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Cuántos televisores hay en tu escuela?
Comunicación
S E S I Ó N O N C E
Calentamiento t i t Caminamos por el espacio, a cada actividad se da un color distinto: verde, caminar; amarillo, saltar; rojo, congelados. Atención Zip, zap boing. Hacemos un círculo: ZIP decimos para enviar una palmada al compañero al lado nuestro, ZAP, al de enfrente y BOING para cambiar el sentido. El objetivo es llevar a cabo el ejercicio a la mayor velocidad posible. Creatividad En unas tarjetas previamente elaboradas con parejas de animales (por ejemplo: papá oso, bebé oso) los alumnos deben pasarlas sin dejar que se caiga ninguna, a la indicación se detienen y buscan a su pareja únicamente utilizando el sonido vocal. Gana la pareja que encuentre a su compañero primero.
S E S I Ó N D O C E
Calentamiento Ca alen ntamientomiento n 1. Caminar por el espacio, al ritmo de las palmas. 2. Caminar y moverse imitando el sonido de las olas.
Con ayuda de la música, realizar movimientos más veloces o más lentos de acuerdo al volumen del sonido hasta llegar a la quietud. • Canto de la tribu: con los ojos cerrados y sentados en círculo, el profesor indicará quién inicia el juego haciendo un sonido vocal que los demás repetirán.
Creatividad • Espejos por parejas: los niños realizan los gestos anteriores frente a otro compañero, quien deberá imitar exactamente (como un espejo) las acciones de su compañero. • El director de orquesta: un voluntario decide ser el director, el grupo realiza sonidos y según la indicación del director, variarán sus cualidades. Cada determinado tiempo puede cambiar la temática del sonido (animales, ambientes, etcétera).
Conclusiones
Las actividades descritas parten de una selección de entre muchas otras que están destinadas a detectar qué clase de defi ciencia es la que tiene el niño (y diferenciarla de un problema de conducta cotidiano). Se trata de dirigir la atención sobre lo que puede trabajar, y de comprender, como profesor, que estamos colaborando a que el niño aprenda a manejar su condición para mejorar su relación con el mundo.
Estas actividades están divididas en tres grandes áreas, y cada una enfatiza ya sea la psicomotricidad, la relación interpersonal, la imaginación y la expresión de las sensaciones tanto corporales como emocionales. Es verdad que el teatro desarrolla estas actividades en sí mismo; sin embargo, en el caso de los niños con défi cit de atención es mucho más evidente observar los cambios en sus habilidades porque la diferencia está en el enfoque que le vamos dando a las sesiones, y en el detalle de cuidar, punto por punto, las instrucciones que se vayan dando a los niños. Además, al contrario de un trabajo con niños sin ningún défi cit, los niños con DDAH necesitan una gran paciencia y claridad para comprender las instrucciones sin ningún problema.
En mi experiencia, admito que me fue necesario informarme con detalle sobre el tema, pues un niño con DDAH, por su condición, ha sufrido diversos problemas tanto académicos como familiares (sin mencionar los niños que son medicados y pierden contacto con muchas cosas, con los que no trabajé) que generan en él cierta resistencia a aprender en algunos casos; y en otros, a pesar de su disponibilidad, no logran realizar las actividades por la falta de ejercicios relacionados con su mente-cuerpo. Al ser una clase de teatro yo contaba con herramientas distintas de las de un maestro convencional, que me
Foto: Sofía Beatriz López.
El teatro ayuda a los niños a socializar con los demás.
permitieron aprender cómo sucede el aprendizaje psicofísico en las personas. Estos niños podían entender las instrucciones claramente pero, por ejemplo, era un gran problema para ellos lanzar una pelota y recibirla, o confrontar la manera en que una clase de teatro puede dirigirse con un objetivo terapéutico sin serlo. Los niños, con el paso del tiempo y la repetición de los ejercicios, lograron controlar y modular tanto su conducta como su capacidad de respuesta.
Existen otro tipo de terapias psicofísicas que ayudan a estos niños a relacionarse mejor con su cuerpo y con el mundo. Lo interesante del teatro es que es una actividad integradora que a través del juego les ayuda a relacionarse con los demás de forma saludable y les permite expresar emociones que en otros lugares son reprimidas o ignoradas. Es muy recomendable que los niños que tienen ese problema sean diagnosticados por un especialista; como maestros, lo que nos corresponde es apoyar el tratamiento prescrito.
