reportaje
Libertad en estado puro Más que un deporte, es una filosofía de vida. Genera admiración entre quienes lo ven y emoción entre quienes lo practican. El freestyle es la disciplina rebelde del esquí. Ambas comparten el mismo espacio, la nieve, pero sólo eso. Sus adeptos lo tienen claro, no puedes pensar en si puedes o no hacerlo, sólo tienes que sentirlo. Henri Barbusse dijo una vez, “es intentando lo imposible como se realiza lo posible”, y esa podría ser la pauta a seguir como aficionados al freestyle. No hace falta ser un rider como Simont Dumont, pero, dentro de tus limitaciones, nunca dejes de intentarlo. El objetivo, lograr sensaciones al límite.
¿Velocidad en las bajadas? No especialmente. ¿Recorrido impuesto? Por descontado que no. ¿Libertad de acciones y movimientos? Absoluta. A eso le añadimos algo de riesgo, plasticidad y una gran dosis de adrenalina, y tenemos como resultado el freestyle, el deporte de nieve de moda en las pistas de esquí, nacionales e internacionales.
“¿Velocidad en las bajadas? No especialmente. ¿Recorrido impuesto? Por descontado que no. ¿Libertad de acciones y movimientos? Absoluta”
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Los saltos, acrobacias y demás figuras en el aire tienen cada vez más seguidores en esta disciplina. En sus comienzos era terreno casi exclusivo de los snowboarders pero la progresiva incursión de los esquiadores ha conseguido que resulte cada vez más popular, y ya son muchas las estaciones que incorporan zonas específicamente creadas para la práctica de esta modalidad.