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Y ARTESANOS
La magia del bolígrafo Y EL ARTE DE ISMAEL SALAS Arlette Salvador Revoreda* No hay otro amor como el de la mano de un ilustrador y su bolígrafo. Estos dos pasan todos los días horas juntos, inseparables, y cuando no lo están, la mano extraña el agradable agarre de su hermosa pluma fina.
Emociones, ideas y visiones de la realidad son transformadas en arte gracias a la manifestación creativa de los seres humanos, que a lo largo de la historia han fusionado la estética con elementos y materiales diversos para dar vida a un lenguaje único convertido en pinturas, esculturas, música o literatura, entre otros. Así han surgido grandes obras de arte en el mundo entero y en distintas corrientes como el arte arcaico, art nouveau, art déco, barroco, bizantino, arte conceptual, cubismo, expresionismo, muralismo, pop art, street art, surrealismo, etcétera.
a
finales de la década de los sesenta, surge una nueva corriente artística de la pintura y la escultura: el hiperrealismo2 que pareciera una fotografía en alta resolución, por lo que las obras pueden verse casi como una reproducción fiel de la realidad con mucha atención al detalle. Aunque parezca extraño, cuando tenemos acceso a información sobre obras de arte, nos imaginamos que se trata de lienzos, pinturas, óleos o pinceles, pero es difícil creer que un bolígrafo en
* Licenciada en Ciencias de la Comunicación y maestra en Gestión Pública Aplicada. 1 Andrea Joseph: <www.creativetempest.com/illustration/andrea-joseph/> 2 “El hiperrealismo es un arte empeñado no sólo en pacificar lo real sino en sellarlo tras las superficies, en embalsamarlo en
CORREO del MAESTRO
núm. 267 agosto 2018
www.2photo.ru
ANDREA JOSEPH,1 ILUSTRADORA
las manos de alguien puede lograr grandes obras de arte hiperrealistas que van más allá del sentimiento que transmiten los autores.
apariencias. (Por supuesto, no es por esto por lo que se tiene a sí mismo: el hiperrealismo trata de producir la realidad de la apariencia. Pero eso, según mi opinión, es aplazar lo real o, de nuevo, sellarlo.) El hiperrealismo intenta ese sellado de tres maneras por lo menos. La primera consiste en representar la realidad aparente como un signo codificado. A menudo manifiestamente basado en una fotografía o una tarjeta postal, este hiperrealismo muestra lo real en cuanto ya absorbido en lo simbólico […]. La segunda es reproducir la realidad aparente como una superficie fluida. Más ilusionista que el primero, este hiperrealismo desrealiza lo real con efectos simulacrales […]. Según la tercera, se representa la realidad como un acertijo visual con reflejos y refracciones de muchas clases” (Foster, 2001).
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