La memoria de los días. Breve antología de poesía en español

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LA MEMORIA DE LOS DÍAS BREVE ANTOLOGÍA DE POESÍA EN ESPAÑOL

Para antes del sueño

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LA MEMORIA DE LOS DÍAS BREVE ANTOLOGÍA DE POESÍA EN ESPAÑOL

Para antes del sueño

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EDICIONES O

La memoria de los días. Breve antología de poesía en español Colección: Para antes del sueño Primera edición, 2015 Hecho en México. 6


¿Dónde está la memoria de los días […] ? JORGE LUIS BORGES

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Ángel Fuentes Balam Mérida, Yucatán, México, 1988. Director de teatro, escritor y actor. Egresado de la Licenciatura en Teatro de la Escuela Superior de Artes de Yucatán. Es autor de los libros: Melodía tu engranaje quieto (Editorial El drenaje, 2011) y Cruóris o la rabia que fuimos (Libros en Red, 2014). Ha publicado en antologías como Pyramid (2010) y Small Claim of Bones (2012). Ha publicado cuento, dramaturgia y poesía en revistas como Delatripa, JUS, Almiar, Sinfín, El mollete literario, Círculo de poesía, Río Arriba, Ariadna-rc, Morbífica, entre otras. Ganador en 2013 del certamen “Dramaturgia Express”, convocado por Teatro El Globo A.C. Escritor y director del cortometraje Obediencia, producido en el marco del festival Kino Kabaret 2014. Actualmente, se desempeña como profesor de teatro y música a nivel secundaria, trabajando para el Centro estatal para la prevención social del delito y participación ciudadana del Estado de Yucatán, CEPREDEY; trabaja en la preproducción de libros de poesía y cuento.

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PRIMER MOTOR INMÓVIL Ya no hay respiración. Detente, evita que giremos. Duerme a cada bestia, a cada raza. Ya no compartimos el aliento, ni siquiera bebemos de la misma copa. Hemos apagado el cirio que honraba a nuestro dios. Calma la vegetación y el mar de antes: detén la maquinaria del planeta, la expansión de la noche. Acaricia el segundero: que no avance. Debe todo ser sigilo, cuando llueva, cuando lleve mis vidriosas manos a la cara, sin decir palabra mientras pasas el umbral sin verme; como si no hubiésemos sido el motor de todos los principios.

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ÓRBITA ERRADA El camino sigue ahí, pero no vuelves. Te ata el futuro, la cara grotesca de los antiguos amados. Y los ojos de tus muertos se encienden como hoguera.

Deseas arder, levitar ceniza hacia la inútil tierra que te vio nacer.

Olvídate de rechazar el cáliz, dios no apartará tu sufrimiento. Dirígete a la más furiosa estrella y estalla.

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CANSANCIO Me quedaré sin piel, sin carne, sin caminos, cuando tu sismo aplaque mi constelación fallida; voy a desaparecer como la noche ante el alba furibunda. Y ojos ígneos arderán en sueños y rituales tristes: ¿A qué infame sombra engendrará mi cuerpo, después de honrar tu espanto?

Allí donde otros levantan monumentos, yo entierro las manos en el polvo, para tragarme puños de inmundicia, mientras lanzo llorosas carcajadas que no agrietan el silencio.

Tus labios producen visiones mortuorias, fuga de espíritus, aquelarres alfabéticos… Viajo a ellos en el derruido tren de mi inocencia; espero, vago, erro, caigo en el túnel, me segmento en cuadros de luz.

Y cada cuadro es tumba, y en cada tumba palpita un hombre fracasado. 12


Marcia Ramos Lozoya Tijuana, México, 1989. Estudió la Lic. en Lengua y Literatura de Hispanoamérica en UABC y Diplomado en Creación literaria en la de escuela de Posgrado Sor Juana. Le otorgaron la beca Interfaz 2015 de literatura. Ha publicado cuentos, poemas, minificciones, crónicas y ensayo en diversas antologías como El lenguaje de los astronautas, Poetas parricidas, Migraciones, Escritores sin fronteras. En medios impresos como Revista Tijuana poética, Senderos iberoamericanos, Volante, Timonel, Rojo. 13


VISIÓN

La maldad es un dogma para explicar los silencios de mis calles, los bares, las galerías del centro, el espíritu de las rockolas es la melodía de mi ciudad derramada en la sangre. Al igual que la Maga de Rayuela hacer un hijo parado en el tiempo sería rescatar mi esencia en los brazos de la muerte contar los pétalos derramados por los ojos a través del mar del dulce viejo ciclope que aparece entre las almas, antes de llegar al silencio cuando somos grandes. antes de llegar al silencio estamos con los oídos enredados. fuimos niños recorrimos el hombro de mamá al sonido de Pimpinela y cantamos por todas las calles matarile hoy jugamos con balas y navajazos de las bolsas. ¿Sera que en esta patria todavía buscamos a nuestra madre, doncella de pelo encendido y labios abiertos, pulpa de tierra? No nos podemos concebir acaso como criaturas con circunferencia de los 360 º para gritarle al mundo que en medio del equinoccio fuimos hijos del sol y de la lluvia? ¿No podemos dejar de preguntar cuando se acaba la noche y comienza el día en una piedra de sacrificios llamada trabajo? Que acaso a nadie entiende que cazamos, matamos y vivimos como un dios en la podredumbre. Sigiloso escudo te protejo ante la bestia escondida de su pupila. La metralleta de mi hermano esta lista para arrodillarme antes de cruzar el rio, las nubes colorean el rosto de México ahora tan lejano. 14


PALABRERÍAS

Se arrastran las piedras a la mitad del sol donde todo tornado permanece oculto, la angustia retorna en sus raíces de espuma las plantas retuercen sus dientes. No hay mayor palabra que el silencio en el alma, en el habitar de las piedras marchitas columnas residentes en el cuerpo de los hombres han abandonado el escalofrió de la soledad bendita luciérnaga que acaricia en el aire.

