La Tierra del Olpú
Jorge José Loira
Jorge José Loira: La Tierra del Olpú © de la ilustración de cubierta: Jorge J. Loira © del texto y fotografía: Jorge J. Loira © de la edición: Mundo Detrás do Marco S.L. (Editorial Elvira) CIF: B27773266 Rúa Santiago, 11 36202 Vigo (Pontevedra) www.editorialelvira.es info@editorialelvira.es Maquetación: Hugo Rodríguez y Rubén Romero Diseño de cubiertas: Hugo Rodríguez y Rubén Romero Impresión: C.A Gráfica Impreso en Vigo, España Primera edición Noviembre de 2014 ISBN: 978-84-943145-0-6 Depósito legal: Todos los derechos están reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y o tratamientos informáticos, fotocopia o la grabación sin los permisos expresos de los titulares del copyrigth.
LA TIERRA DEL OLPÚ
Jorge José Loira
Jorge José Loira Jorge José Loira Gago nace el 18 de octubre de 1963, en la localidad pontevedresa de Bueu (Galicia). Procedente de una familia vinculada con el mar, era el primogénito de cuatro hermanos. Era un gran aficionado al ajedrez y la natación. También le gustaba practicar la pesca submarina y tocar la guitarra española. Sin duda, su mayor afición era la lectura. Entre muchos otros referentes destacan: P. Neruda, C. Oroza, F. Pessoa, E. Pound, T. S. Eliot y R. M. Rilke. En el campo de la pintura, recibió gran influencia de J. Miró y P. Picasso. Empezó a escribir poesía, sin cesar, a la prematura edad de 13 años. Con 18 años, vivió el primer y único desarraigo de su amada Galicia para ir a estudiar Psicología a la Universidad de Salamanca. Allí, conoció a don Gonzalo Torrente Ballester con el cual cultivó una buena amistad. Dirigió y colaboró en la edición y publicación de una Revista Cultural Universitaria llamada “NATURAL-MENTE”. En esta etapa, se volcó en la escultura y la pintura, dejando casi en un segundo plano la elaboración de nuevos poemas. En las vacaciones de verano tras su primer año universitario, el 25 de agosto de 1982, fallece en su pueblo natal, tras 5 días en estado de coma, debido a un Aneurisma cerebral cataclísmico.
INTRODUCCIÓN La figura geométrica del Tetraedro se completa con su cuarta cara, La Tierra del Olpú, un territorio abstracto e imaginario en el que subyace la obra plástica, pictórica y escultórica de Jorge J. Loira Gago. Es el sustento cósmico que complementa su obra poética, en la que paradójicamente todo empieza y todo acaba.
Durante su etapa pre-universitaria, Jorge J. Loira, había pintado 3 ó 4 cuadros y esculpido unas cuantas esculturas de barro. Sin embargo, la mayor parte de su colección fue realizada en Salamanca, donde cursaba el primer año de la Licenciatura de Psicología.
Tras su fallecimiento, en las vacaciones de verano, fue su compañero de piso de Salamanca quien, en su retorno para empezar el nuevo curso, recogió todas las cosas de su amigo y las llevó a la casa de sus padres en Galicia.
Josefa Gago, madre de Jorge Loira, recibió al muchacho en casa cargado con cajas repletas de esculturas, un gran número de láminas, poemas con dibujos y cuadros enroscados unos sobre otros.
Se quedó enormemente sorprendida,
directa con el resto de los poemas. Sin
no tenía ni la más remota idea de que su
embargo Jorge J. Loira no ha dejado ninguna
hijo había desarrollado una obra tan extensa
evidencia escrita que pueda confirmarlo.
y fantástica. Cada vez que desenroscaba
Es el lector quien puede jugar a intentar
un nuevo cuadro y tomaba entre sus manos
relacionar esta cara del tetraedro con
una nueva escultura descubría una joya más
las otras tres según su propia intuición
de tan valioso tesoro.
e interpretación.
Poco a poco la esencia y la magia de Jorge fue decorando todas las paredes de la casa haciendo que siempre estuviera cercano y presente para toda la familia, incluso para aquellos que no lo conocieron.
En este libro se pueden encontrar varios poemas acompañados con su correspondiente dibujo pero existe la sospecha de que también cada cuadro y cada escultura pueda guardar relación
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Por mí Hoy daré media vuelta al mirar hacia la luna, debo regresar de las tinieblas, retornaré a la luz, lanzaré tu corazón al espacio, tiraré mis lágrimas al abismo, arrojaré los recuerdos al olvido, y podré comenzar a ser feliz feliz hasta mancharme. Lo que no me mata me hace más fuerte, y ahora poderoso volveré a luchar luchar hasta la muerte.
