Entre los diversos movimientos y movilizaciones de este tiempo ninguno como el “Ni una menos” conmovió tanto la agenda política del país. De repente, la clase política, la militancia y los medios de comunicación reformularon o pusieron en crisis sus usos del lenguaje, aceitaron reflejos y salieron rápido a hablar de cupos, todos corriendo detrás de un “nuevo tema”: un feminismo de la cuarta ola que en realidad ya no pide cupo sino paridad. Pero, ¿se trata verdaderamente de algo nuevo?