Las criaturas bajan con sus pies de sábila se esconden adentro de las almejas remiten el secreto de la continuidad. Su tacto es el respiro profundo antes de enterrarse en besos pronunciados.

Las criaturas son eso que se evoca pocas veces en la mente carcomida, cuando el cuerpo está cerca del polvo o del olvido.

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EN EL PARAÍSO Soy hombre de lentas tardes (…)

Quédate despacio entre la lumbre de las pampas esas que acaricias con el aliento de tus pómulos salientes, cuando las brumas de los volcanes te inunda entre las camas desapareces en los rincones de la carne. Quédate allí donde viven las gardenias las cabezas que las usan para arreglar las caras, no mires mi lengua de terciopelo, ni invites a mi mano, la caricia no fue inventada para la muerte ni para mi hábito la noche. Quédate allí donde dios te dibuja con tu nombre resalta en los ojos de los niños. No llegues a mis huesos puesto que suelo abandonarme como los dientes al cobarde cuando dice que el amor se hará por siempre. Quédate allí escondido entre las formas de las nubes para que busques a tu errante o la sombra que te sueña. No me invoques por error o epifanía puesto que ya estoy sola como cada cerebro adentro de su habitación oscura. Quédate allí donde mis labios solo pueden imaginarte, no te pares en los cementerios o en los altares, allí nada es suficiente para el roce de tus palabras en mis oídos donde nada puede ser. 16


Abraham Reyes Hernández Ciudad Sahagún, Hidalgo, México, 1993. Participó en el “Curso de creación literaria para jóvenes, séptima emisión 2015” realizado por la Fundación para las Letras Méxicanas y la Universidad Veracruzana. 17


UN MURMULLO DE LA ARENA CREA EN SILENCIO LA MEMORIA Sediento sólo me saciará un agua que no puedo alcanzar. ADONIS

I Nada nuevo nace en el país del desierto las aves cantan el anochecido recuerdo de un mar que no encuentran Aquí los restos del mundo pedazos de vida que en la tristeza se consumen.

Aquí los desaparecidos el llanto muros de piedra calcinada cuerpos condenados a la orilla del polvo.

II El fuego entró por la puerta nuestros faros no esperaban su rostro nadie advirtió que su viaje era el último. Pensamos que eran frío sus ojos un llanto secreto baile de años adormecido en la flama 18


No quisimos darle la mano supimos que ahí empezaba el juego se trataba de retirarse todo un instante no ceder Dejen atrás lo que ha muerto No miren la desgracia.

III Nuestros padres creían en los dioses el fin del mar era el naufragio de la fe ellos moraban en las nubes su geometría adornaba las piedras.

Nosotros dormíamos en paz sabíamos que ellos vivían allá y no importaba la magnitud esa soledad de habitar el mundo.

IV Mentira que viviéramos en secreto que fuera la muerte de los huesos un altar.

Mentira que en las calles las campanas ecos distantes de los sueños 19


llamaran la lluvia el milagro.

Mentira que nuestra vida fuera travesía discreta recorrido por el tiempo de los olvidados.

V Recuerdo que en la tormenta nos golpeaba un mar abrupto la frente herida de tanto dolor.

Alguna vez las sombras habitaron nuestras casas los pasos mezclaron el aire nuestra luna fue la espera del desierto.

VI Un día la arena será el próximo pétalo y en silencio el secreto de la muerte será la luz de los párpados cansados.

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Enrique Carlos Guadalajara, México, 1988. Estudió Literatura en la Sociedad General de Escritores de México. Becario del PECDA, de la Secretaria de Cultura de Jalisco, 06-07. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven "Guillermo López Muñoz" 2014. Autor de Crisantemo cielo (CONACULTA, 2007) y El show de los muertos (Impronta, 2015). Fundador de Naranjito Blues, donde grabó cinco placas discográficas (07-12). Actualmente dirige Sombrario Editores. 21


SOY UN HOMBRE de carne y hueso, dicen.

Dicen que soy un hombre y que debo caminar sobre este mundo.

Dicen que soy de carne y hueso. Me dicen que debo mirar al frente con la espalda siempre erguida.

Soy un hombre Ăşnico e irrepetible.

Me dicen que el tiempo es oro y que debo aprender a atesorarlo.

Pero yo no quiero morir en esta tierra

me gusta caminar mirando al suelo pisar las hojas. Digo.

Yo no les digo nada y dejo pasar el tiempo para que otros lo tomen y levanten un imperio.

Soy un hombre de polvo y sombra, callo: el dolor serĂĄ mi Ăşnico imperio.

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TENER VEINTE Aテ前S, tocar en los bares. Tener dos manos dos corazones.

Sentarse a esperar algo. Esperar por siempre que el dolor pase que el veneno sirva metido en el cuerpo.

Una mujer dormida soテアando con hombres de diamante.

Tener veinte aテアos pegado al dolor de estテウmago de esqueleto erosionado. Tener dos ojos, para mirarse los marchitos zapatos en los pies.

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Y SI TE DIJERA que sí que quería caminar con alguien que deseaba mis piernas más largas para poder seguir el paso

y si te diera nombres, colores estaturas?

Si te dijera que alguna mañana en algún baño de escuela la vida me molió a palos

que algo se cayó dentro de mí y sobre el páncreas se pudre.

