Perseguir el mito, de Adán Echeverría

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ADÁN ECHEVERRÍA

PERSEGUIR EL MITO

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ADÁN ECHEVERRÍA

PERSEGUIR EL MITO

EDICIONES O NAVEGACIONES 5


Perseguir el mito D.R. © 2017 – Adán Echeverría D.R. © 2017 – Ediciones O Mérida, Yucatán, México Teléfono: 9991434301 Correo electrónico: Ediciones_O@outlook.es Este libro puede ser reproducido parcial o totalmente, siempre que se respete el crédito del titular del copyright.

EDITADO Y HECHO EN MÉXICO

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PERSECUCIÓN ¿Habrá que preguntarse qué persigue la poesía? ¿O a quién? Entonces uno piensa en caminos o en personas o en destinos o en mitos y estos automáticamente se convierten en mantos que cubren los enigmas, por eso Adán Echeverría interroga a las falsas certidumbres, despierta a los ecos, cuestiona a las ideologías porque su poesía es reafirmación, pero no del que la escribe sino de quien la lee, Adán muestra su principio templado en los sin límites, en la sobredosis de no tener principio (ese es uno de sus principios) y lava su rostro en remolinos de palabras constantes como los días del amor y encuentra sus dobleces, porque uno se encuentra con algo o con alguien después de tantas despedidas. Fernando Savater afirma en La tarea del héroe -yo en lo personal no puedo dejar de ver a los que escriben poesía como héroes- que el querer es deber y posibilidad, es decir: reflexionar, simbolizar y realizar, todo eso se lee claro, se lee bien en Perseguir el mito acto seguido vienen las posibilidades y los descubrimientos, eso sí, siempre acompañados de temores, de goces, de castigos… Entonces Echeverría convertido en una especie de brujo encandilado, nos da luz, sus palabras resurgen del río subterráneo de la reflexión (taladro para las neuronas) y nos llevan, nos comunican con todo lo imposible, quizá esa secreta alianza del poeta (del héroe) hoy casi inconcebible represente en sí misma un mito, o quizá sea un paso civilizatorio hacia otro rumbo, un rumbo que Adán recorre apasionadamente desde hace tiempo con una postura peninsularmente bien ubicada. Estos poemas son sin duda un emprendimiento siempre renovado, acechan constantemente a la “ternura” a mí me guían con una voluntad que dulcifica, me hacen identificar a las que son culpables de belleza, ya que aquí la “victoria” la cacería y la seducción son una misma cosa. Aquelarre y dinamita este libro es. ARMANDO ALANÍS PULIDO MONTERREY NUEVO LEÓN SEPTIEMBRE DE 2012 7


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Habrรก que perseguir el mito dentro de nosotros, el mito que nos harรก despedazarnos.

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PERSEGUIR EL MITO

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REFLEJOS DEL FUEGO SOBRE EL AGUA HELADA Y aquí me tienes bajo la negrura del eclipse Nadie como Tú para anegarme Llevo el manto del basilisco colgado en la espalda la voz del águila inundando la semilla Déjame hacer nido en la roca de tu vientre inundarte con el poder de mis agujas Cuando entres no dejaré que salgas del remolino que me habita violento laberinto de miradas Cada dos días seré látigo y voz que te domine cada tres iremos a repartir el pan la costilla y el lodo Él y el escondite de los truenos Ella y la voz cautiva del lenguaje

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YO OFREZCO MI PAN DE ALMENDRA Yo pedazo de polvo partĂ­cula indivisible me entrego a esta semidiosa aletargada le pertenezco Porque nada hay que el ser humano espere de este caprichoso GĂłlgota que somos Ni una sola manzana en que perderse

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NOS HEMOS ENFRENTADO CUERPO A CUERPO respetando los códigos de la antropofagia Nos hemos lastimado cuerpo en cuerpo con toda esa malicia de los dientes No hay monumento ni consulta en que no hayamos vertido nuestra sorna Ceñidos bajo el código Hammurabi habremos de partirnos el cráneo en tres partes y esta cama de diorita nos dará descanso para sabernos maldolientes requebrados asesinos encimados en las aves de los sueños corrompidos a puras dentelladas

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RECONSTRUIRSE Un hueso un poco de polvo una costilla construir los pasadizos de la Muerte Muerte de muertes y cuerpos Muerte pequeña dibujándose los muslos como en las cuevas de Altamira prehistórica unión de muerte amordazando los cabellos Así es tu rostro en las paredes dos líneas curvadas de negro y el rojo destino que secuestra las miradas