Bibliografía: SILVER, Larry B., El niño incomprendido. Guía para los padres de niños con problemas de aprendizaje, FCE,
México, Col. de Psicología, 1998. EINES, Jorge y Alfredo Mantovani, Didáctica de la dramatización, cap. 3 “Las seis fi nalidades del juego dramático”, Gedisa, Barcelona, 1997. HERANS, Carlos y Enrique Patiño, Teatro y escuela,
Fontamara, México, 2002. INEN, Dorothy, Jugar y aprender, pasatiempos educativos de 0 a 10 años, s/d. JARA, Jesús, Los juegos teatrales del clown, navegante de las emociones, Novedades Educativas, Buenos
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México, 1998.
¿Cuántos televisores
HAY EN TU ESCUELA?
Sara Giambruno
La presencia de la televisión en la escuela ha sido
desplazada, sin lugar a duda, por la proliferación de computadoras. No se trata de modas, es decir, por el hecho de que la computadora sea lo último de lo último. Hay varias explicaciones y, si bien este artículo no pretende reivindicar a la televisión por sí misma, sí intentamos desatanizar su presencia en la escuela.
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en primer lugar, es común que haya más televisores que computadoras en la cadiscutible. Hay, por cierto, programas de televisión que implican atención concentrada y sa. Y ya no se trata de un único aparato que reú- presuponen niños sentados y callados. Pero no ne (o desune) a la familia, ubicado en la sala o todos son así. Los pequeños de preprimaria, y el cuarto de estar, a veces frente a la mesa para también los más grandes, rara vez se quedan que interrumpa, enmudezca o simplemente haga sentados viendo la tele. Traten de apagar el teleruido a la hora de comer. Por lo general, en cla- visor cuando los niños están jugando, pintando ses medias, es habitual que en cada recámara o leyendo: en seguida protestarán, porque están haya un televisor, y que los niños tengan su pro- “viendo” el programa o la película. Y si uno los pia video. Así, la escuela sería una especie de interroga al respecto, en efecto, saben de qué se “territorio libre de televisión”, donde se protege trata lo que está pasando en la pantalla. Esto suo compensa al niño por las largas horas que le cede, entre otras razones, por la capacidad de dedica en casa. las mentes jóvenes de estar en varios lugares al
Por otra parte, la mayor y más reconocida mismo tiempo. ventaja de la computadora frente a la televisión Además, muchos de los programas dedicaes, supuestamente, la posibilidad de acción e dos a públicos infantiles invitan a saltar, bailar, intercambio de la primera frente a la pasividad responder, repetir, recordar, deducir. La famosa que genera la segunda. Bueno, esto también es “Dora la exploradora” enseña español en Estados
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Un documental sobre los antiguos egipcios también permite refrescos y palomitas…
Unidos e inglés en Latinoamérica. Y aunque a los adultos tal vez nos parezca aburrido, repetitivo y elemental, a los niños de preescolar y primeros años de primaria les encanta.
Tenemos también, como maestros (y padres), una deformación profesional muy clara: creemos que todo lo que provenga de libros, televisión y computadora debe ser didáctico. Contar la Caperucita Roja para que el niño enumere los alimentos que lleva en la canasta la heroína es una práctica común pero, a mi modo de ver, tonta. Por un lado, quita el placer del cuento en sí y, por el otro, si a esas vamos, ¿esos maestros o esos padres también les informan a los niños del signifi cado simbólico del cuento como comienzo de la pubertad y el color rojo de la caperuza como símbolo de la menstruación? Lo dudo.
No quiere decir esto que el aspecto didáctico deba descuidarse. No. De hecho, la presencia o no de televisores en la escuela muchas veces se debe a la valoración justa de su utilidad como transmisores de conocimiento. Sin embargo, creo que, al ser concebido como un medio de entretenimiento, debe aprovecharse primero como tal, y luego como medio didáctico.
Hay quienes defi enden al gis (o la tiza) y el pizarrón como los únicos y fundamentales medios didácticos para enseñar. Y opinan que un buen maestro no necesita más. Por lo general son los que también se oponen a la introducción de la computadora en la escuela (lo cual requiere más capacitación que el uso del gis), y su opinión tal vez sirva si hablamos de educación tradicional, con el maestro al frente de la clase, dictándola. Pero si bien un material no lo es todo, negarse a los adelantos técnicos es desconocer la realidad en la que viven sumergidos los niños.
Por supuesto, usar la tele para que la maestra pueda ausentarse del salón tampoco es justo. Tanto en casa como en el aula, la presencia del adulto es indispensable. Hace poco, Discovery Channel pasó una película sobre dragones con formato de documental. Es decir, presentó la información como si fuera una investigación seria, con datos sobre reproducción, distribución por zonas geográfi cas, etc. La consecuencia fue que muchos televidentes tomaron la información como un dato real y discutieron con sus maestros (¡a nivel licenciatura de biología!, por ejemplo) acerca de la existencia de los dragones. No hubo manera de convencerlos: si salió en la tele, es real. Si está en los libros, es verdad. Si aparece en internet, existe.
