la música de las ciudades
LAS CIUDADES DE LA MÚSICA
Andar por las calles de una ciudad romana tenía que ser una experiencia auditiva muy distinta a aquella a la que estamos acostumbrados hoy: muchas voces, muchos niños, animales, los sonidos de los artesanos, de los «discos», que eran un tipo de platos sonoros situados cerca de los cruces de las calles y que los carros cuando pasaban hacían sonar para avisar de que tenían que pasar . Muy a menudo, pero, también se oía música de alguien que tocaba un instrumento . Parece obvio, pero probad de contar las veces del día en que oís la radio, en los restaurantes, en las tiendas, etc ., una música de fondo que nadie toca . En la antigüedad, sin embargo, en cualquier ciudad, incluso Roma, si querías música, había alguien que la tocara . Una de las ocasiones en las que esto ocurría más a menudo era cuando se celebraba cualquier tipo de ceremonia pública . Estas ceremonias iban siempre acompañadas de un mínimo de un tibicen, sin el cual no podían tener lugar . Para entender la importancia que ha tenido la música desde la Roma republicana, tenemos la suerte de poder leer un episodio escrito por Tito Livio que relata la que fue quizás una de las primeras huelgas conocidas de la historia, que tuvo lugar el 311 a . C .:
DE MUSICA Ludi Scaenici (Italia)
«Los tibicines, al no tolerar que los últimos censores les prohibieran comer en el santuario de Júpiter, una tradición de antigua memoria, fueron todos juntos a Tívoli con tal de que en la ciudad no hubiera ningún preludio de los sacrificios . El aspecto religioso de este acontecimiento afectó tanto a los senadores que enviaron embajadores a Tívoli para intentar que estos hombres volvieran a Roma . Los de Tívoli, comprometidos con las promesas, los invitaron primero a la curia y los instaron a volver a Roma, pero, viendo que no podían convencerlos, los engañaron recurriendo a un artificio muy adecuado a la naturaleza de los músicos . Un día de fiesta, los prohombres invitaron a su casa a los músicos, y en el ambiente propio de un banquete con canciones y música, los emborracharon, lo que no fue difícil, pues los músicos suelen ser muy amantes del vino . Una vez que se quedaron dormidos, los cargaron en carros y los llevaron para Roma . Solo cuando los músicos despertaron con la luz del sol se dieron cuenta de que los habían dejado en medio del Foro . Los ciudadanos romanos que los rodearon los convencieron para quedarse en Roma y se les permitió, tres días al año, dar una vuelta por la ciudad tocando música festiva, lo cual se renueva anualmente . Además, a los músicos que participaban tocando en las ceremonias sagradas se les permitió el derecho de comer en el templo como era tradición .» Tito Livio dice «fueron todos juntos a Tívoli» porque formaban parte de una corporación, el collegium tiL AS L E C T U R AS
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