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Restauración de la imagen de Nuestra Señora del Rosario • Restauración de la antigua peana procesional
Aspecto de la mano de la Virgen antes y después de la restauración
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La sagrada imagen de Nuestra Señora del Rosario es la titular de la antigua Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, fusionada posteriormente con la Hermandad de San Sebastián de los Ballesteros. La imagen original fue sustituida por la actual en algún momento de finales del s. XVIII o principios del XIX1, siendo desconocidas su datación y autoría.
La obra se encontraba en un relativo buen estado de conservación atendiendo a su estabilidad estructural, sin embargo el envejecimiento paulatino de los materiales que la conforman, así como su propio uso devocional, habían propiciado en la obra la erosión y pérdida de elementos y de pequeños fragmentos además de la aparición de diversas patologías como arañazos, fracturas, abrasión o aparición de grietas.
En primer lugar hay que destacar, la gran cantidad de capas de barniz, adhesivos y repintes que presentaban ambas imágenes, así como acumulación de suciedad superficial adherida sobre la película pictórica. Esta patología estética distorsionaba la intencionalidad pictórica y cromática otorgada por el artista, desvirtuando de forma acusada la estética de las imágenes.
Por otro lado, se evidenciaba como el soporte lígneo había sufrido episodios de hinchazón y merma por los continuos cambios de temperatura y humedad. Este tipo de movimientos de la madera se pueden observar por el gran número de
Detalle de la reconstrucción del ojo
1.- SANTOS MÁRQUEZ. ANTONIO: “Una insignia de Cofradía en el joyero de la Virgen del Rosario”, XVII Simposio sobre hermandades de Sevilla y su provincia. Fundación Cruzcampo,
Sevilla 2016 pp.85-116
grietas, fisuras y crestas que se observaban sobre la policromía. Además, este tipo de cambios termo-higrométricos hay que tener en cuenta que también afectan a los pigmentos, aglutinantes y resinas, produciendo en ellos una pérdida de sus propiedades elásticas y de cohesión, así como una modificación colorimétrica.
Otro de los principales factores de deterioro fue su uso litúrgico. Es decir, arañazos, erosiones y un gran número de micro pérdidas en la zona del pecho y cabello. Del mismo modo las manos presentaban una erosión mucho más acentuada que el resto, ya que en algunas lagunas se podía observar la madera vista.
También hay que destacar que uno de los ojos de vidrio de la Virgen se encontraba fracturado en su parte superior así como la desaparición por completo de las pestañas.
Atendiendo a las patologías citadas anteriormente, en primer lugar se llevaron a cabo toda una serie de pruebas de solubilidad sobre diferentes zonas de la obra. Una vez hecho esto se comenzó con la consolidación de zonas con peligro de pérdida, seguido de un proceso de limpieza fisico-química mediante un sistema inocuo y gelificado, con el que evitar la penetración de los disolventes y la consiguiente pérdida de propiedades del estrato pictórico.
Simultáneamente a la limpieza, se llevó a cabo la eliminación de diferentes repintes, y así comenzaron a aparecer las tonalidades rojizas originales.
Antes de realizar el proceso de estucado se procedió a la extracción de los clavos originales, y añadidos situados en la zona inferior de los hombros. Por otro lado, se realizó un enchuletado y enmasillado de las diferentes grietas que había en ambas obras.
En cuanto a la estructura central de la imagen o candelero, se le realizaron diversas intervenciones, como la eliminación de grapas y tejidos antiguos, así como una limpieza y saneamiento de la madera y adhesión de piezas en mal estado.
Para la reconstrucción del ojo y el cambio del sistema de movilidad de brazos se estableció la metodología de máximo respeto hacia el original evitando, en la medida de lo posible, la adición de material nuevo o la eliminación del ya existente. Por tanto, se reconstruyó el ojo de manera minuciosa usando para ello los mismos fragmentos que se habían fracturado, así como restos encontrados en la cuenca del ojo, y rellenado con masilla las lagunas. Finalmente el brillo se ajustó con diferentes resinas. Se realizaron unas pestañas acordes a los restos de las pestañas originales encontradas en la obra y se adhirieron ajustándolas a su rostro.
Comparativa del estado del estado de restauración de las esculturas antes y después de la intervención
Por último, el conjunto de la imagen se barnizó mediante pulverización con el objetivo de unificar la policromía original de las zonas reintegradas, dotando a la imagen de uniformidad tonal y de brillo.
Tras su intervención, la obra se repuso al culto en el mes de octubre del pasado año y procesionó por las calles de Osuna, hecho que, según testimonios de los más mayores, no tenía lugar desde los años cuarenta del siglo XX.
Cristina L. Pérez García y Adrián Robles Andreu2 Conservadores-Restauradores de Bienes Culturales
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