Jueves 14 de enero 2016
Ciencia EN CHILE
CLAVE para el desarrollo-paĂs
Jueves 14 de enero 2016
Jueves 14 de enero 2016
universidades cumplen rol fundamental para evolución de la ciencia
Ministerio sin consenso
Si bien nuestro país destaca en la región, los expertos coinciden en que falta una visión estratégica de largo plazo para asumir los desafíos en materia científica y de innovación. La creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología no genera consenso.
U
n papel gravitante en el desarrollo de la ciencia es el que cumplen los centros universitarios. En efecto, en noviembre de 2015, se cumplió un siglo desde que el mundo conociera la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein, científico que sirvió a la ciencia, trabajando en distintas universidades europeas y de Estados Unidos. En Chile, la producción científica nacional es liderada por las universidades, que ostentan –según datos de Conicyt– más del 87% del total, mientras que nuestro país aporta casi el 9% de documentos publicados en esta materia. “Las universidades no solo tienen la función de transmitir el conocimiento existente para la formación de profesionales, sino que además una de sus tareas fundamentales es la generación de este conocimiento, mediante la investigación sistemática. En este sentido, la mayoría de las universidades tradicionales deben enfocarse en labores de investigación, con el fin de aportar al desarrollo económico, la cultura y las capacidades espirituales y materiales de los pueblos y naciones”, asegura Flavio Salazar, vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile. La opinión es compartida por Hans Richter, PhD y titular de la Dirección de Investigación y Desarrollo de la Universidad Austral de Chile, quien destaca el mayoritario aporte al desarrollo científico y tecnológico del país generado por las 25 universidades pertenecientes al Consejo de Rectores de Chile, de las cuales 20 están en regiones. Sin embargo, resta mucho camino por recorrer. El vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile plantea que Latinoamérica, exceptuando Brasil, está bastante lejos de los niveles de investigación que existen en los países desarrollados. No obstante, en el escenario regional, Chile
tiene una característica importante, pues -a pesar de contar con un número limitado de investigadores- presenta una buena y alta productividad científica. “El problema está en que tanto el número de investigadores como el presupuesto asignado a la investigación, continúa siendo insuficiente como para que genere un impacto en el desarrollo del país”, afirma. Desde el mundo privado, Carlos Murillo, gerente general de Pfizer Chile, multinacional estadounidense que instaló en el país un centro de excelencia, sostiene que –desde hace un tiempo– Chile enfrenta un desafío importante: la necesidad de diversificar su matriz productiva para mantener y proyectar su crecimiento económico y nivel de bienestar social. “Todo lo que se invierta en pos de diversificar la matriz actual tendrá un impacto positivo y de largo plazo en el país. Moverse desde una estructura de producción fuertemente concentrada en la explotación de sus recursos naturales hacia una en donde la economía del conocimiento, basada en los aspectos en la que somos más competitivos juega un rol central”, sentencia el ejecutivo de Pfizer Chile. En esta línea, explica que invertir en Innovación y Desarrollo (I+D) implica dotar al país de productos, tecnologías y métodos que podrían ser competitivos en otros mercados. Tan convencido está del alto nivel de desarrollo científico, académico y de innovación que existe en el país, que considera que Chile debiese escoger la biomedicina como eje central en sus estrategias de diversificación, innovación e inversión. En efecto, la calidad de los profesionales y científicos chilenos, la estabilidad económica y política del país y el interés del Gobierno por desarrollar la investigación en el campo de la biotecnología son las razones por las
Gentileza Universidad Austral de Chile.
Por Marcelo Romero.
Investigadores de la Universidad Austral en plena actividad en un fiordo.
1.550
documentos sumó en 2014 el área de Ciencias Biológicas y Agrícolas, liderando el ranking, según SCImago Research Group. Le sigue con 1.000 documentos el área de bioquímica, genética y biología molecular.
cuales Pfizer eligió Chile para instalar su centro de excelencia “Nuestro trabajo en el país es el reflejo de ser la primera vez que Pfizer exporta su línea de trabajo en I+D aplicada en tecnologías, que históricamente ha realizado en Estados Unidos, a un país que no sea parte de la Comunidad Europea o China”, sentencia.
Impactos
El desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (CyT) es primordial para el país. José Miguel
Piquer, profesor asociado del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Chile, explica que crea conocimiento, que permite formar un capital humano avanzado, capaz de trabajar en la frontera del conocimiento, en redes internacionales y en forma autónoma. Este grupo de investigadores resulta fundamental, entre otros, para las universidades, centros de investigación y laboratorios privados, que permiten realizar docencia superior e investigación y desarrollo en el mundo público y privado. Una segunda arista está relacionada con que la investigación de frontera permite generar nuevos productos, servicios y soluciones a problemas globales, creando una industria (desarrollo económico) y un entorno social innovador (desarrollo social).
Lo que falta
Wolfgang Schuch, director ejecutivo de Fraunhofer Chile Research, asegura que, aun cuando el país tiene una investigación científica de calidad, las habilidades de transferencia tecnológica y desarrollo de productos a partir de la innovación están poco desarrolladas en el país y en la región en general. “Estas habilidades que tienen que ver con
la investigación aplicada a las necesidades de la industria son distintas de las que comúnmente se encuentran en las universidades. Por ello, es importante el desarrollo de proyectos que contemplen el trabajo conjunto entre universidades y centros de investigación, que permitan establecer vínculos con la industria para acercarse a las empresas y resolver sus necesidades”, afirma. Un buen ejemplo de ello –dice Schuch– es la reciente creación del “Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria”, en que trabajan mancomunadamente las universidades Católica, de Chile, de la Frontera y de Talca con Fraunhofer Chile Research y la Fundación Chile. En este contexto, Flavio Salazar acusa que “falta convicción política de que Chile tiene que moverse de un modelo de desarrollo basado en la explotación de recursos naturales a la generación de la riqueza a partir de las capacidades de sus habitantes”. Para lograrlo, la base está en educación e investigación que permitirán tomar decisiones que aumenten la inversión y generen la institucionalidad adecuada para administrar y dirigir labores que establezcan el desarrollo de beneficios y necesidades del país. A juicio de Hans Richter, para que Chile
74.000
documentos fue la producción total de publicaciones científicas nacionales indexadas en Web of Science en el período 2000-2014.
