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En la sala de espera con

“Somos las manos y piernas de ayuda del personal de Enfermería. Igual estamos en planta de Hospitalización que en Urgencias, quirófano, farmacia, lavandería, etc. Donde nos llaman, allí acudimos”

JOSE MARÍA TOLEDO BELINCHÓN, CELADOR DEL

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HOSPITAL RECOLETAS DE CUENCA

Jose María lleva trabajando en el Hospital Recoletas de Cuenca desde el año 1992. Empezó su trayectoria en el hospital como ayudante cuando aún estaba en obras. Cuando se terminó de construir, y dado que poseía el título de Técnico Sanitario, le llamaron para una entrevista desde la Dirección del Hospital, la pasó, y desde entonces es trabajador del centro.

1. ¿Cuánto tiempo llevas como celador del Hospital Recoletas Cuenca?

Desde que se abrió el Hospital en el 1994. Es decir, 25 años.

2. ¿Cuáles son tus principales funciones?

Las funciones de celador dependen mucho del turno de trabajo, de mañana o de tarde. En planta, por la mañana, principalmente ayudo/apoyo a las auxiliares de Enfermería en el aseo de los pacientes, a levantarles, y ayudo a los que necesiten apoyo para caminar o pasear, y un ratito antes de comer les volvemos a acostar.

Les llevamos también en caso de que haya que subirles a alguna consulta o bien al Servicio de Radiología, en caso de que tengan que hacerles alguna prueba especial que no se pueda realizar en la habitación.

En Urgencias, acompañamos a familiares y a pacientes en los traslados internos de los mismos también para la realización de alguna prueba. En el caso de quirófano, somos los que bajamos y subimos a los pacientes, además de colocarlos en las camillas quirúrgicas. Además, nos encargamos del montaje de equipos de mesa especiales y ayudamos a auxiliares y enfermeras cuando lo necesitan.

3. ¿En qué zona del hospital desempeñáis vuestra labor y cómo os localizan cuando requieren vuestra atención?

Estamos por todo el hospital, somos las manos y piernas de ayuda del personal de Enfermería. Igual estamos en planta de Hospitalización que en Urgencias, quirófano, Farmacia, lavandería, etc. Donde nos llaman, allí acudimos.

4. ¿Qué es lo que más valoras de tu trabajo?

Sentirme útil, ayudar a pacientes y compañeros que me necesitan es lo más reconfortante para mí.

5. ¿Qué cualidades debe de tener un celador? ¿Recibís algún tipo de curso o formación complementaria, por ejemplo, técnicas de movilización de pacientes?

Las cualidades más importantes que ha de tener un celador son responsabilidad, amabilidad, discreción, compañerismo, formación y fuerza física.

En mi caso, he realizado varios cursos de conocimientos básicos y funciones del celador, movilización de pacientes, el celador en distintos ámbitos sanitarios: primeros auxilios, soporte vital básico, etc.

6. Trabajáis de forma coordinada con otros departamentos del hospital?

Si, es básico y fundamental trabajar así. Trabajamos con el personal de quirófano, planta, rehabilitación, consultas, Admisión, farmacia... Siempre que nos solicitan nuestra asistencia y ayuda desde cualquier departamento ahí estamos, dispuestos a todo.

“En el hospital se están llevando a cabo varias mejoras en colaboración con otros Servicios que facilitan nuestra labor, contribuyendo a reducir el tiempo de espera y a aumentar nuestra presencia en unidades más críticas”

ALFONSO JESÚS VÁZQUEZ RECHE, CELADOR DEL

HOSPITAL RECOLETAS CAMPO GRANDE

Alfonso Jesús comenzó su andadura en el año 2001 en el Hospital Recoletas Felipe II, realizando una sustitución de vacaciones de verano. Inicialmente tenía contrato por unos meses pero acabó haciéndose un hueco en la plantilla del centro. Más tarde le trasladaron al Hospital Recoletas Campo Grande hasta el día de hoy. En este tiempo, ha visto cómo ha crecido, tanto Recoletas como grupo hospitalario, como él a nivel personal y profesional.

1. ¿Cuáles son tus principales funciones?

