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Mi homenaje a la Rondalla Las Tres Columnas. Por Santiago Corchete Gonzalo
Mi homenaje a la Rondalla Las Tres Columnas (1) (2)
Santiago Corchete Gonzalo. Centro de Estudios Mirobrigenses.
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I.- INTRODUCCIÓN
Tronío; ¿qué tronío, preguntarán ustedes? Pues quien dice “tronío” en Ciudad Rodrigo quiere decir, está diciendo, Rondalla Las Tres Columnas; dentro del tiempo carnavalero y fuera de él. Porque dicha rondalla nació allá por 1944 con el tronío ya en las venas; esto es, la elegancia del saber ser y estar sin necesidad de aprendizaje previo. Sus inspirados progenitores supieron verlo desde los comienzos fundacionales, e incorporaron la prestancia en las señas de identidad de los rondallistas > Porque dicha rondalla nació allá por 1944 con el tronío ya en las venas; esto es, la elegancia del saber ser y estar sin necesidad de aprendizaje previo.
Fotografía histórica del año 1944 tomada por A. Prieto.- Presentación al público y sociedad mirobrigense de la Rondalla Las Tres Columnas.
generación tras generación. Mas acaso dirán ustedes con toda la razón, ¿cómo y quién es capaz de lograr tanta excelencia? Pues, señoras y señores, la Rondalla Las Tres Columnas, ese es el casi milagro. Por eso estamos totalmente de acuerdo con el satírico e irónico sacerdote y famoso escritor británico >
(1).- Para el impar presidente Julio Sánchez Alfonso Julete. (2).- Reportaje fotográfico cedido por cortesía de la Rondalla Las Tres Columnas.
Dibujada por Fernando Escanilla, ésta fue la carátula de las coplas del año fundacional de 1944.
Todos los carnavales, La Rondalla presenta las coplas en el Teatro Nuevo en dos sesiones rebosantes de público. El exitazo está garantizado.
G.K. Chesterton cuando afirma que ”aunque los milagros no existen, lo más curioso es que suceden”. A nuestro particular modo de entender, algo así ocurrió en la siguiente historieta: “Se casaron un gigantón medio derrengado y feote (la cruda realidad social), con una ratoncita muy guapita y pizpireta (la crítica popular sarcástica). En el instante del primer parto había gran expectación alrededor de la mesa-camilla: ¿qué resultará de tal unión? ¿un gigante o una ratita? Y mire usted por dónde, lo que nació fue La Rondalla Las Tres Columnas”. ¿Milagro? Bautícenlo como prefieran, mas ahí están, sí, aquí están entre nosotras y nosotros como la Puerta de Alcalá: “viendo pasar el tiempo” y ellas siempre tan lozanas y arrolladoras de puro simpaticotas, dándole cuerda a las risas, las sonrisas… y hasta las carcajadas sonoras a mandíbula batiente. ¿Cuáles serán sus secretos para conseguirlo? Llevémosla al Centro de Salud y Especialidades más próximo (¡Salamanca, por supuesto!) para que le efectúen una radiografía y resonancia lo más fieles posible. Un poquirrinín más adelante quizá veremos el resultado.
II.- ANTECEDENTES: LOS NIÑOS DE LA GUERRA
Los peques que nacimos durante la guerra incivil de 1936 y años posteriores, conocimos en directo y sufrimos las estrecheces de aquellos tiempos miserables: en el comer, el vestir, en los juegos… y hasta en las letras de las canciones censuradas que cantábamos. Todo estaba regido y controlado “por la autoridad competente, (¡militar, por supuesto!)”. A las entonces denominadas “Fiestas Tradicionales” (que así pusieron de nombre al Carnaval de siempre), les habían recortado tanto las alas que apenas podían alzarse del suelo. Una tristeza honda había anidado en los corazones farinatos y contagiaba de
restricciones el ambiente. Los disfraces, con su chispa de humor dentro, hubieron de ser sustituidos por los ropajes más viejos, usados y zarrapastrosos, que servían de improvisada indumentaria a más del 80% de las familias mirobrigenses tan sobresaturadas de chiquillería. El hambre se denominaba gazuza para disimular la realidad, pero los rumores de la Fiesta Grande carnavalera cada día sonaban más cercanos. Para ir calentando motores y ardores festivos, las rondallas afinaban sus instrumentos y las letras de las nuevas canciones iban pasando –o no- por la criba de la censura, siempre con la “buena” intención de impedir el desmadre de la crítica a la antedicha “autoridad competente”.
La chiquillería de aquella pesarosa época en cuanto teníamos noticia de que las rondallas andaban ya airosas y rumbosas de calle en calle celebrando sus rondas de galanteo, previamente convenidas con las damas y familias de turno, salíamos a su encuentro para escucharlas siguiendo sus pasos garbosos, tarareando con ellos las músicas y canciones más pegadizas y chisperas para nuestros cándidos oídos, recién salidas todas ellas del talento e ingenio de inspirados letristas espontáneos y aun de los propios murguistas integrantes. Particularmente, servidor recuerda muy vivamente el impacto visual, estético y emocional que siempre le proporcionaba escuchar los acordes de la Rondalla Las Tres Columnas; aquellos para mi magníficos colosos que, salidos del pueblo llano: zapateros remendones, fontaneros, oficinistas, albañiles, hosteleros, comerciantes…, al enfundarse en el embozo de una sobria y elegantísima capa castellana, tocadas sus cabezas con una detonante chistera de color negro solemne, y discretamente iluminados merced al embrujo de un sobrio farol ligeramente elevado del >
Invitada en actos de inauguración y/o clausura de congresos, jornadas etc., por diversas instituciones públicas o privadas, La Rondalla se halla presente para animar y dar vistosidad a tales acontecimientos.
conjunto de personas e instrumentos, con las emblemáticas Tres Columnas decorando sus laterales, de veras les digo que aquella solemnidad vestimental, rítmica y musical impresionaba a cualquiera de nosotros. Tal plasticidad y estética me llenaban de emoción y a la vez me colmaban de belleza y significado. En el lenguaje ahora utilizado se les dice fans; sí, yo fui antaño y sigo siendo hogaño un súper fan de la Rondalla las Tres Columnas, por los momentos tan grata y hermosamente placenteros que me proporcionaron sus murguistas durante aquellos años de la posguerra tan espinosos y llenos de fealdad tanto por afuera como por dentro. Muchas gracias paisanos, muchísimas gracias amigos. Jamás podré olvidaros.
También sirve de magnífica embajadora de Ciudad Rodrigo en sus visitas y actuaciones llevadas a cabo en ciudades españolas, portuguesas y otras, así como con su asistencia a ferias de todo tipo: turismo, medio ambiente, comercio, etc.
III.- LA RONDALLA Y OTRAS MÁS.-
Para conocer por dentro el intríngulis del cuerpo grupal-social de las rondallas habidas en Miróbriga, ningún centro de salud mejor donde acudir que a los dos enormes libros de 600 páginas aproximadamente cada uno recientemente editados: Canciones para Carnaval. Ciudad Rodrigo 1890-1936, cuyo cronista es el también murguero (por desgracia ya difunto) don Joaquín Fiz Plaza, editado por la Diputación de Salamanca (2009), y Canciones para Carnaval. Ciudad Rodrigo 1944-1964 del mismo cronista don Joaquín Fiz Plaza, auxiliado en la redacción final y coordinación por don Saturnino Rodríguez Miguel, libro coeditado el año 2019 por el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y el Centro de Estudios Mirobrigenses. En ambos bien humorados textos se relatan con todo lujo de detalles y pormenores las peripecias y aconteceres de numerosas rondallas que pusieron lo mejor de sí mismas para celebrar la gran fiesta anual de las
carnestolendas farinatas. Les sugiero y animo a que se documenten en la amplitud y amenidad de tan interesantes referencias culturales de la reciente historia popular mirobrigense. Con ambos libros entre las manos y a través de su chispeante y amena lectura, les aseguro que resulta innecesario acudir a ningún centro de salud para conocer las interioridades de la actual Rondalla Las Tres Columnas, ese complejo engranaje grupal que las mueve y caracteriza a efectos de garantizarles una prolongada y fecunda vitalidad. Que así sea; por cuanto en honor de todos sus componentes pasados, presentes y aún venideros levanto mi copa y elevo la voz de mi brindis. > Personajes como Trejo,
Trucho, o el mismísimo
La Rondalla Las Tres Columnas honra con su presencia y actuaciones en centros educativos, residencias asistenciales de mayores y acude generosamente a rondar con sus coplas, dando compañía musical a quienes la necesitan y solicitan.
IV).- LOS MURGUISTAS: ¿NACEN O SE HACEN?
En el amplísimo abanico de la actividad y sociología humanas, de seguro que cabría dar un sinfín de respuestas a la pregunta formulada. No obstante, particularmente sostenemos por vía de ejemplo que personajes como Trejo, Trucho, o el mismísimo Triguito, es decir, los murguistas pata negra y pura sangre nacieron con esa identidad en los genes de su naturaleza porque no podían nacer de otra manera. Desde luego que el ambiente influye también –cómo no- a fijar esos caracteres en el seno de las tipologías humanas, pues no es lo mismo nacer y recriarse en Ciudad Rodrigo, pongo por caso, que en el Polo Norte; pero aún así, en las remotas latitudes de aquellos lugares serían jaraneros natos, también, tal y como allí se estile y tenga por tradición.
No descartamos que el efecto contagio pueda despertar el interés de determinadas personas más o menos indecisas y llevarlas a adherirse temporalmente a la exigente a veces disciplina rítmico-musical >
de las rondallas, dado el espíritu festivo y amigable que a todas las anima y vivifica a lo largo de su existencia, que por cierto y desgraciadamente, no suele ser muy duradera en el espacio-tiempo, debido a algunas causas y factores circunstanciales que, siquiera someramente, trataremos de abordar más adelante en esta crónica carnavalera.
V).- IDENTIDAD DE LAS RONDALLAS.-
El perfil del DNI de todas las rondallas, valdría ampliar la anterior afirmación a cuantos grupos humanos deciden abordar de manera conjunta la superacíón de determinados objetivos comunes, ya sean deportivos, musicales, peñistas, militares, cofradías, festivos etcétera, queda definido con nitidez si se observan en todos ellos un par de aspectos absolutamente decisivos: A).- La indumentaria que los caracteriza y distingue desde el exterior del resto de los grupos. B).- La filosofía que adoptan y les anima frente a terceros, uniéndolos por dentro hasta llegar a veces al pleno consenso en las decisiones grupales a tomar, sobre todo las de mayor calado e importancia.
Los rondallistas suelen recrearse con la belleza de algunos monumentos existentes en las ciudades que visitan.
A).- Centrándonos en la Rondalla Las Tres Columnas, la simbólica indumentaria quedó fijada desde su momento fundacional en 1944, y a nuestro juicio, como ya hemos expresado más arriba, no pudo ser más acertada al aunar elegancia y sencillez. Frente a lo chabacano y vulgar que tanto abundaba en los festejos populares de aquellos tiempos tan duros y miserables, una capa charra que a la vez que proporcionaba distinción daba abrigo a los murguistas, con el que sobrellevar mejor las gélidas noches de aquellos inviernos tan crudos e implacables; las manos, acariciando y mimando los muy variados y relucientes instrumentos musicales; y las cabezas coronadas por una alta chistera color negro, que
entonces solo eran utilizadas por las clases sociales de mayor poder adquisitivo y/o rango social…, para exhibirlas en momentos de lujo muy especiales. ¡Murguistas mirobrigenses, con sencillez y sin jactancia alguna por vuestra parte, ahí quedaba en la nocturnidad callejera del pre-Carnaval farinato vuestro tan significativo gesto y detalle!.
B).- Por “filosofía grupal” pretendemos significar el espíritu interno que mueve, une y anima a cada rondalla desde sus primeros momentos fundacionales, por cuanto resulta aconsejable tenerlos suficientemente despejados, claros y hallarse compartidos al máximo posible desde el principio, así entre otros: objetivos, criterios de organización, distribución de responsabilidades, organigrama funcional y de cargos representativos, colaboraciones… Sin tener todos estos menesteres suficientemente asumidos desde el principio, resulta fácilmente predecible deducir la longevidad vital de una rondalla. Simple aplicación práctica de los principios que fundamentan la metodología de la denominada Dinámica de Grupos. La simbología externa del modo de vestir es una muy potente seña de identidad, mas como acabamos de decir, sin una sólida y fuertemente compartida “filosofía grupal”, hasta la más cimera y afamada de las rondallas puede verse desmoronada y abatida por el peso y paso de los años, víctimas de sus errores internos cometidos en contra de cuanto sustenta y propone la ya citada metodología de la Dinámica de Grupos. Desde el año 1890 hasta el actual 2020, ambos “Cancioneros para Carnaval” redactados por el cronista don Joaquín Fiz Plaza recogen amplio número de anécdotas, curiosidades, datos y ejemplos acerca de cuanto venimos expresando. Les vuelvo a recomendar su sorprendente e hilarante lectura. >
Una copa de buen vino tomada junto a la buenísima compañía de los rondallistas amigos, sirve para fortalecer los vínculos de unión y olvidar los sacrificados esfuerzos llevados a cabo durante los ensayos y viajes. Viva La Rondalla Las Tres Columnas y la amistad. Viva Ciudad Rodrigo.
VI).- FINANCIACIÓN DE LAS RONDALLAS.-
Como es lógico, la creación, puesta en marcha, hallarse en óptimo punto artístico y a disposición a lo largo del año, exigen no solo gran vocación de servicio a la rondalla y el buen nombre de Ciudad Rodrigo, sino también grandes esfuerzos y sacrificios por parte de todos y cada uno de los murguistas. Todo lo > cual comporta numerosos gastos de toda índole: vestuario y atrezzo, locales para ensayos, mantenimiento en buen estado de los instrumentos musicales, desplazamientos fuera de Miróbriga cuando hubiere lugar para satisfacer invitaciones, alimentación-bebidas…, y la relación de posibles gastos no termina aquí. Hablen con el tesorero, porque ahí va la pregunta: ¿y quién paga tantos gastos? Pues miren ustedes, la mayoría de tales gastos corren a cargo de la rondalla en su conjunto, esto es, de los dinerillos que obtienen en algunas de sus actuaciones, de donaciones privadas que reciben a veces de las personas y/o entidades e instituciones que solicitan ser rondadas por Las Tres Columnas, de la asistencia a foros, congresos, jornadas de tal o cual asunto convocadas por quien corresponda…, en fin, más o menos por ahí deben andar las cuentas de la tesorería.
Y a decir verdad, tal debe ser el espíritu que promueva y anime este tipo de asociaciones culturales de origen popular, para con ello poder ser y sentirse autónomas e independientes en todo momento del poder y color político gobernante a nivel municipal, provincial y aún autonómico. Al menos tal es la opinión de este cronista. Por favor, lector/a, ¿coincide con la de usted?