Es ahí, en todos los casos, que el papel del maestro resulta indispensable. Enseñar a discernir y a razonar, a sacar conclusiones correctas, a abstraer, son y serán tareas del maestro. La pasividad de la tele se acaba cuando al terminar (o en medio o al principio) un programa se empieza a discutir y a analizar lo que se ha visto. Muchas veces, cuando miramos una película y la comentamos, descubrimos que aunque se tra-
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Cuando no alcanzan los maestros, la tele(secundaria) los suple.
ta del mismo fi lme parece que todos vimos algo diferente. Lo mismo pasa con los libros, con un sitio de internet, con una noticia del periódico.
Como comenté al principio, uno de los errores es considerar sólo los aspectos “didácticos” de la televisión. Es decir, pasar documentales informativos que, además, la mayoría de las veces son bastante aburridos. Pero no hay que desecharlos, se trata de saber escogerlos. Una de las actividades aprovechables de la tele es, efectivamente, ver un documental. ¿Cómo lo elegimos? Puede ser que nos inclinemos por complementar algo que venga en el programa. Por ejemplo, si hablamos de animales vivíparos/ovíparos, mostrar programas con partos de gatos o perros, incubación y eclosión de huevos para que vean la diferencia, en especial los niños citadinos, que poco contacto tienen con esto a menos que haya mascotas en casa. Sin embargo, eso es todavía quedarse pegado a lo didáctico por miedo que critiquen el uso de la televisión, que tachen al maestro de “fl ojo”. Lo aconsejable sería que, además del programa, el maestro tuviera en cuenta a los niños. No digo nada nuevo: asomarse y organizar la clase en función de los intereses de los pequeños se viene aplicando en escuelas Decroly y Montessori, entre otras, desde hace muchos años. Por ejemplo, si a un niño le interesan los antiguos egipcios no vamos a desechar ese interés porque no está en el programa. Podemos poner un video sobre Tutankamón y las momias egipcias, y la lista de temas que es posible aprovechar de esto es interminable: preparación de las momias (química, biología); ritos funerarios de todo el mundo (antropología); creencias (religión), etcétera.
Pero quiero ir más allá. Cualquier programa (exceptuando las telenovelas, porque son un elemento tan claro de dominación y embrutecimiento que deberían quedar fuera incluso en el ámbito familiar) permite analizar, formar grupos de discusión, realizar actividades prácticas, etc. Por ejemplo, ante un programa de cocina propondría recrear las recetas (hacer una ac-
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Hay lugares que sólo “visitaremos” por televisión.
tividad práctica en clase), aprovechar para repasar multiplicación y división (si es para 4 personas calcular la cantidad para 8, para 2, etc.). Pero también analizar ingredientes. En muchos programas de Estados Unidos, por ejemplo, los pasteles se hacen con frutos del bosque, como moras. Eso habla mucho de la geografía y el clima. La cultura de ese país también se transmite en detalles como cantidades de alimento. Un desayuno compuesto por tres enormes hotcakes con mermelada y crema, e incluso tocino, más tres huevos estrellados no es un alimento saludable y genera obesidad. De esto no sólo es culpable la tele, sino, por ejemplo, las tienditas de las escuelas en las que se venden alimentos chatarra. La redacción de las recetas (español) implica poder describir un conocimiento práctico, que se aprende haciendo, en palabras, una tarea bastante difícil. Seguir instrucciones (lógica, motricidad fi na) de manualidades amplía el campo de las nuevas tecnologías y materiales en el universo de los objetos cotidianos, por ejemplo.
Entonces, ¿cuántos televisores hay en tu escuela? A veces hay uno, arrumbado en el salón de usos múltiples para cuando quieran pasar una película o falte alguna maestra y tengan que “entretener” a los niños.
Yo creo que debería haber uno por salón, con su consiguiente video. Que la escuela y los padres deben capacitar y confi ar en los maestros para que no abusen o utilicen la televisión como niñera. Sí, no hay discusión en eso. Pero, fundamentalmente, que no se satanice su uso, que no se lo relegue a favor de la computadora y que no se olvide tampoco otra de sus funciones: entretener, hacer reír, mostrar el mundo. Todo, en última instancia, tiene su lado didáctico.
EL TIEMPO GEOLÓGICO
En la línea del tiempo geológico se pueden ubicar diferentes etapas de la vida de nuestro planeta. El presente se encuentra en el extremo derecho y hacia la izquierda está el pasado remoto.