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La Terreta es centenaria
Como todos los años los días próximos a las fiestas de San Juan que se ofrecen en honor al Smo. Cristo de la vida sale a la calle la revista festiva y literaria LA TERRETA, tan apreciada por todos, pero este año es especial, pues cumple 100 años, ya que salió a la calle el 20 de Junio de 1917.
Un grupo de amigos tuvieron esa buena idea. Este grupo lo componían:
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Ramón Codoñer:
Un mestre de profesio que te molta ilustracio aunque encara es chovenet a ell se deu la fundasio del nostre periodiquet
José Olmos:
El de mes formalitat de tota la redaccio com es el de mes edat cuant es veem en un fregat l i entreguem la direccio
Carmelo Baixauli:
Un poeta afortunat cuant te la musa de cara,
Carlos Barrera:
Comersiant de gran escala, poeta cuant ho vol ser y no te la musa mala; pa usarlo en dies de gala te’l titul de bachiller
Vicente Nácher:
Un mestre mol chovenet y de mobles venedor; de talla es prou chicotet pero en tocant a escritor s’estirava i no poquet
Juanito Cercos:
Disipul aventachat del nostre amic Codoñer per el treball publicat vora el public chustisier como es un cuento acabat pa lo qu’un chiquet pot fer
De todos estos señores yo no se si conocería a alguno ya muy mayor, pero lo que sí se es que en todas las TERRETAS mientras ellos vivían escribían cosas muy bonitas. Eran todos unos poetas. Por circunstancias familiares a quien conocí en los últimos años de su vida fue a D. Ramón Codoñer Pons y su señora, Dña. Carmen Merino. Pasé con ellos algunos veranos en el chalet de su hijo, D. Vicente López Merino. Me encantaba que me contase cosas de Massanassa en sus años de juventut.
D. Ramón Codoñer nació en Massanassa en 1896. Hijo de huertanos, ingresó en la escuela pública de un maestro llamado Hidalgo de apellido, el cual pronto observó las dotes intelectuales del niño. A los 14 años ingresó en la escuela de Magisterio de Valencia. Fueron tres chicos de Massanassa los que diariamente iban juntos para asistir a clase. Terminó brillantemente en 1914 a los 18 años, pero tardó 5 años en prepararse unas oposiciones con destino nacional. Estaban así las cosas en España. Hasta entonces ayudaba a su familia dando clases particulares y ayudando a su padre, delicado de salud, en las tareas del campo.
Por aquel entonces le había llegado la vena poética, sobre todo en su lengua vernácula, que siempre mantuvo en sus poesías.
Aprobadas las oposiciones eligió plaza en Cheste donde estuvo muchos años de maestro. Contrajo matrimonio con una joven masanasera, Pepita Nácher Penella, la cual falleció a los 18 meses de casados.
En el año 1935 se casó con 39 años con Dña. Carmen Merino, viuda de un amigo y compañero de profesión. También ella era de la misma profesión y compañera. Dña. Carmen llevaba dos niños y con D. Ramón tuvo una hija. Fue un padre ejemplar para los tres, que resultaron ser brillantes en las profesiones escogidas:
D. Vicente López Merino: Cardilogía
D. Francisco López Merino: Derecho
Dña. Carmen Codoñer Merino: Licenciada y Doctorada en las Universidades de Valencia y Salamanca En 1972 se le hizo un homenaje de gratitud en Cheste por la enseñanza y formación recibidas. También en Cheste hay una calle dedicada a D. Ramón Codoñer Pons. En 1975 el homenaje se le hizo en Massanassa, como pionero de la revista la Terreta. Una servidora guarda un buen recuerdo de D. Ramón y Dña. Carmen, y a todos estos señores fundadores de la Terreta siempre les agradeceré el haberla sacado a la calle, pues aunque no viva yo en Massanassa y lleve 48 años en Albal, la espero estos días con ilusión. Todos estos datos son reales, abreviados para no ocupar mucho, y cedidos por su nieta Ana López-Merino.
No puedo dejar de nombrar a otras personas, de las que siempre me gustó leer los escritos, como D. Juan Romeu Cuallado, Comandante médico, D. Juan Ródenes, D. Bernabé, D. Segundino, José Ramón Campos…
Quien conserve todas las TERRETAS hasta los años 50 puede comprobar sus propagandas tan poéticas