mejore sus indicadores se necesitan nuevas políticas y programas con visión estratégica y de largo plazo, capaces de superar los vaivenes políticos y que promueva sostenidamente la inyección de recursos a fin de incrementar la baja inversión en Investigación+Desarrollo e Innovación (I+D+i). Ello permitirá el crecimiento de la comunidad científica y tecnológica de manera sustentable y fortalecerá las debilidades existentes infraestructura y equipamiento. “Todo esto facilitará el desarrollo de la ciencia competitiva a nivel internacional, como también una mayor efectividad en la relación con la empresa y el sector público, capacidades en propiedad intelectual, valorización de la investigación y transferencia”, subraya.
En momentos en que aún se debate la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, que podría sumar además el área de Innovación, Flavio Salazar sostiene que si bien hay que avanzar en la constitución de una entidad que dirija el tema, “lo principal es tener conciencia sobre el problema para generar una institucionalidad que fortalezca a Conicyt y los programas de investigación, y también establecer una política estratégica de largo plazo que sitúe a la investigación científica como uno de los ejes principales para el desarrollo”. Esto tiene que estar integrado a los modelos de planificación-país, a los programas políticos y a todo el quehacer nacional, pues –agrega– “tiene relación con cómo se proyecta Chile, considerando que es de enorme necesidad ante el nivel de desarrollo económico que hemos alcanzado”. El director ejecutivo de Fraunhofer Chile entiende que “lo más importante es desarrollar planes de largo plazo que fomenten la innovación en sectores estratégicos para el país. Esto puede hacerse a través de uno o de varios ministerios”. Desde la UACh, Hans Richter señala que teniendo una visión clara “todos estos mecanismos, lineamientos y estrategias que se definan en este marco focal debieran ser liderados, gestionados y articulados bajo la coordinación efectiva de políticas nacionales que canalicen mayores recursos, generen mayores capacidades científico, tecnológicas y de innovación, y definan también las áreas prioritarias en estos ámbitos para el país, así un Ministerio tendría mucho sentido”. Más crítica es la visión de Piquer, quien señala que “hace ya más de diez años que conocemos el diagnóstico y sabemos lo que queremos lograr: pasar a una economía basada en el conocimiento, el valor agregado y la innovación. Hemos generado fondos, concursos e incentivos de todo tipo para que esto ocurra, y no lo hemos logrado. Creo que es hora de ser mucho más agresivos e innovadores para buscar soluciones. Un ministerio parece más bien una solución del siglo pasado”.
Jueves 14 de enero 2016
“Es necesario aumentar la masa crítica de los recursos humanos de alto nivel”
FORMAMOS LÍDERES PARA INVESTIGAR EN LA FRONTERA DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Gonzalo Rivas es presidente del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo y lideró la Comisión Presidencial Ciencia para el Desarrollo de Chile, plataformas que le permiten visualizar el estado del desarrollo científico y tecnológico del país.
Por María Eugenia Durán.
Isabel Rivera.
E
l desarrollo de la ciencia y la tecnología dejó de ser un lujo de países ricos para convertirse en un elemento fundamental para lograr el desarrollo de las naciones. Así lo señala Gonzalo Rivas, presidente del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo y de la Comisión Presidencial “Ciencia para el Desarrollo de Chile”, quien precisa que si bien el país tiene un “buen nivel de innovación en modelos de negocio”, tiene un “muy pobre desarrollo de innovación tecnológica”. Por esto considera urgente elevar la inversión en ciencia, desarrollo tecnológico e innovación, apuntando, primero, a abordar creativamente los desafíos nacionales relevantes, para luego generar y entregar soluciones de valor para el mundo. -¿Cómo evalúa el desarrollo científico y tecnológico que tiene el país? -Hasta hace no mucho tiempo predominaba la idea de que el desarrollo científico y tecnológico era un lujo de los países desarrollados. Hoy hay evidencia en el sentido de que la ciencia y la tecnología son imprescindibles para que los países avancen en su desarrollo. En los últimos años, Chile ha avanzado, pero a paso muy lento respecto de otros países y de nuestros propios desafíos. En lo positivo, podemos destacar que tenemos alta productividad científica de los investigadores, hemos desarrollado capacidades importantes en algunas áreas específicas (como astronomía y biotecnología, entre otras), lo que ha fortalecido nuestra presencia en redes de primer nivel. Más aún, hoy contamos con centros científicos y tecnológicos abordando áreas y desafíos complejos, con un enfoque colaborativo y multidisciplinario, lo que robustece al sistema en general. Pero es aún muy insuficiente para la magnitud de los retos enfrentados. En las áreas de rezago, destaca particularmente nuestra escasa capacidad para generar desarrollos tecnológicos. Tenemos buen nivel de innovación en modelos de negocio, pero muy pobre desarrollo de innovación tecnológica. -¿Qué le falta a Chile para ocupar un lugar destacado a nivel OCDE en esta materia? -Elevar significativamente nuestra inversión en ciencia, desarrollo tecnológico e innovación. Ello debe hacerse de manera paulatina, pero sostenida y con foco en grandes prioridades nacionales, tanto aquellas que se derivan de retos enfrentados (efectos del cambio climático, disponibilidad de recursos hídricos, desastres naturales, sustentabilidad y productividad en explotación de recursos naturales), como de grandes oportunidades (energía solar, astronomía, etc.). Al abordar creativamente desafíos nacionales relevantes debemos ser capaces de generar soluciones de valor para el mundo. -¿Qué rol le cabe al Estado en esta tarea? -El sector público debe liderar e impulsar estos esfuerzos. Países intensivos en recursos naturales, cuando tenían un ingreso per capita similar al de Chile en la actualidad, tenían niveles superiores de gasto en I+D, y la fracción pública de ese gasto seguía siendo más importante que la privada. En países con nuestro tipo de estructura de ventajas comparativas no es esperable que el sector privado tome el liderazgo en este campo.