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Andrea Domínguez Saucedo México, D.F, 1993. Estudiante de la Licenciatura en Estudios Literarios en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). En el 2014 participó en La Testadura, Literatura de paso, ese mismo año fungió como presentadora del libro El atril de la luciérnaga del escritor Marco A. Ángel Lara en las Casas de cultura Félix Osores Sotomayor y Josefa Vergara, Querétaro, Qro. En el 2015 participó en el Undécimo Foro Internacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura (FIELL) con la ponencia “Ventas y trueques: la oferta de un ideal”, en Hermosillo, Sonora. También participó en la primera lectura de “Protopoetas” en el Museo de la Ciudad. Actualmente es Editora de la Revista Literaria de Aeroletras. 25


UN TESTAMENTO Cuando me vaya

no digas palabras en mi nombre, no me recuerdes con lágrimas, no. No me entierres en el camposanto cercano a la casa, mejor reparte en el verso de cada día mi carne y mi sangre: te pido la inmortalidad. Y deja que las jacarandas tapen mi apellido; que quiero que mi voz sea un eco, de esos que van en el aire y en los picos de los pájaros. Quiero que mis palabras se vayan en los pasos de la gente, quiero ser el adorno de los adoquines, marchitarme cada año, cada año volver a nacer. No, no quiero que digan qué buena fui; ni madre, ni amante fiel, sólo busco ser emoción en la mirada de las mujeres, un nudo en la gargantas de los varones. Ir y venir entre las palabras, junto a los pasos, en las voces, y como primavera, volver, por lo menos, una vez cada año. 26


Carlos Cortés Nuevo León, México, 1995. Venido de un pueblo de naranjas y hombres en bicicletas. Comenzó a escribir poesía después de acudir a un curso del poeta cubano Orlando Gonzáles Esteva. Actualmente tiene un libro que se encuentra en proceso de publicación y otro en estado de creación. Ha sido publicado en las revistas electrónicas El Humo, Bitácora de Vuelos y Bistró. Ama a las mujeres, aunque no es mujeriego —al menos eso dice él—. La mayor parte de su poesía se encuentra aquí: www.facebook.com/CarlosCortesEscritor 27


TRANSBORDO Me dicen tantas palabras a diario que a veces las olvido o las desecho para hacer espacio a otras cosas. Dicen que tal persona ha muerto que tal persona hizo tal y qué cosa rescatable pasó en su semana. Me (nos) acribillan con bienvenidas al metro, notas rojas maquilladas de rosas aunque realmente sean negras, un telediario habla de imparcialidad dando su opinión, y un poeta aguarda callado en el último vagón del metro. Nos llaman y la palabra se desgasta —parece la puta de todos—. Guardo silencio: ahorro palabras innecesarias,

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para ser sutil, para decir solamente lo prudente. Un poema nace cuando todos bajan y la palabra transborda al papel.

ATTICUS ATLAS Me alimenté del poema, de la hoja, del libro. Mis otras compañeras se alimentaron del cartón, de revistas de espectáculos, y de periódicos amarillistas. Tal vez por eso ellas salieron polillas de casa y yo: Mariposa Atlas —sigo siendo polilla sólo que los aficionados me dicen así—. A ellas las caza el hombre por buscar la luz que les falta en las pantallas de sus computadoras. A mí me cazan todos por eso las grandes alas y las cabezas de serpiente en la punta de las mismas. Ya no busco la luz, no me hace falta. 29


Marco Antonio Murillo Mérida, Yucatán, México, 1986. Estudiante del MFA en Creative Writing por la Universidad de Texas en El Paso. Premio Nacional de Poesía Rosario Castellanos, en 2009. Premio de Ensayo de Crítica Universitaria (CONARTE), y segundo lugar en el Premio Regional de Poesía José Díaz Bolio, en 2011. Campeón del Torneo Express de Poesía Verso Destierro. Así mismo, ha obtenido la beca de Jóvenes Creadores del FOECAY (2009), y la Grant de la Universidad de Texas en El Paso (2013-2016). Es Autor de los poemarios Muerte de Catulo (La Catarsis Literaria, 2011; Rojo Siena, 2013) y La luz que no se cumple (Artepoética Press, 2014), y coautor de la antología Casi una isla: Nueve poetas yucatecos nacidos en la década de los ochenta (SEDECULTA, 2015). Recientemente obtuvo el Premio Estatal de la Juventud en artes, otorgado por el Gobierno de Yucatán. 30


S

CON LA POESÍA,

la soné pequeña y temblorosa como una salamandra, negra como la sed de no ver el mar desde hace años. El bosque del lenguaje ardía toda la noche en el vientre de mi madre, y la poesía corría y el fuego la alcanzaba. La piel de la salamandra era humo y después un enorme madero que ardió como una hermosa muchacha. Como una hermosa muchacha iba corriendo con su ardoroso nombre y cubría el otro lado del lenguaje que sólo se ve a la luz de una lámpara lunar. Del carbón salía un lenguaje amarillo que los hombres hablaban en secreto con pulmones perforados, y mi corazón triste estaba lejos de la palabra asfixia. No entendí lo que hablaban, ni lo que sus ojos decían contra lo rojo que aún dormitaba profundamente en las hojas de la noche. Eso rojo que era el lenguaje de todos los hombres y que al intentar hablarlo congelaba mi lengua. Soné con la poesía, me dijeron que hablar de ella es quemarse 31


las raíces de la lengua, estar ciego

ante la palabra luz, buscar inútilmente la claridad en la bruma de un bosque de humo. Yo busco esa orilla, esa claridad, la busco como a un diente de león. Tal vez nunca la encuentre. Tengo el presentimiento que el cielo est a punto de partirse en una gota hacia el océano.

LOS DADOS

Descansan las cosas en la penumbra de los dados, pesan más que su caída. Descansan mientras hacemos guardia sentados en unos bloques de piedra borrosamente labrada.

