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Ocho reflexiones cuaresmales

Foto: Alberto Rodríguez

Tras la celebración del miércoles de ceniza que nos recuerda que: “del polvo venimos y al polvo retornaremos”, es cita ya consolidada la noche del primer viernes de cuaresma, cuando los muros de nuestra insigne Iglesia Colegial reabren los poros de los sillares para que se introduzca la “palabra” y nos permita nuevamente encontrarnos con Dios misericordioso.

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En aquel pequeño rincón de su capilla, donde el amor y la misericordia está presente los trecientos sesenta y cinco días del año, nos espera desde hace ya ocho años, para abrigarnos en la intimidad y “reflexionemos” sobre los cimientos de nuestra Fe.

La reflexión cuaresmal organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Piedad, ha sido uno de los actos más certeros que esta Cofradía haya podido instituir, motivo por el cual perdura en el tiempo.

Su realización y dicción viene desde el principio encomendada a hermanos de nuestra Cofradía, bien sea por la experiencia de vida que dentro de nuestra corporación han compartido con gratuidad infinita hacía los demás, bien quienes por su particular vinculación con la historia, el arte o el don de la oratoria y la escritura, los ofrecen como medios para que todos podamos rezar ; o bien, con el fin de reconocer el trabajo y dedicación en crear hermandad de tantos otros hermanos; aceptando todos ellos el ofrecimiento de gozar del premio de rezar plantado a los pies de Cristo mirando de frente las pupilas dilatadas de quien nos da la vida a pesar de yacer clavado en la Cruz.

La elección del ponente ha sido anualmente asumida por la Junta de Gobierno de esta Cofradía reunida en Cabildo y previa invocación del “Espíritu Santo”- como en toda decisión- quien inspire la encomienda al hermano que nos facilitará un momento de encuentro con Cristo, desde aquello que el corazón le haya impulsado a expresar en el momento que queda en penumbra la capilla del Cristo de la Misericordia.

Durante sus ocho ediciones, hemos podido disfrutar de hermosos textos, comenzando por la de nuestro hermano D. José Ruiz Garrido en el año 2012, que nos permitió descubrir más sobre “El Dolor Redentor de la Cruz”; vencimos las tentaciones del mundo de hoy a través de las tentaciones de Cristo, con las palabras de D. Jerónimo Checa Arregui, quien apoyado en nuestra particular forma de realizar estación de penitencia de esta Cofradía buscaba “Vivir el día de la Cruz de Cristo”; hemos redescubierto, desglosando cada vocablo, la advocación de nuestro sagrado titular ”MISERICORDIA”, desde el texto de Dª Beatriz Cuevas Sarria; la pluma del maestro D. Eloy Reina Sierra, nos permitió reflexionar sobre la inamovilidad de la doctrina que Jesucristo dejó sentada veintiún siglos atrás, aunque los demás reyes y héroes de la tierra si hayan pasado; fue D. Ramón Valdivia quien nos permitió descubrir tres palabras más allá de su vulgar significado “Silencio, Inocente y Misericordia”; con nuestro añorado D. Manuel Galindo García, descubrimos que el amor y el perdón se vive en familia; y por último el pasado año, D. José Jiménez Núñez nos deleitó de un realismo puro en el seguimiento de la cruz de Cristo.

Ocho reflexiones, ocho enciclopedias vivientes donde se ha hecho presente la misericordia de Dios, ocho corazones abiertos como los brazos del que pende en la cruz. Y es que el ocho es el número bíblico que representa la abundancia y abundante ha sido la generosidad de estos hermanos que demuestran que esta reflexión cuaresmal tiene cada año mucho por descubrir.

JUNTA DE GOBIERNO

Foto: Paco Segovia Foto: Paco Segovia

Por las esquinas del Carmen cuándo la tarde se pierde, despojado de sus ropas, tú que eres el rey de reyes apareces humillado como un triunfo de la plebe. Hay lejanía en tus ojos y un cargamento de muerte va amurallando tu sino con mezquinos intereses. ¡Cristo juzgado y cautivo, Señor humilde y paciente, aquí clavel, allí lirio, primavera que floreces

todos los días del año siempre con las ramas verdes! No hay alivio que rebaje la candela de tu frente, ni voz antigua que diga “miradlo por dónde viene”. Sólo hay horas superpuestas y farolas que se encienden a tu paso, enamoradas, entre el gentío que crece. Por las sendas de la noche por verte, Señor, por verte, en los cantillos del Carmen se arremolina la gente. Y es la Soledad bendita Entre todas las mujeres, La que amortigua tu sed Con el amor de su fuente.

Foto: Jesús Povea Pozo

Eloy Reina Sierra

Pregón de la Semana Santa de Osuna de 1985

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