Debe ser un esfuerzo orientado desde grandes retos nacionales, en un esfuerzo colaborativo entre las empresas, el sector público, la comunidad investigadora y la sociedad civil. Todo lo anterior requiere de una estrategia de ciencia, tecnología e innovación de largo plazo, que trascienda los ciclos de los gobiernos, acompañada de una institucionalidad capaz de articular actores y velar por la mantención y adecuación de la estrategia a los diferentes fenómenos que surjan. -¿Qué papel jugaría en este escenario un Ministerio de la Ciencia y Tecnología? -La decisión sobre cómo el Gobierno seguirá avanzando en materia de institucionalidad, está en manos de la Presidencia y es probable que pronto tengamos novedades, ya que hay conciencia de la relevancia de este tema. Sin perjuicio de ello, mi visión es que el rol de un ministerio de esta naturaleza debe apuntar a lograr no solo elevar el esfuerzo actualmente realizado, sino también darle orientación estratégica, articular las diversas acciones públicas de fomento en la materia y lograr que el propio sector público sea usuario de conocimiento avanzado en su actuación. -¿La educación chilena está a la altura del desafío en la preparación de científicos de nivel mundial? -Es claro que tenemos algunas universidades con altos estándares, incluso a nivel internacional, pero es necesario aumentar la masa crítica de recursos humanos de alto nivel y con foco en prioridades estratégicas. Con esto deberíamos apuntar no solo a la formación universitaria, sino también a la educación técnica y a la formación continua. Pero al mismo tiempo, es necesario reforzar la mirada interdisciplinaria y las habilidades que permiten trabajar de esta manera. Es fácil decirlo, pero no es simple de llevar a cabo, ya que el sistema educacional aún se debate en la tensión de una estructura diseñada para educar en el siglo 20 versus desafíos para hacerlo en el siglo 21. El desarrollo de una cultura de innovación en los alumnos, de su curiosidad científica y de su espíritu de colaboración debe estar al centro de la experiencia educacional.
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA INGENIERÍA MENCIÓN INGENIERÍA QUÍMICA Y BIOTECNOLOGÍA Universidad de Chile
Accede al programa que forma a investigadores del más alto nivel, con capacidad para desarrollar y conducir investigación básica y aplicada en el mundo público o privado, en las áreas de vanguardia de la ingeniería de procesos químicos y biotecnológicos. El doctorado ha sido acreditado en forma permanente desde 1995, primero por Fundación Andes y, consecutivamente, por Conicyt, la Comisión Nacional de Acreditación de Postgrados y la Comisión Nacional de Acreditación (CNA-Chile). www.diqbt.uchile.cl/doctorado ww
Jueves 14 de enero 2016
Jueves 14 de enero 2016
Doctorados favorecen avance científico nacional
Rodrigo Aros, director de Licenciatura en Física de la Universidad Andrés Bello.
La historia de cómo Einstein gestó su gran legado
Voces autorizadas del mundo académico y privado coinciden en que la diversidad, tanto en grados académicos como en disciplinas, es lo que permite constituir equipos de investigación exitosos, sobre todo si buscan trascender las fronteras del país.
El 33% de los profesionales doctorados del país obtuvo su grado en una universidad nacional.
H
dor” se valida permanentemente con la publicación de papers. Flavio Salazar, vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, destaca que el doctorado es una etapa de la formación, en la cual se adquieren capacidades para resolver problemas determinados. “Se consigue integrar el método científico, la dirección de equipo, la capacidad de liderazgo y la administración de proyectos; siendo fundamental para el área científica, pero también para cualquier puesto de alta dirección que requiera liderazgo y creatividad”, sentencia. Tener profesionales dedicados a la investigación es un componente fundamental para desarrollar investigación, indica Carlos Murillo, gerente general de Pfizer Chile, pero para que sea “autosostenible debe estar enmarcada en un modelo de negocios que conlleve a que esta investigación sea aplicada y de valor comercial”. Divergente es la mirada de Wolfgang Schuch, director ejecutivo de Fraunhofer Chile Research, quien considera que no es necesario tener un doctorado para resolver muchos de los problemas que enfrentan las empresas. “Tenemos que fortalecer las capacidades técnicas que se requieren para entregar las soluciones que necesita la industria. Para ello, más que el conocimiento académico,
7.670
profesionales con grado de doctor residen en Chile, según el Ministerio de Economía.
es necesario el conocimiento técnico y la habilidad para transformar el conocimiento básico en aplicaciones prácticas”, afirma.
Abrir nuevos espacios
Para Hans Richter, PhD y director de la Dirección de Investigación y Desarrollo de la Universidad Austral de Chile, es muy importante fomentar los estudios de doctorado en el país, porque mejoran los índices de formación de capital humano avanzado que pueden aportar de forma significativa a la realización del trabajo colaborativo y multidisciplinario, dando
respuestas a los desafíos científicotecnológicos del país. Sin embargo, advierte que “esta formación debiera ir acompañada de estrategias de promoción y financiamiento para la inserción de estos investigadores en la academia y en nuevos ámbitos del sector empresa, servicio público y nuevos emprendimientos, idealmente de base tecnológica y alto valor agregado para la activación efectiva de ecosistemas de innovación y emprendimientos innovadores”. Según la “Encuesta trayectoria de profesionales con grado de doctor residentes en Chile” del Ministerio de Economía, 92,5% de los doctorados se encontraban empleados al aplicarse la muestra en 2012. Y de ellos, 33% obtuvo su grado de doctor en una universidad nacional. Ante el deseo de muchos doctorados de partir del país, Gonzalo Rivas asegura que “no se puede hablar de una fuga de cerebros”, pues las cifras no indican una situación de esa naturaleza. Sin embargo, precisa que “nos falta desarrollar condiciones para acoger a los que están cerrando un ciclo de formación. Esto implica no solo abrir puertas en los espacios más tradicionales como las universidades, sino otras alternativas que permitan desarrollar una carrera en centros de investigación, empresas y sector público, entre otros espacios”.