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Desalojado de mi mente expulsado de mi cuerpo arrebatado de mis entrañas reo de mis actos culpable de mi muerte ya no aguardo venganza ya no quiero desquite maldito castigo absurda pena que no merece perdón ¡sí!... soy mi preso esclavo de mi mente sujeto del tiempo Prisionero, Prisionero.
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SOCIEDAD Frustradas ilusiones envuelven tu existencia, anima tu mente la energía mortal te arrastra la noria rodando sin parar. Si en la noria te hallas ya no podrás salir pues para estar fuera no puedes entrar. Tan solo el viento hace volar tus lágrimas sobre el mar. Tan solo el viento escapa a la noria. Sé lágrima al viento tendida, sé corazón abierto que la noria olvida.
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"A li.A GRAN GORRONA"
Nad i e la conocia cuando llegó saltando en el aire, botando en el vacio posandose un i ns tante ,aqui,alli , a mi lado,a nuestro l ado, batiendo sus alas,por llamar mi atención, ganó nuestra confianza, en la f lor de mi ventana un di a ,con el silencio,se posó, a limentamo s la flor que la nut r ia de nectar y un día me cansé, el día que nos cansamos de un gol pe la asesiné, de un golpe l a mortificamos. No tenemos y mi conciencia se siente libre, nada hay que reprochar por mi, que fue por nosotros.
“A LA GRAN GORRONA” Nadie la conocía cuando llegó saltando en el aire, botando en el vacío posándose un instante, aquí, allí, a mi lado, a nuestro lado, batiendo sus alas por llamar mi atención, ganó nuestra confianza, en la flor de mi ventana un día, con el silencio, se posó, alimentamos la flor que la nutría de néctar y un día me cansé, el día que nos cansamos de un golpe la asesiné, de un golpe la mortificamos. No tenemos remordimientos y mi conciencia se siente libre, nada hay que reprochar por mí, que fue por nosotros.
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HOMENAJE DE CLAUDIA A JORGE “Llegó una carta para ti… Viene de España… Solo puede ser de... ¿Jorge?...
Así, a larga distancia, escuché por primera vez la voz escrita de María, su hermana. Una carta enviada por correo ordinario. Habían pasado treinta largos años de aparente silencio. … Éramos jóvenes de todas las nacionalidades escribiendo a mano pinceladas multiculturales de nuestras vidas, tratando de conocernos, de “hacer mundo”, … y enviándonos una que otra postal comercial impresa a todo color con imágenes de nuestros respectivos paisajes y ciudades… La realidad era que tú no escogías a nadie, no había un listado, simplemente te tocaba en suertes un solo nombre en concordancia al perfil preferente que habías enviado y una dirección del país que habías escogido, y entonces iniciabas la relación con esa persona. Una, dos, tres cartas y te dabas cuenta de que escribir no era fácil y que no todos tenían ese “qué sé yo” para sostener una relación de este tipo. Además, normalmente había pocas cosas en común que valieran la pena como para seguir el intercambio a largo plazo. La
verdad era otra. No te identificabas con la
más haber tocado mi cabeza y mi corazón,
persona, con el idioma, con la cultura,
irremediablemente hubiera germinado en mí
o simplemente no había química mutua.
en ese mismo instante echando raíces de por
Simple. De pronto todo acababa. Parabas
vida.
de escribir. Me quedaba la sensación de
Jorge era diferente a los demás… Pero,
que se necesitaba algo más que simples
díganme ustedes, ¿qué adolescente normal
ganas de conocer gente de otros países.
te dice que su mayor afición es la lectura y
Entonces, un día, lo conocí. Aprendí que en
la escritura?, y que lee de cuatro a seis
una relación epistolar el principio y el fin era
libros por semana, que lamenta no poder
escribir y, luego, escribir. Y una pizca más:
leer durante las vacaciones y que durante
el arte y el gozo de escribir. Y Jorge tenía
su curso escolar busca horas para la lectura,
ambas semillas en pleno brote creativo.
¡locura!, ¿cuántos te dicen eso? Increíble. De inicio, me sorprendió. Vaya que sí.
Jorge, sin proponérselo, fue el
Me enamoré de la soltura de su pluma, tan
detonante en mi gusto por la lectura y la
natural, rica y fluida, sin alardes, de sus
escritura. Fue como si por un descuido de
manuscritos que hablaban fuerte de él mismo.
su parte una de sus semillas semánticas
Desde la primera carta hubo espontaneidad.
se le hubiera escapado entre líneas en una
Realmente era distinto y los muchos detalles
de sus cartas y tras el recorrido sobre el
hacían esa diferencia grata a mis ojos.
gran charco se hubiera impregnado de la
“Para que te hagas una idea de cómo es mi
suficiente humedad como para que, nada
querido pueblo marinero”, remató en la
LA TIERRA DEL OLPÚ
8
INTRODUCCIÓN
10
LÁMINAS
14
CUADROS
114
ESCULTURAS
148
ANEXOS
186
La Tierra deL OLpú
Jorge José Loira