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ADENTRO DE LA SOLEDAD EL CRUCIFIJO estás como la gran ramera de las profecías bajo las murallas de Jericó te reconstruyes en el anuncio de la victoria equidistante de la hembra costa simulada de otra Alejandría víctima que no tiene contratiempos en esta noche que lo cubre todo Ella lo cubre todo Es la victoria de los odios y los sinsabores constantes del miedo y sus distancias Bajo los higos espera el calor de su llamada ¿victoria o cacería de serpientes? ¿cacería o seducción impuesta? ¿no has podido velar conmigo? Todos callan desde el Sinaí hasta el Gólgota callas y tu silencio me lame las heridas: Hijo he aquí a tu Madre dices abriéndome las piernas

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NO HUBO HELENA SECUESTRADA no hubo Apocalipsis entonado en esta cítara junto al océano que todo lo circunda los ojos de Juan en la Isla de Patmos su voz de soledad y polvo y montañas de agua en la mirada No No al canto del adiós que nos victima Antes del Diluvio éramos Nosotros Yo o Aquel Aquella o Ellos que se han olvidado el uno al otro se patean y se muerden las axilas bajo los siete sellos de una nueva Troya que les disimula el abandono y la tristeza de ser hijos de Dárdano Asqueados de la tiranía se dedican a olvidarse los cabellos quemar sus vestiduras en la hoguera hartos ya de la sangre en las calumnias Todos de regreso hacia la orilla de su Patria ser Ellos mismos Yo o Aquella reconstruyendo sus propios escudos

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EN EL SUDOR LA NOCHE NO LES BASTA Cachorros son los días constantes del amor que han soltado las caricias esta noche La lengua sigue intacta sobre el corazón del cielo. Hágase la luz dijiste y mi cuerpo rodó fuera de las sábanas.

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TRAS LAS HOJAS DE PARRA Ellas cintilan inocentes caminan lento pudren el Árbol de la ciencia del bien y del mal cuelgan sus frutos amargos humeantes abandonan los ritos del agua por el ardor luminiscente Yo como espectador hundido en esta máscara voy absorto por el genocidio al que me impulsan Sobre la verde hierba a las orillas del Pisón donde se transgrede el Imperio de tenerse unas envueltas en las Otras en las uvas rojas se consagran Lo han sabido desde el nacimiento son hienas en la cruz del espinazo precipitado rocío afiebradas se alejan con lentitud humeantes se abandonan oscurecidas e inaugurales sobre los camastros

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EN ESTA INFANCIA DE CADÁVERES reconozco la voz transparente tus manos ásperas donde ahogo el canto de mi nombre me doblegas la flor carnívora y el estigma que nos hace débiles antílopes sedientos caimanes furiosos fusión fisión impuesta aquelarre y dinamita Un poco de aire y la voz es únicamente la callada voz de Eva donde han urdido el holocausto donde está guardado el pergamino que nos forma

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NO DESEAR SALIR Y CAMINAR POR LOS DESIERTOS como mujer fantasma arrastrarme sodomizada sodomita envenenada venenosa entrar a la caverna del odio tanta arena para los huesos tanto espacio para anidar la Muerte una cuna un arremolinado temblor de angustias mecer la ronda el canto de las circunferencias Ella Ella Ella entre la noche y la madrugada separando las primicias

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ESPEJO ANTIGUO He dejado mi cabellera colgada de la lanza he cubierto mi escudo con hermosas gemas del Estigio Las fronteras de púas reclaman mi arrojo de Sadoth la luz embrutecida del Sinuhé que me presiento Bajo la noche de Asmodeo beberé lo que me ofrezca el jícaro en esa búsqueda por el agua de tu fuente maravillosa Eréndira no calumnies la soledad de mi esperanto el monstruo flemático recorre los pasillos del templo de Amenoteph donde me absuelvo con el rostro y los huesecillos de los héroes bajo el brazo

