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y Rosa María Pérez. . . . . . . . . . . . pág
Sara Alejandra García Parra
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Socia COFENAT nº 10616, (Bustarviejo, Madrid)
Rosa María Pérez Prim
Socia COFENAT nº 5186, (Madrid).
Desde el Método corporal integrativo Diafreo entendemos el habitar nuestros cuerpos como un arte en el que recuperamos las sensaciones y emociones perdidas en el transcurso de nuestras vidas, dibujando un mapa en el que estas sensaciones y emociones, pensamiento y cuerpo señalan el camino hacia nuestros recursos perdidos.
El proceso de crecimiento siempre conlleva un aprendizaje y una adaptación, a nuestro medio, a nuestra cultura, a nuestra familia, y más tarde a nuestras amistades y parejas. Postura
Quizá nos sea más familiar reconocer que esta adaptación implica reprimir impulsos, aprender respuestas que nos permitan ser aceptadas, integrar lenguajes que nos hagan ser entendidas. Lo que no siempre es tan fácil de reconocer es que este aprendizaje no queda sólo en nuestra mente, pues el cuerpo, a través de sus gestos, movimientos y postura, acompaña en todo momento este lenguaje que le cuenta al mundo quién soy.
Nuestro cuerpo tiene la capacidad de memorizar la inhibición de expresiones, impulsos y acciones. En ocasiones de forma clara y rotunda reprimimos un golpe, una agresión a la persona por quien nos hemos sentido atacadas, en otras situaciones, de forma sutil, cerramos alguna parte de nuestro cuerpo encogiéndonos o retirándonos para no sentir un rechazo o una actitud de desaprobación. Cuando situaciones como estas se repiten en el tiempo, lo que podría ser una respuesta puntual se convierte en una manera estructurada, rígida, que deja de adecuarse a la situación y elección de nuestra respuesta en el presente, pasamos
de bailar la vida a desfi lar por ella como si de una marcha militar se tratase. Nuestro cuerpo a través de nuestra musculatura se hace partícipe de la forma en aprendemos a estar en el mundo.
En el proceso de crecimiento, estos bloqueos van dando lugar a acortamientos musculares, condicionando la forma de nuestro cuerpo y limitando la expresión genuina y el movimiento espontáneo. El problema es que el canal por el que percibimos el mundo y nos mostramos ante él tiene varias direcciones, cuando cerramos la entrada a las sensaciones negativas y bloqueamos los impulsos no deseados, también lo estamos haciendo a las sensaciones agradables y placenteras, es como si en una composición musical disminuimos el número de notas haciendo desaparecer los matices de la melodía.
Esta estructura condiciona nuestra forma de relacionarnos, atrapándonos en actitudes innecesarias en el momento presente, repitiendo patrones anclados en el pasado que generan malestar y nos encierran en círculos viciosos, impidiéndonos encontrar salidas sanas y genuinas a las situaciones actuales. Desde la óptica del Método Diafreo esta estructura se conforma a través de los acortamientos de las cadenas musculares*. En el Método Diafreo observamos desde una mirada integral y dinámica el cuerpo de la persona, las asimetrías, movimientos fi jados, desequilibrios musculares, dinámica respiratoria. Durante las sesiones buscamos deshacer estas tensiones a través de estiramientos precisos, teniendo en cuenta las compensaciones, movimientos a través de los cuales nuestro cuerpo intenta mantener la estructura que un día le ayudó a adaptarse.
> “El cuerpo, a través de sus gestos, movimientos y postura, acompaña en todo momento este lenguaje que le cuenta al mundo quién soy” > “El proceso de crecimiento siempre conlleva un aprendizaje y una adaptación, a nuestro medio, cultura, familia, y más tarde a nuestras amistades y parejas”
En la secuencia de las sesiones es fundamental la mirada compartida, es la persona quien a través de su toma de conciencia podrá habitar los espacios de su cuerpo encontrando nuevas posibilidades de movimiento y de expresión. El cuerpo es el instrumento, afi nado o no, al que tenemos acceso: oscuro o luminoso, abierto o cerrado, receptivo o bloqueado… abriéndose para recibir las energías de vida o cerrándose para defenderse de ellas. (Malen Cirerol)
*El Método Corporal Integrativo Diafreo se basa en los descubrimientos anatómicos de François Mézières, continuados por Linda Jentl y Malen Cirerol, esta última desarrolla a lo largo de su carrera profesional el Método Corporal Integrativo Diafreo Línea M al que no referimos en este artículo.
**Llamamos cadena muscular, según la primera defi nición de Françoise Meziérès a un conjunto de músculos poliarticulares -que en su recorrido atraviesan más de una articulación- y se solapan unos con otros como si de escamas o tejas se tratase. Esta disposición anatómica les hace en la práctica actuar como un mismo músculo. Las teorías sobre el funcionamiento del sistema miofascial a través del continuo que crean las fi bras de colágeno dan otro soporte a esta teoría, pero eso sería otro capítulo.
Bibliografía
· “La memoria corporal”, Luz Casasnovas
Susanna. Ed: Desclée De Brouwer
· “El cuerpo tiene sus razones. Autocura y antigimnasia”, Carol Bernstein y Therese
Bertherat
· www.diafreo.es
· www.elcuerpohabitado.com