The Who

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Título original: The Who. 50 Years of My Generation Edición Jeannine Dillon, Erin Canning Diseño Heidi North, Phil Yarnall / SMAY Design Traducción Remedios Diéguez Diéguez Revisión de la edición en lengua española Llorenç Esteve de Udaeta Historiador de música

Coordinación de la edición en lengua española Cristina Rodríguez Fischer Primera edición en lengua española 2016 © 2016 Art Blume, S.L. Carrer de les Alberes, 52, 2.º 08017 Vallvidrera, Barcelona Tel. 93 205 40 00 Fax 93 205 14 41 E-mail: info@blume.net © 2015 Quarto Publishing Group USA Inc, Nueva York © 2016 de la fotografía de la portada: Colin Jones/TopFoto/ The Image Works; © Hulton-Deutsch Collection/CORBIS; © Neal Preston/ Corbis; © Graham Lowe/Getty Images © 2016 de la fotografía de la contraportada Pictorial Press Ltd./Alamy Véase página 224 para obtener información referente a los créditos de las fotografías. ISBN: 978-84-9801-935-3 Impreso en China Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor. WWW.BLUME.NET Este libro se ha impreso sobre papel manufacturado con materia prima procedente de bosques de gestión responsable. En la producción de nuestros libros procuramos, con el máximo empeño, cumplir con los requisitos medioambientales que promueven la conservación y el uso sostenible de los bosques, en especial de los bosques primarios. Asimismo, en nuestra preocupación por el planeta, intentamos emplear al máximo materiales reciclados y solicitamos a nuestros proveedores que usen materiales de manufactura cuya fabricación esté libre de cloro elemental (ECF) o de metales pesados, entre otros.


m u b l á l e d o i r a s r e v i n a 50 n o i t a r My Gene MAT SNOW



m u b l á l e d o i r a s r e v i n 50 a n o i t a r e n e My G 1

introducción

5

capítulo 1: Los hijos del Blitz

11

capítulo 2: ¡Año Cero!

17

capítulo 3: Artista, teddy boy, empleado de Hacienda... ¡y lunático!

23

capítulo 4: ¡Mods!

31

capítulo 5: ¡Destrózalo!

41

capítulo 6: ¡Ascenso!

49

capítulo 7: ¡Pop Art Stars!

63

capítulo 8: ¡Excéntricos!

77

capítulo 9: Apostar por la genialidad

89

capítulo 10: El gran escenario

101

capítulo 11: Teenage Wasteland

119

capítulo 12: ¡Quad!

135 capítulo 13: Los dioses del rock bajo presión 155 capítulo 14: Lidiar con la tragedia 175

capítulo 15: ¡Quemados!

187

capítulo 16: Ya no... y ahora sí

203 capítulo 17: Y entonces quedaron solo dos 209 capítulo 18: The Who renace 224 créditos de las fotografías 228 índice 234 agradecimientos/acerca del autor PÁGINA ANTERIOR: The Who cuando fueron por un breve período de tiempo The High Numbers, verano de 1964. Empezando por la izquierda: Pete Townshend, Roger Daltrey, Keith Moon y John Entwistle.



