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Seguridad alimentaria
NOSOTROS
III. PREPARACIÓN DE UNA CAMA BIOINTENSIVA
Beatriz Azarcoya*
Para continuar con el tema de esta serie, la seguridad alimentaria,
aprenderemos en este tercer capítulo cómo y por qué utilizar una cama biointensiva. Como hemos visto, en la horticultura sustentable, el suelo es esencial. Al mantener un suelo saludable, se pueden producir más y mejores cultivos. Una buena forma de asegurar la sustentabilidad de la fertilidad del suelo es la producción de alimentos mediante el método biointensivo.
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en el primer capítulo,1 aprendimos a obtener la lombricomposta, y tal vez algunas escuelas y familias ya están produciéndola, por lo que, en algunos meses, cosecharán su primer abono. Quizá también hayan puesto en práctica lo que tratamos en el segundo capítulo2 sobre otros abonos orgánicos como el bocashi, y ahora aprovechen productos que antes tiraban o quemaban, para contar con un buen montículo de abono.
Es importante que toda la familia participe en diferentes tareas. Muchas pueden convertirse en un agradable juego para los pequeños; para los adultos de la tercera edad es muy satisfactorio cooperar con la economía y bienestar de la familia, y los adolescentes, en general, participan con entusiasmo y satisfacción.
Si el cultivo de hortalizas se convierte en una actividad escolar y vecinal, se propician las actividades de trueque, actividad apropiada y útil para construir un tejido social alrededor de la producción de alimentos.
Ahora nos referiremos al lugar de nuestra escuela o casa donde se utilizarán los abonos para producir alimentos: las camas biointensivas.
* Doctora en Agroecología. Consultora latinoamericana en desarrollo rural sostenible de la FAO y evaluadora del Programa para la Seguridad Alimentaria de la FAO en México. 1 Ver: Beatriz Azarcoya, “Seguridad alimentaria. I. Lombricultura”, Correo del Maestro, núm. 219, año 19, agosto de 2014. 2 Ver: Beatriz Azarcoya, “Seguridad alimentaria. II. Elaboración de abono orgánico bocashi”, Correo del
Maestro, núm. 220, año 19, septiembre de 2014.
www.fundacionxochitla.org.mx
¿Qué es una cama biointensiva?
Se les llaman camas porque son pequeñas franjas de tierra en las que se siembran hortalizas. Sus dimensiones no exceden un metro y medio de ancho, lo cual permite trabajar con comodidad sin pisarlas ni compactar la tierra. Ese ancho está determinado por lo que puede alcanzar nuestro brazo desde fuera de la cama por ambos lados. Puede haber tantas camas como lo permita el espacio disponible. Entre una y otra, se debe dejar un pasillo o corredor de un metro de ancho, espacio adecuado para manejar una carretilla, en la que se cargarán los implementos necesarios y la cosecha. Producir lo suficiente para alimentar a una familia requiere cinco camas de 10 metros de largo. En espacio abierto, se recomienda cercar con malla ciclónica para impedir que los animales se coman las plantas. Si el terreno no es plano, las camas se disponen como escaleras, y a esto se le llama terrazas.
Bio significa vida, e intensiva, que tiene mayor intensidad y fuerza. En este tipo de agricultura, la forma de preparar las camas nos proporciona un espacio que intensifica la producción de plantas que se convertirán en alimento. Al establecer el huerto en camas, se deben tomar en consideración algunos aspectos relacionados con las costumbres y preferencias de quienes cultivan el huerto, a fin de que siempre haya en la mesa los alimentos preferidos. Con esta forma de cultivo, dispondremos de productos orgánicos, en nuestra mesa, libres de pesticidas y fertilizantes químicos, que dañan nuestra salud y deterioran el suelo.
Para obtener los mejores resultados, se deben cuidar varios aspectos en la preparación del terreno: 1. El sustrato (lugar que sirve de asiento a las plantas) Éste es la tierra con sus componentes balanceados (arena, limo, arcilla, materia orgánica), que debe estar abonada de forma adecuada, razón por la cual, habremos de tener preparada a tiempo la composta y lombricomposta.
