir, se ha desbordado del tazón. Un sorbo entra a la boca, inunda la garganta, baja al estómago y lo calienta. Leo las palabras sobre el mantel: “Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa del tributo público, y le dijo: Sígueme. Y él se levantó y lo siguió”. * Mira qué bien me han quedado estos huevos con tocino, aún hay leche en el refrigerador. Una codorniz vino hasta la puerta y comenzó a rezar.

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PASTO

Huevo de avestruz No era el frío ni la luz del cielo ni los artilugios del pasto que parece no moverse pero sí se agita en la mirada. No la luz pero la luz: una palabra que no habrá de decirse. Una naranja se desprende de un árbol esta tarde. Descansa sobre el pasto (tan callado) que se come Dios.

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Taller Antes de sentarme a escribir algo me bañaba. Quería estar limpio para que los textos fueran limpios, pero los poemas siempre salían tristes. He aquí un pan en medio de la basura.

Cama y mesa No eran barcos de papel sobre la cama, sino libros como estrellas sobre el cielo -invertidodel colchón eran libros, sí eran barcos, Emily.

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II

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PUERTA

Abrir una puerta de humo, ir tan sรณlo en busca de una imagen por donde poder entrar.

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HOTEL CON PISCINA

¿Habrá que encender una luz si aún están claras las nubes? ¿Quieres encender la luz de un cigarro, que es más tenue? * He ahí el mundo: la piscina de un hotel. Me sumerjo en el agua, me sumerjo. Ellos fuman, toman su cerveza, hablan de los campos. Me sumerjo en el agua, me sumerjo a volar. * ¿Era Tijuana? No, no era Tijuana ¿Era el D.F.? No, no era el D.F. ¿Era Durango? No, no era Durango 20


Era un sueño pero no era un sueño. Los cisnes de ¿Rilke?

¿Yeats?

Recuerdo los cisnes, el agua en tus ojos, tus ojos en el agua. Nombro a los cisnes, quiero recordar la poesía, pero no puedo decir la poesía que recuerdo. * (Yo no supe dónde entraba, pero, cuando allí me vi, sin saber dónde me estaba, grandes cosas entendí; no diré lo que sentí que me quedé no sabiendo, toda sciencia trascendiendo. San Juan de la Cruz) * Me sumerjo en el agua. Nosotros, que fumamos, hemos muerto.

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La piscina, las cervezas, las nubes no están. Todo se ha convertido en Dios. * (Ponme como un sello sobre tu corazón como sello sobre tu brazo porque fuerte como la muerte es el amor. Cantares, 8; 6) * Cerrar los ojos: una piedra se hunde en el agua, pájaros limpian la bóveda con su vuelo. Abrir los ojos: ¿Quieres nadar? ¿Quieres encender la luz de un cigarro, que es más tenue? * (Yo no supe dónde entraba, pero, cuando allí me vi, sin saber dónde me estaba, grandes cosas entendí; no diré lo que sentí que me quedé no sabiendo, toda sciencia trascendiendo. San Juan de la Cruz) 22


* Descansabas tu cabeza en mi hombro, tendías un verano en mi hombro. Tú eras el verano, corazón del agua corazón del pez, corazón de un pájaro que reza sobre los cuerpos. Amén.

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III

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NOVENARIO

Durante la mañana, una bruma se extendió sobre la hierba y el sonido de las personas se tornó pastoso, pero leve. Blancor en las nubes, en los vasos lechosos del dolor. Todos éramos, en cierto modo, una carne contra lo blanco. * Qué verano tan triste, y bajé una bicicleta de mis ojos, la eché a correr por la granja durante el funeral. Cenamos un silencio espeso que alguien sirvió sobre los platos, (animales, sus viajes de juventud, sus migraciones). Sobra decir que nadie habló sobre el polvo aquella vez. * Un blancor descendió, y el remolino de ruidos de los que llegaban o partían, de los que esperaron, se volvió un montón de piedras sobre almohadas. * Si hubiese una noche, si hubiese que testificar arriba de todos los peces, si hubiera que declarar frente a un faro extinto de luz, habré de sacar un libro de entre el polvo —pájaro enfermo que cae de un árbol—. “Y el corazón no muere cuando uno cree que debería” [1]. Y no murió. * 27


El tiempo—gradualmente más denso, y no obstante, más claro—, evidencia a una serie de animalitos—que fui, que fuimos—fijados con pinzas sobre una pared. * No volviste, no regresaste, me abandonaste en medio de esta blancura, y aquí me llené los ojos de pólvora, puse un explosivo en mis manos y lo dejé florecer, aquí fui solo, doliente y solo, hasta que aprendí de nuevo. * Un día bajamos hasta la hierba y la sangre en nuestras venas era una liebre que atravesaba el campo. Supimos que alguna noche tendríamos que ver el mundo con aquella misma luz. [1] Czesław Miłosz

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BOKETTO

Unos silencios donde recostarse. ÂżHace cuĂĄnto, caluroso y feliz, bajo aquellas ramas?

