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Leer y escribir: procesos naturales

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Leer y escribir:

PROCESOS NATURALES

Adriana López Catalán*

Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo.

LUDWIG WITTGENSTEIN

El propósito en este texto es reflexionar sobre los procesos de adquisición de la lectura y escritura en infantes de primero y segundo grados de primaria, observados durante ocho años en escuelas particulares practicantes de la pedagogía Freinet. También se aborda el desempeño de los dos últimos www.testigominero.com.mx años de la niñez que forma el taller multigrado (de segundo a sexto grado de primaria) “Comunidad de diálogo, escritura y lectura” en una escuela primaria pública, con estrategias basadas en el método natural de lectura de Célestin Freinet. En todos los casos, la sensibilidad frente al contexto, la improvisación resultante del conocimiento de los programas de estudio y de las vivencias de los grupos, el vínculo afectivo a partir de la atención de intereses e inquietudes del alumnado, la imaginación y la creatividad, junto con la invitación de colaboradores expertos en temas diversos, han sido los elementos de los que parten las prácticas analizadas.

Adaptando a la adquisición de la escritura-lectura un método idéntico, encontramos nuevamente el proceso íntimo, establecemos conexiones sensibles, permanentes e indelebles; ponemos en marcha un mecanismo que se irá perfeccionando, que se integrará verdaderamente a la vida de los individuos, para identificarse con esa vida como esas cosas familiares que se prolongan y complementan lo mejor de nuestro comportamiento individual, que exaltan nuestra incesante necesidad de progresar hacia la potencia equilibrada y la armonía (Freinet, 1978: 155 y 156). En mi experiencia, la adquisición de la lectura y la escritura requiere sensibilidad e intuición para diseñar estrategias adecuadas a las características del grupo, al contexto, intereses e inquietudes de sus integrantes, a los proyectos que emprenden como colectivo infantil, siguiendo la idea freinetiana, que me

* Licenciada en Sociología por la UNAM y en Educación Primaria por el Ceneval. Ha cursado diversos diplomados sobre aprendizaje, filosofía para niños, ciencia, creatividad y arteterapia, e integración sensorial. Es profesora de primaria practicante de la pedagogía Freinet desde hace 19 años.

parece fundamental: “No pretendemos que deba sistematizarse esta experiencia punto por punto. Pero sí decimos que puede servir de punto de partida para consejos pedagógicos de importancia” (Freinet, 1978: 130).

Esta idea coincide con el enfoque comunicativo funcional. Ambos promueven la comunicación constante para saber qué decir, cómo decirlo, por qué decirlo y en qué momento. Así, niñas y niños aprenderán a escribir y a leer comprensivamente, porque quieren y necesitan comunicarse, sin que exista un orden determinado por el docente.

Esto implica, por una parte, que el alumnado esté inmerso en un medio donde la lengua oral y la lengua escrita se usen con propósitos de comunicación real. Para ello, las estrategias didácticas se enfocan en los procesos psicológicos, lingüísticos, perceptivos y motores, y encauzan a las expresiones de la heterogeneidad de niveles conceptuales de la niñez.

Asimismo, ha sido fundamental ofrecer oportunidades y experiencias para propiciar la adquisición gradual del dominio del pensamiento reflexivo, pensar la realidad –comprenderla, concebirla, enunciarla y comunicarla con una dimensión adecuada y pertinente, en la medida de lo posible– y, de manera simultánea, pensar éticamente.

Para ello se fomenta la expresión oral en comunidad de diálogo y el dibujo libre, y se recurre a las nociones básicas de espacio, tiempo y causalidad. Se considera que sólo partiendo de las inquietudes, deseos y necesidades de los propios niños y niñas, conceptualizarán y se expresarán organizada y claramente primero, luego se apropiarán de las grafías y finalmente de la expresión escrita.