La tierra. Debe estar suelta para evitar que las plantas usen su energía para penetrar en un suelo compacto, en lugar de crecer y dar fruto. Esto se logra escarbando la tierra 30 centímetros, sacándola y quitando los terrones, piedras y cualquier objeto que lastime las raíces. Los siguientes 30 centímetros de tierra solamente se sueltan con un bieldo o un pico, sin quitarla de la cama. Se agrega la composta a la tierra que se quitó, y ésta se devuelve a la cama. Por estar más suelta la tierra y por los elementos agregados, la cama queda a una altura mayor que la original, de modo que es preciso colocar
piedras, ladrillos o troncos a los lados para evitar el deslave de la tierra ya preparada. 2. Tiempo y espacio
Tiempo. Es importante conocer qué cultivos se dan en la temporada que vamos a sembrar nuestra huerta. Si es invierno y hay temperaturas bajas, habrá que seleccionar plantas que resisten estas condiciones climáticas como, por ejemplo, col, cebolla, papa, zanahoria, camote, jícama, acelga, lechuga, entre otros productos adaptables al frío. Si es verano con lluvias intensas, lo ideal es sembrar vegetales que no resienten el golpe de la lluvia y los encharcamientos, como las especies trepadoras: frijol, pepino, tomate cherry, chile, tomate y jitomate. A finales de la temporada de lluvia, se puede cultivar ajo, que nueve meses después, en el momento de la cosecha, estará en su mejor momento por ser tiempo de secano.
Respecto al tiempo, es muy importante conocer el ciclo de cada planta y cuánto tarda en dar fruto.
Espacio. Al diseñar las camas biointensivas, se debe considerar el tiempo y el espacio como un binomio inseparable. En una misma cama se cultivan muchas clases de productos, ya que la biodiversidad ayudará a que las plantas se protejan unas a otras y a que compartan el espacio de manera óptima.
Por ejemplo, la col ocupa mucho espacio, y se debe sembrar dejando unos 50 centímetros de distancia entre cada planta. Dado que tarda mucho en madurar, ¿qué se hará en tanto espacio durante casi medio año? Sembrar una planta de rápido crecimiento y producción como, por ejemplo, el rábano. Así, cuando la col crezca, ya habremos cosechado el rábano, que sólo requiere de 40 días. También se pueden intercalar perejil y cilantro, que se obtienen durante todo el año si se siembra un poco cada semana, además
cunajardin630.blogspot.mx
En las camas biointensivas se cultivan diferentes productos, esto ayuda a que las plantas se protejan entre ellas y compartan el espacio de manera óptima
de diferentes plantas aromáticas y medicinales, algunas de las cuales ahuyentan a los insectos perjudiciales (este tema será presentado en el quinto capítulo, referente al control orgánico de insectos perjudiciales).
En síntesis, el diseño de las camas debe responder a las condiciones climáticas, las necesidades de la familia o la comunidad escolar, el gusto particular y la creatividad.
De haber excedentes de la cosecha, una buena alternativa es la deshidratación. En otro texto, aprenderemos a construir un deshidratador solar casero, lo cual es fácil y económico.
Conocimiento de las plantas
En la medida que producimos plantas, nuestra escuela y nuestra familia se acercan a la seguridad alimentaria. Al mismo tiempo, nos familiarizamos con las características, necesidades y bondades de cada especie que cultivamos. Mientras aprendemos a cuidarlas y protegerlas, desarrollamos el placer de llevarnos a la boca un producto generado por la naturaleza con nuestra ayuda. Ésta es una nueva experiencia y una gran satisfacción, que aumenta al saber que son productos saludables.
Aquí aprenderemos algunos aspectos del cultivo, pero lo más importante será el conocimiento adquirido por la experiencia, a través de ensayo y error, que nos hará reforzar nuestras habilidades.
Componentes de la cama biointensiva
El suelo Sin el suelo, no habría vida como la conocemos hoy en el planeta. En él, nacen y crecen todo tipo de plantas que, junto con ciertos microorganismos fotosintéticos, son la base de la alimentación de todos los seres de la Tierra. Gracias al suelo podemos vivir, comer, vestirnos y proteger nuestra salud.
A la naturaleza le toma hasta 500 años producir una pulgada de tierra sobre su superficie, lo que nos hace comprender la trascendencia de cuidarla de manera sustentable.
