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Nutrición en niños menores de cinco años. Entrevista Nut. Daniela Toledo Palacios
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que “la alimentación del lactante y del niño pequeño es fundamental para mejorar la supervivencia infantil y fomentar un crecimiento y desarrollo saludables. Los primeros dos años de la vida del niño son especialmente importantes, puesto que la nutrición óptima durante este periodo reduce la morbilidad y la mortalidad, así como el riesgo de enfermedades crónicas, y mejora el desarrollo general” . Daniela Toledo, especialista en nutrición clínica conversó con revista Guía Farmacéutica, para aclarar varias inquietudes sobre la adecuada alimentación que deben tener los niños menores de cinco años.
¿Por qué es importante una adecuada nutrición los primeros años de vida?
La etapa de un niño desde el nacimiento hasta los cinco años es la más importante dentro del desarrollo del ser humano, constituye una ventana de oportunidades donde todo el esfuerzo debe estar dado en brindar una buena nutrición.
¿Qué tipo de nutrientes necesita un niño menor de cinco años?
Los esfuerzos para un adecuado desarrollo del niño deben estar enfocados en qué micronutrientes y macronutrientes necesita. En realidad, todos los nutrientes son importantes, pero se debe enfocar en los indispensables como son las proteínas porque ayudan al desarrollo neurológico y muscular. Dentro de los macros y micro nutrientes tenemos a las vitaminas del complejo B, el zinc, vitamina D, el selenio, la vitamina A, el hierro y el calcio que son fundamentales en el desarrollo; además es importante, complementar con energía a través del consumo de carbohidratos complejos o altos en fibras que aportan al desarrollo y energía de la masa muscular y a nivel neurológico; también, favorecen las defensas y ayudan a la digestión.
¿En esta etapa de crecimiento los nutrientes se los debe obtener solo de los alimentos o se puede usar suplementos?
En general, los nutrientes se los puede obtener todos de la alimentación. En casos específicos relacionados con el bajo peso, talla baja, retraso en el crecimiento, desnutrición o anemias se puede complementar. Todo depende de la necesitad del niño, el suplemento debe ser indicado por el pediatra y se lo sugiere a partir de máximo los cuatro meses, pero lo óptimo es desde los seis meses de edad donde se inicia la alimentación complementaria.
¿Cómo debe ser el proceso de alimentación de un niño desde el nacimiento?
Dentro de los cinco años de vida tenemos dos etapas importantes, la primera es desde el nacimiento hasta los dos años y la segunda desde los dos hasta los cinco años. Desde el nacimiento y durante el primer año de vida es indispensable, la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. Después se requiere de una alimentación completaría hasta el año de vida, durante esta etapa se van ingresando diferentes alimentos de acuerdo al crecimiento del bebé; los últimos alimentos que ingresan son los alérgenos; es decir, los que pueden causar alergias como la yema del huevo, el pescado, los lácteos y cualquier producto procesado. Pasado el primer año, se propone incluso hasta los dos años, que se continúe con una alimentación complementaria entre la leche materna a libre demanda y la alimentación hasta los dos años, con cuatro o siete tiempos de comidas diarias. Entre los dos a cinco años de vida de un niño, se inicia la etapa de escolaridad donde se requiere incorporar alimentos de alta calidad nutricional como: la fibra, verduras crudas, frutas y leguminosas.
Durante la etapa preescolar ¿cómo debe ser la alimentación de los niños?
Es importante considerar que, entre los dos a cinco años, el crecimiento es más lento. En esta etapa los niños aparentemente pierdan el apetito y los tiempos de comida se reducen a cuatro o cinco tiempos. En esta etapa en los requerimientos nutricionales se sugiere que, en el desayuno, almuerzo y merienda existan los macros y micro nutrientes; es decir, proteínas de origen animal o vegetal como los granos, los productos integrales y las leguminosas que son altísimas en proteína. Además, deben tener una fuente de energía que viene de los carbohidratos mejor si son integrales, con fibra, con cáscara, oscuros y obviamente limitar o procurar no incluir productos muy procesados en la comida. También se requiere incorporar las vitaminas y minerales que vienen de las frutas y los vegetales en especial los de color verde oscuro que son altísimos en hierro y ácido fólico. Los alimentos de colores anaranjados como la zanahoria y la papaya tienen un alto contenido de vitamina A, que es uno de los micronutrientes esenciales. El selenio o el magnesio lo encontramos en los frutos secos y el omega 3 en las grasas saludables como el aguacate o las nueces. Todos estos nutrientes son fundamentales para el desarrollo de los niños al igual que estar bien hidratados.