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Y CAYERON LAS MURALLAS en esta hoja de papiro que Soy voy con el sonido de trompetas en el ulular del búho Soy esta vulgaridad de paradigmas que abre la noche y nada de lo que soy lo Soy en este tiempo descalzo Invicta Aniquirona ha llegado el alba y el tiempo de volver y reencarnar caricias como Job bajo el árbol y las ronchas tantas quejas para el abismo tanto abismo sobre el rostro y ella se deshace la trenza dispuesta a sanar mi cobardía: pálida pálida la Muerte me persigue en tu garganta hasta arrancarme la voz invicta que Sueño

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NUNCA HARÁ FALTA PAN y carne sobre la mesa de mis hijos los hijos de Satán que me asedian y comen en mi espalda pequeños escorpiones dejan poco a poco su veneno En las heridas sólo quedará mi hambruna y tus uñas de amor abriéndome el estómago

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DETRร S DE LA SOMBRA Nos hemos lavado tantas veces la piel el odio de las noches el brillo de los dientes y esa luz intacta en que nos despedimos Acรก estoy detenido Clausurado entre paredes Ella me sobrevive Ella siempre me sobrevive como un corazรณn dispuesto una palabra tuya bastarรก para sanarme para encontrarme de nuevo en las ventanas de esta casa costra en los tobillos y no se cual es el signo escrito con ceniza en tu rodilla No hay humo blanco en la alcoba bajo la cama se clausuran los poemas quiero mirarte regresar desde las cuencas de mi calavera

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ESTA ES MI SEÑAL la señal de Jonás el golpe en la roca de la negación y el agua clara para un Moisés incauto ciego a la Tierra Prometida Los ojos victimarios de un Abel lleno de frío se desvanecen con la lluvia Abel me mira en la sonrisa del diluvio con sangre ha regado la ofrenda La frutas van pudriéndose en el altar y la noche se hace alta como tu blanca mano en los testículos Sangré tu Nombre como cascabeles y ese ruido de ejecutantes bajo la danza en que desata su furia Salomé Muslos sudorosos en que precipito la bandeja de plata en que sirves mi cabeza

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ESE FUE TU CUERPO una espera distante y pegajosa donde surgen los cรณdices perdidos los espejos del jade reluciente las comparsas que bailan junto al Arca de la Alianza el baile de un David y sus condenas sus propios odios que luego venceremos: eres mi pastor nada me faltarรก eres mi pastor y sin ofensas

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SEREMOS TRIBU aniquilamiento del nรณmada redentores de cuerpos en este sima en este clima de victorias sobrepuestas Los rostros sitiados por avispas Las moscas nuestras mentes turbias en el amanecer donde estaremos silรกbicos adormilados quietos enfebrecidos nunca de rodillas esperando la voz que anuncia el nuevo siglo de la piel

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AGITARSE POLVO ¿Se ha agotado la muerte? ¿se han perdido las cabras en la noche? todo se renueva al elevarse el polvo junto a la cueva de Zugarramurdi dentro del sol de mediodía Ellas cada año se desnudan La música va encerrando al mito y cada movimiento es una nueva erosión sobre tu nombre sólo se dejan los cabellos limpios por el agua viva tan viva como su piel

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BAJO LA TERRIBLE DESCENDENCIA DE ADÁN se mueve el aguerrido brazo Caín aletea en el silencio de tu cuerpo un cuerpo su cuerpo su desquiciado cuerpo agitándose las alas su enarbolado cuerpo que pende del Árbol de la ciencia entre las columnas de Babel como Judas disolviéndose en la lluvia (abajo sólo margaritas crecen) en esta nueva luz que lo renueva todo que todo lo pica como el escorbuto para que de la tumba no salgan más venenos y quede clavado el mito en la roca de las emociones Cuerpo que se desprende del holocausto bajo la lengua ennegrecida febril imantada de carbón ardiente besando los labios de Eliseo que te acusa: elí elí lamma sabactaní

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EN MEDIO DEL FUEGO Me he quemado al preparar los dardos para la cacería las lágrimas ahogaron la fogata Yo bajo esta sombra del eclipse recapacito esperando la bruma de mi amada Yo bajo la luz que el rayo deposita en el árbol seco que detuvo el tiempo pienso y distingo He aquí el valle luminoso tus piernas la cacería de coyotes a que me dispongo Tú exhumando furias y royendo los tobillos sigues atada a Mí y las palabras no tienen sentido en el aletazo Yo como una fruta más del árbol de la Muerte en la confusión hiriente de perseguir ternuras apedrear el sentimiento en esa posibilidad de amor que me regalas en que te obsequias ajena permanezco