gsadebogota.eklablog.com Los niños prueban su potencia con movimientos, gestos, trazos y expresiones gráficas. El grafismo se organiza poco a poco y continúa con el tanteo experimental. Primero domina el lápiz y luego se explica por medio del dibujo. En este apoyo a la potenciación, son actividades esenciales las posibilidades de experiencia y creación como el trabajo con plantas, animales, manejo de herramientas, creaciones con las manos y el dibujo libre. Y son fundamento del ambiente alfabetizador, en el que una vez que se ha logrado el dibujo, se inicia el acceso a la escritura y la lectura propiciando a través del tanteo experimental la intuición de trazos en el proceso de escritura: intentos por hacer manuscritos, firmas, logro de signos; cuando el niño sienta la necesidad de expresar su pensamiento primero con la voz, el gesto, la mímica, la expresión oral, el diálogo y luego por escrito empieza la historia autónoma de la escritura, pues se interesa por el texto redactado en común o individualmente y se esfuerza por escribirlo.

Primero copia, luego ensaya los signos y después domina el grafismo escrito elementalmente, en este momento se establece una relación entre las palabras y su grafismo con las palabras del pensamiento.

El paso de estos procesos es graduado. En este momento quiere escribir cartas, dicta y copia cuidadosamente, escribe por sí mismo, aprende la letra del alfabeto (Freinet, 1978: 78 y 79).

De manera específica, considero fundamental partir de la necesidad de expresar el pensamiento primero con la voz, al cantar, condición indispensable para el desarrollo de las estrategias didácticas, las oportunidades y las experiencias para la adquisición de la lectura y la escritura. En la voz se concretan las bases planteadas por María Cristina Moreno Suárez, profesora ejecutante de piano con estudios en educación musical, pedagogía musical, psicomotricidad y musicoterapia humanista, que a continuación reproduzco:

El niño pasa por diferentes etapas del desarrollo en las que participa o debe participar con su entorno familiar y entorno social. Según sea la interacción con el medio y con los demás, así se irá dando la base de la construcción de las diferentes maneras de comunicación.

El diálogo tónico, la comunicación verbal y corporal, llevan al niño a enriquecer su vocabulario y transformar sus estructuras de pensamiento, desde las más simples hasta las más complejas (como es la adquisición de la lectura y la escritura). La adquisición del lenguaje es un proceso que se inicia a través de la comunicación cuerpo a cuerpo con la madre (diálogo tónico emocional) y con las primeras emisiones de voz y movimientos; los primeros balbuceos del bebé son los inicios de lo que será el lenguaje oral.

La música es un elemento que favorece muchos aspectos que tienen que ver con este proceso; es un detonante del movimiento tanto corporal como emocional y con ellos se integran aspectos generadores de la oralidad, conceptos témporo-espaciales y expresivos que son la base para alcanzar la culminación de la lecto-escritura que es la comprensión. La comunicación verbal y corporal llevan al niño a enriquecer su vocabulario y a trasformar sus estructuras de pensamiento, desde las más simples hasta las más complejas (como es la lectura y escritura).

Con la música los niños estimulan y desarrollan la función auditiva, la función fonadora, la función respiratoria, la función articulatoria y obtienen información que pueden expresar a través del movimiento corporal general y así obtener la “experiencia” que luego llevarán a la gráfica (experiencia grafomotora).

Los movimientos corporales realizados a través de la música (juegos, marchas, cantos, rimas, diálogos, etcétera) son, en sí, una grafía y una forma de comunicación y expresión verbal, no verbal y corporal. El lenguaje corporal es descrito por el niño a través de la acción, del movimiento, y leído por él mismo y sus compañeros. La música traducida en canción enriquece el vocabulario y la imaginación. La música, con sus elementos constitutivos, ofrece al niño diferentes realidades con respecto a sus posibilidades corporales, al entorno, usos y costumbres de diferentes regiones muchas veces desconocidos para ellos, etcétera.