¿Qué tipo de menú se podría organizar para los niños en etapa preescolar?
En una alimentación general para niños de dos a cinco años, en el desayuno se podría añadir la proteína por medio del huevo, el queso, los lácteos descremados o deslactosados que no son tan pesados. La parte energética con carbohidratos por medio de unas tostadas, avena, pan integral, tortillas para hacer tacos; granos, choclo, chocos, chulpi o tostado. Las grasas saludables como el aguacate, un poco de aceite de oliva y frutas por su contenido en vitaminas. En el almuerzo, lo que cambia es la porción de proteína se puede usar pollo, pescado, res, cerdo o proteína vegetal que complemente como una menestra u otros granos. La fuente de energía puede ser con arroz, papas (mejor si es con cáscara), mote o fideos, no solo se debe usar arroz, en los niños es importante que haya variedad. Los vegetales se los puede servir crudos o cocidos; es preferible que sean crudos porque tienen muchas más vitaminas, se los puede rallar, picar en trocitos muy pequeños porque los vegetales tienden a estresarse al igual que las frutas y liberan muchos más antioxidantes. Si se los cocina, mínimo debe ser de uno a dos minutos. En la merienda puede ser algo similar al almuerzo, pero con porciones más pequeñas sobre todo la parte de proteína animal y se puede complementar con aguacate y el aceite de oliva. En los alimentos a media mañana o tarde es importante consumir fruta picada; una proteína suave como el queso, yogurt natural, batidos y complementar con algo de energía con unas tostadas o un carbohidrato complejo como galletas integrales o de sal, chochos o tostado.
¿Cuál sería la adecuada hidratación en esta etapa para los niños?
La mejor opción para los niños es el agua, aunque les resulta un poco aburrido, por lo cual, se puede ofrecer jugos naturales sin azúcar, los niños no necesitan azúcar, es un error común en los adultos que desde los dos años al niño le den azúcar, cuando ellos recién están aprendiendo a saborear. Los frutos cítricos son recomendables para enviar a la escuela, porque no se fermentan y tiene un alto contenido de vitamina C como el tomate de árbol, la mora, el kiwi, la naranja, etc., se los puede usar en jugos y batidos tratando de darles con la cáscara.
¿Cuáles son los principales cambios que se han presentado en la alimentación de los niños?
Vivimos en un mundo acelerado donde los adultos con la justificación de la falta de tiempo optan por productos ya preparados como la papa frita en funda y los jugos envasados para dar a los niños, esto es una desventaja porque las loncheras escolares están llenas de azúcar con muy pocos macros y micronutrientes. Esto provoca una deficiencia o retraso en el crecimiento infantil. Una buena alimentación ayuda a un buen estado de salud emocional y desarrollo físico de los niños en la edad adulta.
¿Qué correlación tiene una deficiente nutrición en la infancia con el desarrollo de enfermedades?
Una nutrición deficiente tiene un impacto directo en el desarrollo de enfermedades. En el Ecuador, por ejemplo, el bajo peso al nacer o retraso en la talla del crecimiento, en la edad adulta se relaciona con enfermedades crónicas no trasmisibles como la diabetes, la obesidad, la hipertensión o el sobrepeso. En la infancia, los adultos son quienes marcan los hábitos alimenticios en los niños, muchos padres asisten a consulta con su hijo que no quiere comer, que solo ingiere dulces y a sus 12 años ya padece de obesidad o sobrepeso y no entienden por qué, cuando en realidad desde pequeño se le enseñó a comer productos procesados y a no tener una alimentación consciente.
