Historias y relatos de mapas, cartas y planos

Page 1

E D S O T A L E R Y S A I R O HIST

S A P A M S A T R A C —

Y

S O N A L P

S — E J A I V Y S R U TA , S E N O I C I EXPED

Francisca Mattéoli


Créditos fotográficos © Biblioteca Nacional de Francia: págs. 20-21, 24-25, 27, 35, 44-45, 47, 50-51, 58-59, 61, 64-65, 72-73, 91, 97, 120-121, 126-127, 129, 132-133, 143, 146-147, 151, 157, 160-161, 168-169; © akg / North Wind Picture Archives: portada, págs. 71, 78-79, 83, 123, 137, 140-141, 163; © akg-images/HistoricMaps: guardas; © akg-images: págs. 6, 19, 112-113, 117; © akg-images / Universal Images Group / Universal History Archive: págs. 16-17, 41, 55, 75, 103, 109, 164-165; © akg / Science Photo Library: págs. 30-31, 88-89; © akg-images / British Library: págs. 38-39, 101; © akg-images / Quint & Lox: pág. 67; © akg-images / De Agostini Picture Lib. / G. Cigolini / Veneranda Biblioteca Ambrosiana: págs. 94-95, 154-155; © IAM / akg-images / World History Archive: pág. 100; © Col. Jean Vigne / Kharbine-Tapabor: págs. 8-9; © British Library / Kharbine-Tapabor: págs. 84-85, 106-107.

Título original Map Stories. Histoires de cartes Dirección general Fabienne Kriegel Edición Flavie Gaidon, Fanny Martin Dirección artística Claire Mieyeville, Sabine Houplain Concepto y grafismo Jeffrey Blunden, Alexandre Onimus Traducción Laura Collet Texidó Coordinación de la edición en lengua española Cristina Rodríguez Fischer Primera edición en lengua española 2016 Nueva edición 2022 © 2022 Naturart, S.A. Editado por BLUME © 2016 Art Blume, S. L. Carrer de les Alberes, 52, 2º (Vallvidrera) 08017 Barcelona Tel. 93 205 40 00 E-mail: info@blume.net © 2015 Éditions du Chêne – Hachette Livre, París © 2022 de la cubierta Charles Ameline ISBN: 978-84-19094-61-2 Depósito legal: B. 14172-2022 Impreso en China Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.

WWW.BLUME.NET



CON T E N I DO

CON T E N IDO


PREFACIO CIUDADES PERDIDAS Petra. El tesoro de los «bárbaros» Angkor. De éxtasis y de ruinas Machu Picchu. En el Camino del Inca

DOS RÍOS Y UN MAR El Mekong. Opio y té El Nilo. En la fuente Mare Nostrum. Falsamente sereno

¡ EN RUTA ! El Lejano Oeste. Comenzar de cero La nacional 7. Rumbo al mar La Ruta 66. Un número que ruge El sendero de los Apalaches. Catorce estados de gracia

TIERRAS SALVAJES El lago Ness. En el reino de las Highlands Las misiones argentinas. En territorio guaraní La isla de Madagascar. En la ruta de las Indias Áqaba. Tras los pasos de Lawrence La Amazonia. El laberinto verde

MUNDOS DE HIELO El Polo Sur. En la frontera del mundo Alaska. Combate contra el viento Groenlandia. Virgen como la Luna

DE UN TREN A OTRO El Transcontinental. De este a oeste El Orient Express. Suspense en 3.000 km

AL ASALTO DE LAS MONTAÑAS Minas Gerais. ¡Oro, oro! Chile. Medirse con los dioses China. Recorrido de alto riesgo

7

10 12 18 26 32 34 40 46 52 54 60 66 74 80 82 90 96 102 108 114 116 122 128 134 136 142 148 150 156 162

ÍNDICE

170

FRANCISCA MATTÉOLI

172


CIUDADES PETRA, ANGKOR, MACHU PICCHU

PERDIDAS


CIUDADES PETRA, ANGKOR, MACHU PICCHU

PERDIDAS


CIUDADES PERDIDAS

PETRA N 30° 19’ E 35° 26’

PETRA EL TESORO DE LOS «BÁRBAROS» La ciudad perdida. La ciudad olvidada. Redescubierta por un valiente explorador, como en una novela de aventuras... Durante 500 años, nadie, ningún arqueólogo, viajero o científico logró encontrar el camino a Petra.

