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ARRECAL. Defendiendo la rehala

ARRECAL

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Defendiendo la rehala

Primero, un recuerdo emocionado. Cuando perdemos un amigo y junto al dolor de esa pérdida te queda la angustia de no haberte despedido, de haberle asistido al menos en sus últimos momentos, es como si te arrancaran el alma.

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es una hermandad de rehaleros y por desgracia la pandemia se ha llevado a algunos de nosotros. Para recordarlos, todos nos unimos en dedicarles un homenaje, un recuerdo en el corto La Oración del Fuego, «Dios les tenga en su gloria para disfrute de monterías infinitas y de sus valientes perros…», de estos recuerdos sacamos fuerzas para seguir monteando y defendiendo la rehala. Por todos ellos trato de recordar lo que nos deparó nuestra amistad, y algunas de las vivencias que el monte y los perros nos brindaron; destaco rasgos comunes, infinita pasión y dedicación por la rehala y la fuerza que transmitían con su presencia, quizás por este motivo, este mundo es tan apasionante y solo apto para verdaderos guerreros, hombres y mujeres esforzados, duros y resistentes ante tantas adversidades. Los que aún mantienen rehala frente a viento y marea, se preguntan todos los días y a todas horas, si compensa ser rehalero. Solo en lo inexplicable, en lo intangible, hallaran la respuesta, ¡no es fácil ser un buen podenquero!, la exigencia de la dedicación y cuidado diario de los perros es máxima y de la siempre exigente montería, solo los más aptos y bravos culminan con su oficio páginas de gloria. La incomprensión de estos tiempos, el desprecio, el odio de una reciente clase urbanita, desconocedora de las necesidades y las interrelaciones del mundo rural, nunca lo entenderán nuestros podenqueros, los que gozan de la vida cómoda y relajada de las urbes, escupen dardos envenenados desde la comodidad del hogar y la facilidad que brindan las redes sociales; aspectospositivos pocos, pero estos de una intensidad tal que los buscas día tras día: cuando un familiar te acompaña siguiendo tus pasos, cuando los amigos participan de tu pasión, cuando las bestias te arrancan un posible lance y tus perros rematan la faena, el hecho de cazar entonces forma un nudo gordiano, indisoluble en su vida.

Todo dentro del límite de la razón y el conocimiento que atesoran. Son tantas las obligaciones y los deberes a los que se obliga con intolerancia y mala fe –la contaminación ideológica del legislador–, que es dificilísimo no dejarse llevar por el desánimo y abandonar lo que es una forma de vida… pero, un nuevo día comienza, basta un vistazo a nuestros perros para saber que esto no puede terminar. La vida te brinda oportunidades de cambio o de adaptarte a los nuevos tiempos. Al rehalero se le niegan todos los derechos y se la obliga a conducirse por caminos que no le pertenecen, necesitamos una ley marco que nos proporcione seguridad, para hacer frente a la incomprensión, los ataques furibundos desde el desconocimiento y toda la mala leche que el activismo animalista es capaz de lanzarles. Hoy en día estamos desvalidos. En estos momentos que algunos grupos políticos, han optado por el acercamiento a lo que representa el sector cinegético, intentar un acercamiento con el mundo rural es conveniente y necesario, bueno para todos. Recordemos que las promesas, para ser ciertas, tienen que ir acompañadas de acciones legislativas que favorezcan esta actividad y que para no caer en las redes del prohibicionismo y solucionar los muchos problemas que la eliminación de la rehala traería consigo, (accidentes, enfermedades y sobreabundancia, daños agrícolas), la rehala es la solución acertada para controlar la fauna y obtener eficacia en este cometido, además de otros cometidos, mantenido vivas y vitales, razas caninas propias de la Península Ibérica, tesoro cinéfilo e histórico que perderemos por la incompetencia y lo absurdo de planteamientos inconsistentes e incompetentes. ARRECA está y seguirá estando presente allí donde se decide el futuro rehalero, siempre en primera línea y sabemos que podemos contar con la fuerza de todo el colectivo cinegético, tenemos un camino y seguiremos la senda de la historia y la ética, nunca los deseos ni dictados de la intolerancia animalista.

Felipe Vegue Contreras

Presidente Oficina Nacional de la Caza Presidente ARRECAL

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