¿Qué hábitos alimenticios del adulto influyen en los niños?
Sin duda impactan muchos, por ello el compartir con los niños el momento de la comida es importante, no solo desde lo nutricional, si no desde la parte motora, social y psicológica. Al participar con los niños en la hora de comer, los adultos no deben tener actitudes o preferencias; es decir, no demostrar lo que les gustó y lo que no, si prefieren una gaseosa, más sal o no les gusta los vegetales, etc., porque este tipo de actitudes los niños copian; así, si me quejo de los vegetales y no como brócoli, el niño hará lo mismo. Es importante también tener un tiempo de comida fijo, muchos padres se quejan porque el niño se demora en comer o no termina toda su comida, esto se debe a que extendemos o cambiamos los tiempos de alimentación, como adultos comemos cuando se tiene hambre, pero, en los niños esto no es así, ellos deben tener horarios de comida y de esta manera optan por prácticas alimenticias saludables en la mesa. Los niños absorben toda la información que los adultos proporcionan, es aquí, cuando se puede marcar, salvar y aprovechar la oportunidad para crear hábitos saludables y un desarrollo correcto en los niños.
¿Qué es el enriquecimiento de los alimentos para los niños?
La idea de enriquecer los alimentos en los niños funciona bastante bien, esto consiste en lograr que los niños coman aparentemente lo mismo en porciones, pero enriquecido con algo más. Por ejemplo, hay niños que les encanta el arroz, a este se lo puede enriquecer preparándolo en la misma cocción con quinua, lenteja, fréjol, etc. En los batidos, se consigue enriquecer a las bebidas con cereales, por ejemplo, en una mezcla de leche con plátano se añade una cucharadita de avena. La idea del enriquecimiento de alimentos es que el niño vea el mismo vaso, pero en realidad se han colocado más calorías en micro y macro nutrientes.
¿Qué consideraciones se deben tener al momento de comprar alimentos para los niños?
Es fundamental que a los niños no les falte el cereal como la avena, la quinua, el trigo, el arroz integral, la cebada o la máchica que son un complemento perfecto para cualquier comida infantil. Desde el desayuno o una sopita de trigo en el almuerzo y una colada de machica en la noche. El consumo de grasas saludables es necesario con un omega-3 a través del aguacate, del aceite de oliva o de girasol; las nueces y frutos secos. Se cree que la leche y la carne roja son indispensables, pero tenemos un país que tiene una riqueza de alimentos increíbles, con gran variedad de frutas, con proteínas de origen natural como las habas, los granos oscuros como fréjol, la lenteja, la alverja. El consumo de frutas es indispensable para el complemento alimenticio diario y favorece el crecimiento, el desarrollo neurológico, muscular y físico del niño.
¿Qué tipo de actividad física deben realizar los niños en esta etapa?
Los niños necesitan practicar alguna disciplina o actividad física que les permita una mejor relación de equilibrio en la formación de hábitos. Deben ejercitarse como mínimo 150 minutos a la semana, entre jugar y realizar actividades físicas programadas. No cuenta como ejercicio llevar al niño a la tienda, si no caminar entre tres o cuatro veces por semana, mínimo una hora para crear hábitos y disciplina que construya una vida saludable.
¿Alguna recomendación en particular?
Recordar que aun cuando falte la proteína animal en la alimentación diaria, no debe faltar el huevo que tiene muchos macros y micro nutrientes excepto vitamina C; por lo tanto, complementa muy bien la alimentación. Se debe asegurar que el niño, al día consuma cualquier fuente de proteína vegetal como los granos no importa la cantidad. El consumo de vegetales de color verde oscuro es necesario por el aporte de hierro, ácido fólico, calcio, selenio, magnesio y zinc que son fundamentales en estas etapas. Reducir el consumo de lácteos en el almuerzo o en la merienda porque estos bloquean la absorción de muchos macronutrientes, específicamente de las proteínas y el hierro. Cuidar las actitudes que como adulto se tiene frente a los niños, porque se replica.