Páginas 8 y 9: planisferio extraído del Atlas realizado en 1556 por Guillaume Le Testu. Página siguiente: mapa de la península arábiga. Pintura de G. B. Ramusio, de 1540, expuesta en el Palacio de los Dogos, en Venecia. 12

Su existencia en esta tierra no aparece registrada en ningún mapa. Nadie más allá del mar Muerto sabe dónde se sitúa este espectacular tesoro. Ningún documento, enciclopedia o libro da detalles de su situación, su extensión, la localización de sus fabulosos monumentos, sus templos, sus tumbas y sus increíbles palacios. ¿Cómo es posible? ¿Por qué esta maravilla del mundo se mantuvo tanto tiempo en la sombra, como un secreto escondido por los dioses? No puedo evitar plantearme estas preguntas mientras me adentro en Siq, la garganta estrecha y sombría que lleva hasta el Tesoro, el monumento más majestuoso de la ciudad de Petra. El mismo camino que recorrieron aventureros y arqueólogos del siglo pasado. Pisaron la misma tierra rosada, admiraron la misma luz, que se abre paso como una flecha dorada desde las rocas. Quedaron deslumbrados por las mismas partículas de polvo mezcladas con vibrantes destellos que descienden del cielo, por las mismas tonalidades de la roca, marrones, plateadas, rojizas, doradas, las mismas formas extrañas que bordean este increíble monumento.



CIUDADES PERDIDAS

MACHU PICCHU S 13° 09’ O 72° 32’

MACHU

PICCHU EN EL CAMINO DEL INCA Nos encontramos en Perú, al este de la cordillera de los Andes, en una de las regiones más remotas de la selva amazónica, a 2.438 m de altura. Me han dicho que, desde determinados ángulos, es posible percibir un perfil humano al mirar con atención la cresta del Huayna Picchu, «la montaña joven». No obstante, lo que más impresiona cuando uno llega a este mundo legendario son los incontables universos que lo componen, organizados de tal forma que es imposible discernirlos del lugar donde has estado unos minutos antes.

Mapa de Perú de Albert Viellerobe, publicado en Lima en 1896. 26

En el lado opuesto a la primera cima, se descubre el Machu Picchu, «la montaña vieja», a la que los incas llegaban por caminos perdidos en la selva tropical. Murallas, explanadas y rampas fantásticas esculpen el paisaje y parecen perpetuarlo hasta el infinito. Un barranco sombrío, impresionantes cuestas y valles color turquesa envuelven el corazón de este lugar y se pierden en un caos de rocas. El entorno parece un inmenso cuadro salvaje coronado por una suntuosa cúpula de nubes. Unas doscientas construcciones constituyen este excepcional centro religioso, agrícola y astronómico, dividido en dos partes, la ciudad alta y la baja, cuyos roles exactos y los motivos de su construcción se desconocen hasta la fecha. Creo que cualquier arquitecto de la actualidad soñaría con realizar una maravilla semejante, tan armónica con su entorno natural. El conjunto resulta deliciosamente inhóspito, terriblemente imponente, y, sin embargo, da la inesperada sensación de refinamiento. Resulta difícil identificar qué produce tal