Mis funciones son muchas y muy variadas, ya que realmente somos parte de todos los servicios. Acompañamos a pacientes a diferentes pruebas, damos apoyo en traslados de ambulancias que llegan al servicio de Urgencias, movilizamos en servicios como UVI, planta de hospitalización, y por supuesto en quirófano. Las movilizaciones y traslados de pacientes es algo que nos ocupa mucho tiempo por el especial cuidado que hay que poner en ellos, a veces los pacientes tienen fracturas, están en postoperatorios delicados y en las unidades más especiales están con intubaciones y diversos aparatos que hacen que muchas veces necesitemos el apoyo de compañeros de la unidad y más celadores. Pero esto no son solo nuestras funciones sino que además somos personal de apoyo en farmacia, laboratorio, Oncología Médica y Radioterápica, consultas externas… Somos parte imprescindible del hospital.

2. ¿En qué zona del hospital desempeñáis vuestra labor y cómo os localizan cuando requieren vuestra atención?

Nos movemos por todo el hospital, al final somos una ficha clave a la hora de traslados y movilizaciones. Uno de los celadores se encuentra siempre en el área de quirófano. Allí se prepara al paciente antes de la intervención (asepsia, preparación del paciente en la mesa de quirófano, y en algunas ocasiones para movilizaciones de material y de pacientes si necesitan cambios posturales en la cirugía). Otro celador se encuentra dando apoyo al resto de unidades como UVI, Urgencias, hospitalización, Oncología, consultas externas… Siempre llevamos un busca para que ante cualquier necesidad que surja en otros servicios puedan localizarnos en el momento, con la finalidad de que si algo es urgente podamos presentarnos allí en el menor tiempo posible.

3. ¿Qué es lo que más valoras de tu trabajo?

Son muchas las cosas que valoro del trabajo que desempeñamos, el sentirme una parte fundamental de este hospital, el trato directo con el paciente, el intentar fomentar la comodidad de ellos… En definitiva, ayudarles es algo que me hace sentir mucho más humano. Es muy gratificante poder sentirte reconfortado al ver pacientes que en su momento tenían un alto grado de gravedad y les ves volver a casa con sus familias. El trato con los compañeros es muy importante también (médicos, enfermeras, auxiliares, técnico de rayos y laboratorio, servició de limpieza…). Todos formamos una familia, es algo de vocación y en muchas ocasiones se nos hace difícil, ya que existen fechas señaladas donde dejamos a los nuestros y lo pasamos prestando asistencia a pacientes que lo necesitan. Somos una gran familia, porque es en esos momentos donde nos apoyamos entre nosotros, incluso en algunas ocasiones también las familias buscan nuestro apoyo y atención y al final alguien con quien hablar y desahogarse un rato. Por todo ello es reconfortante, es una realización personal y profesional.

4. ¿Qué cualidades debe de tener un celador? ¿Recibís algún tipo de curso o formación complementaria, por ejemplo, técnicas de movilización de pacientes?

En primera instancia, las competencias que tiene que tener un celador son conocimientos sobre movilización de pacientes, traslado de pacientes encamados… y por supuesto, un trato cercano y afable con el paciente contribuyendo a hacer la estancia lo más agradable posible. En cuanto a la formación, todos los años por parte del Servicio de Prevención nos imparten formación para conseguir el mejor desempeño en nuestro trabajo diario. Y por supuesto, son aconsejables los cursos de reciclaje, ya que en algunas ocasiones no somos conscientes a la hora de movilizar a un paciente de que quienes no estamos en la postura adecuada somos nosotros (al final buscas el confort de la persona y no el tuyo), y así contribuir a disminuir las pequeñas lesiones que en algunos casos sufrimos.

5. ¿Trabajáis de forma coordinada con otros departamentos del hospital?

Trabajamos así siempre entre nosotros. En algunas ocasiones es difícil coordinar otros departamentos del hospital por la demanda que tenemos en quirófano por ejemplo, o en la UVI. Dedicamos mucho tiempo a unidades que precisan de nuestra presencia y a veces demoramos cosas que son menos prioritarias, que no por ello menos importantes (como material de farmacia no urgente o recoger pruebas que pueden esperar unos minutos más…). A quien no hacemos esperar nunca es al paciente.

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