Cada vez que tiramos los dados es como si conversáramos en lenguas distintas:

¿Qué dirías si descubrieras que el tiempo se amontona bajo el peso de estas piedras?

Tú me respondes con otra jugada cuyos números podrían tirarme la voz 32


y el brillo de un par de monedas:

¿El sueño de los pájaros es un alfiler que ha perdido sus alas? No lo sé, pero las cosas dejan de ser espíritu cuando las nombramos con una balanza, caen al suelo y ya no están a salvo de la muerte.

Nos miramos a contraluz de una fogata.

Atrás de nosotros descansa la ciudad, tú guardas silencio, sabes que el sonido de los dados podría despertarla.

Más adelante nos dijeron que el enemigo también hace guardia.

Hace frío. Una perpetua maquinaria que llamamos azar sostiene con su lentitud al jugador y a la noche. Tras cada turno la muerte se escapa o se acerca a mis dedos.

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Siempre hay un grano de polvo de la luz que rompe el engranaje de las repeticiones. Esta es la única ley que gobierna la lentitud de nuestro juego.

Al caer en la hierba, los dados forman constelaciones, sus astillas no son las mismas que recorren mi sangre.

Uno de los dos ha vuelto a tirar los dados.

Entonces no hay sol, ni siquiera olvido, solo el presentimiento de que allá lejos acampa el enemigo, y la voluntad que tiene el frío de persistir en el fuego.

Los bloques de piedra donde estamos sentados no son bloques, sino columnas que una vez sostuvieron la paciencia de una casa.

¿Logras leer alguna de las inscripciones?

Aquel en cuya casa no he jugado, es un extraño para mí. 34


Cerca del agua, oye soñar a los muertos; eso ya les impide dormir. GASTÓN BACHELARD

Cerca del agua se levanta el hospital. Los años y el sol del Caribe, le han dejado un denso olor a lluvia y salitre. Adentro, la luz del sol entra opacamente, pero aún así alcanza a extender su marea a cada una de las habitaciones. La mujer que despierta con esta luz la compara con el tesoro de una pesada fiebre, la que descansa recuerda una sombra maternal. En uno de los muros interiores hay una pintura borrosamente impresa: Ofelia. El visitante que la observa, imagina una sombra que descansa en la liviandad de su propio sueño.

−No quiero despertarle. −Dijo ante ella que no estaba dormida. −Que el olvido la mantenga intacta.

Poco o nada se sabe de este lugar. Allí pasan sus últimos días nuestros fantasmas de juventud: mujeres que encendieron las noches en altamar, o que hicieron de la vida un brevísimo temblor; mujeres de ojos como leche. La única belleza que aún les queda es su enfermedad. A las habitantes del hospital se les desgrana la memoria como una paciente lepra. Para retrasar este efecto, los enfermeros les leen novelas sobre el mar. Alguna de ellas despierta, pide la fecha, da gracias a Dios por un arribo a puerto sucedido hace años, y balbucea los restos de una canción lejana. Sin embargo, ante el asombro de los cuidadores. pronto vuelve a su abismo.

−¿Escuchas correr el agua? −La escucho, su música me recuerda el mar como si todos sus ahogados hablaran. 35


Hospitales: la piedad del sueño es la claridad de sus habitantes. El sonido del agua por las tuberías es el único testamento que el sitio recoge del mar. Los visitantes lo comparan con un barco hundido, una tumba submarina donde lo perdido descansa en su asfixia, a salvo de la vida y de la muerte. Para ellos, es fácil confundir el espectro de la amada con aquella imagen de Ofelia; pero ésta no recuerda la juventud perdida, sino la realidad del sueño.

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Carlos Noyola Ciudad de México, 1996. Sus poemas han aparecido en publicaciones como Periódico de Poesía, Crítica y Otro Páramo. Escribió Costumbres correctas (Texere, 2014). 37


CANTAR LIBÉLULAS Subo los jarrones para escapar de mi memoria. Desde allá veo a mis hermanas brincan encimándose para alcanzar libélulas que se congelaron cuando pensaban en ser aquenios.

La tía llamó e intenté correr pero mis hermanas decidieron construir pirámides sobre mi cuerpo. No siento los dedos, dijo una de ellas y volteé a mirar por la ventana el vals de dieciséis que pronto se convirtió en canto de risas y libélulas.

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Catherine Vázquez G. Guadalajara, México, 1991. Lic. en Psicología por la Universidad del Valle de México. Ha asistido a diversos talleres de creación poética en la ciudad de Guadalajara. El poema Mitología, se publicó en la revista electrónica Letrina Num. 18 Marzo - Abril 2015. Así mismo, están próximos a publicarse algunos poemas suyos en el poemario Tierras de Arce, una muestra del trabajo realizado por los asistentes del taller Poético Maples Arce del ex convento del Carmen de la ciudad de Guadalajara.

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LOVELY CREATURE Esta creatura hermosa lame la comisura de tus ojos el calor de su lengua te pregunta por qué tu ojo es una herida su sombra detenida por la lámpara astilla la pared Esta creatura hermosa bebe el agua de tu lagrimal abre tu cráneo como a una bóveda y las hojas y los hilos caen de la solapa de tu traje elegiste su textura como una ofrenda para el amor y tú sabes eres un animal hondo que jamás pensó ser purificado de esta manera.