Hemos mencionado la importancia de contar con suelos fértiles para producir alimentos. En la escuela o el hogar podemos realizar la prueba del puño de tierra en una botella de agua, descrita en el segundo capítulo de esta serie, para conocer la estructura de suelo que tenemos.
Veamos ahora los aportes de los diferentes elementos que debe contener el suelo. Por ejemplo:
Nitrógeno
Es el elemento más importante para el crecimiento de las plantas. Ayuda en la formación de clorofila, que proporciona el color verde a las plantas. Si les falta nitrógeno, se ponen amarillentas y posteriormente mueren. Es necesario en la formación de proteínas, hormonas y vitaminas. Las fuentes de nitrógeno son el aire y la materia orgánica. Gracias a la simbiosis con ciertos microorganismos, algunas plantas son capaces de fijar nitrógeno del aire, como el frijol, el ebo, el haba, el chícharo y la jamaica, entre otras, razón por la cual, éstas enriquecen el suelo.
El nitrógeno se puede escapar hacia el aire, por lo que los abonos orgánicos, ricos en nitrógeno, se deben tapar para evitar que el sol evapore el nitrógeno.
Potasio
Las funciones del potasio como regulador de la presión osmótica y de la apertura de los estomas es fundamental; es también básico en la fotosíntesis, la síntesis de proteínas y de carbohidratos y como complemento en la formación de proteínas. Contribuye, asimismo, en el combate de algunas enfermedades.
Cuando las orillas de las hojas se tornan amarillas, es un síntoma de falta de potasio.
En general, los suelos con más arcilla son ricos en potasio. Otras fuentes de este elemento son la ceniza de leña, la lombricomposta y la materia orgánica descompuesta, como la de la composta.
Fósforo
Es un elemento indispensable para el crecimiento de las plantas, ayuda en la transferencia de energía y de los códigos genéticos de una planta a otra. También ayuda en la conversión del nitrógeno. Debemos asegurarnos de que el fósforo en el suelo sea aprovechable por las plantas, y esto se logra si existe en la tierra una cantidad suficiente de materia orgánica. Lo ideal es aplicarlo debajo de la semilla, por ello se recomienda poner un poco de lombricomposta antes de sembrar.
La deficiencia de fósforo se puede detectar por el color rojizo o morado de las hojas inferiores de la planta, así como por la debilidad de las raíces y tallos y, en el maíz, las mazorcas se tuercen hacia un lado.
El fósforo se encuentra en el barro y estiércol de ganado vacuno, caballo, borrego y gallinaza.
Calcio y Magnesio
Estos dos elementos ayudan a que las plantas logren su mejor desarrollo. Si al realizar la prueba del pH se encuentra que el suelo es alcalino, significa que hay suficiente calcio y magnesio. Sin embargo, si el suelo es ácido, es muy importante agregar suficiente lombricomposta para neutralizarlo, así como un poco de cal agrícola.
Azufre
Este elemento en el suelo ayuda en la formación de proteínas y algunas vitaminas, y participa en varios procesos que ocurren en las plantas; en general, favorece su desarrollo.
No metales Metales alcalinos Metales alcalinotérrreos
Al exponer el tema de la lombricomposta, vimos que ésta contiene todos los macro y microelementos que requiere el suelo para producir buenos y abundantes cultivos agrícolas, por lo que si utilizamos lomy abundantes c b bricomposta, no debemos preocuparnos de que al suelo le bricompostabri falten nutrientes. falten nutriefalten En cuanto a la textura del suelo, es fundamental evitar En cuantEn c que se apelmace y endurezca. El agua debe fluir lentamente y que se apelmaque se ap penetrar en él, sin que se pierda el riego, por lo que debemos penetrar en énetrar cuidar la composición del suelo. cuidar la cdar Es necesario preparar el sustrato de acuerdo con Es n el tipo de suelo disponible. Si contiene mucho limo el ti y arcilla, hay que agregar arena. El abono, como la y lombricomposta, ayuda a formar buen sustrato. l Éste debe tener algo de grava fina, arenas, limo, arcilla y materia orgánica. Una buena mezcla retiene humedad, pero no se debe anegar ya que debe penetrar el aire, con el oxígeno. Un buen suelo permite un buen drenaje.