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SANGRANTE LA PIEDRA

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Ahora ya no espero, ni pienso, ni creo en nada si no en esa oscura ave que ha de venir al alba. FERNANDO ORTIZ

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CON TUS RAMAS DE VIDRIO palidecemos cada remolino de silencio cada célula que ha borrado el viento en nuestra calle volcando los sepulcros La noche y los cervatos se alejan con la luz y esas nubes bajo tu vestido… El diamante en la luz de las estrellas esa luz la luz que aborrecemos tanto Con tus ojos teresa de piedra sangrante los sepulcros abiertos en nuestros lomeríos y la paz que se dibuja con la niebla Como la noche cuando el alba tejió sobre tus hombros el tatuaje de vidrio que tanto te gusta La madrugada de espinas y esa lluvia… Llueve llueve y con cada golpe la distancia crece hacia los matorrales del sueño hacia los cuerpos en que me he rendido pálida y pisando los brazos del insomnio Así era la luz la luz la luz que nos olvida y así eran tus ojos sangrantes La luz de tu vestido de pedrería imaginaria de nube gris y arco iris indefenso Voy sobre el asfalto a entregarte margaritas hasta ser tan sólo la rama del árbol que cruje y el pájaro de jaspe la raíz en que contienes el aire enrarecido por el humo el cielo herido ya por tanto eclipse y nada queda sino esta veladora y algunas cuentas de mercurio encima de las teas algunos humos dióscuros para una vida dependiente Carajo nos amamos y los cuervos de la repisa se revisan el plumaje las luciérnagas de nuestros labios trozando el viento el uno bajo el otro y los gatos se descubren impuros en la torcida lengua Cuídame de tanta piedra No me dilates te digo encimando los aullidos en esta calavera en que me descubres bajo tu sombra 37


No me dispares al epicentro de tus espinas y cardos lunares parricidas espermáticos Nos hemos vuelto coráceos como las calles de estrellas que diluyen y esas ráfagas que deja el ojo frío el ojo neutro de nuestras distancias renovadas la pesada ceniza que se filtra entre las nubes y los remolinos rendidos a la noche quedan el silencio y su neón sobre cada cuerpo desgarrado sobre cada piedra que se percibe intacta Es tu manto teresa tu mano de iridio que no sucumbe al torrente del tiempo tu pierna de roble elástica elástica la montaña donde me guardo la luz que me envenena el disperso tiempo y las horas como tropezones la vida para beberte cada pómulo de lomeríos y diamantes sí teresa diamantes diamantes los circulares pechos en que me disuelvo gris tan gris como mi propia ardilla que precipita cada noche cada mutación del sino de mi rostro en cada árbol ese pálido fulgor de la sequía negra yo y el maldito venado de mi nombre ese brujo encandilado por la carretera que soy por el agua que soy por la leche silente que soy al entregarme Soy esta sierpe que se curva sobre cada bosque imantado de quebrantos en cada muralla lo sabes todo ocurrió esa noche que se violentaron las peceras de mi cuerpo todo fue rendirse sobre el prado ambivalente y el columpio que me presentía fiero por tu catarro de dioses inseguros por cada talón con que despides la lepra con cada movimiento en que te escapas de mi patria de la memoria lúcida del aquelarre 38


de ese cadáver florecido por los filos giratorios de cada río que me recorre el cuerpo escorpiónicas mis piernas cardos cardumen de equilibrista mágico porque mágico es tu cuello para la soga de mi brazo para esta fogata en que me consumo con el licor propicio en la mirada y el aletazo a ciegas transparencia del sonido de tu carne esta ave negra que soy en cada ceja tuya en cada picotear la espera con todo mi demonio translúcido gobierno de duendes y panteras blancas que te hacen la corte maldita cortesana Qué no ves que te he acercado las mareas que la arena no me basta para poder plantar mi huella en tu búsqueda ¿no lo notas? ¿no lo alcanzas a dibujar en cada arremetida de cabras a tu costado? ¿no te has dado cuenta cebolla mágica? Mañana todos con nuestro rostro de cobre y ese vestido de pedrería imaginaria seremos luz en el plumaje voltaico la siempre viva hambre de pertenecerte la distancia perezosa de árboles en el estío puertas que no resisten el paso de las barcas o caracolas de odio que se regodean en tu luz ¿no logras reconocerlo? He aquí las margaritas que siempre tengo dispuestas junto a la ventana un poco de miel un poco de agua serán todas las abejas que promulgarán sus intemperies donde no hemos vuelto a equinocciarnos porque no hay motivo nada más que tus cejas duras y maquinistas del tiempo donde me guardo los lobos tus cuartos amplios donde me recibes y el beso tan delgado y húmedo en que palidezco Oh mi teresa de las fábulas Preguntas si estas flores eran para ti si cabrá esperar otra madrugada para atragantarnos el uno en el otro con cada semilla que depositas en mi lengua 39