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Guillermo Hidalgo Ciudad de MĂŠxico, 1996. Se trata de un chilango perdido y exiliado en la ciudad de QuerĂŠtaro. A diario pasa lista en la Facultad de Lenguas y letras de la UAQ (estudiar es un tĂŠrmino bastante complejo). Ha escrito para algunas revistas, ha asistido un par de talleres literarios. 1er lugar concurso de cuento del Instituto Queretano San Javier 2013. 41


ESCRITURA RUTINARIA masturbación rutinaria un espasmo neuronal un pinchazo en medio de la yema la máquina de escribir guiada por sangre de qué sirve escribir esto si afuera las sombras caen la guerra continúa y yo sigo sin encontrarte sin entender porqué no regresamos el tiempo y compramos una isla o un pueblo fantasma donde nos dediquemos a follar a hablar sobre cualquier cosa sobre cuál es la mejor manera de revolucionar el arte de asesinar al papa de escribir cuentos (¿sigue siendo tu género favorito?) sin necesidad de observar un reloj entonces una noche mirarías mis ojos y escribirías sobre mi tórax: “¿de qué sirve tanta droga tanto desvelo tanto film inconcluso?” 42


Manuel Iris Campeche, México, 1983. Licenciado en literatura latinoamericana por la Universidad Autónoma de Yucatán, maestro en literatura hispanoamericana por la Universidad Estatal de Nuevo México (EEUU), y doctor en lenguas romances por la Universidad de Cincinnati (EEUU). Ganador del premio nacional de poesía Mérida (2010) y recientemente ganador del premio regional de poesía Rudolfo Figueroa (2014), otorgado por el estado de Chiapas a poetas del sur de México y poetas de Guatemala. Autor de Cuaderno de los sueños (Tierra Adentro, México, 2009), coautor, junto con el poeta brasileño Floriano Martins, de Overnight Medley (ARC Edições, Brasil, 2014), e igualmente autor de Los disfraces del fuego (Atrasalante, Mexico, 2015). Fue compilador del libro En la orilla del silencio, ensayos sobre Alí Chumacero (Tierra Adentro, 2012). Fue becario de la fundación Charles Phelps Taft de la Universidad de Cincinnati (2012). Ha publicado poesía, ensayo y traducción en revistas como Tierra Adentro (México), Asymptote (Estados Unidos), Triplo V (Portugal), Casa de las Américas (Cuba), Sibila (España) o Mapocho (Chile); además su obra ha sido incluida en antologías nacionales e internacionales, destacando las antologías binacionales Postal de Oleaje, poetas mexicanos y colombianos nacidos en los 80, publicada al mismo tiempo en México y Colombia, y la antología Espejo de doble filo: Antología binacional de poesía sobre la violencia, que igualmente reúne poetas mexicanos y colombianos. Poemas y ensayos suyos han sido traducidos al inglés y al portugués. Actualmente es miembro del seminario de investigación sobre poesía mexicana contemporánea de la Universidad Nacional Autónoma de México. Email: manueliris65@gmail.com /Twitter: @manueliris65 43


ECOS Mordida por su edad mi abuela le habla al anterior que la vio por mis ojos: ¿No te dolió jamás dejarme así, con cinco niños? ¿No nos pensabas nunca? Me siento culpable del silencio que mi rostro, antes de mí, guardó pero le aclaro: amor, yo soy tu nieto, el primer hijo de tu hijo menor, soy el que vive lejos. Ya decía yo, me dice, que no tenía sentido que yo fuera una vieja y tú siguieras igual. Me abraza con alivio, como si esa conversación entre nosotros acabara pero sucederá, como es costumbre, la siguiente vez que nos veamos. 44


ROUND MIDNIGHT

And I lost in the morning mist of an age at a riverside keep wandering in the mystic rhythm of jungle drums and the concerto. GABRIEL OKARA, PIANO AND DRUMS

El Arquitecto calla, piensa. Planea juntar las puntas de la media noche para hacer de nuevo el puente entre tu voz y tu verdad primera. …el inicio es torpe. Borro y escribo: Thelonius Monk ató puntas de la media noche para tender la melodía que funciona como puente de tu voz al grito primigenio. Acaso ha mejorado. Sigo escribiendo pero entonces apareces. Entras al cuarto y a pesar de que te veo de frente, prefiero la otra imagen que hay en el espejo, la variación del vidrio boquiabierto junto a ti. …me detiene boquiabierto: evidente efectismo. Pongo de nuevo esa canción del Arquitecto y dejo que te vayas. Continúo: Thelonius Monk ha atado los extremos de la media noche para iniciar la variación de los andamios que se alargan de tu hablar a tu gemir de orgasmo al primitivo tiempo de los otros los pre-humanos que se aman contemplando el fuego Thelonius Monk armó la media noche circular y entonces la ternura más rudimentaria se apropió de ti te convirtió en la imagen del primer amor que es casi el eufemismo de quedar en celo es casi ronda casi 45


día siguiente …la canción termina pero alguna variación es todavía posible. Callo. Imagino al arquitecto componiendo partituras que sirven nada más para salir o para entrar en ellas. Pongo play: pensaba unir las puntas de la media noche y la ternura más homínida posible el más elemental amor te vio las manos y pensó en dejarlas en la piedra para siempre en invocarte como a la cacería y te volvió rupestre y te dejó en la cueva del amor original del eufemismo de quedar en celo de ser Thelonius Monk haciendo los andamios que se alargan de tu voz a los aullidos de tu risa hacia el temblor de orgasmo y vas del piano al tambor y vas también en dirección contraria Caigo en cuenta de que el puente es una forma de la eternidad que el Arquitecto escribe los reflejos de tu rostro cuando entras por la puerta tu precisa variación tus puntos tus momentos de llegada o de partida.