Síntomas de deficiencias de nutrientes en las plantas
Deficiencia de calcio
Sus síntomas aparecen en las hojas nuevas y se tornan rizadas y pálidas.
Deficiencia de hierro
Presenta color amarillo en toda la planta y en las hojas nuevas incluyendo el nervio.
Deficiencia de fósforo
Similar a la falta de nitrógeno. Las hojas se tornan amarillas con zonas muertas y su avance acaba con la hoja rápidamente.
Deficiencia de potasio
Presenta pequeños agujeros en las hojas. Cuando el potasio es deficiente, las hojas se tornan delgadas.
Deficiencia de nitrógeno
En los primeros síntomas las hojas viejas se tornan verde pálido y amarillo. Empieza su avance desde la punta.
Deficiencia de magnesio
Color amarillo pálido en toda la hoja e incluye los nervios de la hoja. En casos graves hay caída de la hoja.
Hoja sana
Deficiencia de azufre
Presenta poco desarrollo de las plantas, se ven hojas enanas y atrofiadas.
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Rotación de cultivos
En las camas biointensivas se debe tener en cuenta la rotación de cultivos, es decir, no sembrar cada año las mismas especies, sino cambiarlas para que el suelo no se empobrezca. La rotación de cultivos permite que, mientras se desarrolla una planta distinta a la sembrada en el ciclo anterior, el suelo recupere sus nutrientes.
Esta técnica también previene la incidencia de plagas, malezas y enfermedades, así como la aparición de insectos nocivos para los cultivos. Al cambiar de especies, las plagas no encuentran su alimento favorito, el cual detectan por el olor, y se van a otro lado.
Frutos
Flores
Raíces
Hojas
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Preparación de la cama biointensiva
Se limpia y nivela el área para construir las camas biointensivas. Se diseñan los rectángulos y se delinean con estacas y cordones.
estacas y cordones
Correo del Maestro
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Se agrega una capa de lombricomposta, abono orgánico bocashi o composta, para que, al remover la tierra, ésta se mezcle con el abono.
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Se excava un bloque de 30 centímetros de profundidad por 30 centímetros de largo, y del ancho que dé la cama. La tierra que se retire se deposita en el otro extremo de la cama para reincorporarla al final del proceso. La tierra que queda al descubierto una vez retirada la primera capa, sólo se afloja, sin sacarla. Esta modalidad evita el doble trabajo de mover la tierra.
Enseguida, se agrega abono en el bloque, antes de rellenarlo con la tierra del bloque siguiente. Se sigue excavando a lo largo de la cama en bloques de iguales dimensiones, y se coloca la tierra de los 30 centímetros que se están preparando en el bloque anterior.
Al terminar los últimos 30 centímetros, se coloca la tierra que se removió al principio, en el hoyo restante.
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Puesto que la tierra queda en un nivel más alto que el suelo de los alrededores, se forma un corralito con piedras o madera para que no se deslave la tierra. Así, la cama está lista para la siembra.
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Diseño
Del adecuado diseño de las camas depende el éxito de la productividad, la sustentabilidad, y la cosecha oportuna de los alimentos requeridos en nuestra mesa.
El diseño incluye la elección de plantas por cultivar. Debemos pensar en sembrar plantas aromáticas, útiles para la cocina, pero también auxiliares en el control de plagas, como cempasúchil, romero, ruda, hierbabuena, menta, albahaca, entre otras. Hay que considerar el mes de la siembra y determinar qué productos deseamos y para qué fecha; por ejemplo, para las fiestas decembrinas, romeritos y nochebuena, para las celebraciones de muertos, las flores de cempasúchil, que nos proporcionan semisombra, además de ser un adorno.
Existen productos que requerimos todo el año, como cebolla, ajo, tomate, jitomate, perejil y cilantro; por lo tanto, debemos planificar una siembra escalonada, que nos permita recoger producto todo el año.
Las camas deben tener una orientación este-oeste, de modo que se pueda aprovechar el sol todo el día; y las plantas que requieran semisombra, como la albahaca, las colocaremos al lado de las plantas más altas o arbustivas que hayamos sembrado para tal fin. Para asegurar el éxito de las camas, además del conocimiento técnico, es recomendable solicitar la asesoría de los agricultores tradicionales de nuestra zona.
