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La Virgen del Mercado, devoción perpetua de la ciudad de León
Cada quinto viernes de cuaresma, el pulso de la piedad y el latido del fervor componen esta estampa piadosa que se mide por siglos. Y es que cada Viernes de Dolores, la fe tiene su centro de gravedad en el santuario románico de la primera mitad del siglo XII que se alza en la antigua calle de la Frenería, compendio de las actuales Herreros y Puerta Moneda. Finalizado allí el novenario que se hace rogativa por la paz del mundo, del citado alcázar mariano, incardinado a la vera del Camino Francés, parte la procesión de Nuestra Señora de los Dolores, la Virgen del Mercado, imagen sedente, de principios del siglo XV, de autor anónimo y estilo gótico. Así, con esta singular manifestación de religiosidad popular, comienza la Semana Santa de León.
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La procesión de la Virgen del Mercado, la Antigua del Camino, es la procesión del pueblo de León, un cortejo penitencial que recorre el itinerario que establece la tradición. Se trata de un trazado de calles y de plazas que contiene muy particulares alusiones a la historiografía leonesa. Y es que hasta que la procesión alcanza la ojival luminosidad catedralicia, la morfología urbana es un conjunto de enclaves singulares, henchido de contrastes que propician la contemplación en silencio del paso de esta advocación de la Madre del Verbo, fiel trasunto del “Stabat Mater” que compuso el franciscano Jacopone da Todi, considerado la más grande personalidad de la historia literaria antes de Dante.
Luego, por la calle Ancha, antigua Herrería de la Cruz, Cardus de la romanización que extendía sus dimensiones desde la Porta Principalis Sinistra, esto es, desde Puerta Obispo, hasta la Porta Principalis Dextra, es decir, la Puerta Cauriense, elevada junto al actual Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación Provincial, a través de la plaza de San Marcelo, alcanza el ágora de Santo Domingo, y una vez que cruza ésta, por la calle de Legión VII, a través nuevamente de la plaza del patrón de la Ciudad, llega a la calle del Teatro, donde la escenografía retorna de nuevo a la estrechez y la angostura. La Rúa conduce a la Plaza de las Concepciones. Para entonces, muy próxima ya la iglesia de salida, una multitud de fieles aguarda el regreso de esta Sacratísima Imagen, que tiene en el alma popular leonesa raíces muy firmes.
Tres piadosas estaciones se llevan a cabo durante el trayecto. La primera en la capilla de las MM. Benedictinas del Monasterio de Santa María de Carbajal, situado a uno de los costados de la plaza de Santa María del Camino. La segunda, ante la capilla del Cristo de la Victoria, en plena calle Ancha. Y la tercera en la plaza de Santo Domingo, junto a la fuente, donde dos coros, uno formado por los braceros y otro por el pueblo de León, cantan la “Salve” con manifiesta devoción. En el año 2009, hace, pues, diez años, la Corporación Municipal, cuyos miembros muestran los símbolos del honor corporativo, comenzó a pujar a “Santa María del Camino, la Antigua”, desde la plaza de Regla hasta el citado oratorio, ubicado en la “Vía Principalis” legionense.
“El origen de Nuestra Señora del Mercado se pierde en la oscuridad de los tiempos. Es tradición constante que donde hoy se alza la iglesia de este nombre había unos prados, en los que se apareció la Santísima Virgen a un pastor, manifestándole su voluntad de ser honrada en aquel sitio”. Así lo constata Baldomero Díez y Lozano, en su obra “Historia y noticias del culto a la Virgen en el Antiguo Reino de León”. Una tradición secular acredita que el 9 de febrero del año 560 se produjo esta piadosa escena, que tiene reproducción en un fresco de la sacristía del citado alcázar mariano.
Desde el sufrimiento que despunta en su rostro anubarrado por la tristeza, con el Hijo muerto entre los brazos, la Virgen del Mercado propone otras formas de observación de la vida. Por eso, estos versos de duelo, tomados de las Lamentaciones de Jeremías, (cap. 1, ves. 2), “vosotros, todos los que pasáis por el camino/atended y ved si hay dolor como mi dolor” identifican a la Antigua del Camino, y se convierten en fórmula expresiva de consistentes acentos testimoniales de esa dramática serenidad.
En cuanto a la autoría de la imagen, que como dije antes es anónima, Arturo Álvarez Álvarez, de la Sociedad de Escritores y Artistas, en la revista “Tierras de León”, números 32 y 33, de fecha 31 de diciembre de 1978, [pg. 45], dice de esta manera: “Y aunque carecemos de todo documento que nos ayude a buscar su origen, el exacerbado patetismo y expresividad de la Virgen, el quebrado de sus vestidos y otros detalles, tal vez podrían llevarnos a pensar en la influencia de la escuela borgoñesa del holandés Claus Sluter (1340-1406), habiendo podido salir, quizás, del taller de su discípulo Jannin de Lomme, que trajo a Castilla y a Aragón su estilo y modos escultóricos. Por supuesto, creemos se trata de una pieza muy superior, artísticamente hablando, a la que, un siglo más tarde, tomaría su nombre y copiaría el modelo, en las afueras de León”.
