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Un año más

Es Viernes de Dolores y se nota… se nota en los nervios, en las ganas, la ilusión, se palpa en el ambiente. Que ganas de que llegue la tarde… Empiezan los preparativos de cara a ese precioso día que abre la Semana Santa. Ya huele a cera, a palma y a olivo en Santo Domingo, el señor de la Sagrada Entrada ya reluce en su paso y su bendita Madre de los Desamparados al igual llena ese vacío que había entre las bambalinas de su paso. Enfrente está él, pero de niño, ¡que niño más dulce! Qué cara de inocencia y alegría la que transmite, pues no cabe más grandeza en algo tan pequeño.

Llega la noche y los que serán los pies de las Sagradas Imágenes se reúnen para compartir una de las noches más especiales del año, y ellos lo saben. Muchas emociones son las que se viven ahí dentro en esa noche que cuando está llegando a su fin llega el principio de lo más esperado. Es Sábado de Pasión en Osuna y es entonces cuando huele a clavel, lilium y gladiolo fresco al alba por el templo. Los floristas son los encargados de poner olor y luz a los pasos, mientras todos los hermanos observamos todos los detalles, desde la capilla hasta el último rincón de la Iglesia. Horas más tarde todo está listo a falta del retranqueo del paso del Dulce Nombre de Jesús para comprobar que todo está bien y los costaleros estén igualmente bien y cómodos para portar a nuestro titular. Al acabar, todo está en su sitio, los pasos preparados, las insignias en su sitio, la iglesia limpia y preparada.

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Amanece un año más el día más esperado del año por todos los hermanos y devotos y sobre todo por todos esos niños del pueblo. Toca preparase para la misa de la palma, haciendo anteriormente la procesión de la palma hasta la Iglesia. Los nervios y la intranquilidad se apoderan de todos, empezando por ese Grupo Joven arriero como cariñosamente nos llamamos, pasando por la Junta de Gobierno y terminando por los más mayores de la hermandad, porque sé que, aunque se lleven a cuesta tantos y tantos Domingos de Ramos, los nervios cada año aparecen y ese ‘’algo’’ que te aparece por la barriga cuando llega este día. Transcurre la misa, pedimos y agradecemos al Señor hasta que termina la misa yendo en paz. Sólo pensamos en como irá la estación de penitencia después de un año cargado de trabajo, sufrimiento y sacrificios, mi gente sabe muy bien de lo que hablo… ¿a que sí?

Son las 16:00 horas. Ya se ve un barullo de los pintores, los costaleros del Dulce Nombre debido a la vestimenta y otros de sudadera blanca y pantalones negros quienes pertenecen a las cuadrillas del Señor y su Bendita Madre, todos esperando a que se abran las puertas de Santo Domingo. Una vez dentro, cada uno se va hacer sus propias costumbres de cada año, yo, voy a ver las 3 Sagradas Imágenes que me alimentan en alma. Los primeros costaleros empiezan a fajarse, a darse ánimos y a desearse suerte hasta que llega la reunión de las 3 cuadrillas a cargo de nuestro Hermano Mayor. Terminado todo esto, es cuando los diputados de tramos organizan sus tramos y el reparto de insignias.

Ya suena como llega la banda en ordinario, lo que hace que estemos más nervioso porque es síntoma de que esto ya está aquí. Los costaleros del Dulce Nombre son los primeros en abrir los faldones para meterse bajo los palos, la gente ya empieza a guardar silencio cuando suenan los tres primeros golpes de llamador de la Semana Santa ursaonense. La primera levantá, por la Hermandad del Dulce Nombre y por sus cuadrillas, para que después de todo un año, tengan una gran estación de penitencia. Ya se abren las puertas de la gloria cuando sale la Cruz de Guía delante de esa fila de niños que acompañan. El paso del Dulce Nombre ya se va acercando a la puerta cuando se arría bajo el dintel de la puerta. Llega la segunda levantá y todos se preparan para una de las salidas más complicadas. ‘’ A gatas’’, estos benditos costaleros van de frente hasta que suena el Himno Nacional. Desde el suelo y fuerte pa’rriba se manda. ¡Duro con él valiente! Un año más estamos en la calle. Un año más se llena de alegría las calles de Osuna. Un año más todos los niños se acercan a la borriquita. Un año más Nuestra Señora de los Desamparados va tras su hijo sin que le falte consuelo. Un año más.

Luis Enrique Ruiz Carreño

Capataz del Dulce Nombre de Jesús

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