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El deseo de iluminar tus pasos
El próximo mes de marzo se cumplirán ocho años de la bendición de una de las joyas artísticas que disfrutan todos los ursaonenses cada Semana Santa de Osuna, el paso del Santo Cristo de la Paz. En la cuaresma de 2003, el tallista sevillano Manuel Guzmán Fernández llega a nuestra localidad gracias al encargo por parte de una humilde, en lo que el aspecto económico se refiere, Hermandad de la Pax que con su sevillano paso de palio venía a engrandecer aún más su propio patrimonio y el de toda Osuna. Esa humildad se traduce en largos años de espera para poder ver hecho realidad el maravilloso diseño presentado por el artista sevillano, que al igual que su padre, comienza sus obras en su exquisito dibujo y estudio de los pasos convirtiéndose en un verdadero “arquitecto de la madera”.
Guzmán Fernández, sucesor de quien marcara un antes y un después en lo que a la talla se refiere, el reconocido Manuel Guzmán Bejarano, se involucró de tal manera que aún en años de crisis se mantiene el compromiso de ambos, de tallista y Hermandad, para llevar a cabo un proyecto de tal envergadura. De esa forma, en la cuaresma de 2012, se bendice esta obra de arte que llegaba a tal perfección en su lenguaje barroco que algunos decían tener “encajes de madera” para referirse a sus respiraderos.
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Tan ingente fue el esfuerzo de tres juntas de gobierno encabezadas por Concepción García de Castro, José Torrejón Real y Francisco J. Gracia Ferrete para hacer frente a la deuda contraída que tras ello fue necesario un descanso. La corporación necesitaba tomar aire fresco con otros proyectos como la adquisición de la casa Hermandad o la celebración de efemérides como el centenario de la venida de María Santísima del Mayor Dolor que recordaremos eternamente por la estampa de un Stabat Mater único, precisamente teniendo este paso como el mejor de los escenarios.
La actual junta de gobierno consideró que el descanso había sido suficiente y que los proyectos no podían eternizarse en el tiempo para crear nuevas ilusiones en los hermanos y devotos. Por ello, aprueba en cabildo general, retomar el proyecto del paso partiendo de varias premisas: respeto a la obra realizada, coherencia con las posibilidades reales de la Hermandad y respaldo de los hermanos en este proyecto. Por esta razón, se decide con humildad y sentido común, lidiar con un proyecto ambicioso pero alcanzable como es el dorado de sus seis candelabros, seis, compuesto por cuatro candelabros de esquinas de nueve luces (lo general son siete) y dos centrales de cinco luces para iluminar a la imagen del Santo Cristo de la Paz.
Sin miedo a tal envite, porque la muleta no la portamos nosotros sino el que pende de la cruz, la labor es encomendada con el seguimiento y asesoramiento de Manuel Guzmán, al taller de Carlos y Miguel doradores ubicados en la localidad sevillana de Cantillana. Doradores que desde el primer momento demostraron una enorme ilusión y responsabilidad ante la portentosa obra barroca que se introducía en su taller y que con gran esmero han sabido poner en valor y engrandecerla aún más si cabe a través de un cuidado picado y de un exquisito acabado en su juego de contrastes entre mates y brillos.
Somos conscientes que este deseo iniciado la pasada cuaresma y que verá la luz (D.m.) en los próximos cultos cuaresmales tras ocho meses de ejecución, no podría haber sido posible sin la colaboración de aquellos que han creído nuevamente en este proyecto y sobre todo a la intercesión del Santo Cristo de la Paz y de su madre María Santísima del Mayor Dolor, que han velado por nuestras decisiones y han iluminado nuestros pasos. Ahora toca iluminar como se merecen, los suyos. Que ELLOS nos bendigan siempre.
La junta de gobierno
“Sigamos entregando Pax”