CIUDADES PERDIDAS

MACHU PICCHU S 13° 09’ O 72° 32’

impresión: los matices de color, las piedras perfectamente alineadas, el ambiente místico, inédito, que embriaga y escapa completamente a lo cotidiano, a lo ordinario. El trayecto más conocido para llegar hasta allí es el Camino del Inca, sin duda una de las caminatas más bellas del mundo. Parte desde el pequeño pueblo de Aguas Calientes y transcurre por la selva tropical a través de senderos, cuestas y desfiladeros vertiginosos. Cuarenta y cinco kilómetros de ruta, emprendida antaño por los pueblos incas. ¿Antaño? Sí, en el siglo , bajo el reinado del emperador Pachacutec, de cuyo poder este lugar es una magnífica muestra. Los españoles que llegaron después y se instalaron en Cuzco no dejaron ninguna prueba que permita afirmar que descubrieran el lugar, pero sabemos que tenían sospechas acerca de su existencia, pues algunos hablaban ya de una ciudad «en la cima de una montaña» con «maravillosas construcciones». ¿Cómo pudieron los conquistadores ignorar una construcción tan magnífica? Sin duda, los incas realizaron un trabajo de camuflaje notable. Imaginen una ruta a través de precipicios abruptos, desfiladeros estrechísimos, y la sensación de dirigirse hacia ninguna parte.

Oculto durante tres siglos

«Creo que cualquier arquitecto de la actualidad soñaría con realizar una maravilla semejante, tan armónica con su entorno natural».

28

Los primeros mapas que mencionan el lugar parecen datar del siglo . Aunque su descubrimiento se atribuya al historiador americano Hiram Bingham, de la Universidad de Yale, parece que en realidad fue descubierto mucho antes por el también americano Harry Singer, quien por primera vez señala en un mapa los cerros Machu Picchu y Huayna Picchu. En 1874, el alemán Herman Göhring dibuja también con exactitud ambos puntos, –si bien no da datos precisos de las ruinas– en un mapa color tierra, sin detalles, con indicaciones de algunos lugares, dos picos y una ruta sinuosa como una serpiente. Poco importa la batalla de egos. En absoluto empequeñece la hazaña del historiador de Yale, de treinta y seis años, quien decide dirigir la expedición que abrirá esta ruta al mundo occidental. De hecho, Hiram quiere descubrir Vilcabamba, el último refugio inca que perpetúa el mito de El Dorado perdido, y lo único de que dispone para guiarse es un mapa rudimentario del siglo . Obsesionado con su proyecto, Hiram no puede ni imaginar que existen otras ruinas aún más fabulosas, ocultas a pocos kilómetros de ahí. Parte desde Cuzco en julio de 1911 con una expedición de diez hombres. Tras seis días de camino, decide establecer su campamento en una pequeña plantación llamada Mandor Pampa. Como suele ser costumbre en estos casos, el propietario de la plantación acude a conocer al grupo, y entablan una conversación banal. Es Melchor Arteaga, un terrateniente como cualquier otro, si bien acaba convirtiéndose en un elemento esencial de esta aventura. Durante la conversación, explica que ha visto otras ruinas en la cima de una montaña, las ruinas de un lugar llamado Machu Picchu... No hace falta más para emocionar al joven americano en busca de fortuna y gloria. La mañana siguiente le pide al agricultor que le guíe a cambio de cincuenta céntimos diarios, y ambos se ponen en marcha, acompañados tan solo por un traductor, dejando atrás el grupo. La jungla que limita con el río Urubamba es mucho más frondosa que el terreno explorado hasta el momento. Hace frío, la región es terriblemente húmeda, y el camino, abrupto, está repleto de hierbajos tan resbaladizos que deben avanzar a gatas para no despeñarse. Penetran en la vegetación, apartan la maleza para formarse un camino, pasan por rápidos y por barrancos. El calor endurece todavía más la marcha, y pronto se sienten exhaustos. Sin embargo, el explorador ha recibido una beca de la National Geographic Society para llevar a cabo su expedición, y está decidido a realizar el descubrimiento más espectacular posible. No sospecha hasta qué punto lo será.


