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Entrevista al Presidente de la Fundación del Museo de la Semana Santa de León

D. Pedro Puente Fernández

Presidente de la Fundación del Museo de la Semana Santa de León

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“El Museo de la Semana Santa será el museo de todos los leoneses”

¿En qué estado se encuentran las obras del Museo de la Semana Santa? ¿Van por buen camino?

Van por el camino programado y correcto. La empresa a la que se le asignó el trabajo está cumpliendo. Aunque tuvimos el inconveniente de las excavaciones, éstas están en su término y esperamos que la Consejería de Cultura dé el visto bueno. Desgraciadamente en estas excavaciones ha salido menos de lo que hubiéramos querido porque sería un atractivo más para las visitas. Lo que se ha encontrado no tiene la suficiente relevancia para su exposición, es un resto de las murallas y parte de una sala medieval. Por lo demás no ha paralizado el ritmo de trabajo, se ha cumplido con el objetivo para que a finales del 2019 esté la obra concluida.

Recientemente, los representantes de las Cofradías visitaron las obras ¿Quedaron satisfechos?

Satisfechos y sorprendidos. No imaginaban que fuera tanto el espacio y no esperaba que fuera un edificio de estas características. Ahora se trata de que también se sorprendan todos los leoneses con este espacio tan ansiado en una zona tan típica de la ciudad. Entendemos que será un museo de mucha tirada. Queremos que no sea solo un depósito de imágenes, que sea enriquecido con obras de arte de la diócesis. El Museo de la Semana Santa será el museo de todos los leoneses. Estará abierto a cofradías de la diócesis y de la provincia.

Hay una campaña para recoger fondos ¿Qué perspectivas tienen ustedes?

Soy una persona con mucha esperanza, me encargan estas tareas nada fáciles. Hemos empezado con estas gestiones y nos ha atendido la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación. No se trata solo de buscar aportaciones de las instituciones públicas, queremos que todo el mundo pueda participar. Están llegando donativos personales. También nos gustaría que las cofradías se impliquen como entidades y los papones a título personal.

Habla usted de un museo para todos los leoneses… creyentes y no creyentes.

La Catedral no se cierra a los no creyentes. Quien quiera contemplar arte, ahí la tiene. Puede salir escandalizado o motivado a la religión. El Museo de la Semana Santa, para nosotros, tiene que ser una manifestación de fe que se prolongue todo el año. Está abierto a todos. Ojalá alguno al ver las imágenes salga conmovido en su interior.

¿Se valora este Museo en su medida o habrá que esperar tiempo para esto?

Va a ser impactante, como la propia Semana Santa de León. Será enriquecido con obras de varias parroquias y por el propio espacio dónde se ubica, que contribuye a su magnitud. Va a tener todas las características museísticas, con la idea de que sea dinámico no un mero recinto que alberga obras de arte.

Este museo va a tener tres características que mejoran a otros museos existentes. Tendrá una capilla, que puede ser un espacio multiusos para uso de las cofradías, también un gran salón de actos y un gran taller de restauración. Todos los museos cuentan con un pequeño taller, pero este museo tendrá algo más ambicioso para dar cuidado a las imágenes que se procesionan.

“Me mueve poder resolver lo que se me presenta, esas necesidades. Mi satisfacción es haber encontrado poblaciones analfabetas y que ahora puedan entrar en la universidad, ayudar a los débiles en su caminar”

¿Qué idea le gustaría que quedara en la cabeza de quien visite este museo?

Un recorrido por este museo debe ser una catequesis. Mi ilusión es que la gente que lo visite no salga solo alabando al artista sino al contenido y a la expresión evangélica y religiosa. Que sea un refuerzo para su fe. Para los que no conocen el cristianismo, que salgan ilusionados con la vida, la pasión y el triunfo de Jesús.

¿De qué manera este museo puede reflejar la esencia de la Semana Santa?

De la misma manera que lo hacen las procesiones. No será como ver las procesiones en la calle pero a través de la recreación en la sala audiovisual, podremos sentirnos como si estuviéramos en una procesión oyendo las trompetas.

Durante la colocación de la primera piedra del Museo, el Obispo señalaba que le gustaría que este museo contribuyera a la creación del Reino de Dios. Esto no es casual…

Por eso le digo yo que debe ser un lugar catequético. Debe contribuir a que cristianos, miembros de otras religiones, ateos, agnósticos conozcan y vivan el Reino de Dios. El museo no es un almacén de imágenes.

Centrándonos ahora en usted, que nació en Villafeliz de la Sobarriba, ¿Cómo eran aquellas semanas santas de su infancia y juventud?

En Villafeliz de la Sobarriba, durante la Semana Santa, solo sacábamos en procesión a la Virgen de los Dolores, que luego la celebrábamos en septiembre. Como monaguillo, recuerdo ir a pedir para unas andas y un manto nuevo. Todavía seguimos aquellos que impulsamos esa procesión desde el paso de los Dolores para que fuera algo más bonito.

Sobre el 68 empieza a hacer labor en Las Ventas ya con gitanos ¿Qué encontró allí?

Yo había coincidido en la Parroquia de la Inmaculada como catequista. Coincidieron unos niños gitanos en la catequesis y les acompañé a casa, donde conocí a su familia. Allí vi las carencias que ellos tenían. Sus padres se habían casado y tenían a sus últimos cuatro hijos en el libro de familia pero no a los anteriores. Empecé a resolver esos temas administrativos y conocer a todas las familias. Ese año, además, se llamaba a la Peregrinación Internacional en Zaragoza. Me fui allí con el párroco de San Lorenzo y cuatro gitanos. A la vuelta se nos unieron varios seminaristas para ayudar en el apoyo a la escolarización y la catequesis.

Cinco años más tarde, en el 73, fui a la Parroquia de San José de las Ventas pero no por los gitanos, sino por los niños de la calle que los teníamos en varios hogares, fundados por D. Daniel Rodríguez. Él fue introduciéndome en esas tareas.

Ya en 1980, el obispo de León, Mons. Fernando Sebastián, me invitó a hacerme cargo de la pastoral con gitanos a nivel nacional desde la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal. Yo pasaba ocho días al mes en Madrid, pero la estancia finalmente fue de 23 años en la Conferencia. De ahí salió el trabajo con los gitanos y posteriormente con las migraciones y refugiados, trabajo que hacemos todavía.

> El Museo de

Semana Santa, para nosotros, tiene que ser una manifestación de fe que se prolongue todo el año. Está abierto a todos.

> Este museo va a tener tres características que mejoran a otros museos existentes.

Tendrá una capilla, que puede ser un espacio multiusos para uso de las cofradías, también un gran salón de actos y un gran taller de restauración.

¿Cómo es la espiritualidad de los gitanos? Llama la atención la influencia de las iglesias evangélicas en este colectivo, en detrimento de la Iglesia Católica.

Pasa, creo, como en determinadas poblaciones de Sudamérica con gente no demasiado formada y una liturgia más cercana a su cultura. Es lo que ha pasado aquí. Muchos gitanos >

católicos han encontrado apoyo en la iglesia, de una manera muy comprometida. Luego ha venido esta influencia de las iglesias evangélicas que han buscado una liturgia más adaptada. Eso sí, había una contradicción porque esa adaptación finalmente no trabaja por la integración. Quizá nos ha faltado agilidad en este tema y trabajar para formar a más sacerdotes y religiosos gitanos.

En su despacho están visibles los reconocimientos a su trabajo de tantos años. Cuando uno se mueve por lo que le mueve a usted ¿Qué son los galardones y las medallas?

No tienen mucha importancia. Me mueve poder resolver lo que se me presenta, esas necesidades. Mi satisfacción es haber encontrado poblaciones analfabetas y que ahora puedan entrar en la universidad, ayudar a los débiles en su caminar. Me alegra ver a los gitanos que ahora pueden vivir en viviendas de promoción pública y me entristece ver chabolas en León y en España. Esa pelea la seguimos teniendo, luchar contra el chabolismo. Tenemos que seguir procurando que esas familias puedan tener una vida de más calidad, con más formación y libertad.

> “El Museo Debe contribuir a que cristianos, miembros de otras religiones, ateos, agnósticos conozcan y vivan el Reino de Dios.”

Por cerrar el círculo… esto, remedando al Obispo, es construir el Reino de Dios.

Eso es construir el Reino de Dios, efectivamente. Ese pasaje evangélico de Mateo de “porque tuve hambre, porque tuve sed, porque me vestiste…” es el examen final que tendremos. Somos afortunados porque el Señor, que era el Maestro, nos ha dado de antemano la pregunta más importante del examen final de nuestras vidas. Es la lección que tenemos que aprender, practicar y cuando lleguemos a su presencia que nos pueda decir que nos la aprueba. •

Perfil

Leonés de Villafeliz de la Sobarriba, Don Pedro Puente Fernández es uno de esos personajes que da la provincia de León, a los que cuanto más se les conoce más se le admira. Con la misma ilusión de la que habla del futuro Museo, que pondrá en valor el patrimonio de la Semana Santa, se refiere a su trabajo con el colectivo gitano. Prelado de Honor de la S.S. Juan Pablo II y Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social, es presidente y fundador de entidades como la Fundación Secretariado Gitano y la Diócesis de León. Si la viña evangélica requiere obreros, Don Pedro, ¡qué duda cabe!, es un ejemplo de tesón y pasión por los más desfavorecidos.

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