introducción

theWho ¿CINCUENTA AÑOS? Si les hubiesen preguntado a los expertos cuántos

años de vida le daban a The Who, muchos habrían respondido unos cinco minutos. ¿Una banda de hermanos? No precisamente. ¿Un grupo en estrecha armonía? Es broma, ¿no? Pocas bandas de rock han abarcado personalidades tan extraordinariamente distintas, esos temperamentos encerrados en la frustración mutua, incluso en el conflicto abierto. Sin embargo, fue esa conflictividad la que alimentó la intensidad de sentimientos y de puesta en escena que ninguna otra banda de rock surgida en la década de 1960 ha conseguido igualar. ¿Tan innovadores, musicalmente hablando, como los Beatles o The Beach Boys? Probablemente no. ¿Tan seductores como los Stones? La verdad es que no. ¿Tan épicos en cuanto a sonido y espectáculo como Led Zeppelin o Pink Floyd? Cuestión de opiniones. En lo que nadie supera a The Who es en la plena expresión del turbulento mundo interior del chaval joven (también del que todavía vive dentro de casi todos los chavales mayores). Y eso vale también para muchas chicas. Frustración. Idealismo. Anhelos. Autocrítica. Confesiones. Humor negro. Ambición. Debilidad. Rabia. Creación arrolladora. Destrucción demoledora. Una mezcla explosiva, irreconciliable. Sin embargo, ¿qué joven no ha pasado por todas esas fases, muchas de ellas al mismo tiempo? De todo esto trata The Who, y por eso conecta a un nivel tan profundo con tantas generaciones de amantes del rock. Sus fans siempre han sido para The Who la mayor fuente de inspiración. The Who, una de las muchas bandas londinenses de pop/rock que la liaban en el circuito de directos surgido tras la estela de la beatlemanía y el creciente movimiento R&B encabezado por The Rolling Stones, encontró su público (y su inspiración) durante su breve etapa, en 1964, como The High Numbers; fue la banda representante de la escena mod del oeste de Londres (por entonces en su momento álgido). Los cuatro artistas se sumergieron en la subcultura y formaron un doble nexo con su público (de cariño, pero también de conflictividad) que continuó mucho después de que el movimiento mod desapareciese y surgiesen nuevas subculturas. IZQUIERDA: «Durmiendo» en Morningside Park, Nueva York, abril de 1968.


y misteriosos rodeos, Pete formuló la primera obra maestra épica de The Who, exploró las ideas de los seguidores y los líderes, de las visiones y las misiones, de la trascendencia y la espiritualidad. De ahí surgió Tommy, el doble álbum que desafió al Sgt. Pepper’s de los Beatles en la cúspide de la década de 1960, donde el pop y el arte se encontraron. Aquel enorme logro no agotó la inspiración que esas ideas aportaban a Pete. Porque nunca alcanzó un final ni una forma definida, y nunca se completó. Lifehouse fue el eslabón perdido en la obra vital de Pete, y aun así dio lugar a algunas de las mejores canciones de la carrera de The Who. Ya en 1970 predijo Internet y la realidad virtual, pero no encontró una estructura narrativa coherente. Mucho más concreta, más redonda, fue la segunda obra maestra de rock de la banda. Concebida como un retrato generacional y un autorretrato del grupo, con la vista puesta en la década que la banda estaba a punto de cumplir, Quadrophenia retrató a un emblemático fan mod de The Who cuya personalidad presenta cuatro tica americana SUPERIOR: Pete Townshend durante una actuación, en 1965, con su caracterís con la bandera británica y tocando su Rickenbacker con su molinillo.

facetas (una por cada miembro de la formación). Ese fue el enfoque de Pete para entender la compleja química del grupo y la escena

Expresar aquello que los fans no podían articular se convirtió en la misión de la banda. El principal compositor de The Who, Pete Townshend, decidió

que les había impulsado: poético, grandioso, psicológico y mítico. Quadrophenia, un álbum que ha ido alcanzando

meterse en sus cabezas y darles voz (aunque fuese una

proporciones descomunales a lo largo de los años,

voz balbuceante, enfadada y completamente confusa).

supuso la culminación de una relación, explorada

Cuando escribió «My Generation», Pete se convirtió

con tenacidad y pasión durante una década,

en el portavoz de los bebés de la austeridad de la época

entre cuatro tipos sobre el escenario y los miles

de guerra y posguerra que llegaban a la edad adulta en

de individuos presentes al otro lado de los focos.

el mundo nuevo y desconocido de la década de 1960. Era una tarea ardua, y como una de sus principales fuentes de inspiración (Bob Dylan), Pete abandonó la intención de dar voz a los problemas para centrarse en