Una de las innumerables formas de entablar un diálogo con el niño es a través de la voz; el susurro y el canto son formas de contacto y diálogo. De ahí la importancia del canto como herramienta en la comunicación con el infante. La música ofrece sus elementos constitutivos: ritmo, melodía y armonía, que están inmersos en el proceso lecto-escritor, es decir, sin ellos dicho proceso no sería posible. Leer y escribir necesitan un ritmo, una fluidez, una compenetración mutua para llegar a la comprensión del texto. El movimiento corporal y emocional de la música ofrece al niño diferentes experiencias y conocimientos del espacio y el tiempo (ubicación espacial y temporal) que son básicos en el proceso. Es por todos conocido que, si el niño logra una fluidez (ritmo), una adecuada entonación (melodía) y una comprensión general del concepto (armonía), accederá más fácilmente al proceso y culminará con una comprensión adecuada que marcará la finalización del proceso de la lectura y escritura. El trabajo con el cuerpo en movimiento es un recurso de comunicación, creación y expresión (expresión corporal), por lo tanto indispensable como forma de lenguaje. Interpretar con el cuerpo un fragmento musical no es más que una forma de “decir” y escribir (Moreno, 2012: 56-60).

Incluir la música en los procesos de adquisición de la lectura y la escritura, como una actividad cotidiana, es fundamental. Al no contar con formación en pedagogía musical, recurro a las canciones conocidas que se relacionan con los temas de trabajo o a la creación de algunas, a partir de las bases mencionadas.

En las experiencias diarias de un aula de primero o segundo grado de primaria, en las que he desarrollado mi práctica docente, y del taller de primaria multigrado “Comunidad de diálogo, escritura y lectura” que coordino, desde la pedagogía Freinet, observo el tránsito de la comunicación verbal, la representación gráfica de la realidad, el dibujo, la escritura de textos elementales, la lectura (interacción con el texto, comprensión y utilización de la información hallada, pues tiene sentido lo que se lee), hasta el descubrimiento de formas de expresión escrita y la producción de diferentes tipos de textos.

Sin ninguna clase de lección, comparando el pensamiento expresado en el texto realizado en la pizarra y después trasladado al metal, merodeando alrededor de la caja de imprenta, clasificando los caracteres o imprimiendo, ilustrando la hoja impresa, actividades todas ellas que atraen y le interesan, aprende poco a poco todas las letras (Freinet, 1978: 78 y 79).

En estos términos, el método natural de lectura que practico, propuesto por Freinet, fomenta la adquisición de la lectura y la escritura desde el contexto

cotidiano y de la comunicación verbal, fundamentalmente utilizando el texto libre: un texto redactado en ese momento, que surgió de la necesidad de escribir, leer, comunicar, comprender, compartir, estudiar, a partir de una vivencia o de la interpretación de un dibujo; o un texto redactado con anticipación de manera libre y voluntaria por alguien perteneciente al grupo.

En general, el texto libre se trabaja como contenido de alguna actividad escolar, en otras ocasiones se lee en voz alta o en la transcripción en el pizarrón para ser analizado, todo con una función social y de aprendizaje para lograr la comprensión desde que se descubren las grafías ensambladas en palabras, las palabras en oraciones (organizadas a partir de la lógica del lenguaje del infante), las oraciones en párrafos y éstos, en textos, con los que se interactúa y cuyo propósito específico de socialización le da funcionalidad a la lectura y al contenido del texto.

De manera simultánea, se descubren las características de la escritura, el principio alfabético, la función de los signos de puntuación y de la separación de palabras con espacios en blanco.

Esta metodología se practica sistemáticamente, día a día, y así, los intereses de la niñez son la base de la adquisición de la lectura y la escritura, del conocimiento de la lengua o la competencia lingüística. La palabra, en cualquiera de sus formas, es una representación de significados, y un texto siempre es un mensaje digno de incorporarse al pensamiento del resto del grupo o comunidad, que terminan de incluir cuando ilustran el texto trabajado. Esto resulta motivante, pues el infante, por iniciativa propia y espontánea, decide escribir (organizar el contenido del pensamiento para que otros comprendan los mensajes).

Niñas y niños, al descubrir que saben escribir y leer, inician planteando ideas globales, que luego implican precisiones claras, y posteriormente incluyen opiniones propias, en un proceso de evolución gradual.

En dichos procesos, mi intervención fomenta la formación valoral, mediante el pensamiento reflexivo y ético al corregir y apoyar la organización de textos. La idea es aprovechar las ocasiones para redactar, ya sea tomando en cuenta la utilidad de la escritura para registrar información o fomentando la libertad de escribir lo que cada quien considere interesante y en la forma en que lo desee, para luego escuchar la lectura de los textos y que los propios niños y niñas planteen sugerencias, correcciones, o incluso se autocorrijan.