HAY QUE VER SI ME HE VUELTO SOMBRA si mis dobleces sólo son aullidos o si el animal que me presiento guardó su polvo Si parto de la noche hasta el ágora en que nos refugiamos todos juntos espantando las ampollas del vientre Bebe en mi pecho La oscuridad me pertenece Guarda tus filos sobre mis orejas No hay más que un somnífero en que rendirme

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SE HA OSCURECIDO ESE LAMENTO y no tenemos más rincones viene el aletazo sobre nuestros huesos imaginarios No saben que somos puntos de equilibrio sobre los mártires de la cama y hay una alfombra musical para lamentar la tarde porque no habitas en el armario de mi corazón en ese sapo que brinca a disgusto dentro de mi pecho dentro de mi sepulcro amarillante en que aun me sobrevivo Luego de tantas despedidas nos hemos encontrado fúricos y cándidos arriba de los techos tras los matorrales donde pastan las ovejas donde se mueve la roca esperando nuestros pasos y nombrarnos fuego y maremoto

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TODO VUELVE A REUNIRNOS JUNTO AL POZO el río y el ave de mal agüero la noche y las estrellas que se diluyen en tu abrazo Son tus cejas de una negra verdad y cada noche mordiste mi esperanza sobre el animal escolopéndrico que te pertenece porque te pertenezco como esta calavera le pertenece a mi nombre como esta aguja a su propio encéfalo Dame electricidad y gime Con los remolinos que siempre avienta tu mirada he de construirme un barco

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NO RECONOZCO EL AROMA DE TU VIENTRE y quedo manchado en este despertarme bajo el álamo ¿en qué momento me tiraste fuera? ¿en qué momento dejó mi luna de buscarte los labios? Estoy afuera caminando sobre espinas no hay más alas que seguir lejos de tu sombra Estoy afuera y no me quedan más frutas para sobrevivirme sólo el hueso simple de tu voluntad de fiera Estoy afuera olvidado de tu vientre como una mandrágora buscándose la sangre en las raíces.

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UTOPÍA DEL SILENCIO Y me cogiste en la debilidad del medio día. Enrique Lihn Puedo decir que mi vida ha estado bien planeada y quiero reventar burbujas en los campos Y no puedo entender el seguir esperándote clavado en este rostro inmenso y agitado de pechos asmáticos y nubarrones Todo lo que puedo hacer es ponerme en pie dar pasos al frente aplaudir aplaudir aprender a salirme siempre en tu costado Puedo decir que me gusta caminar con los brazos extendidos bajo la lluvia saltar los charcos y las anémonas que vas dejando al escapar Otra luna se agitará en las colmenas de los ojos otra vida levantará mi cráneo del lodo que me cubre Otro mundo construido con las ruinas de mi cuerpo otra noche para olvidarnos de los ruidos externos que no dejan de rodearme

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EL ARDIENTE SIGNO AZUL EN EL OMBLIGO La mitad de este mundo es del demonio, la otra mitad es mía... Dylan Thomas Hay maneras de reconciliarse con la Muerte hay formas para redimirse de la gusanera. Hoy los piojos cantan su ronda bajo mis axilas y en la sobredosis de relámpagos me palpo sudoroso. He de sentir mi vientre presa de la hoguera he de sentir la punta del hacha sobre las pupilas Hoy que la noche no taladra mi entrepierna voy vulcanizando sobre el paso de los días. Nada que construir para este claroscuro párpado nada que mirar en este laberinto. El azul invicto de mi flama ahora se consume. Ni una sola parte de este árbol mío ni una sola rama quedó sin calcinarse Toda tu soberbia me abandonó en el nido.

