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Seguridad alimentaria III. PREPARACIÓN DE UNA CAMA BIOINTENSIVA Shutterstock
Beatriz Azarcoya*
Para continuar con el tema de esta serie, la seguridad alimentaria, aprenderemos en este tercer capítulo cómo y por qué utilizar una cama biointensiva. Como hemos visto, en la horticultura sustentable, el suelo es esencial. Al mantener un suelo saludable, se pueden producir más y mejores cultivos. Una buena forma de asegurar la sustentabilidad de la fertilidad del suelo es la producción de alimentos mediante el método biointensivo.
e
n el primer capítulo,1 aprendimos a obtener la lombricomposta, y tal vez algunas escuelas y familias ya están produciéndola, por lo que, en algunos meses, cosecharán su primer abono. Quizá también hayan puesto en práctica lo que tratamos en el segundo capítulo2 sobre otros abonos orgánicos como el bocashi, y ahora aprovechen productos que antes tiraban o quemaban, para contar con un buen montículo de abono. Es importante que toda la familia participe en diferentes tareas. Muchas pueden convertirse en un agradable juego para los pequeños; para los adultos de la tercera edad es muy satisfactorio cooperar con la economía y bienestar de la familia, y los adolescentes, en general, participan con entusiasmo y satisfacción. Si el cultivo de hortalizas se convierte en una actividad escolar y vecinal, se propician las actividades de trueque, actividad apropiada y útil para construir un tejido social alrededor de la producción de alimentos. Ahora nos referiremos al lugar de nuestra escuela o casa donde se utilizarán los abonos para producir alimentos: las camas biointensivas.
* Doctora en Agroecología. Consultora latinoamericana en desarrollo rural sostenible de la FAO y evaluadora del Programa para la Seguridad Alimentaria de la FAO en México. 1 Ver: Beatriz Azarcoya, “Seguridad alimentaria. I. Lombricultura”, Correo del Maestro, núm. 219, año 19, agosto de 2014. 2 Ver: Beatriz Azarcoya, “Seguridad alimentaria. II. Elaboración de abono orgánico bocashi”, Correo del Maestro, núm. 220, año 19, septiembre de 2014.
CORREO del MAESTRO
núm. 221 octubre 2014
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