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PINCELADAS Que buena idea

~ Pinceladas ~

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Por Ana Sola Loja

¡Qué bu� a idea!

No sé de quien ha partido la idea, pero felicito al promotor o promotores. Me refi ero al uso, cada día más abundante en número, de las bicicletas, patinetes y demás elementos que sirven para que las personas se desplacen de un lado a otro de la ciudad no contaminando con humos y gases nocivos.

Les sirven para su propia independencia, para su comodidad y ocupando menos espacios comunes. Las pueden usar y luego aparcarlas en distintos lugares, lo que les da también otra comodidad añadida. Y al ser de más reducido tamaño que un coche, las dejan ocupando un mínimo espacio.

¡De verdad que me alegro de que así sea!

Pero al ser yo peatón, y por eso no usuario de dichos medios (en mi caso por cuestión de edad), deseo manifestar los inconvenientes que acarrean, o mejor dicho, más que de los medios, de los usuarios de ellos que son los que los manejas y por lo tanto sus responsables directos.

Desde que proliferan por nuestras aceras, en abundancia, el ir y venir de ellos, va en aumento el peligro que corremos. ¡Ah! Y no siempre peligro para las personas mayores, no, pues he presenciado ya varios casos de atropellos a los de mediana edad con el consiguiente resultado del peligro que ha supuesto para su integridad física, las posteriores consecuencias de fracturas o dolores generalizados que los mantienen sin poder moverse y sufriendo considerablemente. ¡Ah! Y no recibiendo ni siquiera la menor atención por parte de los usuarios de dichos vehículos.

Por la acera del Puente de Armiñán, Huerto de los Claveles, la acera justo pegada a la Tribuna de los Pobres, etc, refi riéndome a las que yo soy más asidua vía andante, les aseguro que voy siempre con miedo y no sin motivo. La pasada semana, yendo yo por dicha acera hacia Atarazanas, pegada a la baranda subía una bicicleta de las que llevan pedidos de comida. Al “enfrentarnos”, fui yo la que tuve que bajarme a la calzada con el consiguiente peligro, porque el usuario de dicha bicicleta se cogió a la baranda y ocupó toda la acera.

Cuando menos lo espero, a derecha e izquierda y con velocidad, me circundan bicicletas y patinetas. Si en esos momentos cambio unos centímetros desplazándome a alguno de mis fl ancos, hubiera sido atropellada de inmediato. Los sustos me producen miedo, lo confi eso, pues no hay nada más deprimente y triste, que cumplir con mi deber de ir por las aceras sin ocupar jamás la calzada que es para uso de los vehículos, pero comprobar que son éstos los que me usurpan mi libertad no cumpliendo con su deber de usar la calzada.

Sigo afi rmando que son un medio de transporte limpio, rápido y no contaminante, pero pido a las autoridades competentes, que por favor regulen y les hagan saber de la forma que crean más idónea, cuales son sus derechos y obligaciones.

Málaga es la ciudad donde mejor se vive, cada día está más hermosa si eso puede ser, pero por favor no hagamos de ella una ciudad donde un número muy elevado de peatones, vivamos en una perpetua inquietud, porque nuestra integridad física está en peligro.

La ciudad es de todos, hagamos uso de nuestra libertad sin menoscabar la de los demás.

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