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Las cosmovisiones y la Filosofía de la Naturaleza
TEMA 8
1. LA FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA
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Esta rama de la Filosofía trata de dar una explicación coherente sobre el origen de la materia. Esto es, su composición, sus movimientos evolutivos y las leyes que la rigen. Se puede decir sin temor a equivocarnos que la filosofía de la naturaleza es la madre y antecesora de las ciencias modernas. En este momento actual, el carácter interdisciplinar de la Filosofía hace que la filosofía de la naturaleza esté en constante diálogo y atenta a las implicaciones filosóficas que tiene las nuevas teorías y avances del ámbito científico.
1.1 ¿Qué es una cosmovisión?
Para entender con facilidad el concepto cosmovisión hemos de hacer una pequeña disección de la palabra. El término griego cosmos significa belleza, armonía y orden. La palabra visión tiene como objeto manifestar lo que se percibe por el sentido de la vista. En la antigüedad cosmovisión significaba: la forma de ver el universo, que es una totalidad ordenada. Ello nos lleva a afirmar que una cosmovisión es un conjunto de ideas que comparten sobre el mundo las personas de una misma sociedad, cultura o civilización. Actualmente el término cosmovisión abarca a visiones y comprensiones de la vida desde perspectivas que van más allá de la realidad material.
1.2. Cosmovisiones míticas
Los mitos proporcionan una cosmovisión concreta por su capacidad de ofrecer una imagen de las cosas, su origen y el lugar que ocupa el hombre en el Universo. Las cosmovisiones míticas se caracterizan por su condición simbólica y por personificar los fenómenos
naturales en seres poderosos y fantásticos.
La aparición del pensamiento científico supone un salto cualitativo frente a la escasa consistencia de los relatos míticos, pues la ciencia tiene como meta demostrar objetivamente lo que la mitología describía mediante relatos fabulosos, dejando al margen la esfera espiritual y simbólica.
1.3. Las cosmovisiones científicas
Denominamos así a las cosmovisiones que tienen como objetivo dar explicaciones racionales de la realidad a través de la observación y la experimentación. Teniendo en cuenta que, las conclusiones, siempre han ser sometidas a la revisión y a la crítica. Las cosmovisiones científicas presentan las siguientes características: a) Las ideas: dan siempre una cosmovisión concreta, de manera que estén interconectadas entre sí formando así un sistema entre ellas.
b) Los argumentos: refuerzan las ideas mediante el razonamiento, la observación y la experimentación.
Esto da lugar a un riguroso método científico. c) Las certezas: la verdad de ciertas ideas depende de que se sustenten en otras ideas que igualmente sean científicamente ciertas.
d) El consenso general: una cosmovisión concreta ha de contar siempre con la aceptación de gran parte de la sociedad.
En esta unidad vamos a estudiar las tres cosmovisiones más significativas históricamente: la cosmovisión antigua, la cosmovisión moderna y la cosmovisión contemporánea. 1. Cosmovisión antigua: estuvo vigente desde la antigua Grecia (s. IV a. de C.) hasta la primera mitad del siglo XVI.
2. Cosmovisión moderna: se forjó a partir de las ideas nacidas de la revolución científica. Se desarrolló entre los siglos XVI y XIX. 3. Cosmovisión contemporánea: sus principales ideas se han desarrollado desde comienzos del siglo XX hasta la actualidad.
2. LAS COSMOVISIONES ANTIGUAS
La observación del firmamento desde la tierra impulsó a los antiguos a pensar que los cielos y la tierra eran mundos diferentes, aunque se tuvieran que integrar en una explicación global de la estructura del universo.
2.1. La Tierra
Los primeros filósofos tuvieron como objeto explicar la forma del planeta que habitamos para poder dar una justificación racional de tal explicación. Los antiguos estaban convencidos de que la diversidad de las sustancias se basaba en que todas ellas proceden de la transformación de uno o varios elementos, que pueden ser considerados principios de la realidad. Desde la antigüedad se llevaron a cabo dos teorías: – El principio básico o elemental: los filósofos de Mileto coincidieron en considerar que las sustancias derivaban de un principio único (arkhé). Pero no coincidieron en la naturaleza de ese principio: Tales (agua), Anaxímenes (aire). – Los cuatro elementos: teoría que consistía en afirmar que todas las cosas se forman a partir de la mezcla de tierra, aire, fuego y agua. Lo que varía es la concentración de cada elemento en las distintas substancias.
Una cuestión muy tenida en cuenta en los inicios de la primera cosmovisión fue la forma de la tierra. Pues la información que percibían por los sentidos les hizo creer que la tierra era plana y que se encontraba rodeada por el océano. Pero no tardaron en aparecer escuelas y comunidades, como la pitagórica (siglo V a.C.), que dedujeron que era esférica gracias a una serie de observaciones.
2.2. Los cielos
Una explicación de los cielos acorde a la Grecia antigua y sus concepciones debía cumplir estas características: a) Circularidad: el movimiento de los cuerpos celestes ha de ser circular, ya que éste es el movimiento más perfecto, y por lo tanto adecuado a seres divinos como los astros. b) Geocentrismo: la Tierra debe ser considerada inmóvil y situada en el centro del universo, pues la observación cotidiana de la realidad muestra que se encuentra estática y que el universo está organizado en torno a ella.
c) Límite abovedado: el universo debe ser entendido como limitado, en su extremo más alejado de la tierra, por la esfera de las estrellas fijas. Esta constituiría una especie de bóveda en la que estarían incrustadas las estrellas. Esta visión del mundo es la más apropiada si hacemos caso a nuestros sentidos. Sin embargo, esta concepción del universo presentaba algunos problemas, el más grave ha sido bautizado como el problema de Platón. Un discípulo de Platón llamado Eudoxo buscó una solución a este problema: la teoría de las esferas homocéntricas.
2.3. El cosmos aristotélico
Para Aristóteles, el cosmos es un todo, organizado en dos mundos de naturaleza distinta:
• Mundo sublunar o terrestre
Es el mundo que habilita el ser humano: la Tierra. Según él tenía forma esférica, muy reducida y ocupa un lugar central en el universo. Este mundo está limitado por la esfera de la luna, que constituye la frontera entre las dos regiones: sublunar y supralunar. Está constituido por los cuatro elementos. Cada uno de ellos tiene un lugar que le es propio en el universo. Les caracteriza un movimiento natural de carácter rectilíneo que se da en dos sentidos: descendente (tierra, agua) y ascendente (aire y fuego). Según Aristóteles todo movimiento que no sea natural necesita una causa exterior que lo justifique.
• Mundo supralunar o celeste
Es el mundo que está más allá de la esfera de la luna y que tiene sus límites en las estrellas fijas. Más allá de estas no hay nada. A diferencia del mundo sublunar, se compone de un quinto elemento: el éter. Se trata de un elemento de naturaleza divina: puro, perfecto, inalterable y sin peso. Por eso el mundo supralunar puede ser considerado eterno e inmutable.
2.4. Las aportaciones de la Astronomía: Ptolomeo
A pesar de la solidez del sistema aristotélico, hubo importantes observaciones sobre la posición de los planetas que eran difícilmente conciliables con la teoría de los movimientos celestes. El astrónomo más importante de la antigüedad fue Ptolomeo, que con su obra Síntesis matemática, recoge aportaciones originales y del resto de pensadores. Su mayor trabajo versó en torno a la órbita de Marte, lo que dio lugar posteriormente a verificar que la tierra giraba alrededor del sol y no al revés.
Implicaciones científicas
Las cosmovisiones son ordenadas por el ser humano y para el ser humano con el fin de comprender su entorno físico. Algunas implicaciones filosóficas del modelo antiguo son: • La realidad: se trata de algo que está en perfecto orden. • El movimiento: es algo inherente a la materia y los seres no cambian por movimientos antiguos, sino porque ellos poseen dinamismo en sí mismos. • La realidad es totalmente cognoscible: se puede conocer desde distintas perspectivas y a riesgo de equivocarse. • La perspectiva: desde la que se estudia la realidad en la antigüedad es totalmente antropocéntrica.
3. COSMOVISIÓN MODERNA: LA VISIÓN MODERNA DEL MUNDO
Esta cosmovisión se empezó a gestar en el siglo XVI, gracias a la contribución de un grupo de científicos y astrónomos que gestaron la revolución científica. Ellos sentaron las bases de la física clásica. El nuevo clima intelectual europeo del Renacimiento, permitió a numerosos científicos cuestionarse la cosmovisión heredada con sus leyes y dogmas. Esta cosmovisión se forjó gracias al trabajo de astrónomos y físicos, tal y como vamos a comprobar.
3.1. Copérnico y el heliocentrismo
Copérnico comienza la revolución científica proponiendo un modelo heliocéntrico, en el que el sol se encuentra en el centro del universo y los planetas giran alrededor de él. Por ello propone unas clases de movimiento:
• Rotación: es el giro de la tierra sobre su propio eje, que es el que provocaba el aparente movimiento de las estrellas fijas. • Traslación: en el que la tierra gira alrededor del sol por lo que se producen las estaciones del año. • Declinación: la tierra se va inclinando sobre su propio eje. Esto se produce pasado un largo periodo de tiempo. Copérnico comparte una serie de prejuicios con la cosmovisión aristotélica (minúscula), las cuales se basan en la afirmación de que el universo es finito y limitado por las estrellas fijas, en el que los planetas se mueven con un movimiento circular y uniforme. Galileo Galilei apoya la revolución copernicana e introduce el telescopio con el que descubrió que la luna tenía manchas, lo que significó que la región sublunar es igual que la supralunar y terminaba con la creencia de una luna perfecta e inmutable. Más tarde, Newton, cuya obra principal es Principios matemáticos de la filosofía natural, une la dinámica terrestre de Galileo a las leyes de Kepler para realizar su síntesis del mundo. Con ello intenta explicar matemáticamente lo que ocurría en la naturaleza y lo hace, recogiendo las observaciones de Galileo y Kepler y aplicando las siguientes fórmulas matemáticas: • Ley de inercia. Todo cuerpo permanece en estado de reposo o en movimiento rectilíneo y uniforme mientras no actúe sobre él una fuerza.
• Ley de fuerza. La aceleración de un cuerpo: es proporcional a la fuerza resultante ejercida sobre el mismo, con la misma dirección y sentido que dicha fuerza, e inversamente proporcional a la masa del cuerpo. • Ley de acción- reacción. Cuando dos cuerpos interaccionan, las fuerzas que ejercen el uno sobre el otro tiene idéntico módulo y dirección, pero sentidos opuestos.
La Edad Moderna, que abarca los siglos XVI y XIX, en su forma de ver la realidad acusó las siguientes implicaciones: • Mecanicismo: el universo es una gran máquina en la que Dios solo interviene al principio. • Determinismo: el universo es predecible, porque todo lo que ocurre tiene una causa. Einstein es determi-
nista, ya que afirma que todo ocurre por una causa y rechaza la física cuántica. Es la razón lo que le queda al hombre para verse en el universo. • Aperturismo: el universo es abierto y por ello se rechaza el antropocentrismo y la teleología, ya que al ser enorme el universo el hombre queda muy pequeño.
4. COSMOVISIÓN ACTUAL
La cosmovisión actual abarca dos grandes áreas: la física relativista, que se centra en el macrocosmos, y la física cuántica.
4.1. Física relativista
La primera teoría de la relatividad fue formulada por Einstein en 1905. En ella hace una descripción del universo. Para la teoría de la relatividad, el espacio, el tiempo y la materia se interrelacionan, ya que si se quita la materia no quedaría nada. El espacio y el tiempo forman un continuo cuatridimensional. En 1916, Einstein, afirmó que no hay nada más rápido que la velocidad de la luz, la cual es constante. En el campo gravitatorio los espacios son curvados, mientras que en la teoría de la relatividad los espacios planos se curvan con la materia, por lo que los movimientos son orbitales. En la antigüedad, el universo era estático. Edmund Hubble propuso un universo dinámico en expansión. El problema que esto suponía era que para dar la explicación de la expansión del universo tenía que explicar su origen. Por eso propuso la teoría del Big Bang, que explica la formación del universo a partir de una gran explosión. El nuevo problema que se plantea es qué pasaría si el universo se siguiese expandiendo, lo que le llevó a proponer la teoría del Big Crunch, que defiende que por acción de la gravedad el universo se concentrará dando
lugar a un nuevo Big Bang.
4.2. Física cuántica
Einstein y Planck realizaron algunas investigaciones, en las que eliminaron la oposición de materia y energía.
Tradicionalmente, la materia se consideraba discontinua y de naturaleza corpuscular y la energía es continua y de naturaleza ondulatoria. Con esta dualidad se elaboraron dos teorías, la mecánica matricial de Heisenberg y la mecánica ondulatoria de Schródinger. • La mecánica matricial de Heisenberg da más importancia a lo corpuscular y, en ese sentido, a lo discontinuo. • La mecánica ondulatoria de Schródinger da más importancia a lo continuo. Las consecuencias de la mecánica ondulatoria son que no se sabe cómo es la realidad, ya que es indeterminada hasta que exista un observador.
• Imposibilidad de separación subjeto-objeto: no se puede separar el sol y el objeto, ya que cuando lo observado es de un tamaño pequeño, la interacción entre los dos puede dar el resultado del experimento. • Indeterminismo e imprevisibilidad: no predice con exactitud el resultado de una observación, sino que solo calculan sus probabilidades. • Alejamiento respecto al sentido común: la ciencia se aleja del sentido común, por lo que dificulta la comprensión para los no expertos.
TEXTO PARA PENSAR
CARTA A CRISTINA DE LORENA
Pero sucedió que el tiempo ha revelado progresivamente a todos la verdad de lo por mí sentado. Quienes están al tanto de la ciencia astronómica y de la ciencia natural quedaron persuadidos de la exactitud de mi primera posición. Y quienes se negaban a reconocer la verdad de lo que yo afirmaba sólo por causa de su inesperada novedad, o porque carecían de una experiencia directa de ella, se plegaron poco a poco a mi punto de vista. Pero los hay quienes, amén de su apego a su primer error, manifiestan hallarse mal dispuestos, no tanto para con las cuestiones que expongo, cuanto para con su autor; y como ya no tienen la posibilidad de negar una verdad por hoy bien probada, la ocultan con obstinado silencio, y todavía más irritados que antes por mis afirmaciones que los otros aceptan ahora sin inquietud, intentan combatirlas de diversas maneras. No haría yo más caso de ellos que de los otros contradictores que se me han opuesto, seguro de que la exactitud de lo que sostengo habrá de ser por fin reconocida, si no viera que esas nuevas calumnias y persecuciones no se limitan a la cuestión particular de que he tratado, sino que se extienden hasta el punto de hacerme objeto de acusaciones que deben ser; y que son para mí más insoportables que la muerte. Es por ello que no debo hacer de modo que su injusticia sea reconocida solamente por quienes me conocen, y los conocen a ellos, sino por cualquier otra persona. Esos adversarios tratan de desprestigiarme por todos los medios posibles. Saben que mis estudios de astronomía y de filosofía me han llevado a afirmar, con relación a la constitución del mundo que el Sol, sin cambiar de lugar, permanece situado en el centro de la revolución de las órbitas celestes, y que la Tierra gira sobre sí misma y se desplaza en torno del Sol. Advierten además que una posición semejante no sólo destruye los argumentos de Ptolomeo y de Aristóteles, sino que trae consigo consecuencias que permiten comprender, ya sea numerosos efectos naturales que de otro modo no se sabría cómo explicar, ya ciertos descubrimientos astronómicos recientes, los que contradicen radicalmente el sistema de Ptolomeo y confirman a maravilla el de Copérnico. Cayendo en la cuenta de que si me combaten tan sólo en el terreno filosófico les resultará, dificultoso confundirme, se han lanzado a escudar su razonamiento erróneo tras la cobertura de una religión fingida y la autoridad de las Sagradas Escrituras, aplicándolas, con escasa inteligencia, a la refutación de argumentos que no han comprendido.
Galileo Galilei
ANTONIO RISUEÑO PÉREZ