Un factor importante, como ya lo mencionamos, es usar nuestra imaginación y creatividad para satisfacer la necesidad de alimentos. Por ejemplo, en casi todo México se consumen rábanos, zanahorias, chícharos, pepinos, lechugas, espinacas, acelgas, lechugas, verdolagas, tomate cherry, col, calabacitas y flor de calabaza, entre otros, pero siempre hay que considerar la cultura y el clima de la región en que habitamos. En algunos lugares, se cultivará yuca, en otros, flor de chompancle (Erythrina americana), en fin, nunca debemos olvidar los productos de la región.
Se recomienda construir un cerco vivo impenetrable alrededor del área de producción, para evitar la invasión de ganado mayor y menor. Según la región, esto se puede lograr con órganos y magueyes en el caso del semidesierto, chaya en el trópico y diversas especies que crecen a partir de estacones. En pocos meses, se tendrá un cerco vivo establecido. También se puede cercar con malla ciclónica.
Almácigo
Se propone sembrar primero en almácigo (espacio pequeño en donde se siembra la semilla antes del trasplante). Podemos utilizar los centros de papel
higiénico para nuestros almácigos, a fin de proteger la semilla y la plántula antes de establecerla en el terrero definitivo. De esta manera, se utiliza menos agua y se protegen los brotes y pequeñas plántulas de hormigas y otros depredadores. Cuando las plantas están más fuertes, se trasplantan.
Stacie en: www.flickr.com
Reciclado de rollo de papel higiénico para almácigos
Semillas
Se recomienda utilizar semillas criollas no transgénicas, ya que deseamos seguir sembrando y las genéticamente modificadas no nos darán semillas nuevas para una segunda siembra, lo cual crea la necesidad de comprar semillas para cada nueva siembra.
Las variedades tradicionales existen hasta hoy porque han sobrevivido a enfermedades y se han adaptado a las condiciones específicas del lugar.
Hay semillas híbridas, de polinización abierta y criollas. Las híbridas son creadas en condiciones controladas. Las de polinización abierta se consiguen en las condiciones ambientales de la zona, y de ellas es posible obtener semillas de iguales rendimientos y mejorarlas con técnicas de cultivo. Las criollas son aquellas que por generaciones se han ido mejorando al seleccionarlas y han creado resistencia a las condiciones específicas de cada zona, suelo y clima, así como contra las plagas locales.
Parte de las camas biointensivas será utilizada para obtener semilla y así lograr total independencia, pues no será preciso gastar año con año en nueva semilla.
Al poner en práctica lo tratado en este capítulo, habremos avanzado en el conocimiento del camino a la seguridad alimentaria y quedará como tarea su
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Semillas criollas obtenidas del espacio didáctico “azotea verde” donde se desarrolla el proyecto llamado Agricultura urbana, al sur del Distrito Federal
difusión hacia otras familias de la comunidad y la escuela. De esta manera, la localidad se volverá productora de alimentos, que pueden intercambiarse en trueque, para contar con una variedad de hortalizas y grano, y toda clase de alimentos.
En el siguiente capítulo, cuando ya se tengan listos los abonos, las camas y el diseño de éstas, aprenderemos sobre las hortalizas y otras plantas que podemos producir en las camas biointensivas, ya sea en el patio escolar o en el de nuestra casa.
Bibliografía
BONGCAM Vázquez, Elkin, Guía para compostaje y manejo de suelos, Bogotá, Convenio Andrés
Bello, Organización de Integración a través de la Educación, la Cultura, la Ciencia y la Tecnología, 2003. DE ALBA, Alfredo, Camas Biointensivas, México, Fundación Agua y Medio Ambiente A. C. (FAMAAC), documento interno, 2000. , Importancia de la semilla, rotación de cultivos, México, Fundación Agua y Medio Ambiente
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Medio Ambiente A. C. (FAMAAC), documento interno, 2014. Módulo de uso productivo de traspatio rarámuri, Creel (México), Alternativas de Capacitación y
Desarrollo Comunitario (ALCADECO), 2000. SECRETARÍA de Medio Ambiente y Recursos Naturales, El huerto familiar biointensivo, México,
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