¿Adónde fue The Who a partir de entonces? Al principio, cuesta abajo. Después se movió en círculos. No obstante, el nexo ya era inquebrantable,

articular sentimientos. Durante dos años escribiendo

y el ambiente de comunión cuando el grupo se subía

canciones como autoterapia, dando muchos

al escenario nunca se disipó. Cuando The Who lo

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da todo, divide el átomo con una carga de energía

y misterioso John Entwistle descendió por el camino

que pone en marcha todas las sinapsis presentes

fatal del exceso a pesar de acercarse a los sesenta.

en varios kilómetros a la redonda. Así ha sido siempre

Sus últimas horas las pasó consumiendo cocaína

desde sus intensos inicios. Desde sus contemporáneos

en Las Vegas con una groupie.

The Action hasta los hard rockers de Blue Öyster

De ese modo, los viejos adversarios se

Cult, pasando por los punks de los Sex Pistols, los U2

quedaron solos: Roger Daltrey, que formó y lideró

(imbatibles llenando estadios) o los rebeldes del grunge

la banda hasta que Pete, el guitarrista que él mismo

Pearl Jam, por citar solo algunos hasta nuestros días,

había fichado, le robó el protagonismo por la fuerza

The Who sigue siendo una fuente de inspiración

arrebatadora de su creatividad. Separados por un

en lo que a bandas de rock en directo se refiere.

abismo en cuanto a educación, temperamento, talento

Fuera del escenario, después de que los años

y ambición, se pasaron años tirándose los trastos

de fama y fortuna distanciasen a Pete de los fans,

a la cabeza en un ambiente de mutua incomprensión

su autoanálisis desesperado en las canciones daría

y desconfianza, pero al final consiguieron respetarse

paso a una larga secuela que tendría repercusiones

(aunque a regañadientes). Cincuenta años más tarde,

mucho más allá de la explosiva primera década

los rumores apuntan a que no solo han empezado

de la banda.

a entenderse, sino que parecen caerse bastante bien.

Esa secuela tuvo sus sacudidas. Primero, la muerte

The Who: generación tras generación, la banda

de Keith Moon. The Who siguió adelante con tenacidad

de rock por excelencia. Y este es el libro que no solo

(a diferencia de Led Zeppelin, que se desintegró

muestra, sino que además explica tal como fue... y es.

inmediatamente después de la muerte de su batería). Aquel gesto los señaló como un grupo pragmático, además de idealista. Incluso sobrevivió al siguiente trauma, cuando once fans murieron en un concierto en Cincinnati a finales de la década de 1970. Las desgracias no acabaron cuando The Who ya era un grupo veterano que tocaba viejas glorias para su propia generación de seguidores fieles y para los jóvenes fascinados de las nuevas generaciones. A pesar de las dificultades, nadie abandonó The Who. Siguiendo los pasos de su colega Keith veinticuatro años después, el taciturno

SUPERIOR: The Who durante el psicodélico Verano del Amor, 1967. Nunca encajaron del todo en el flower power.

INTRODUCCIÓN 3


británico, The Who dio su propio giro al look mod. SUPERIOR: bajo la influencia de Peter Blake, artista del pop art