Sea como fuere, “La Morenica del Mercado”, denominada así por Máximo Cayón Waldaliso, Cronista oficial de
esta antigua capital del Viejo Reino, es imagen que promueve vivencias, emociones y recuerdos. En el año 2008 se me encomendó el honroso cargo que representa para un leonés ser pregonero oficial de la Semana Santa de León. Aquella tarde, y sin ánimo alguno de herir susceptibilidades o sensibilidades ajenas, hice la siguiente afirmación, que, a mi juicio, es reflejo del sentir de muchos leoneses y un asunto que debería retomarse para su posible puesta en valor como se dice en estos tiempos nuestros. Dicha afirmación es ésta:
Cuando se habla de la “Morenica del Mercado”, que aloja en el pecho fidelidades y esperanzas y es versículo secular de la piedad leonesa, se habla de las glorias, galas y vicisitudes de esta antigua Corte de Reyes, que un día fue “Cabeza de su Reino”. Y es que la veneración que siente la ciudad de León por esta Virgen de los Dolores se pierde en la noche de los tiempos. Muchos leoneses, sin distinción de género, somos devotos de esta Santa María del Camino, la Antigua, protagonista en innumerables ocasiones de la literatura municipal. Y como se trata de una aspiración común, con el máximo respeto, debo decir que a todos nos asisten la convicción y la certidumbre de que el día que las autoridades competentes, una vez llevado a término el oportuno expediente de tramitación preceptiva, declaren oficialmente a la Virgen del Mercado Patrona de la ciudad de León, la designación representará, además de un acto de estricta justicia, el reconocimiento público de un sentimiento unánime y visible que subyace en el seno del alma popular”.
Ciertamente, la devoción que suscita la Virgen del Mercado está fuera de toda duda. Por vía de ejemplo, señalaré que tiene testimonio perpetuo en el palpitante resplandor de las velas de sus miles de devotas, que la siguen y acompañan durante todo el recorrido procesional. La cosa viene de lejos. Se ha transmitido de generación en generación. Y es que en calendas relativamente cercanas todavía, las almas piadosas tenían habitualmente dos destinos concretos: uno, la visita al Santísimo Sacramento, en la Basílica de San Isidoro; otro, a la Virgen del Mercado, con la finalidad de impetrar los favores de esta milagrosa imagen. A modo de refrendo de esa devoción, subrayaré un caso concreto, en esta ocasión, referido al manto de color morado que luce y ha lucido tantas veces la Virgen del Mercado en la procesión del Viernes de Dolores, y de manera ininterrumpida desde 2014, año en que se cumplía el cincuentenario de la confección de dicha prenda que se bendijo hace ahora cincuenta y cinco años. Los detalles de este acto se puntualizan en los renglones inmediatos.
María del Carmen Pérez Santiago, en religión sor Margarita, clarisa descalza, en su obra “Historia del Convento de la Santa Cruz de franciscanas clarisas descalzas. León, 16051994”. [1997. pg. 119], escribe textualmente lo siguiente: “En la Cuaresma de este año 1964, se realizó otra importante labor de bordado en la comunidad. Una señora muy devota de la Virgen Dolorosa de la parroquia del Mercado, encargó un manto para la imagen que sale de dicha Parroquia en procesión el Viernes de Dolores. Se hizo para este manto un dibujo nuevo y original, bordado en oro y plata, y que fue admirado por los leoneses. Se realizó con >
Fotografía: Miguel Seijas
Camino, es la procesión del pueblo de
Fotografía: Marta Cayón
todo esmero y cariño por parte de estas monjas descalzas, que se encontraban felices de poder cooperar al culto de estos días tan solemnes y para la Virgen”.
El manto fue estrenado por la Virgen del Mercado el 20 de marzo de 1964, Viernes de Dolores. Valorado según la prensa local en 40.000 pesetas de la época, fue donación de una dama leonesa: Dª Carmen García Ponce de León y Fernández Pachón, señora de Zorita, “que profesa mucha devoción a esta advocación y que todos los años forma en la procesión en sitio preferente”. [Diario de León, 17.03.1964, pg. 3]. A la sazón, D. Heraclio Alonso Fernández era párroco de Nuestra Señora del Mercado, y coadjutor, el inolvidable D. Enrique García Centeno.
Dos días antes, el 18 de marzo, a las 20:30 horas, y con la iglesia de Nuestra Señora del Mercado totalmente abarrotada, una vez finalizados los actos correspondientes al séptimo día de la novena, D. Fernando Álvarez Rodríguez, Vicario General de la Diócesis, bendijo dicho manto, que, al día siguiente, festividad de San José, fue expuesto a la veneración de los fieles. Aquel Viernes de Dolores, la meteorología impidió el normal desarrollo de la procesión. Así lo recogía la prensa local: “Pero la lluvia que había comenzado poco antes arreció y obligó a suspenderla quedando reducida a una vuelta por la plaza del Grano, por las dos calles contiguas a la iglesia, que se vio llena de gente”. [PROA, 21.03.1964, pg. 3]. Como dato para el recuerdo, quede constancia de que el canto de la Salve se llevó a cabo en la citada plaza del Grano.
Este año, por decisión parroquial, la Virgen del Mercado estrenará una toca nueva, obra de Juan Carlos Campos Salas
El Viernes de Dolores, el quinto viernes de cuaresma, es el pórtico de la Semana Santa de León, y, por supuesto, en nuestra ciudad el preludio de los días en que se conmemora el Misterio Pascual del Verbo. La cita es a las ocho de la tarde, en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Mercado, antiguo templo de Santa María de los Francos de esta otrora Ciudad Imperial y hoy “Cuna del Parlamentarismo”. A esa hora, la Virgen del Mercado, devoción perpetua de la ciudad de León, inicia su peregrinaje anual por las calles legionenses. •••
Máximo CAYÓN DIÉGUEZ
Cronista Oficial de la ciudad de León