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BIENVENIDA MI MUERTE La tristeza es demasiado extensa en esta noche. El miedo es sólo una caricia en la nuca suave suave suavísima. Una vez que te has dejado arrastrar hasta el límite nada es suficiente: habrá que levantarse. Salud por todos aquellos que se han quitado la vida. Esos camaradas que dieron el paso firme. Salud por esa gente que se sabe dueña de su vida y logra firmar su final. Los que han escogido su mortaja. Yo los saludo. El hombre que soy los saluda a todos y espera que la noche sea alta para ir en busca de la Muerte pequeñita. Muerte hermosa. Muerte blanca y balbuceante Muerte. Dame tu espada. La soga para poder colgarme. Que nadie silbe en busca de reconocerse. He de matarme con lentitud y en cada célula Hay una tristeza inmensa en esta noche. Un zumbido en los ojos y todo es negro en el oído. El odio me aprieta la garganta. Ya nada es. No valió la pena reconocerme lleno de alegría.

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SECUÉSTRAME RAMERA MÍA que no me canse de recorrer el abismo que te siga hasta las cordilleras y el aire que te guarde en el ropero de alquimista donde se guardan las ropas de las niñas sangrantes de las niñas que no tuvieron tiempo para la bienvenida que no tuvieron tiempo de gritar su propia sarna agitar su cabellera sobre el sol que ya despunta las niñas agridulces que todos comeremos las niñas que arrastrando en los ojos llevan cremalleras niñas lobas que se entregan en la plaza sorben su nombre como una flor de bugambilia separan las piernas y se agitan cual palomas dueñas del asalto cual avispas remolinando unas sobre otras y nosotros en la calle mirando los vestidos caen y caen los vestidos sobre las aceras y todos nos quedamos ciegos en espera de la noche para tomarles los tobillos y arrastrarlas sobre fangos como un escupitajo de violencia hacia los rostros esas niñas dulces que tocan la armónica y agitan el alba entre los senos

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VERDE Y TODOS ANSIOSOS Hay tantos círculos rodeándonos las hojas murmurantes de sol nos crecen piedra a piedra y las voces que siempre nos persiguen estallan desde las enredaderas ¿De qué nos ha servido intercambiar los ojos los perfumes y las células del cáncer sus armas líquidas pálidas y equilibradas sus armas de ardiente limadura? Uno por acá camina sediento a cuestas con su árbol obediente las manos resecas y la lengua decidida Ella se esconde entre la selva Selva su voz suave su destino de jaguar equilibrista silencio silencio el cuarto se nos mueve completito Ven a refugiarme de tanta espada Abre las manos Déjame beber tus pliegues mirar tus cardenales impacientes pantorrillas del alba y lucifer metido entre las vértebras

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NO ESTOY

SI ESTOY

ACÁ / ALLÁ

porque la vida suele ser rutina de miserias porque la madrugada nos pasará oscura porque los cigarros se acaban y no hay más dolor en los pulmones porque los pulmones sólo son la madrugada porque la vida suele pasarnos en cada cigarro porque se acaban las miserias en el dolor que sólo suele ser esa vida oscura plagada de mañanas la rutina o dolor en el cigarro de mi hambre. Estoy quedando calvo y no hay luciérnagas cercanas. Estoy quedando calvo y no hay luciérnagas cercanas. Estoy quedando calvo y arde la niebla al horizonte. Mi propia carne oscura servida en bandeja de plata. Ese preguntarse sórdido por el ave y sus harapos. Los harapos de mi carne y la plata sórdida que ahora nos pregunta si tendrá sentido abarcarnos hasta el núcleo Llagarnos la distancia y los pulmones. Estoy quedando calvo.

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PENSARTE ANFIBIECIDA Has recorrido el cuerpo has paseando tus sangrantes senos sobre mi cordura ¿qué te place más que moverme sobre el equinoccio? ¿esta ratonera que soy? ¿esa gusanera que te va esperando en el hoyo? Sólo un pedazo de carne se nos queda y esta maldita razón de recorrerte Me habitas oh luz sextante astro mineral de la nostalgia Aletean los cuervos y tus manos se hacen pergamino para gritar mi nombre y por mi nombre penetran la tristeza el animal de la ternura solar que canta en su paleta de colores ¿estás de acuerdo con ese ojo propicio que me siento? En tu gemido de loba me he quedado dulce como la fruta que juntos comeremos los últimos días de la palabra femenina los últimos versos de la mansedumbre La huella sigue continúa el árbol inquieto tiritando flores inflorescencias en los párpados y tus dedos de acero escarbando en la garganta