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eran prestadas, su nueva faceta resultaba más barata pero más extravagante: más de una década antes del punk, customizaron su ropa con medallas y otros complementos militares, la bandera nacional (incluyendo chaquetas con la bandera del Reino Unido) y elementos gráficos muy llamativos inspirados en las pinturas del artista del pop art británico Peter Blake y del estadounidense Jasper Johns, así como en las obras de op-art de la londinense Bridget Riley. Nadie más hacía todo eso en aquel momento, y el impactante estilo dio inicio a una moda de uniformes militares vintage que culminaría dos años más tarde con la portada del Sgt. Pepper’s de los Beatles. Pete, que nunca dio demasiada importancia al estilo, afirmó a través de la prensa que lo único que hacía The Who era burlarse y negar las convenciones y las tradiciones. Roger se sentía incómodo. Era el momento ideal para grabar y lanzar un álbum de debut, y el cantante pensaba que debía incluir muchas de las versiones de soul y blues que The Who tocaba en directo, que tenía que ser un reflejo de sus actuaciones (cuyo atractivo aumentaba sin parar en Londres y más allá). Sin embargo, Pete quería originalidad a toda costa, lo que significaba escribir todas las canciones que pudiese. Roger, más conservador, no tenía claro que fuese una buena apuesta comercial. Y estaba la tensión creciente entre Roger y Keith. La lunática puesta en escena del batería y sus muecas hacia el público (con Roger delante) irritaban al cantante eclipsado. Las formas de Keith tampoco ayudaban. Impresionado por el libertinaje sin cortapisas de Kit, Keith comenzó a imitar el estilo exquisito de su mánager. En menos de un año pasó de ser el prototipo de la clase trabajadora de Londres a un consumidor de champán con mucho teatro y un pastillero cada vez más enganchado. Habitual de los after-hours del Londres con más marcha, como el Scotch of St. James, el baterista que hubiese preferido cantar como sus amados The Beach Boys y los Beatles entabló amistad con Ringo Starr y Paul McCartney. Su carácter alocado hizo que se ganara el puesto

¡ASCENSO! 4 5


seis horas de retraso. Estaban cansados y enojados, y todos, menos Roger, habían tomado LSD (Keith por decisión propia y John y Pete porque se lo habían puesto en sus bebidas). A pesar de actuar a medio gas, su intervención de una hora de duración fue electrizante y con momentos memorables: no solo cuando Pete echó del escenario a Abbie Hoffman, un activista hippie, sino también cuando salió el sol mientras la banda acababa su actuación con «My Generation», a la que Pete añadió un final con temas de Tommy, nuevos riffs y efectos de sonido mientras aporreaba su guitarra para acabar lanzándola, todavía entera, al foso. Dos semanas más tarde, el 30 de agosto, The Who llegaron en helicóptero a otro enorme festival de rock,

SUPERIOR: la intervención de The Who en el festival de la isla de Wight (1970), presentado varias décadas más tarde en CD y DVD, captó su época dorada de Tommy. INFERIOR: con su mono blanco, Pete parecía un mecánico espiritual en el escenario.

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más cerca de su tierra natal, en la isla de Wight. Bob Dylan ofreció allí su primer concierto completo desde su legendario y decisivo accidente de moto, en 1966. Aunque Keith se estaba recuperando de una fractura en un tobillo, The Who dio lo mejor de sí con una precisión absoluta. Ni siquiera se quedaron después para ver al artista principal, fuente de inspiración de Pete unos años atrás. El festival de la isla de Wight de aquel año atrajo a 150 000 fans; exactamente un año más tarde, ese número se cuadruplicó para ver a The Who de nuevo como parte de un cartel cuya atracción especial era Jimi Hendrix (que fallecería menos de tres semanas después). Aquellos festivales conservan en grabaciones y en imágenes la etapa más icónica de la carrera de The Who: Roger, el dios del rock, con sus rizos dorados y los flecos de su chaqueta al vuelo mientras lanza al aire el micrófono; Pete, el matón proletario y artista que aporrea y hace el molinillo con su Gibson SG de color rojo cereza, con fotografías que lo congelan en mitad de un salto; John, siempre impasible pero vestido con un disfraz de esqueleto, cantando las partes del jefe/ congresista con una voz gutural mientras sus dedos hacen resonar su bajo sin esfuerzo; Keith, un endiablado remolino borroso de brazos y baquetas.

Una proeza irrepetible Antes de que existiese el vídeo, el DVD e Internet, la única manera de acercarse realmente a la embestida visual de The Who era el documental Woodstock DERECHA: Roger, el dios del rock, con sus rizos dorados y los flecos de su chaqueta al viento mientras lanza el micrófono como un lazo.


