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No te dejes engañar
problemas SIN NÚMERO
Claudia Hernández García
Tengo la costumbre de sentarme de espaldas a la ventana y hacer que mis visitantes se sienten justo frente a mí, para que les dé la luz. El señor James M. Dodd parecía un tanto confuso acerca de cómo iniciar la entrevista. No hice el menor intento para ayudarle, ya que su silencio me daba más tiempo para la observación. He descubierto que es útil inducir en los clientes una sensación del propio poder, así que le expuse alguna de mis conclusiones.
– Viene de Sudáfrica, según veo. – Sí, señor –respondió, un tanto sorprendido. – Voluntarios de la caballería imperial, imagino. – Exactamente. – Regimiento de Middlesex, sin duda. – Eso es. Señor Holmes, es usted un brujo. Sonreí ante su expresión de asombro. – Cuando un caballero de viril aspecto entra en esta habitación con un tostado de tez como nunca conseguiría bajo el sol de Inglaterra, y con un pañuelo en la manga en vez del bolsillo, no me resultó difícil clasifi carlo. Lleva usted una corta barba, lo cual me dice que no estaba en los regulares. Tiene usted el porte de un hombre de la caballería. En cuanto a Middlesex, su tarjeta de visita ya me había informado que es usted un agente de bolsa de Throgmorton
Street. ¿En qué otro regimiento podría estar usted? – Lo ve usted todo. – No veo más de lo que ve usted, pero me he habituado a fi jarme en lo que veo. Sin embargo, señor Dodd, no será para discutir la ciencia de la observación que ha venido usted a verme esta mañana. ¿Qué ha estado ocurriendo en Tuxbury Old Park?
– Viene –Síse
ARTHUR CONAN DOYLE
Tomado de El archivo de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, Fontamara, México, 2002, p. 32.
En 1887, Arthur Conan Doyle (1859-1930) dio vida a uno de los investigadores fi cticios más famosos de la historia: Sherlock Holmes. Una de las principales características de este personaje es su habilidad para el razonamiento deductivo. Para crearlo, Conan Doyle se inspiró en el profesor Joseph Bell, un médico escocés que siempre enfatizaba la importancia de la observación para hacer un diagnóstico.
Actividad
En esta edición de Correo del Maestro les proponemos una actividad para refl exionar sobre la información que obtenemos a partir de una imagen y lo fácil que puede ser engañar al sentido de la vista. Les proponemos que primero vean las ilusiones ópticas de manera individual y las expliquen, y luego compartan sus observaciones y conclusiones con el resto de sus compañeros.
1. ¿Cuál de los dos círculos es más grande, el rojo o el verde?
4. ¿Cuál de las dos líneas de la izquierda es la continuación de la línea de la derecha?
5. Fíjate en las líneas horizontales de estas fl echas, ¿cuál es la más larga?
que la primera es la más corta y la última la más larga. 5. Las líneas horizontales miden lo mismo, la forma de las orillas es la que nos hace pensar primera que vemos. Tendemos a pensar que es la de arriba por la inclinación de las líneas y porque es la 4. La línea de la izquierda que continúa a la de la derecha es la que está más abajo. vertical que pasa por su mitad. porque la vemos completa. La línea horizontal, en cambio, se ve seccionada por la línea 3. Las dos líneas son del mismo tamaño. Creemos que la línea vertical es más larga una está metida en un paralelogramo que es más largo que el otro. 2. Ambas líneas miden lo mismo. Nos cuesta trabajo decidir cuál es la más larga porque pequeño porque a su lado hay círculos más grandes. rodeado de círculos más pequeños; en cambio, creemos que el círculo verde es más 1. Los círculos son del mismo tamaño. El círculo rojo parece ser más grande porque está comparen y midan para que vean que es cierto. Éstas son las respuestas a las preguntas. Si no están de acuerdo, les proponemos que