MAPAS, CARTAS Y PLANOS

Una noche se detienen en casa de una familia indígena que les habla de antiguas construcciones situadas un poco más lejos. Hiram no desfallece y continúa la ruta hacia la cima, esta vez, guiado por el hijo de los indígenas, un chaval de unos diez años. Cruzan el cañón del río Urubamba mientras sus aguas rugen a seiscientos metros bajo sus pies; apartan lianas y ramas enmarañadas, se abren paso entre el sotobosque, y de repente, al final de un camino, descubren ante sus ojos un muro de piedra. Bingham entrevé también monumentos cubiertos de lianas al borde de precipicios vertiginosos, casas interconectadas por calles estrechas, escaleras, un edificio con ventanas, «espléndidos templos y palacios» y «magníficas construcciones». Su expedición no quiso acompañarle, pensando que el lugar no tendría mayor interés. Ni siquiera el propio Hiram Bingham imaginaba encontrar algo más que unas pocas casas en ruinas... Pero halla un mundo oculto desde hacía tres siglos. La ciudad inca más grande y maravillosa descubierta desde la conquista española.

En busca de un último misterio

Al observar la mayoría de mapas de Perú del siglo , no aparece nada, absolutamente nada. Machu Picchu no figura. Incluso resiguiendo con el dedo hacia el norte de Cuzco, no he encontrado nada. Incluso estando en el lugar, apenas lo he visto a trozos, a veces, camuflado por una fantasmagórica niebla azulada, otras, invadido por una selva enorme y deshabitada, o intensamente iluminado por un sol cegador. En los mapas, solo aparecen el río Urubamba, el valle de Lares, que en la actualidad recorren los senderistas, y la región de Madre de Dios, con sus selvas infinitas, lobos de crin y ciervos en los pantanos... Y Vilcabamba, el legendario reino perdido de los incas con que tanto soñó Hiram Bingham. Hasta el final de su vida, permanecerá convencido de haber descubierto su ciudad sagrada; incluso cuando regresa al lugar, en los años siguientes, se esfuerza por encontrar tumbas incas, toma centenares de fotografías de su campamento, de su equipo desnudando piedras, pelando rocas, avanzando por estrechas galerías y oscuras cuevas para abrir pasajes, desvelando de nuevo tesoros, otras ruinas, otras construcciones, centenares de escaleras y terrazas. Algunas de sus fotografías muestran a uno de sus hombres sosteniendo un mapa, sin duda uno de los que realizó el propio Bingham, donde describía la situación de las ruinas tal y como las encontró. Mapas conformes a la verdad científica, que parecen respetar las superficies y dimensiones del lugar; mapas que, como aquellos que no indican nada, estimulan siempre la imaginación. Aunque el lugar haya sido descubierto, y su secreto, desvelado, sigue haciendo soñar a arqueólogos y expertos de todo el mundo, que analizan todavía cada pliegue del mapa en busca de un último misterio.

«Imaginen una ruta a través de precipicios abruptos, desfiladeros estrechísimos, y la sensación de dirigirse hacia un punto inexistente».

Doble página siguiente: mapa de Sudamérica, publicado hacia 1630 por Jocodus Hondius. 29


Mediante un recorrido por el mundo a través de magníficos mapas de territorios y épocas distintos, la escritora Francisca Mattéoli nos ofrece una aventura geográfica sorprendente, en una veintena de textos sobre los lugares que la han inspirado. Un libro para comprender cómo se descubrieron los lugares más mágicos del planeta, desde las rutas perdidas del Lejano Oeste, con los primeros colonos, hasta la expedición al Polo Sur de Roald Amundsen, pasando por los descubrimientos tardíos de Petra o Angkor por parte de exploradores ávidos de nuevos horizontes de conquista. Un libro divertido, insólito, curioso, que permite seguir los contornos de la Tierra, imaginando cómo se ha construido –o deconstruido– el mundo que conocemos en la actualidad.

ISBN 978-84-19094-61-2

9 788419 094612


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.