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VICTORIA DEL AMOR [Yo] que me niego a reconocer los hechos... RAFAEL CADENAS, DERROTA

Yo que me enamoro de mujeres inauditas que comprendo más que nadie a los que lloran en los aeropuertos que he visto ya todos los rostros del amor

cuando se marcha

que he dicho “para siempre” y he soltado sus manos que todavía sostengo que el amor existe que he sido amado, odiado y olvidado por la mujer más justa que me rio de mí que soy el “ pasar ’” , “ no es mi intención”, “ todo es mi culpa” que aún creo en la esperanza que lucho por tener una sonrisa presentable que a veces compadezco a quien espera algo de mí que no merezco nada que escribo de vergüenza que llego a mis poemas como quien se cae me levantaré del polvo para decir tu nombre y sonreír con expresión de enfermo, todavía.

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José Rengifo Delgado Cauca, Colombia, 1994. Cursa sus estudios en la universidad nacional de Colombia. Co-fundador y editor de Editores el silencio. Obtuvo el segundo puesto en categoría adultos en el IX Concurso de Poesía Inédita de Cali, en el año 2014. En el 2015, La Silla Renca edita Hay mierda que nace del cielo (Monólogos de Adám Popayám), y es publicado en la Revista de Poesía Bistró Núm. 3. También coordina junto a otros dos poetas, el blog de poesía ColLitA. 48


VIAJA SOLO EL QUE SOLO VIAJA me tiro en las líneas de la carretera / yo también soy el bus en el que viajo pa la casa

mujer, no serás más una costilla al aire, disparada desde la ventanilla

cuando estaba en misa, sólo podía pensar en comerte el pan

ahora el sol es un charco / paso por el charco / lo parto en dos mido el tiempo con cada canción que suena en el celular mujer, no estás cantándole a la luna como una gata en celo / es de día.

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Armando Salgado Uruapan, Michoacán, 1985. Egresado de la Normal Rural Vasco de Quiroga de Tiripetío, Michoacán. Maestro en Educación Básica por la Universidad Pedagógica Nacional. Candidato a Doctor por parte del Instituto McLaren de Pedagogía Crítica. Autor de los libros: Casa de adobe (Puerta Abierta Ediciones, 2015; Premio Nacional de Narrativa Mariano Azuela 2014), Hontanar (SECUM, 2015; Premio Estatal de Poesía Carlos Eduardo Turón 2015), Cofre de pájaro muerto (Ediciones Punto de Partida, 2014; Premio de Poesía Joaquín Xirau Icaza, 2015 otorgado por el Colegio de México a través del Fondo Xirau Icaza), Fiebrerías (Diablura Ediciones, 2014), Estancia de ánimas (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2013; Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal, 2013. Elegido por la revista Siempre! y el periódico La Razón como uno de los mejores libros del año publicados en México), Azogue Suite (ICA, 2013; Premio Nacional de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos, 2012, poesía), Corvus Suvroc (Mantis Editores/H. Ayuntamiento de Hermosillo, 2012; Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal, 2011) Liturgias (Secretaría de Cultura de Michoacán, 2011; Premio Michoacán de Ópera Prima de Poesía, 2011), y Variaciones de una vida rota (SECUM, 2011; Premio Michoacán Ópera Prima de Narrativa, 2011). Actualmente se dedica a la docencia en la ciudad de Morelia. 50


AMOUR AMOR AL DILUVIO Luego sucede que la poesía es una bestia que se refugia debajo de la confusión. La veo ahí, bajo el puente de los años, en el cuerpo del padre que adelgaza y en los ojos tristes de la lluvia.

AMOR A LA INFANCIA Aquella tarde de abril el baile no estuvo de mi lado. Ni los árboles buscaron mi sombra. Aun así mi cuerpo no dejó de moverse y atrajo la atención de todos. Pensaron que yo era un break dancer. Nunca pasó por sus narices que sólo obedecía el ritmo del estéreo y que los cables de la luz no eran sino la conexión de la tierra con mi respiro. Traía puesta la misma playera de los Looney Tunes que usaba en todas las fiestas: cónyuge de los poemas que 51


llevé a mis primeras citas. Y después de todo aunque el gusto por las camisas se haya mudado a mi closet, el desgaste de aquella prenda sigue siendo el acantilado que prefiero, donde yacen los restos de todos mis fracasos junto al triciclo y a la figura de acción de la que estoy tan lejos.

AMOR AL YO Yo soy Altazor y por ello no es la sombra la que arraiga mi cuerpo soy yo quien provee aeroplanos a tus muslos. No escribo para ti. Escribo para obtener premios y escalar hacia el excremento. No respiro, sólo uso el sudor necesario y en tiempos de angustia invento un punto cardinal sólo para mí. Todas las brújulas del amor me señalan. Nadie conoce mis fracasos, están enterrados bajo llave entre el color real de mi cabello. Creo en la vasectomía como otra estación del año. La lista de mis lugares predilectos es un garaje 52


abandonado, prefiero estar conmigo y no con mis padres. No escribo cartas a mujeres estériles y mis amigos son un campo de envidia. Los jóvenes recortan mi imagen y la dejan en su cartera. No creo en la esperanza ni en un mundo mejor mucho menos en estas palabras. Creo en la vanidad del dinero, en la superficie de una cuenta bancaria y en la mentira como única estrategia. La caspa del diablo es fortaleza en mi nariz. No leo a mis contemporáneos ni pierdo el tiempo en los periódicos. El mundo es un cristal roto, nada lo remienda. Mi tabla de salvación: el silicón de un trasero suculento. No temas, algún día morirás. Este cuerpo es sólo un cofre que alguien desenterrará en otra vida. Recuérdalo: no somos la hoja, somos el árbol. 53


Ignacio González Cabello Monterrey, México, 1987. Estudió la licenciatura en Letras Hispánicas. 54