De esta manera, la lectura construye una habilidad comprensiva y la escritura una habilidad expresiva que se acompaña del dibujo con el fin último de construir y ampliar conocimiento desde la lengua abriendo vínculos con otras asignaturas y desarrollando la globalización mediante la metodología por proyectos.

Luego se trabaja en el conocimiento y la memorización de la gramática, los signos gráficos, mecanismos, recursos, formas de cohesión (enlaces y conectores), puntuación, referencias y mecanismos de coherencia. Se atiende también

las estructuras de estilos de texto, distinción y ordenamiento de ideas relevantes, así como las variedades del lenguaje. Finalmente, se cuida la disposición del escrito en la hoja y el planteamiento de ideas sobre los posibles lectores. Así, la concepción y expresión clara y organizada se da de manera natural, como una necesidad de la comunicación, dependiente de los procesos de la adquisición de la escritura, según los tiempos que el grupo o el infante van determinando.

De ahí que coincida con los principios del método natural, que a continuación enuncio:

1. El niño no aprende a usar la lectura y la escritura estudiando el cómo, sino dibujando, escribiendo y expresándose. “El proceso normal […] es traducción del pensamiento primero mediante la palabra y el dibujo, después a través de la escritura, y finalmente por medio del reconocimiento de las palabras y las frases hasta la comprensión del pensamiento que encierran, reconocimiento que constituye la lectura propiamente dicha” (Freinet, 1978: 137-138).

2. “Los progresos de este nuevo camino se hacen, no según los principios más o menos racionales, sino a través de un lento tanteo experimental, de repetición automática de intentos logrados, según un principio de progreso y economía, de audacia y prudencia, mediante una constante referencia a los modelos adultos, que el individuo intenta imitar instintivamente con la mayor perfección posible.”

3. “… este tanteo experimental supone la permanencia de un motor íntimo que, en el primer grado, es la necesidad de perfección y de potencia del niño; en el estadio siguiente la motivación se obtiene por medio de técnicas apropiadas de la noción de correspondencia, que es la razón de ser inicial de la escritura y la lectura.”

4. “Este tanteo experimental que domina nuestro comportamiento pedagógico supone: una intensidad de vida al máximo en una escuela integrada en el medio ambiente; un material nuevo que permita el trabajo del niño en los diversos estadios de su evolución; modelos lo más perfectos posible en los diferentes géneros de la actividad: palabra, escritura, lectura, música, dibujo, comportamiento general; la actitud esencial adyuvante del ambiente, familiar primero, y sobre todo, en lo que respecta a nosotros, educativo” (Freinet, 1978: 138).

5. “Las reglas de gramática y de sintaxis no tienen ninguna utilidad en este primer grado escolar (y si no son útiles, son nocivas, sobre todo si comportan una coacción). Las reglas, en su forma abstracta y muerta, no se enseñan desde el exterior.

Se aprenden usándolas, impregnándose de ellas y únicamente así. Se las utiliza antes de conocerlas. Incluso en los grados siguientes, no son resultado sino de la experiencia efectiva” (Freinet, 1978: 139).

Con independencia del proceso en el que se encuentre cada infante o el promedio del grupo, los niños y las niñas adquieren habilidades comunicativas que les permiten asumir como necesidad el comunicarse, lo cual se sigue encauzando a través de otras técnicas: diario de clases, plan de trabajo, mural de opiniones para la asamblea grupal, correspondencia interescolar, publicación de cuadernillos de trabajo, presentación de informes en la asamblea general o, en su caso, a otros grupos de la escuela.

En mi experiencia, el método natural de la lectura, que propone Célestin Freinet, ofrece elementos técnicos y metodológicos para la enseñanza de la lectura y la escritura en la educación primaria, bajo un enfoque alternativo y de transformación de las prácticas pedagógicas, que evita las actividades rutinarias y escolásticas (puestas de manifiesto en la enseñanza-aprendizaje sin experiencias ni potenciación de las capacidades humanas, pues suceden a partir de métodos, procedimientos, trucos y fórmulas de trabajo en el aula que se convierten en dogmas educativos universales y hacen la vida escolar cerrada, fría e inhumana al desligarse sistemáticamente de los verdaderos problemas de la vida, lo que se opone a la misma; entonces se busca acceder a los conocimientos y a la ciencia, solamente hallados en los libros y en el maestro).