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SALVE FAVORITA DEL PUEBLO Nada queda ya ni un ápice que me imponga tu luz ni una realidad en tu apariencia de pájaro que no alcanza el vuelo árbol de manzana en el que fuiste serpiente en que nos medimos la distancia de los pliegues y tanta agua tanta agua tan tan tan agua de campana y mojar el páramo tan tan tan ¡sureñita dulce sureñita! ¿a qué juegas allá abajo bajo el barrio entre las sombras en las costras de los hombres tus clavículas expuestas? El gemido al borde de las comisuras tu boca de agua oh tu boca de agua oh tu aguaboca tan tan tan tu boca gélida naranja y remolino campanazo que ya nada nos cuesta ¡una calamidad de cuervos te persigue! (ellas me han odiado las alas ellas me han odiado los días ellas me han odiado hasta en los dientes ellas me han odiado en el huesito me han odiado en cementerios de costuras)

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Me he limpiado el semen en el agua cárdena en la regadera donde eras molusco abierto tan tan tan gitana rencorosa golpeando el vientre ¡sureñita dulce sureñita! ¿a qué juegas allá abajo bajo el barrio entre las sombras en las costras de los hombres tus clavículas expuestas? Si al menos disfrutaras el dinero de tus hombres como lo hace una puta honrada de su oficio una puta respetable tú sin mas motivo que el sexo constante y redoblada podrías nadar en la honra de las callejeras hasta ser la favorita del pueblo la diosa protegida de los invasores la sierpe circular que todo lo ha nombrado

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VOY A CORRER HACIA LAS MAREAS sobre las ramas de los cipreces sobre el diario ir y venir de los edificios Voy a romper con las camisas y los tirantes del día domingo entre las cervezas Voy a sacudir los antebrazos y los cuervos y las cuerdas donde tantas veces nos ahorcamos la honra ¿Lo recuerdas? Ese amor subía por las tuberías se metía entre las sábanas para horadar nuestros pezones Sentado bajo las palmeras de los espectaculares sangro las rodillas mientras van goteando balas y ¿lo sabes? Hemos aullado tantas cacerías entre los árboles que no quieren doblarse con la lluvia Pero me arrancaré las cuerdas y los cuervos Habré de soltar la mano a esa sonrisa cadavérica que alguna vez nos quiso dar el beso Solo un beso agrio nos faltó en la noche un beso falso que pusiera en su sitio a las mareas No hay problema señor chofer, puede usted correr al precipicio

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VOY A DEMOLERTE EL SUEร O porque tengo una rabia intolerable un deseo maldito de sangrarte Voy a reconocerte a despedirme de tu piel con estas garras tu piel convertida en sal por el olvido Quizรก no hubo mรกs adioses para reconocerse luego de los golpes y lรกgrimas y adioses cortos los rencores cortos y lรกgrimas y adioses cortos los golpes fuera de los labios Entre los dientes de mercurio nos diferenciamos cada luna parda

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SOBRE EL AUTOR ADÁN ECHEVERRÍA (Mérida, Yucatán, México, 1975). Investigador Posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la UABC. Doctor en Ciencias Marinas. Premio Estatal de Literatura Infantil Elvia Rodríguez Cirerol (2011), Nacional de Literatura y Artes Plásticas El Búho 2008 en poesía, Nacional de Poesía Tintanueva (2008), Nacional de Poesía Rosario Castellanos, (2007). Becario del FONCA, Jóvenes Creadores, en Novela (2005-2006). Ha publicado en poesía El ropero del suicida (2002), Delirios de hombre ave (2004), Xenankó (2005), La sonrisa del insecto (2008), Tremévolo (2009), La confusión creciente de la alcantarilla (2011), En espera de la noche (2015), Trapacería y fiesta (2017); los libros de cuentos Fuga de memorias (2006) y Compañeros todos (2015) y las novelas Arena (2009) y Seremos tumba (2011). En literatura infantil ha publicado Las sombras de Fabián (2014).

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PERSEGUIR EL MITO de Adán Echeverría se terminó de editar en abril de 2017 en la ciudad de Mérida, Yucatán. Cuidaron la edición: Daniel Medina, Daniel Sibaja y el autor. ediciones_o@outlook.es facebook.com/edicioneso edicionesomx.blogspot.com 58


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