¿LUCHAR? todo se vuelve combate: nuestras ideas y la resistencia hacia los demás el poder del saber y la riqueza nos ahogan para algunos es tarde mientras que otros sin afán y voluntad tomamos el turno del silencio y sepultamos la recriminación jamás y de forma absurda los activistas se cuestionan que la voz no está en masa sino en la ausencia de queja y la pronta eficacia de las acciones pobres tan pobres los que no alardean de sus casas hechas pedazos y desmoronándose qué valor y coraje de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos! ya no en los suburbios ni en narcofosas sino adentro: en plegarias y Dios y vemos multitudes en la calle gritos y exigencias contra la autoridad pero llegan a sus hogares y se convierten en eso: en lo que odian ¿has escuchado el llanto de una madre? 55


sí así en trozos y con vacío sin consuelo o palabras ese corazón es una grieta ni el yeso o el cemento curan el dolor ¿qué sabe una persona de sufrimiento si no perdió a un hijo? es difícil parar y escuchar el pulso de la desesperación no sólo vomitar y destruir lo que está al frente salir a la avenida y observar que hay más vida en las máquinas en los inmigrantes que piden dinero en la avaricia y la corrupción en la comida rápida y no en los mercados existen diversas cuestiones y las respuestas nadan en el asfalto arden y ciegan pero hay cobardía para sujetarlas sí elijo degradarme como la basura y la carne expuesta al calor rehúso toda doble moral ser el superhéroe que una ciudad en llamas ocupa el guardián de los débiles y protegerlos con leyes obsoletas el budista que no daña pero traga carne el vegano que cuida animales y golpea a la novia el diputado que llora si los narcos lo amenazan el estudiante pretencioso que marcha y descuida su familia y el que conspira sin actuar 56


aquí en la indiferencia

primero por sí mismo y después por la vida no cabe la hipocresía retorcer el valor y pisotear el miedo para liberarse lo mejor: es prender la televisión oír que si las personas se rinden no deben reclamar y mandar todo a la verga sin excepción porque no cesarán las encuestas en la calle los discursos en las plazas y los mensajes en los camiones: ¿luchar?

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Lucía Yépez México, 1941. Licenciada en Letras Españolas U.N.A.M. Publica sus primeros poemas en Palabras para llevar. Becaria y Diplomada de la S.O.G.E.M. Nuevo León incorporada a la sede en México (1993-1994) Becaria del Centro de escritores de N.L.(1999-2000). Licenciada en Artes Universidad Humanitas de N.L.(2004). Master en Humanidades CICAHM (2015) Premios: “Celedonio Junco de la Vega” (1994), “ Alica de Nayarit” (1995), Mención honorífica U.D.M (1995), Ponente en el encuentro internacional de escritores “Monterrey 96” Mención honorífica U.D.M (1996), Premio Conarte Edición de libros (1996), Premio “Literatura Nuevo León” (1998), Premio Poesía ITCA (2014). Publicaciones: Con cicatrices pero a salvo, Nosotros los malditos y el resto, Raíz de gata negra, A la medianoche sólo los perros esperan, El rojo es un color salvaje (Varia invención). Su poesía ha sido antologada en España, Argentina y Perú. Traducida al inglés En la actualidad radica en el municipio de San Nicolàs de los Garza N.L, Mèxico. 58


OTRA VEZ AÚLLAN Nadie quedó esperándome sólo los perros que la nostalgiaúllan mientras en este aire de piedra (y el sollozar de frutas amargas y el tequila y la última vez) quién en la sima de tu vientre gemirá? a lo largo del callejón alguien dejó su corazón olvidado (y tanta pasión reprimida y tantas misas negras) hambrienta de una y mil noches de amor (antes del toque de ánimas) de toronjil y almizcle untaré mis carnes (tú sabes que habito una jaula abierta sin cabida para el misterio) y tendida entre la yerba desflorada me llevaré lazul soledad que me heredaste a mitad del arenal (engendros de luna) los largos ladridos de los perros (íntima orgía de tus delirios ermitaños) reinstauran

la nostalgia

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SEÑALES A qué hora el sol oscureció?

no hay islas paramantes que se ahorquen con rayos de luna no hay ángeles con ojos de leopardo ni varitas mágicas para vestirnos de bosque hay un temblor de viento incubándose lejos alas crispadas domingos de ramos lacerados

pero de dónde este sabor a cobre este grito esta caída? soy un hereje

condenado a repetir en el aire mis pecados y tengo frío el errátil sonido de la hoja se detiene la luz oblicua de los faros atraviesa los ventanales despectros me lleno dónde pararán tus caballos ciegos? entre peces y tigres de qué sirvel silencio?

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Martín Jiménez Serrano Hidalgo, México, 1967. Profesor-Investigador de la Academia de Creación Literaria, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, plantel Cuautepec. Estudió la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas, y la maestría en Letras Mexicanas en la UNAM. Fue miembro del Consejo Editorial y, posteriormente, subdirector de Equipo Mensajero, Revista Literaria. Ha colaborado en varias revistas editadas en México como: Tierra Adentro, Reflejos, Albatros Viajero y Pasto Verde. En el extranjero lo han dado a conocer la Academia Iberoamericana de Poesía de St. Thomas University Fredericton N. B., Canadá, la Revista de Literatura Mexicana Contempor nea ―The University of Texas at El Paso― la Antología de poesía Argentina-México y Alhucema, España. Ha publicado los poemarios: Violenta armonía (Estigia, 2012), Mudez enardecida (Estigia, 2007), Miserable Catulo (Ediciones y Gráficos Eón, 2005) y …para la diosa de Haín (Equipo Mensajero, 1998). Tiene inéditos: De mi alma en el más profundo centro (poesía místicorreligiosa de todos los tiempos); Javier Sicilia, alma en vuelo: El lenguaje místico de Permanencia en los puertos, y Ernesto Cardenal, en soledad de amor herido (Metáforas del misticismo en Telescopio en la noche oscura). 61