Roger se enfureció al darse cuenta de que su colega

Live Rock!, el proyecto abandonado de 1972:

no ponía el corazón en lo que hacía. En las entrevistas,

«Long Live Rock!». El disco presentaba a The Who

Roger atribuía la responsabilidad de las deficiencias

como artistas de estilo cambiante, y no ofrecía una

de sus últimos conciertos a Pete y su alcoholismo.

experiencia sonora uniforme. A pesar de todo, el álbum

The Who, que no tenían vergüenza de airear sus

se vendió bien, ayudó a mantener el fuerte en pie

diferencias, permitían que sus fans viesen su mundo

y confirmó el estatus de superestrellas de los Who.

más de cerca que ninguna otra banda de estrellas

En aquel momento, su discográfica en Estados

del rock, pero la impresión que recibían era que

Unidos (MCA, que había absorbido Decca y estaba

el grupo podía desintegrarse en cualquier momento.

convencida de la capacidad de The Who para convertir

Un año después del lanzamiento de Quadrophenia, no habían presentado nada nuevo. Habían estado trabajando duro en la grabación de una nueva versión de Tommy para el cine. Para sacar un álbum de cara al lucrativo mercado navideño e intentar parar los pies a los productores de copias pirata que vendían material raro, mezclado sin ningún cuidado y masterizado, de la banda a los fans acérrimos, John se aplicó en el montaje de Odds & Sods, un álbum de temas descartados y rarezas. La colección abarcaba una década de grabaciones e incluía canciones descartadas de Lifehouse, como «Pure and Easy» y «Naked Eye», «I’m the Face» de The High Numbers, y el punto de partida de Rock Is Dead-Long

SUPERIOR: nervioso en el estudio y sin actividad en directo, John potenció su carrera en solitario, pero sin demasiado éxito. SUPERIOR DERECHA: el recopilatorio Odds & Sods... DERECHA: ... con su single extraído del álbum, «Long Live Rock».

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en dinero todo lo que tocaban) cometió un terrible error: financió un álbum de Keith Moon con 200 000 dólares, unas tres veces más de lo que había costado el Tommy original (que ya se consideró caro en su momento). En una etapa en que numerosos talentos del rock perdían el norte en Los Ángeles, en una espiral de cocaína, alcohol y groupies, el estelar Two Sides of the Moon estableció un nuevo parámetro en cuanto a derroche y mal gusto. Decidido a cantar más que a tocar la batería (con la excepción de tres temas), Keith destrozó clásicos de los Beatles y The Beach Boys con la ayuda de Ringo Starr, Harry Nilsson, David Bowie, Joe Walsh (de Eagles), Jim Keltner, Bobby Keys, Klaus Voorman, John Sebastian, Flo & Eddie, Spencer Davis y Dick Dale, la leyenda del surf. El álbum se lanzó en marzo de 1975 y las ventas fueron de vergüenza. Solo sirvió para demostrar que los fans de The Who eran leales, pero no estúpidos. No tuvo mucho más éxito el tercer álbum de John, titulado Rigor Mortis Sets In. Se lanzó en 1974 y sirvió como aviso del que sería el momento artístico y comercial más bajo de John, su siguiente álbum: Mad Dog (1975). Inquieto e incapaz de resistirse a la llamada de la carretera, agravó aquellos disparates con una gira con su banda Ox por el Reino Unido y Estados Unidos. Perdió una fortuna debido a la discretísima venta de entradas. John no volvería a lanzar otro álbum en solitario hasta 1981. Roger, por su parte, estaba en racha. Impresionado por su talento como actor en Tommy, el director Ken Russell le ofreció el papel del

SUPERIOR: That’ll Be the Day, con Keith y su colega Ringo Starr, que aquí aparecen en el estreno de la película en la Costa Oeste, en 1973, con el cantante y compositor (y compañero de juergas) Harry Nilsson. DERECHA (empezando por extremo superior): el álbum en solitario de Keith fue un disparate catastrófico; a los esfuerzos de John en solitario, en la década de 1970, se les agotó la inspiración.

LOS DIOSES DEL ROCK BAJO PRESIÓN 1 4 5


9 788498 019353


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