A partir de los cantos, la expresión corporal, el programa de habilidades de pensamiento y formación valoral a partir de “Filosofía para niños”, y de las aproximaciones a las artes mediante la pedagogía por proyectos, se ofrece un enriquecedor ambiente de alfabetización que propicia experiencias motivantes tendientes a potenciar la creación y la libre expresión, fundamentales para reconocer la importancia de la lectura y la escritura y desear adquirirlas. Así, desde el espíritu infantil, surgen y concluyen en la vida de la niñez, a través de sus pensamientos, lenguaje y expresión como procesos cíclicos que humanizan, lo que además facilita y propicia la consolidación de los procesos de adquisición de la lectura y la escritura.

En palabras de Freinet: “El proceso de evolución, va desde el lenguaje a la expresión gráfica, a la expresión escrita y a la comprensión del pensamiento escrito o impreso, que es la verdadera lectura” (1978: 131). De ahí que exponga las siguientes recomendaciones a partir de la propuesta de Freinet, como una manera de encauzar las diversas formas de motivar y acompañar a la niñez en la adquisición de la lectura y escritura. Es preciso evitar utilizarlas en un orden secuencial, como siguiendo un manual puntual y preciso; antes bien, se trata de proponer métodos específicos, uno para cada grupo con el que se trabaje:

• Revisar y, en su caso, hacer un cambio radical en el espíritu y concepción del papel del educador. • Asegurar la vitalidad del método. • Promover el equilibrio fisiológico y psicológico. • Organizar circunstancias que permitan el tanteo experimental.

• Promover la riqueza de la vida actuando socialmente para mejorar la situación material, moral y psíquica de los niños en la familia. • Reorganizar la escuela, construir una concepción diferente del ambiente que constituye, de los medios que emplea, de las relaciones que tiene o que fomenta entre los individuos, y entre los individuos y el medio ambiente. • Contribuir al desarrollo del lenguaje. • No olvidar que padres y sociedad esperan la adquisición de cultura y el dominio de las técnicas de escritura y lectura. • Orientar las actividades hacia la expresión y la comunicación por medio del dibujo. Facilitar materiales. • No dar lecciones, correcciones o apreciaciones desagradables, es necesario dar la sensación indispensable de victoria. • Facilitar que los niños realicen movimientos con frecuencia, para que logren dominarlos y experimentar la necesidad de superarse y perfeccionarse constantemente. • Si el niño nos necesita, ayudar, ayudar, ayudar, siempre dejando al niño la impresión de que lo ha conseguido, en lugar de corregir y sancionar; pero dejemos que haga las cosas por él mismo. • Respetar los procesos de cada niño, que en estas técnicas o método serán lentos. • Reproducir los dibujos más logrados y expresivos, repartirlos para que cada niño tenga su verdadero libro, exponerlos en el salón, enviarlos a los padres y a otros infantes para establecer una correspondencia epistolar interescolar. Hacer grabados con ellos. (Preparación a la segunda fase de la escritura.) • Escribir, imprimir, reproducir, exponer los nombres de los niños. • Al menos una vez al día transcribir pensamientos de los niños en el pizarrón evitando escribir por escribir, sino con una meta natural. Luego, reproducir y utilizar la imprenta para su difusión entre niños, padres y, en su caso, con quienes han establecido una correspondencia epistolar interescolar. • Ofrecer libros, periódicos y cartas como materiales de lectura. • Evitar las prácticas propias de la escuela tradicional. • Hablar y escribir correctamente. • Readaptar el método natural al grupo escolar con el que se esté cultivando la necesidad de leer y escribir (Freinet, 1978: 139-156).

Como Freinet, asumo que leer y escribir son procesos naturales.

Referencias

FREINET, C. (1978). El método natural de lectura. Barcelona: Laia.

MORENO, M. C. (2012). Relación entre la psicomotricidad educativa y la rítmica de Jaques Dalcroze.

México-Francia: IRAPSIR.

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