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Actos en torno a los 800 años de la Orden Mercedaria
Alo largo de 2018 se han ido desarrollando diversas iniciativas con motivo del año jubilar que celebra la orden de la Merced por sus ochocientos años, siendo el cenobio de las mercedarias descalzas de Osuna designado como “Templo Jubilar Mercedario”. Por este motivo, la hermandad servita de Nuestra Madre y Señora de los Dolores peregrinó al citado templo el pasado 7 de mayo y, el 30 de septiembre, la parroquia de la Asunción, sus hermandades y otros grupos parroquiales para ganar indulgencia.
Al hilo de esta efeméride histórica, por la estrecha vinculación de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído con la orden de la Merced, fue invitada a participar en la exposición titulada “800 años de la Merced. Una mirada a su patrimonio”, organizada por la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de El Viso del Alcor. Durante el mes de octubre, estuvo expuesto en el centro cultural de la citada localidad el espléndido estandarte corporativo, diseñado por Ignacio Mejías Tizón y bordado por las monjas concepcionistas en 1920. También se expuso una pequeña pintura que representa a fray Antonio de San Pedro, una obra del siglo XVII del monasterio de las Descalzas. Este hermano lego residió en el desaparecido convento de la Merced de Osuna y alcanzó gran popularidad por dedicarse al servicio de los pobres, encarcelados y prostitutas, a las que fundó una casa. Nuestra hermandad de Jesús Caído continuó la celebración de los ochocientos años de la orden mercedaria con un par de conferencias, en noviembre de 2018, tituladas “Jesús Caído. Origen, iconografía y mixtificación”, a cargo del hermano e historiador don Francisco Javier Rodríguez Jiménez y “La orden mercedaria en Osuna” por la doctora doña María Teresa Ruiz Barrera.
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La misa de clausura del año jubilar se celebró en la fría mañana del 12 de enero, en la que los fieles de las monjas descalzas coparon su templo ante la presencia del Arzobispo de Sevilla, Monseñor Asenjo Pelegrina, junto al clero local y frailes mercedarios. Sor Olivia de Jesús, comendadora, hacía balance de “un año muy lindo, que nos ha permitido profundizar y querer más nuestro carisma. Desde nuestro claustro hemos rezado por las necesidades del mundo y hemos recibido la satisfacción de la gente que nos llama para pedir oraciones y dar gracias porque se resolvió su problema. También algunos jóvenes se han interesado por nuestro testimonio”.