PEUA A Max Aub

PRIMERO EN PARÍS mirándote

pensando desde lo más oscuro de mis días

maloliente húmedo con el tiempo colapsado tras las rejas Pero hay un signo de esperanza en tus ojos que enciende mi voz ¡Tu mirada! Y un llanto clavado en tu enflaquecido vientre que me ahoga la palabra injusticia o piedad o perdón muerte impurezas del lenguaje santo y un recuerdo indeseable que taladra lo más oscuro de aquí ¡aquí! ¡aquí! hasta decirme más m s… como la propaganda política como los comerciales en la televisión como todo lo que provoca sed de muerte en un país a punto de abortar a mi semejante que no promete sino miseria impiedad cotidiana Por esto y contra m s… no voy me llevan al sur de Francia, Peua Pero no soy el que buscan No buscan encuentran 62


Y estoy en Le Vernet d’Ariege Le Vernet d’Ariege Le Vernet d’Ariege Desde entonces todo es para mí Le Vernet d’Ariege Pero Djelfa es m s que Le Vernet d’Ariege esclavizada Djelfa es más que Dios en la tierra Más que Dios sobre la columna de Leonel Pablo Camilo Marcos Vidaluz… Djelfa sobre los hombros del obrero desnutrido que suda a muerte su jornada que huele a un salario hambruno de doce horas sin descanso que qué le pasa al desmejorado cuando frente a él un Jaguar un Ferrari un Audi… ríen velozmente Porque el patrón el dueño el dios se llama ¡Djelfa! Djelfa constructora Djelfa macroempresa compañía anuncios consumismo Djelfa dueña del valor obrero del jornalero del peón más que Dios como un campo de concentración es la miseria del jornalero en nuestro país querida Peua.

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E. Adair Z. V. Estado de México, 1986. M.C., Economista. XVI Premio Nacional de Poesía Tintanueva 2014, por Reminiscencias. Mención honorífica en el 3er certamen de poesía Francisco Javier Estrada 2011. Primer lugar en el III certamen Buscando la muerte 2014. 64


CONTACTOS Beso el caro chopo de agua que es tu vientre, la rajadura en la piedra de la que nacen las figuras y las letras, el eco que brota a cada exhalación pesada de la carne abierta ante dios. Miro las sombras últimas del día aferrarse a tu pubis, elevado como un arco de granito; allí bebo la mansedad y el sudor que van escurriendo de la luna, el plazo de la tibieza que se anima con la punta de los dedos, el miedo a quedarse solo pensando en la humedad de esa saliva. Poso ambas manos en tus muslos e hinco los dientes en la carne suave; clamo por el hilo sanguíneo que se revienta al final de las piernas, y que escurre alrededor de la lengua. Cada paso en tu cercanía da un giro circular, se expande y abre paso entre la piel, en los pliegues catastróficos de tu cuerpo. Bebo con la desesperación de los perdidos en el camino de la fe, 65


tendiendo los brazos a cualquier deidad propicia. Te encuentro al final de la longitud de la boca, hasta compensar cada fino crisol de tu calor. Las formas de tu cuerpo se transforman al contacto de los dientes, fríos, y atrapo los espasmos que adelantan la espalda. Me abro paso otro poco, otro instante, donde tu vientre cobra una apertura fascinante a través de la que fluyo. Un largo beso extiende los nervios de mis labios por tu centro, y se enciende en la furia de tu gema más trémula.

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LLEGADA CONTRA PARTIDA A Tania Martínez

Son así las horas las que revientan en la mano como un fruto luminoso que no se toca, la memoria y la desdicha de ver el día llegar al horizonte. Hablo de la nostalgia y el fracaso de las palabras, y entre cada mueca se me van filtrando los rencores de haber anunciado la partida. ¿A qué dioses tristes les habrá implorado consejo el macedonio al quemar las naves? ¿A qué puerto estiró los brazos para evitar ahogarse? Escucho el paso de las tropas sobre la arena y sé de cierto que no hay camino de vuelta a casa; miro sus rostros y el brillo de los bronces crecer tierra adentro. Yo, que nada tengo por detrás ahora, les sigo. Se abre la tierra en las direcciones profanas del miedo, y me dirijo a las sombras que caen desde mi cabeza, uno más entre los hombres que desconozco, pero que me dejan perder entre ellos.

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Jorge Luis Bustamante Álvarez Quito, Ecuador, 1994. Estudiante de Psicología Clínica en la Universidad Politécnica Salesiana. Colaborador de la revista Utopía. Es autor del libro Histerias y otros delirios (El ángel editor, 2014) 68


LA MEMORIA DEL OJO

Ibarra: ciudad blanca de calles pacientes temblor de nubes, perfume de piedras, Lamento de azoteas desgarradas por el sol, esperando que algún día sus prójimos lleguen del exilio. Ciudad a la que siempre se vuelve; máquina de cicatrices que nos torna invisibles. Sus piedras han sabido guardar la imagen de los suyos, especialmente los de nuestro país, No estamos aquí para recoger con la escoba de los sueños el cadáver de las hojas muertas, ni el abeto con sus perfumes y secretos, a nuestros pies está el infinito de sus lluvias la tibieza de sus arrieros, Ciudad a la que siempre retorna la de los visillos blancos, a la que vuelvo a buscar en la piedra perdida el poema que olvide en mi infancia.

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La memoria de los días. Breve antología de poesía en español se terminó de editar en diciembre del 2015. Para su composición se utilizó la fuente Garamond 18, 36 y 14 72


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EDICIONES O 74


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