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CORDERO

De mañana, la camioneta de mi padre. Un viaje y la luz caen sobre todos y nos envuelven. Atrás de la camioneta voy como un caballo: toda la vida se vislumbra desde allí. Alguien coloca un cordero en mi corazón, minutos que no son un poema, pero lo son.

O bien: De mañana, un viaje y la bruma caen sobre todos y nos envuelven.

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Nos persiguen las nubes oscuras, palabras que no son de hielo, pero lo son.

O propiamente: De mañana salimos en la camioneta de mi padre a buscar -allá lejosalgo de comida. Antonio Aguilar canta un corrido sobre caballos. Yo tengo diez años y un corazón.

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8:25

Alguien dice, allĂĄ abajo, entre los autos de la maĂąana, que las nubes son pulmones que no dejan de respirar.

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AUREOLA

No llegarás tan lejos como pensabas, pero corres en una amarilla carretera de cielo y caen palabras por un barranco que se incorporan, después, como una nube sobre tu cabeza; mas no hay competencia, dijo Eliot. No llegarás, no llegabas, pero una tierna inconstancia, una tierna indefinición te arrullará, mañana y pasado, querida tortuga mía.

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FIN

Si en la luz me adormezco no es que olvide la luminosa herida que entonces me guiaba. Tomás Segovia

*

Un petirrojo ilumina los campos, allá muy lejos, adentro de ti. —

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NOTA Huevo de avestruz significó, para mí, una especie de puente; poemas escritos a través de varios años, como descansos o escapes en la composición de una obra más extensa, que sucede a mi primer bloque de libros. Hago memoria a la forma en que se administra la pobreza: Cuando yo tenía veinte años escribí mi primer libro, El cuaderno de las resignaciones, una evocación de fantasmas infantiles y un diálogo ingenuo con Óscar Wilde. Luego, unos años después escribí dos conjuntos hermanos: Milagros para una tarde de lluvia y Funerales que jamás las brujas, que eran una mezcla de dolor, de esperanzas y de amor. Yo tenía 23 años. Pasó el tiempo. Ese primer trío quedó atrapado como un bloque antiguo y seguí explorando, un poco lo interno, un poco el mundo. Y tardé muchos años en escribir y arrojar al cesto de basura, escribir y correr de nuevo a la basura por mis corazones tirados. En ese período, al ir conformando mi “gran libro” como pensaba, guardé algunos apuntes que no se cuadraron en aquel corpus y que encontraron su camino en revistas, en periódicos, en un blog personal. Al final formaron, al reunirlos, este librito. Son unos amigos que no asistieron a la que yo creí la gran misa y armaron su breve oración en una pequeña casa, adentro de un huevo. * Los poemas de Pasto, Cuatro notas de costura, y Cordero, aparecieron en Círculo de Poesía en la primavera y otoño de 2016 los dos primeros, y en primavera de 2017 el último, gracias a la generosidad de Mario Bojórquez y Alí Calderón.

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San Mateo fue publicado en octubre de 2016 en Confabulario de El Universal, gracias a la atención de Vicente Alfonso, y Hotel con piscina se publicó en diciembre de 2016 en la revista El humo, con el apoyo de Romina Cazón. Finalmente, los demás textos los he publicado antes en un blog personal misasinnombre.blogspot.com. Novenario fue editado originalmente en la revista Bistró, gracias a Daniel Medina, quien con su amistad ha hecho posible esta edición.

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SOBRE EL AUTOR MIGUEL ÁNGEL ORTIZ (Durango, México, 1984). Antes de Huevo de Avestruz, publicó El cuaderno de las resignaciones (Premio de Poesía “Elías Nandino” 2005); Milagros para una tarde de lluvia (Premio de Poesía “Carmen Alardín” 2007); y Funerales que jamás las brujas (Premio de Poesía “Amado Nervo” 2008).

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HUEVO DE AVESTRUZ de Miguel Ángel Ortiz se terminó de editar en junio de 2017 en la ciudad de Mérida, Yucatán. Cuidaron la edición: Daniel Medina, Daniel Sibaja y el autor. ediciones_o@outlook.es facebook.com/edicioneso edicionesomx.blogspot.com 40


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EDICIONES O

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