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Verbenas y Romerías en 1899
from Haro Fiestas 2018
by editorialmic
COSAS DE HARO
Verbenas y romerías en 1899
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Por Atamauri
Muchos han sido los festejos y verbenas que se han celebrado en la Ciudad, ya fuese para celebrar la Patrona o el Patrón de cualquier gremio de trabajadores, bien a beneficio de Asociaciones benéficas, deportivas o simplemente para solaz de jarreros y veraneantes, ya fuese, según la época, en el frontón Carrasco, en las Piscinas municipales o diferentes pabellones, incluso en cualquier calle que tuviese una pequeña agrupación que se preocupase por montar la fiesta del vecindario.
Diversiones, hoy, en gran parte desaparecidas, debiendo sufrir, en su lugar, las verdaderamente ruidosas, en su mayoría, verbenas que se celebran, sobre todo en fiestas, en la Plaza de la Paz, y disfrutar de las clásicas Batalla del vino, Primer domingo de septiembre y Jira a Fuente del Moro.
Para conocer un poco las que se festejaban a fines del siglo XIX, transcribo un corto artículo publicado en el diario La Rioja en 1899, que nombra, entre otras, la que se celebraba en honor de
Santa Ana, el 26 de julio, y que el corresponsal declara como Patrona de las costureras, en lugar de Santa Lucía.
“LA FIESTA DE LA AGUJA
En Haro abundan las romerías o verbenas que es un gusto, con la particularidad de que todas ellas tienen un sello especial.
En Madrid, por ejemplo, puede decirse que quien ve una de estas fiestas populares al aire libre, ha visto todas las demás, porque seguramente se diferencian muy poco. Todo se reduce a adornar algunas calles con follaje y farolillos de papel, a las indispensables buñolerías, los no menos imprescindibles pianos de manubrio y alguna que otra pareja del orden entre un montón de ellas que no piensan sino en el desorden social. Aquí hay que ver una a una nuestras célebres giras campestres. Nada, desde luego, tan original, tan desenfrenado, tan típico ni tan báquico como la romería a Bilibio el día de San Pedro; allí se va con la peor vestimenta que se encuentra, porque es seguro que se vuelve empapado en vino. El que en esta fiesta tratase de incomodarse se llevaría el primer feo del mundo, porque nadie le haría caso. En cambio a la Jira que al final de las fiestas de septiembre se celebra en la inmensa pradera de Fuente del Moro, se suele ir bien vestido, y procura uno no mancharse, ni hacer locuras.
El término de estas dos fiestas populares puede hallarse el día de Santa Ana, patrona de las encantadoras costureras, en las orillas del Ebro famoso. Este año habría más de tres mil almas en aquellos pintorescos lugares, si bien es de justicia advertir que no solo concurrieron las devotas de la aguja.
Y es que todos nos contagiamos en cuanto se huele una fiesta. Así como por Santa Cecilia todos somos músicos, por San Crispín zapateros y por San José carpinteros, el día de Santa Ana nos convertimos en modistas o modistos, y a buen seguro que no exageramos, porque ¿quién en este mundo no se habrá cosido algo o habrá pegado alguna manga, pongo por prenda?
A la orilla del Ebro va, pues, toda la juventud, y allí, entre bocado y trago, baile que va, paseo en barca que viene, cantando mucho y corriendo más, se pasa en un momento la tarde, para volver al pueblo cuando ya Febo se ha ocultado, retornando al punto de partida sin dejar de cantar y bailar, y lamentando profundamente que el día no dé para más.” •••