5 minute read

El trastorno del espectro autista, una afección en la manera de percibir y socializar.

El término espectro en el trastorno del espectro autista se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad

El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la cual, una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. No existen factores biológicos que determinen el diagnóstico, por lo tanto, se fundamenta en el juicio clínico. Los síntomas aparecen de forma variable a partir de los 18 meses y se consolidan a los 36 meses de edad. La causa es multifactorial, con frecuencia, los pacientes tienen antecedentes familiares de trastornos del desarrollo, así como, historial de riesgo neurológico perinatal y epilepsia. Las personas con trastorno del espectro autismo (TEA) requieren atención médica continua e intervenciones terapéuticas.

El trastorno del espectro autista puede clasificarse en:

Autismo puro

Son pacientes que no tienen variantes genéticas específicas, presentan una disfunción cerebral de origen poligénico. Estos pacientes tienen antecedentes familiares cercanos con síntomas relacionados con autismo o con trastornos del neurodesarrollo.

Autismo sintomático

Presentan síntomas de autismo. Tienen condiciones patológicas que provocan un síndrome pseudoautístico tales como el síndrome del cromosoma X frágil, el complejo de esclerosis tuberosa (CET) y el síndrome de Rett, que tienen rasgos fenotípicos o clínicos específicos.

Autismo con marcadores genéticos

Estos pacientes tienen modificaciones en la estructura de los genes, estas variantes se encuentran en menos del 12 % de la población estudiada con TEA.

Autismo que se explica por lesiones cerebrales, trauma craneoencefálico

Son pacientes con enfermedades metabólicas, infecciosas, traumáticas, tóxicas, hipoxia perinatal, fenilcetonuria, encefalitis, fetopatía por ácido valproico, infecciones perinatales por rubeola, citomegalovirus o herpes.

Proceso de diagnóstico y síntomas

Para un adecuado diagnóstico es importante realizar una detallada historia clínica, que debe ser completa y con especial atención en posibles alteraciones conductuales, en las habilidades de comunicación y los antecedentes relacionados al desarrollo cerebral. Además, se debe evaluar el entorno del paciente, el nivel educativo de los padres y de compromiso con su familiar; así como, los modos que emplean para manejar la situación. También, se requiere una correcta exploración neurológica de acuerdo a la edad y buscar lesiones cutáneas que puedan estar vinculadas con encefalopatías.

Los síntomas comunes en un niño con TEA son:

Comunicación e interacción social

• No responde a su nombre.

• Se resiste a los abrazos y las caricias.

• No hace contacto visual y carece de expresión facial.

• Presenta un desarrollo tardío del habla.

• Habla con ritmo anormal o como un robot.

• Repite palabras o frases textuales.

• No parece comprender preguntas o indicaciones.

• No expresa emociones ni sentimientos.

• Parece no ser consciente de los sentimientos de los demás.

• No señala ni trae objetos para compartir.

• En las interacciones sociales puede comportarse de manera pasiva o agresiva.

• Tiene dificultad para reconocer señales no verbales.

Patrones de comportamiento

• Realiza movimientos repetitivos, como balancearse, girar o aletear con las manos.

• Se puede causar daño mordiéndose o golpeando su cabeza.

• Desarrolla rutinas específicas y se altera con el mínimo cambio.

• Tiene problemas con la coordinación y muestra un lenguaje corporal extraño, rígido o exagerado.

• Se deslumbra con objetos, como las ruedas que giran en un auto de juguete.

• Es más sensible de lo habitual a la luz, el sonido o al contacto físico.

• Se obsesiona con un objeto o una actividad.

• Tiene preferencias específicas con respecto a los alimentos, como comer solamente unos pocos alimentos o no comer alimentos con una determinada textura.

Factores que inciden

El trastorno del espectro autista puede afectar a todos los niños, pero determinados factores pueden incidir como:

• El sexo del niño: Los niños tienen cuatro veces más probabilidades de padecer un trastorno del espectro autista que las niñas.

• Antecedentes genéticos: Las familias con un niño con TEA tienen un mayor riesgo de tener otro hijo con este trastorno.

• Trastornos hereditarios: Los niños con ciertas afecciones como el síndrome del cromosoma X frágil, un trastorno hereditario que causa problemas intelectuales; la esclerosis tuberosa, una enfermedad en la que se forman tumores benignos en el cerebro; y el síndrome de Rett, una enfermedad genética que se produce casi exclusivamente en las niñas y que provoca un crecimiento más lento de la cabeza, incapacidad intelectual y pérdida del uso útil de la mano.

• Bebés extremadamente prematuros: Los bebés que nacen antes de las 26 semanas de gestación pueden tener un mayor riesgo de padecer un trastorno del espectro autista.

• Edad de los padres: Puede existir una conexión entre los niños nacidos de padres mayores y el trastorno del espectro autista, pero se necesita más investigación para establecer este vínculo.

Complicaciones que se pueden presentar con el TEA

Los problemas con las interacciones sociales, la comunicación y la conducta pueden originar:

• Problemas en la escuela y de aprendizaje

• Problemas laborales

• Incapacidad para vivir de forma independiente

• Aislamiento social

• Estrés en la familia

• Victimización y ser objeto de intimidaciones

Importante:

No hay manera de prevenir el trastorno del espectro autista, pero hay opciones de tratamiento. El diagnóstico e intervención temprana son lo más óptimo para ayudar a mejorar el desarrollo del lenguaje, las habilidades y la conducta del paciente.

This article is from: