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El convento de San Agustín de Ciudad Rodrigo. Por Ángel Bernal Estévez • Diego Núñez Alba: un mirobrigense (casi olvidado) en los ejércitos de Carlos V,
El convento de San Agustín de Ciudad Rodrigo
Ángel Bernal Estévez. Centro de Estudios Mirobrigenses.
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Para empezar a hablar del convento de San Agustín tenemos que remontarnos a los años finales del siglo XV, aun así y como voy a describir más adelante, vamos a hablar de dos conventos con el mismo nombre refiriéndose al mismo cenobio, solo que fueron dos erecciones que se sucedieron en el tiempo, la primera extramuros, la otra intramuros en el lugar donde hoy está y lo conocemos.
La historia del convento de San Agustín es la siguiente:
La fundación primitiva de este convento hay que situarla en el año 1484 y se debió a la iniciativa de Francisco de Chaves, el primogénito y cabeza de este importante linaje que protagonizó la vida de la ciudad durante al menos dos centurias y media. Estuvo ubicado en una huerta de su propiedad cercana a Ciudad Rodrigo, en el paraje denominado Cortecillos. Fue un cenobio austero y pequeño que en el año 1487, año de la muerte de su fundador, se estaba aún construyendo y que continuó su hijo y heredero del mayorazgo Luis de Chaves. Se le conoció también con el nombre de San Agustín Corte de Ángeles y también como San Agustín extramuros.
Aunque se ha pintado esta erección con tintes milagrosos, lo cierto es que la voluntad de Francisco de Chaves fue la de construir un lugar sagrado regentado por la orden de san Agustín, del que fue su patrono y luego lo seguirían siendo sus descendientes, con la intención de que le sirviera de lugar de enterramiento para ellos, toda vez que la capilla de San Juan, situada al lado del evangelio en la iglesia catedral y que era el panteón familiar, se le enajenó a los Garci López como represalia por el apoyo que los miembros de su linaje dieron >
al portugués en la guerra y su posterior exilio a este reino. Después de largo pleito Francisco de Chaves determinó construir un nuevo enterramiento1 en este monasterio que hizo construir en tierras de su propiedad. Entre tanto los restos familiares fueron a reposar a la capilla mayor del convento del Santo Sepulcro.
Pronto se vio el monasterio favorecido con algunos beneficios, uno de ellos fue trasladar allí las capellanías de la iglesia de San Pedro por voluntad testamentaria de doña María de Herrera, mujer que había sido de Francisco de Chaves, a ello se unieron otras mandas testamentarias como la capellanía instituida por Diego Álvarez Osorio sobre la mitad del lugar de Cortecillos que era de su propiedad con todos sus términos, rentas y heredamientos, para remedio de su alma y de su conciencia a cambio de ser enterrado en la capilla mayor y que le fueran dichas ciertas misas. Pero no se enterraron allí ni Francisco de Chaves, ni su hijo Luis que murió a los pocos años, por la sencilla razón de que el monasterio no estaba aún terminado y la familia había elegido mientras tanto la capilla del Santo Sepulcro como panteón.
El monasterio de San Agustín de Corte de Ángeles tuvo una vida corta. Resultó no ser un lugar idóneo para tal fin pues era húmedo y poco saludable, por cuya razón los frailes enfermaban y no lo querían habitar, más que iban allí forzados por el voto de obediencia, además era pobre de construcción, pequeño de extensión por lo cual había pocos frailes y además se encontraban apartados del pueblo, sin contacto con la gente y sin que ésta pudiera acudir a sus liturgias, y esta misma razón hacía que muy pocos vecinos de la ciudad se quisieran enterrar allí, lo que ea una saneada fuente de ingresos como se sabe, según dejan asentado en el acta del capítulo celebrado el día 11 de diciembre de 15292 .
En este capítulo que por supuesto se celebró en el monasterio extramuros, su entonces prior fray Juan de Muñatones propone la solución acordada con el por entonces cabeza del linaje don Juan de Chaves de Herrera, de mudar el monasterio al interior de la ciudad después de haber recabado el beneplácito del prior provincial de la orden.
Para poner en efecto la referida traslación habían buscado un lugar donde poder edificar el nuevo monasterio y ese no era otro que un conjunto de ocho casas propiedad del dicho don Juan de Chaves, que era su patrón y que tenía en el campo de San Pedro, lugar muy adecuado pues se trataba de un espacio muy concurrido y amplio. Estas casas habían pertenecido a su primo García de Herrera, ya difunto y estaban valoradas en unos 1500 ducados de la moneda corriente, equivalentes a 562.000 mrs y medio, más otros 200.000 mrs que Juan de Chaves había comprometido de su propio peculio para hacer la capilla mayor para su propio enterramiento y para depositar allí la memoria de sus abuelos.
Este fue el acuerdo alcanzado entre el prior y Juan de Chaves que contemplaba a su vez el compromiso de mantener para siempre el patronazgo de dicho monasterio y que la tal capilla mayor y coro fueran siempre de la familia y únicamente de la familia, donde solo se podrían poner letreros y escudos pertenecientes a los Chaves. Suscriben también el compromiso de hacer dos capillas colaterales para la familia, ahora o en el futuro. > > Su entonces prior fray Juan de Muñatones propone mudar el monasterio al interior de la ciudad después de haber recabado el beneplácito del prior provincial de la orden.
1. Archivo Histórico de la Nobleza (AHNOB), Luque, C. 571, D. 17, fol. 35. 2. AHNOB, Luque C. 629, D. 29-30, traslado hecho en Villavieja a 15-05-1578.
Por tanto a Juan de Chaves de Herrera se debe la construcción del monasterio de San Agustín intramuros3 a partir del año 1529 siguiendo una manda testamentaria de su padre Diego García de Chaves, quien ofreció a los monjes las citadas casas de su propiedad para tal fin.
Para poder empezar las obras cuanto antes y no demorarlas hasta el cumplimiento de los pagos por parte de los monjes, Juan de Chaves consignó 104.000 mrs anuales en su dehesa de Hurdemalas, sita en el término y jurisdicción de la ciudad de Plasencia. Pero la capilla mayor no se hizo, o no se terminó, o quizá se reedificó en 1581 porque conocemos el convenio firmado ese año entre su hijo Garci López de Chaves de Herrera y el maestro cantero Juan de la Puente para su construcción.4
3. AHNOB, Luque, C. 776, D. 510, “…nos decimos que por quanto yo el dicho Juan de Chaves de Herrera di a dicho convento e monasterio las casas que ahora está hecho el dicho monasterio e otras casas alrededor de ellas…”1532-9-27 Ciudad Rodrigo. Desconocemos la fecha exacta de construcción del monasterio. Por esta fecha ya estaba erigido y los monjes se habían trasladado desde la Corte de Ángeles a allí, pero las obras no estaban aún terminadas por cuanto es ahora cuando se toman las decisiones para construir la capilla mayor. 4. AHNOB, Convenio firmado entre Garcí López de Chaves, señor de Villavieja, y Juan de la Puente, maestro de cantería, para hacer la Capilla Mayor del Convento de San Agustín en Ciudad Rodrigo (Salamanca), del que dicho señor es patrono. Año de 1581. Luque, C. 629, D. 30.