Gentileza Universidad de Chile.
E
Por Marcelo Romero.
acer ciencia de alto nivel requiere de aprendizajes y herramientas especiales, donde adquirir conocimientos de manera permanente es primordial para permanecer en las “grandes ligas” de la actividad científica, tanto a nivel nacional como internacional. Por ello, rápidamente los profesionales de áreas científicas continúan estudios tendientes a obtener un magíster para luego saltar al doctorado o más conocido como PhD. “Estamos en la era del conocimiento, por lo que es imprescindible que haya personas (científicos, ingenieros y tecnólogos) que estén permanentemente formándose, actualizándose”, afirma Gonzalo Rivas, presidente del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo. Para José Miguel Piquer, profesor asociado del Departamento Ciencias de la Computación de la Universidad de Chile y PhD en l’École Polytechnique de París, el doctorado es precisamente “la escuela de la investigación. Un PhD es como una licencia de investigador. Por lo tanto, es bueno y sano que la mayoría de los investigadores en Chile tengan uno y ojalá de una institución extranjera de Chile”. A su juicio, si el doctorado se hizo en Chile es bueno realizar un postdoctorado en el exterior, aunque no es una condición absoluta porque la “licencia de investiga-
Pierre Paul Romagnoli decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNAB.
Académico de la U. Andrés Bello lidera estudio sobre presencia de energía oscura en el Universo A partir de la Teoría de la Gravedad, el doctor Rodrigo Aros busca encontrar respuestas a diferentes fenómenos que suceden en el espacio, como los hoyos negros y la expansión del Universo.
L
os agujeros negros son los objetos más extraños que predice la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Tanto así que sus propiedades matemáticas se conocieron mucho después de la creación de esta teoría en 1915 y se aceptaron como una realidad latente de nuestro Universo recién en los 70. Tienen muchas propiedades asombrosas. Por ejemplo, Stephen Hawking mostró que estos objetos no son tan oscuros como se pensaba, ya que generan calor y radiación, procesos que les provocan la evaporación. Gracias a la existencia de la gravedad sabemos que la densidad de materia o energía en una región del espacio puede ser arbitrariamente grande, pero que si cierto límite es sobrepasado, la materia contenida en esa región del espacio colapsa, dando origen a estos llamados agujeros negros. Por años entender este fenómeno y sus consecuencias ha sido atractivo para la investigación científica en Física. No obstante, hoy las teorías de la gravedad disponibles no son suficientes para dar todas las respuestas que conlleva la existencia de estos agujeros negros. Paralelamente, las observaciones astronómicas de nuestro universo parecen indicar que existen otros problemas con nuestra concepción actual de la gravedad.
En este sentido, el doctor Rodrigo Aros, director de Licenciatura en Física de la Universidad Andrés Bello, trabaja en el análisis de nuevas extensiones de la Teoría de la Gravedad “con el fin de relacionarlas y aplicarlas a otras áreas de la Física”. “Uno de los mayores desafíos en la física de altas energías y gravitación es buscar explicaciones a la expansión del Universo y analizar el rango de validez de la gravedad”, explica el doctor Aros. Agrega que “en la actualidad se ha determinado que el Universo se encuentra en un periodo de expansión acelerada debido a la presencia de energía oscura. Uno de los objetivos más ambiciosos de este proyecto es tratar de dar una explicación a esa energía oscura en términos puramente geométricos”.
En busca del origen Según Aros, se trata de una investigación teórica, cuyos alcances pueden ser difíciles de dimensionar. No obstante, estos resultados apuntan hacia la explicación de fenómenos que han intrigado al ser humano por siglos y que corresponden al funcionamiento del Universo. “Nuestro aporte a la ciencia es dar algunas pistas sobre el origen de ciertos aspectos que suceden en el Universo y que hoy no parecen tener una explicación consistente”, agrega el doctor Aros. Este trabajo de investigación cuenta con el financiamiento de un fondo Fondecyt adjudicado en 2015 y la colaboración de los académicos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Andrés Bello Danilo Díaz y Per Sundell; además del profesor Eric Bergshoeff, perteneciente al Instituto de Partículas Físicas y Gravedad de la Universidad de Groninger, Holanda.
