12 minute read

El sudario que marca la historia de una cofradía

¿Por qué en lugar de ser marrajo soy resucitado? Verdaderamente, no soy consciente de que esa elección fuera totalmente mía. Supongo que sería una apuesta de mi madre porque ella, a pesar de no pertenecer a ninguna cofradía, amaba tremendamente la Semana Santa. Aunque hace mucho tiempo que está junto a Jesús Resucitado, le sigo agradeciendo cada día que me diera esta oportunidad.

Si antes me definía como tenaz, debo añadir que siempre me ha gustado implicarme en aquellas cosas en las que participo. Eso me ha sucedido en la Cofradía del Resucitado. Tuve la suerte de que las personas que regían mi agrupación, en mis primeros años, me ayudaron a crecer como cofrade. Aprendí mucho de ellos. Recuerdo especialmente a Antonio López Castelo, pues de su mano entré a formar parte de la Agrupación de la Aparición de Jesús a María Magdalena y al gran maestro de los resucitados y de muchas otras cofradías, Francisco Sarabia Albaladejo. Lo que he vivido en la Cofradía he intentado transmitirlo a mis hijas. Ellas también son parte activa y eso me enorgullece. Por ahí va dando también sus pasos mi nieto. A pesar de su corta edad, ya ha participado dos veces en nuestra procesión.

Advertisement

No obstante, sigo pensando que un cofrade se hace. No basta con nacer en una familia con tradición cofrade. Es necesario que cada uno profundicemos en lo que supone formar parte de una cofradía.

- ¿Cómo contribuye la Cofradía a la misión evangelizadora de la Iglesia?

Como comenté antes, la primera misión de la Cofradía es ayudar a sus hermanos a profundizar en el conocimiento de la fe y los valores cristianos.

Participar en una procesión es conocer de primera mano estos valores. Por ejemplo, los niños suelen participar porque se sienten contentos al dar caramelos. Ellos lo ven como un juego o diversión, realmente están aprendiendo a ser bondadosos. Otro ejemplo pueden ser los penitentes o portapasos, en este caso es el sacrificio el valor que podemos destacar.

Nuestra procesión también la podemos considerar como una catequesis, pues muestra pasajes de los evangelios de una manera plástica a todos aquellos que la presencian.

Además, con nuestra colaboración para ayudar a los más desfavorecidos, bien directamente o apoyando iniciativas de otros colectivos, estamos apoyando la labor de la Iglesia.

- Dígame algún momento que le guste especialmente de la Semana Santa.

El momento en que suena el cohete, anunciando el comienzo de la procesión, y los tambores comienzan a sonar en el interior de la Iglesia de Santa María.

- ¿Cuál es el lugar en que más le gusta ver una procesión?

Como mencioné anteriormente, viví hasta los 23 años en la calle Saura. Por ello, el lugar donde casi siempre he visto procesiones, durante mi niñez y juventud, fue la calle Caridad. Además, considero que el recorrido entre las calles Serreta-Caridad y Plaza del Risueño es en el que más puede lucirse una procesión, pues es el tramo más largo en línea recta que existe en el recorrido. Es ideal tanto para desfilar como para ver el desfile.

- ¿Cuál es su procesión favorita (sin contar el Domingo, por supuesto)?

La serenidad y recogimiento de la procesión del Jueves Santo me gusta especialmente.

- ¿Con qué momento del Domingo de Resurrección se queda?

Me quedo con toda la procesión, porque refleja nuestra alegría pues Cristo está vivo. Bueno, si tengo que concretar me quedo con: El desfile marcial de nuestro grupo de Escolta y Honores; ver a los niños que forman el tercio del Santo Ángel, con la ilusión que participan mostrando el triunfo de la Cruz sobre la muerte; la figura de Cristo Resucitado, la expresión serena de su cara y su mano levantada al cielo; la sorpresa de los soldados romanos que vigilaban el sepulcro, cuando Jesús sale de él; el grupo de Soldados Romanos y sus singulares características; las miradas pensativas de las Santas Mujeres al encontrarse el Sepulcro Vacío; la cara de alegría y admiración de la Magdalena al ver a Jesús vivo; los discípulos observando como Cristo parte el pan, tras caminar junto a Él hacia Emaús; los dedos de Santo Tomás antes de entrar en las llagas de Cristo; la felicidad de los Apóstoles por su buena suerte, sin saber que Jesús los convertiría en Pescadores de Hombres; el paso sereno de San Juan, precediendo a la Madre; la dulzura de la cara de la Virgen del Amor Hermoso y la tremenda expresión que transmiten sus manos.

Creo que sólo faltaría el encuentro de nuestro Cristo con su Madre en la puerta de Santa María y la entrada del trono de la Santísima Virgen del Amor Hermoso en la Iglesia, cerrando una intensa Semana Santa.

- Una marcha

La que compuso el maestro Torres, haciendo un popurrí con fragmentos de varios temas. La llamó Motetes. La encuentro especialmente alegre para el día en que nos encontramos.

También puedo destacar Triunfal y Pescador de Hombres.

- ¿Qué cree que habría que cambiar o mejorar en la Semana Santa de Cartagena?

Creo que la Semana Santa Cartagenera es una desconocida fuera de nuestro entorno más próximo. ¿Por qué sucede esto? Probablemente, todos seamos responsables de ser una gran expresión de fervor popular y, al mismo tiempo, que esa expresión no traspase nuestras fronteras.

Estamos declarados de Interés Turístico Internacional. Debemos potenciar ese reconocimiento y, probablemente, demandar de las administraciones mayor apoyo para nuestra promoción. Por supuesto, esto nos supondrá también sacrificios y debemos estar dispuestos a realizarlos.

- Empieza la cuenta atrás para la procesión del Domingo de Resurrección, ¿todo listo?

El equipo que prepara la procesión lleva ya bastante tiempo trabajando para que todo lo necesario esté preparado y en perfecto funcionamiento el día de la procesión. Ese trabajo no termina hasta la noche del Sábado Santo, en que los floristas están vistiendo los tronos para que luzcan esplendorosos a la mañana siguiente.

Por otro lado, las agrupaciones están trabajando, desde que se recogió la procesión del pasado año, en todo lo que tienen pensado renovar y en aquello que quieren hacer nuevo. Al igual que el equipo de Cofradía, su labor de preparativos no finaliza hasta el Sábado Santo.

Sobre las siete de la mañana del Domingo de Resurrección espero poder decir: TODO LISTO.

- ¿Y qué le pide a los procesionistas ‘resucitados’?

Que cada uno, desde su forma de practicar la fe, participe en la transmisión de nuestro mensaje de alegría porque Cristo ha resucitado de entre los muertos. Que se sientan eso, RESUCITADOS. Que se integren en la Cofradía, porque, cuantas más personas estén implicadas, de mejor manera alcanzaremos nuestros objetivos.

Entendamos la implicación como la forma en que cada uno puede ayudar. La ayuda puede ser, simplemente, el pago de la cuota de hermano y la participación en la procesión o un mayor compromiso, por ejemplo; formando parte de alguno de los grupos de trabajo existentes, ocupando un cargo de responsabilidad, etc.

- Para acabar, un deseo para la procesión de este 2019.

En primer lugar, que el tiempo respete no sólo nuestro día, sino los diez días en que transcurre la Semana Santa cartagenera.

Salvado esto, estoy seguro que cada uno de los que participemos en ella sabremos encontrar aquello por lo que estamos ahí.

*Fotografías de Paloma Pérez Galindo

La obra del pintor cartagenero Vicente Ros, de 1943, ha sido restaurada en Valencia para garantizar su correcta conservación por parte de la Cofradía del Resucitado

Con motivo de la celebración del 75 Aniversario de la constitución de Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado la comisión encargada de organizar los actos que se habían de celebrar durante tal efeméride llegó a la conclusión de la importancia primordial que debía tener la restauración de una de las piezas patrimoniales más importantes que posee la Cofradía. El sudario que en 1943 pintara el artista cartagenero Vicente Ros, es una pieza que traspasa los límites de lo artístico, ya que se ha convertido en un símbolo de la identidad de la Cofradía, y que justo ahora, 75 años después de su creación, merecía una cuidadosa y delicada restauración que nos permita conservar en las mejores condiciones posibles esta joya de estilo puramente modernista.

1. Documentación histórico-técnica y de materiales

La pieza objeto es el primitivo sudario procesional que el artista cartagenero Vicente Ros (Cartagena 1887- 1976) realizó para encabezar la primera salida en procesión de Nuestro Padre Jesús Resucitado en 1943. Esta obra, que posee una marcada influencia modernista, es un documento que

marca la identidad de la Cofradía del Resucitado, lo que la vincularía con el patrimonio inmaterial de la zona convirtiéndola al mismo tiempo en una obra destacada y digna de ser conservada y estudiada.

Estamos ante una pieza textil, un sudario, formado por anverso y reverso sustentada a través de seis piezas más la tela de refuerzo interior. La pieza está conformada por el anverso por un paño de tonalidad beige de un tejido de ligamento tafetán, sobre el que aparece una ornamentación pintada al óleo con claros aires modernistas, Cristo Resucitado rodeado de una decoración floral, cenefas con motivos vegetales en las que encontramos las inscripciones resurrexit y aleluya, así mismo también aparecen dos putis (ángeles); mientras que, por el reverso, el tejido base es de la misma naturaleza que el anverso, pero de tonalidad azul, sobre él se han plasmado las letras JHSR sobre una cruz potenciada. En la parte superior de la pieza encontramos unas asas formadas por el mismo tejido del anverso y en la parte baja una pasamanería decorándola. A modo de refuerzo, tanto de las asas como del cuerpo de la pieza, encontramos una sarga de algodón.

La gama tonal que vemos es de una gran intensidad y riqueza, el artista hizo uso de la superposición de tonos de un mismo color aplicados de forma plana, para dar intensidad y profundidad a la imagen.

