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Entrevista al pregonero de la Semana Santa de Osuna 2020

Foto: Clara Domínguez

Francisco Gutiérrez Rebollar

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Es un tipo sereno que fija su mirada invariablemente durante la conversación en los ojos del otro interlocutor. De apariencia tranquila, Francisco Gutiérrez Rebollar se desvive por su familia, y viceversa. Casado y padre de dos hijas, fue hermano mayor en funciones durante dos años de la Hermandad de Nuestra Señora de Consolación y perteneció también a la junta de gobierno de la Hermandad de la Pax.

No es principiante situándose tras un atril. En 1991 se convirtió en el primer costalero que pregonó las Fiestas Patronales, siendo la Virgen de Consolación el centro y eje de numerosas letras compuestas por él.

Ha amarrado sus almohadillas bajo su paso durante más de 25 años y también ha rezado, gozado y sufrido bajo las trabajaderas de la Virgen del Mayor Dolor y una vez bajo el Santo Cristo de la Paz en el Stabat Mater extraordinario, así como de la Sagrada Entrada en Jersusalén. Este año será el encargado de exaltar nuestra Semana Mayor el día 29 de marzo en el templo mayor de Osuna.

¿Pesa mucho el saberse anunciado para pregonar nuestra Semana Santa desde la Colegiata?

Bastante. Es un acto de mucha responsabilidad pregonar la Semana Santa de nuestro pueblo y, aún más, hacerlo en la Colegiata.

¿Qué tendrá mayor relevancia en tu disertación: el mensaje o la forma?

Fundamentalmente el mensaje. Lo que significa nuestra Semana Santa y la fe en nuestro Dios.

¿Qué pregones te han marcado?

Me han marcado muchos. El primer pregón, el de Juan Camúñez en Consolación; los de Eloy Reina, Carlos González, Juan María del Pino y Álvaro Reina; el del Rocío de Juan Campos y María Gallardo; y los de Antonio Cuevas y Leo de nuestra Patrona.

¿Estás percibiendo el calor del pueblo, de las hermandades, de los vecinos?

Estoy recibiendo muchas muestras de cariño de personas relacionadas con las hermandades, pero también de particulares. Y también de personas que no conozco y de otras con las que no he tenido nunca una relación cercana.

¿Por qué has querido que sea José Manuel Torres quien te presente?

No es quien mejor me conozca, pero tengo un débito con un niño que, en un momento determinado de mi vida, fue quien me hizo tirar hacia adelante tanto en las hermandades como en mi creencia en Dios y ese niño era José Manuel.

¿Piensas en algún momento cómo será este Domingo de Pasión?

La verdad es que no. Tengo los miedos lógicos, pero creo que será un día maravilloso, sobre todo, para mi corazón.

¿Qué siente tu familia en estos días previos?

Mis tres mujeres (esposa y dos hijas) están locas de contentas. Son las que están escuchando las piezas del puzle que voy formando. Y mi hermano está orgulloso del paso que di aceptando este encargo de tanta responsabilidad dándome muestras de cariño.

¿Qué echas en falta de la Semana Santa de tu niñez o de tu adolescencia?

La visión de más interiorismo, de una Semana Santa más de pueblo, sin mirar afuera. Aunque mirando más allá, nos enriquecemos. Pero por enriquecernos hemos perdido el encanto de numerosos detalles como el encuentro de mi hermandad de la Pax con la Quinta Angustia y la pérdida de las saetas de la gente del pueblo a pie de acera. Yo recuerdo que a mi Virgen del Mayor Dolor había años que le cantaban 40 y 50 saetas

Fuiste el primer costalero en pregonar las glorias de nuestra Patrona. ¿Tendrán en tu pregón un lugar preferente los costaleros?

Aparte de que sigo siendo costalero, es lo que he vivido; de nazareno he vivido poco. Y la Patrona también tendrá por supuesto su momento.

Foto: Clara Domínguez

¿En qué momento de tu vida te llega esta experiencia?

De serenidad y tranquilidad. Tras pasar ciertos años de avatares y dureza, me llega en un momento interior de serenidad.

Echarás de menos a mucha gente que ya habita en lugares más privilegiados.

Bastante. Los echaré y los recordaré.

Arcadio Torres

Foto: Clara Domínguez

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