ste 2015 fue un año muy especial para el mundo de la Física. Se cumplieron 100 años de uno de los descubrimientos más revolucionarios para la disciplina: la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein. Si bien la teoría se conoció en 1915, los expertos dicen que las primeras ideas de ella sucedieron cinco años antes, cuando Einstein era un joven empleado público en Suiza. La combinación de arrogancia, rudeza y aparente flojera le habían impedido obtener una posición formal y el respeto de la academia. No obstante, las escasas dificultades y exigencias de su trabajo le permitieron trabajar a fondo logrando escribir cuatro papers notables; tres de ellos son considerados revolucionarios en la disciplina. En uno de estos trabajos esbozó una de las ecuaciones más simples y profundas de la Física y que ahora está en el inconsciente colectivo: E = mc². El universo tenía ahora un máximo universal de velocidad, nada se podía mover más rápido que la luz y esa cota máxima era Las primeras ideas de 299.792.458 metros por segundo. esta teoría sucedieron Esta teoría elimina toda poen 1910, cuando Albert sibilidad de existencia de un tiempo y un espacio absoluto Einstein era un joven en el conjunto del universo. empleado público en Esto se conoce como la Teoría de la Relatividad Especial o Suiza, señala el decano Restringida. En 1913, Einstein ya había de la Facultad de Ciencias esbozado una teoría que teExactas de la UNAB, nía algunos problemas que él Pierre Paul Romagnoli. consideraba menores. En el verano de 1915, mientas dictaba en Göttingen unas charlas de su teoría, conoció al famoso matemático David Hilbert, quien se prestigiaba de ser el más grande matemático vivo de la época. Durante esa semana, los dos científicos tuvieron grandes interacciones. Las consecuencias de este viaje fueron enormes. Lo principal fue que Einstein se dio cuenta de que su teoría, a pesar de tener buenas ideas, no servía. Lo segundo, fue que mediante una carta, Hilbert le contó que si bien había apreciado sus charlas, había concluido que su teoría era incorrecta. Pero peor aún, Hilbert había decidido trabajar en el problema por su cuenta. Ahora Einstein tenía competencia y nada menos que del mejor matemático existente. Las crónicas indican que fue presa de una fuerte depresión que enfrentó como un gran científico: se ensimismó en su trabajo por completo olvidando por momentos de comer y beber. Su fecha límite estaba decidida con antelación y era noviembre de ese mismo año, mes en que se había comprometido a dar 4 charlas, una por semana, en la Academia Prusiana de Ciencias. Lo que se sabe es que Einstein logró avanzar en su teoría en paralelo con sus charlas. Esto quiere decir que mucho de lo que presentaba en una charla no lo sabía en su presentación anterior. Por si fuera poco, Hilbert le pisaba los talones, enviándole cartas que mostraban que iba por el buen camino. Finalmente, el “momento Eureka” ocurrió una semana antes de su última charla, logrando así comunicar al mundo su gran hallazgo durante la última de sus exposiciones programadas para ese noviembre de 1915.
Jueves 14 de enero 2016
Jueves 14 de enero 2016
¿COmo impulsar el mundo científico chileno?
Andrés Couve: Conocimiento lo genera gente joven, talentosa, que viene de todo Chile Andrés Couve, director de Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, afirma que en el plano científico “lo hemos hecho bien, porque lo hemos hecho con poca gente y muy bien posicionada internacionalmente”. “En general, el quehacer científico en Chile, es de muy buena calidad, se publica una cantidad de artículos científicos bastante alto en relación con el número de investigadores que tenemos y esas publicaciones tienen un costo bastante menor al de los países desarrollados”, afirma. Sin embargo, observa serios problemas en el desarrollo científico nacional. De hecho, se pregunta: ¿Para qué estamos invirtiendo en ciencia? y se apresura a señalar que la tradicional respuesta “para que la comunidad científica haga lo que tiene que hacer”, no es adecuada. “La respuesta correcta no es ciencia para los científicos, sino que ciencia para el desarrollo del país”, dice este biólogo que cree que “las decisiones en términos de visión de largo plazo no existen y no hay señales de que eso vaya a cambiar en el corto plazo”. A su juicio, para que la ciencia empiece a tener un impacto social y económico en Chile hay que lograr que “el volumen de personas haciendo investigación en el país aumente aproximadamente 7 veces”. Ello requiere –precisa– “incrementar, en paralelo, los fondos para la investigación científica y una planificación de un sistema mucho más integrado”. A renglón seguido, señala que este trabajo no debe ser hecho solamente por personas que harán investigaciones universitarias, sino que tiene que “haber un poblamiento de otras esferas del quehacer social de Chile” como en las empresas. Con todo, esas personas formadas debe-
Tres expertos nacionales evalúan, desde sus áreas de expertise, por qué en el país la ciencia y la tecnología no han logrado un desarrollo más profundo y los cursos de acción a seguir para llegar a la clase mundial.
Rafael Vicuña: Se requiere una política nacional de desarrollo Rafael Vicuña, bioquímico, doctor en Biología Molecular, miembro del Consejo Directivo de la Pontificia Academia de Ciencias y presidente del Consejo Consultivo de la Fundación Copec-UC, afirma que el trabajo científico chileno requiere “un esfuerzo bastante grande” que no siempre “es muy comprendido”. A su juicio, el gran problema es que –a pesar de que hay muchos instrumentos para el desarrollo y financiamiento de la ciencia– “la comunidad científica es muy pequeña” y ella se concentra principalmente en Santiago. Por ello, señala, uno de los desafíos es que “haya más ciencia en regiones, que la gente que hace ciencia en Iquique, por ejemplo, no se sienta aislada”. A renglón seguido, explica que si bien “estamos lejos de países como los de la OCDE en algunas cosas”, en otras no lo es tanto. Así, por ejemplo, existe distancia respecto del presupuesto que Chile le asigna a la ciencia y a la investigación tecnológica –menos del 0,4% del PIB (promedio de Latinoamérica 1%, China, el 2%)–, pero a pesar de una comunidad científica pequeña, al hablar del número de publicaciones científicas (500 publicaciones por millón de habitantes) o de citas que ellas generan, es decir, de su impacto, queda en evidencia que en la actividad científica chilena es muy alta. Rusia tiene la mitad de publicaciones por millón de habitantes que nosotros, Brasil y
Argentina, menos de la mitad de nosotros. Y sobre las citas, Chile tiene 0,56, pero Rusia y China, 0,3%. De ahí que Rafael Vicuña asegure que tenemos una comunidad científica pequeña, pero productiva y muy eficiente y añade que no servirá “tener mucho dinero sino hay una política nacional. Tienen que ir las dos cosas juntas” “Los países desarrollados no lo son porque invierten más en ciencia y tecnología, llegaron a serlo porque desde siempre han invertido en ciencia y tecnología”, advierte. A la hora de evaluar la eventual creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, este bioquímico valora la posibilidad, porque la “institucionalidad científica tendría mayor jerarquía”. No obstante, precisa que “la idea no es que haya un zar de la ciencia en Chile”, sino que existan varios instrumentos en distintas agencias en respuesta a un plan nacional. “(En Chile) nadie ha diseñado, porque nadie está preocupado del sector”, denuncia Rafael Vicuña, quien propone crear una subsecretaría en el Ministerio de Economía, pues esta cartera “ya se está preocupando de la transferencia tecnológica, del empaquetamiento de los proyectos y de las aplicaciones. Ellos ya tienen una cierta institucionalidad en la aplicación del conocimiento”.
Y si bien admite que “falta un movimiento del Estado hacia quienes hacen ciencia”, también considera que se requiere uno de parte de quienes hacemos ciencia hacia las comunidades que integran nuestro país. A su juicio, un problema como el de la ciencia en Chile requiere soluciones sistémicas, como “contar con un espacio y un tiempo para desarrollar los procesos sistémicos que se requieren para su generación, desarrollo, ampliación y transformación puede tener la forma de un ministerio (de uno descentralizado y multicultural)”. “La ciencia no es solamente la praxis más dura sino que también su hacer reflexivo, audaz, sin miedo, con la curiosa mirada de un niño que descubre y vive un mundo siempre nuevo. La ciencia es también seriedad y compromiso, decencia en el trato y cariño con nuestros colegas y estudiantes. La ciencia no solo se enseña, sino que educa y respeta a todos y todas en el país. Por eso, hacer ciencia involucra un espacio ético de convivencia, un espacio democrático en la escucha y un espacio de libertad en la convivencia”, reflexiona.
Gentileza BNI.
Para el biólogo, filósofo e investigador chileno, Premio Nacional de Ciencias 1994, Humberto Maturana, hacer ciencia es “colaborar con nuestra democracia, entendiendo que la ciencia puede ayudarnos a generar libertad reflexiva en la búsqueda de nuestros sueños y deseos”. Pero advierte que la ciencia “no es posible solo con las ideas o preguntas de unas pocas personas”, y aquí es donde observa que una de las grandes dificultades del quehacer científico en Chile es que “ya no conversamos… o mejor dicho, no sabemos conversar en la colaboración, en la diversidad”. “Primero, el Estado y el país no conversan, no escuchan todo lo que podrían a quienes hacen ciencia hoy. La segunda dificultad tiene que ver con las personas que hacemos ciencia. Imbuidos del espíritu de la cultura actual que realizamos centrada en el valor del conocimiento y del poder que las comunidades humanas dan a quienes hacemos ciencia, hemos pecado de arrogancia y dejado que la distancia con los temas de la cotidianidad se haga cada vez más grande”, afirma.
Potenciar el desarrollo y especialización en ciencia es clave para aumentar potencial productivo de Chile Las grandes economías mundiales saben que la inversión en CyT es un factor clave en el alza de la productividad y la competitividad industrial.
S
Gentileza Humberto Maturana.
Gentileza Fundación Copec-UC.
Humberto Maturana: Un gran problema es que “ya no conversamos”
rían estar también en el aparato estatal para articular la interacción público privada en esta área. Couve también destaca que hoy no se puede invertir solamente en “ciencia aplicada”, ya que “el conocimiento no es exclusivamente la tecnología”. “No hay otro camino que lograr que el conocimiento que se genere en Chile sea de primera calidad y tenga un volumen suficiente para sustentar esta tecnología”, asegura. En este sentido, Couve es claro en señalar que se requiere, además de recursos e institucionalidad, un cambio de mirada y proyección a largo plazo. “La mirada del Estado tiene que cambiar a través de una institucionalidad adecuada, como un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación”, dice este investigador que cree que el aparato gubernamental debe dejar de ser “una agencia que solo adjudica proyectos”. Asimismo, se necesita una labor compartida entre el Estado, los científicos y la sociedad para mejorar la valoración de la ciencia en Chile. Y apunta: “La ciencia no es algo que hace unos tipos iluminados en una burbuja. Es una actividad que hace gente joven, talentosa que viene de todo Chile, de colegios públicos y privados, de carreras de Ciencias Naturales o Sociales. De eso tenemos que darnos cuenta como país y hacer una inversión sustancial ahí”. “Debemos mostrar esto con palabras súper clave como ‘curiosidad’, ‘aprendizaje’, ‘indagación’, ‘exploración’, ‘sueños’. Esas palabras están en la base de lo que es la ciencia y tenemos que hacer que la ciudadanía se dé cuenta de que eso está al alcance de todas las personas que se están formando en Chile”, asegura.
egún un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico revelado en octubre de 2015, Chile ocupa el último lugar en inversión en ciencia y tecnología (CyT), con menos del 0,5% del PGB. ¿Por qué es tan importante este indicador? Las grandes economías mundiales saben que la inversión en CyT es un factor clave en el alza de la productividad y la competitividad industrial. Así lo consignan la consultora Deloitte y el Consejo Estadounidense para la Competitividad en el “2016 Global Manufacturing Competitiveness Index”, que señala que EE.UU. lidera ese ranking gracias a su inversión sostenida en C y T. “La inversión en ciencia, investigación e innovación es el motor de crecimiento del capital productivo. El conocimiento generado en un país
permite resolver sus propias necesidades productivas, públicas y privadas”, señala el doctor Juan Asenjo, coordinador del Doctorado de Ingeniería Química y Biotecnología de la U. de Chile, Premio Nacional de Ciencias y director del Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBib). Para el doctor Francisco Gracia, académico del doctorado, “el énfasis que pone la OCDE en contar con profesionales y doctorados en ingeniería y ciencias se basa en que son ellos los llamados a liderar el progreso científico y tecnológico que permitirá mejorar el crecimiento económico y el desarrollo sustentable del país”. Asenjo y Gracia coinciden en que Chile presenta necesidades claras en las áreas de Ingeniería Química y Biotecnología, disciplinas que permitirían mejorar procesos productivos en todos los sectores industriales, crear nuevos productos y hacer uso responsable de los recursos naturales, poniendo énfasis en la eficien-
cia y seguimiento de indicadores de impacto ambiental, social y económico de largo plazo. El Doctorado de Ingeniería Química y Biotecnología de la U. de Chile, acreditado por la CNA-Chile, forma investigadores con capacidad para resolver falencias que obstaculizan la
productividad industrial, mejorando la competitividad y sustentabilidad en todas las áreas de interés del país. Su perfil y su cuerpo académico lo han hecho foco constante del interés de postulantes nacionales y de egresados de universidades del extranjero (www.diqbt.uchile.cl/doctorado).
Jueves 14 de enero 2016
Jueves 14 de enero 2016
Chilenos describieron la galaxia espiral más grande presencia de posibles nubes de gas molecular, y la bajísima densidad de sus brazos espirales, entre otras características que la definen como una galaxia espiral extraordinaria. Galaz, director del Instituto de Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), destacó que el hallazgo se logró gracias a la utilización de los tiempos de observación que alumnos e investigadores de la universidad pudieron acometer en telescopios extranjeros enclavados en Chile. “Las imágenes previas no dimensionaban el tamaño real y la forma y estructura de esta galaxia, que es mucho más grande que la Vía Láctea. El material que tenemos ahora muestra muchos detalles nunca vistos”, señala. El beneficio de conocer más de esta súper galaxia espiral servirá para futuros trabajos que permitirían estudiar en detalle la emisión en submilímetro de los brazos espirales y de las zonas donde se encuentre el gas molecular.
Gentileza Universidad Católica de Chile.
La galaxia espiral más grande y difusa observada hasta ahora en el universo fue descrita por un equipo de astrónomos chilenos que publicó sus conclusiones en la prestigiosa revista The Astrophysical Journal Letters. A fines de diciembre se entregó el estudio que realizó el equipo liderado por Gaspar Galaz y que integran Carlos Milovic, Vincent Suc, Luis Busta, Guadalupe Lizana, Leopoldo Infante y Santiago Royo, quienes analizaron las imágenes ópticas que revelaron la verdadera naturaleza de Malin 1, la galaxia espiral más grande detectada hasta ahora. Malin 1 es una galaxia descubierta a fines de los 80 y de la cual se conocía que tenía “bajo brillo superficial”, era muy difusa, extendida y con una gran cantidad de hidrógeno neutro. Fueron casi 7 horas de observación desde el telescopio Magallanes del Observatorio Las Campanas, las que permitieron al equipo de investigadores definir su forma espiral, su diámetro de 521.000 años luz (163.000 años luz más grande que estimaciones anteriores), la
Desarrollan nuevos envases con menor impacto en el ecosistema
El propóleo –la sustancia cérea con que las abejas bañan las colmenas o vasos antes de empezar a obrar– ayudaría a mejorar el nivel del colesterol en el cuerpo humano y los indicadores de estrés oxidativo. Así lo han establecido especialistas de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Talca, liderados por la académica Elba Leiva. Los científicos estudian las propiedades del propóleo de la industria apícola, de plantas medicinales y residuos de la industria de alimentos (como el aceite de oliva), entre otros. El propósito de este grupo de investigadores es comprobar si estas sustancias mejoran el estrés oxidativo, si incrementan el HDL –llamado colesterol bueno– y si favorecen la menor oxidación de LDL, la molécula que transporta el colesterol malo en la sangre. Todos éstos son factores de riesgo para tener enfermedades cardiovasculares. “Queremos comprobar el efecto de compuestos bioactivos sobre la disminución del estrés oxidativo, que es producto de muchos factores internos y externos que causan daño al
Indagar en nuevos elementos para producir envases con menor impacto medioambiental, mejorando sus propiedades a través de un novedoso proceso de incorporación de sustancias para revertir el daño microbiológico es el objetivo de la investigación, financiada por Fondecyt y dirigida por la doctora Alejandra Torres, académica del Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (www.cecta.cl) de la Universidad de Santiago de Chile e integrante del equipo de investigación del Laboratorio de Envases (LABENChile). Este proyecto aborda tres aspectos fundamentales en la investigación y desarrollo de nuevos envases para alimentos: el uso de compuestos activos naturales con capacidad antimicrobiana provenientes de extractos de aceites esenciales de plantas como orégano y tomillo; el proceso de incorporación de estas sustancias a los materiales plásticos y el material utilizado en la producción del envase. En la actualidad, la mayor parte de los envases plásticos que se usan para alimentos se fabrican a partir de materias primas provenientes del pe-
organismo, como lo es entre otros el humo del cigarrillo, la contaminación en general, una vida poco saludable, el consumo excesivo de grasas y azúcar. Todo esto hace que aumente el nivel de estrés oxidativo, que nosotros buscamos disminuir”, señala Elba Leiva. Los resultados obtenidos hasta ahora han sido positivos, tanto in vitro como en pacientes voluntarios. Los datos están siendo incorporados en artículos científicos que se publicarán en revistas de alto impacto internacional.
tróleo, lo que genera un gran impacto medioambiental, producto de la acumulación de residuos plásticos en el ambiente. “En el proyecto se trabajará con un material plástico biodegradable, el ácido poliláctico (PLA), el cual se puede obtener a partir de fuentes renovables como el maíz. Sin embargo, este tipo de materiales presenta desventajas como, por ejemplo, una alta permeabilidad al vapor de agua, lo que puede provocar alteraciones microbiológicas o químicas, lo que disminuye la vida útil del alimento envasado y/o aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos”, afirma.
Gentileza Facultad de Medicina UC.
Científicos elaboran primer test para diagnosticar causas de hipertensión (UC/DICYT) Por primera vez en Chile será posible identificar algunas causas de la hipertensión arterial de manera rápida y certera, gracias a un test de diagnóstico recientemente elaborado por científicos y médicos de la Universidad Católica y del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) liderados por el doctor Carlos Fardella. El examen, disponible para todo público, busca determinar una serie de hormonas, algunas de las cuales solo eran analizadas con fines de investigación. “Esta nueva tecnología, recién incorporada en nuestro país, permite analizar si existen esos factores hormonales
asociados. Y eso es vital, ya que muchas veces la normalización de la presión arterial, no protege del daño que estas hormonas realizan directamente en el corazón y vasos sanguíneos y que pueden provocar graves complicaciones”, señala Fardella, quien es jefe del Departamento de Endocrinología, de la Facultad de Medicina UC. El test se ha implementado gracias a la adquisición de un equipo de alta tecnología -Instrumento de Cromatografía líquida con espectrometría de masas en tándem (LC-MS/MS)–, que por primera vez se incorpora a la actividad asistencial del laboratorio clínico de la Red Salud
UC-CHRISTUS, “permitiendo analizar con precisión y exactitud las muestras de sangre de pacientes hipertensos”, explican los doctores Carmen Campino y Fidel Allende, integrantes del proyecto. Además, la herramienta incluye un informe que permite interpretar los resultados, entregándole al médico tratante al menos seis diagnósticos de diferentes patologías que podrían estar involucradas y “que normalmente podían pasar desapercibidas y llevar al paciente a ser catalogado como hipertenso esencial, es decir, portador de una hipertensión de causa desconocida”, comenta el doctor Fardella.
Universidad de Chile: 173 años al servicio del país La Universidad de Chile cuenta con 18 centros de excelencia como institución principal y 4 como asociada, cifra que representa el 50% del total nacional en áreas que van desde la astrofísica, ingeniería y biomedicina, hasta la producción de alimentos, educación y ciencias sociales. Los académicos de la Casa de Bello ejecutan en promedio más de 1.000 proyectos anualmente, de fuentes nacionales e internacionales.
L Gentileza Universidad de Santiago.
Gentileza Universidad de Talca.
Estudian compuestos que reducen riesgos cardiovasculares
a Universidad de Chile, fundada en 1842, es la institución de educación superior más antigua del país y una de las de mayor prestigio y tradición de América Latina. Con un cuerpo académico de excelencia y una alta productividad en el campo científico y la investigación artística y cultural, la universidad ha estado permanentemente vinculada a la reflexión y acción respecto de los grandes temas del país y el mundo, dado su carácter nacional y público. Desde su fundación, esta institución ha asumido, con compromiso y vocación de excelencia, la formación de profesionales y la contribución al desarrollo del pensamiento en Chile, construyendo liderazgo en las ciencias y las tecnologías, las humanidades, las artes y la cultura, a través de la docencia, la creación y la extensión, con especial énfasis en la investigación y el posgrado. Organizar el sistema de educación nacional, contribuir a la creación del sistema público de salud, la superación de problemas de nutrición infantil, a la construcción de infraestructura productiva, al desarrollo de la ingeniería antisísmica, han sido algunos de sus aportes relevantes, que la han erigido en la piedra angular del desarrollo nacional y pionera en la frontera del conocimiento y la innovación. Esto queda de manifiesto en los reconocimientos y altos cargos alcanzados por sus alumnos y pro-
fesores: dos premios Nobel de Literatura, 20 presidentes de la República y más de 170 premios nacionales en todas las áreas del conocimiento.
Referente en investigación e innovación Actualmente, la Universidad de Chile posee una posición de liderazgo per cápita en Latinoamérica en publicaciones ISI-WOS, con 11.447 artículos científicos entre 2007 y 2014, según cifras de CONICYT. Los centros de excelencia albergados en la Universidad –Institutos Milenio, Fondo Basal y FONDAP– tienen como propósito realizar investigación científica de alto impacto y formación de jóvenes científicos en temas prioritarios para el país. La Universidad de Chile cuenta con 18 centros de excelencia como institución principal y 4 como asociada, cifra que representa el 50% del total nacional en áreas que van desde la astrofísica, ingeniería y biomedicina, hasta la producción de alimentos, educación y ciencias sociales. Generando investigación de calidad, los académicos de la Casa de Bello ejecutan en promedio más de 1.000 proyectos anualmente, de fuentes nacionales e internacionales. En 2015, se adjudicó el financiamiento para 123 investigaciones en el concurso Fondecyt Regular, equivalentes al 42% del total de proyectos postulados.
Asimismo, mantiene altas tasas de adjudicación de proyectos Fondecyt de Iniciación (inserción de jóvenes investigadores), Postdoctorado, Fondef (investigación aplicada), Fonis (salud) y Corfo Innova. La innovación basada en ciencia atraviesa un momento histórico para esta institución. Solo entre 2014 y 2015 se presentaron 70 solicitudes de patentes, mientras que –en el mismo período– se transfirieron a la sociedad 23 tecnologías a través de licencias de derechos. Una vacuna contra el cáncer de melanoma; nuevos protocolos para la detección de marea roja; análisis remoto y automático de la fertilidad masculina; baterías autónomas de litio; detector de yacimientos mineros; y ecógrafo ultra portátil de bajo costo, son algunas de las innovaciones desarrolladas por académicos de la Casa de Bello, que gracias al impulso a la transferencia tecnológica de la institución, solucionarán problemas reales de la sociedad y contribuirán al desarrollo del país.
Contribuyendo a la sociedad del conocimiento Junto con lo anterior, la Universidad
de Chile mira hacia el futuro abordando temas cada vez más complejos, como el envejecimiento de la población, la gestión de los desastres socio naturales, el diseño de ciudades inteligentes, el uso de energías renovables y la cohesión social, a través de redes transdisciplinarias que reúnen a investigadores de diversas facultades de nuestra universidad para contribuir en la búsqueda de soluciones a estos nuevo desafíos locales, nacionales y globales. La obra que cristaliza el trabajo de esta casa de estudios superiores, lo constituye el nuevo proyecto del Parque Científico y Tecnológico en Laguna Carén, que es el espacio que invita al país a pensar las formas en que contribuyamos a ser un referente para la sociedad del conocimiento. Un lugar abierto para todos los actores que se sientan llamados a entregar a las nuevas generaciones un país en la vanguardia, inclusivo y basado en soluciones científicas. Así, la Universidad de Chile asume con vocación de excelencia la formación de personas y la contribución al desarrollo espiritual y material de la nación.