2. Análisis de deterioros

La pieza no presentaba un buen estado de conservación a consecuencia, por un lado, del uso y la incorrecta manipulación y, por otro, debido a su ubicación actual y a un sistema expositivo deficiente. Todo esto ha conllevado ciertas problemáticas muy características:

- Deformaciones planimétricas ocasionadas por las diferentes reacciones de los materiales constitutivos de la pieza a los cambios de temperatura y humedad.

- Cambios de tonalidad en el tejido base en aquellas partes que han sido expuestas, por lo que han podido sufrir alteraciones cromáticas.

- Manchas y migraciones de color ocasionadas por la escorrentía de agua sobre el tejido base.

- Pérdida de urdimbre puntuales en los tejidos bases.

- Suciedad superficial.

- Manchas puntuales de naturaleza desconocida.

- La película pictórica que conforma la decoración presenta un grado notable de descohesión y falta de adherencia. Lo que ha ocasionado pérdidas puntuales de la misma llegando en algunos puntos a ocasionar lagunas de gran tamaño.

3. Tratamientos – Procesos de restauración

Tras conocer las patologías que presenta la pieza se comienza el proceso de restauración. A través de este se pretende la mejora del soporte textil de la pieza, tratando de conservar de la mejor manera posible la capa pictórica. Para ello una de las primeras acciones llevadas a cabo fue tomar imágenes de referencia de esta, así como una toma de muestras de los diferentes materiales constituyentes con el objetivo de caracterizarlos en pro de una correcta intervención.

Tras las acciones previas citadas anteriormente, se procedió a desmontar la pieza. Esta fue la primera fase de la intervención necesaria para una limpieza mecánica exhaustiva inicial y una correcta intervención de las diferentes partes constitutivas. Una vez desmontada la totalidad de las partes, se limpiaron de forma mecánica, mediante aspiración de baja succión, con el objetivo de eliminar los depósitos de suciedad superficial.

Tras la limpieza mecánica, aquellas partes constitutivas que lo permitieron se sometieron a una limpieza química más exhaustiva como ocurrió con los tejidos de refuerzo. Otras, como los tejidos base de anverso y reverso estaban condicionados por la decoración pictórica sensible al medio acuoso por lo que fue necesario la búsqueda de un sistema de limpieza que no afectara a la ornamentación. Se optó por controlar la difusión del medio acuoso mediante una aplicación previa sobre el tejido base de ciclometicona y la utilización de un coloide inorgánico a baja proporción combinado con geles rígidos de agaragar en zonas puntuales que nos permitieron el control de la actuación.

Las pasamanerías que guarnecían la pieza fueron sometidas a una limpieza acuosa por inmersión (mediante una solución jabonosa con un surfactante neutro) con el objetivo de eliminar la suciedad incrustada en las fibras textiles, así como de eliminar la suciedad superficial depositada en la superficie metálica de los hilos entorchados y los productos de corrosión, intentando devolver parte del brillo original.

El tejido base del anverso presentaba pequeños orificios dispersos, es por ello por lo que se consolidaron de manera puntual mediante la interposición de un tejido de refuerzo por costura. En este tejido, de características similares al del original, se eliminó el apresto previamente y fue sometido a un proceso de tinción con el objetivo de entonar las zonas de laguna y facilitar una correcta lectura de la pieza.

La decoración pictórica que presentaba la pieza estaba aplicada directamente sobre el tejido base lo que condicionaba el medio de consolidación de esta, ya que tenía que respetar el movimiento del tejido y al COFRADÍA NUESTRO PADRE JESUS RESUCITADO

mismo tiempo tener la fuerza y flexibilidad suficiente para que el estrato pictórico se mantuviera estable. Tras analizar la situación se optó por la consolidación mediante un éter de celulosa a baja proporción en alcohol aplicándolo mediante impregnación. Esta actuación se realizó en la totalidad de la superficie pictórica tanto por anverso como por reverso y cinchas. A la vez se produjo una eliminación de los restos de sustancias cerosas, para ello se recurrió al uso del bisturí como medio para ir reduciendo el estrato ceroso hasta su desaparición.

Previamente al montaje definitivo y con el objetivo de devolver a la fibra parte de la elasticidad perdida durante el proceso de lavado, se aplicó una solución de glicerina mediante un nebulizador, ya que la técnica decorativa no permitía el uso de un medio de aplicación directo. La película pictórica se protegió mediante una nueva aplicación de un éter de celulosa a baja proporción.

Como último paso previo al montaje se intercaló entre el tejido base del anverso y el tejido de refuerzo, tanto de la pieza principal como de las cinchas, un tejido de protección para evitar posibles migraciones de aglutinantes que afecten al tejido de algodón de refuerzo, que ya presentaba algunos restos previos a la intervención. El ensamblaje de las diferentes partes constitutivas de la pieza se realizó mediante costura recreando los tipos de puntos que presentaba la pieza en origen. La varilla de refuerzo en la parte superior que presentaba la pieza se sustituyó por una de fibra de vidrio ubicándola en una vaina de tejido de algodón elaborada a medida para la ocasión. Para un correcto trasporte y almacenaje de la pieza se crearon almohadillas a medida para cada una de las cinchas.

Pedro Giménez Saura

Mayordomo de Arte Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado

*Fotografías de Paloma Pérez Galindo

This article is from: