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Al buen ladrón/A Longinos (poesías
Al pie de la Cruz
AL BUEN LADRÓN
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Se ha escrito que algo viste en la mirada de aquel que escarnecido iba a la muerte y se te ablandó el alma de tal suerte que hallaste en tu tiniebla una alborada.
Presintiendo el aliento en retirada, amaneciste en contrición tan fuerte que Jesucristo prometió tenerte a su lado en la más alta morada,
porque aquella pupila milagrosa al que en ella fondeaba convertía y aún guardabas recto el corazón.
Como espejo que el agua da a la rosa, tu ejemplo una esperanza siempre envía al reo que se ampara en el perdón.
Fotografía: Miguel Seijas
Fotografía: Miguel Seijas
A LONGINOS
La espera ante la cruz era una oscura impaciencia de madre dolorida pidiendo el desenclavo estremecida cuando tu lanza, trasvolando altura,
hiriente traspasó la entraña pura del Mesías inmolado y, enseguida, sangre y agua brotando de la herida rociaron redentoras tu figura.
Tanta luz desangrada en probidad profusa fue cubriéndote la cara, que a tus ojos sanó la enfermedad.
Y al verte barro ungido en claridad, te inauguraste en cristianismo para ser memoria de fe y eternidad.