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HOLA, AMIGOS DEL OVAL
El Sin Bin más duro
Estás en mitad de un ruck. Otro más. Haciendo lo de siempre. Rodeado de compañeros y rivales. Tratando de pescar, limpiar, recibes una embestida, lo estás disfrutando… da lo mismo. El árbitro viene hacia ti y te muestra amarilla. No lo entiendes, pero lo asumes. Es la máxima, al ‘jefe’ del partido no se le protesta. Nunca. Con la cabeza baja llegas a la silla de plástico y con la parca sobre tus hombros comienza el particular ‘Sin Bin’. Ojala fuera así de simple, 10 minutos y de nuevo al campo. Ojalá que todo fuera tan fácil como un partido de rugby. Tiramos de metáfora oval para tratar de explicar cómo en vez de 10 minutos están siendo más de 10 meses de infierno. Y ya no es porque no nos dejen practicar este deporte, que también, es cómo el maldito coronavirus nos está rompiendo la vida. A muchos les ha arrebatado gente querida, a otros les ha dejado secuelas y, los más afortunados la pasaron sin problema o, aún mejor, han logrado esquivar (de momento) la enfermedad. Mientras llega la vacuna, esa transformación centradita y con bonus ofensivo con la que sueña cualquier jugador, toca seguir empujando entre todos.
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Nos toca asumirlo, no hay más. Toca ver partidos por la tele y maldecir como la COVID va aplazando encuentros, dejando jornadas cojas y mostrando como esto nos ha pillado tan de nuevas a todos, que según la competición que sigamos se dilucida de una u otra manera. Me duele especialmente por los más pequeños. Porque ellos, los críos, no terminan de entender qué está pasando, y además suelen ser los más disciplinados tanto en el campo como entre semana en el colegio. No entienden por qué no pueden jugar con sus compañeros en el patio, algo invisible se los prohíbe. Pero obedecen. Y cuando llegue el finde, tampoco podrán ir a la escuelita de rugby, a ver a sus amigos el sábado por la mañana y luego a animar al equipo de los mayores esa tarde o al día siguiente. La pesadilla continúa. Habrá quien se tome la competición deportiva demasiado a pecho, y es lógico que la gente sea competitiva, quiera ganar y más si hay contratos de por medio. Pero recordemos que si siempre se dijo que lo primero era la salud (y si no miren cómo funcionan los protocolos de conmoción), ahora más que nunca. El tercer tiempo debe esperar. El abrazo con el amigo en la grada o en el bar. Vivimos este particular Sin Bin, el más duro de nuestra vida. Y no podemos hacer
José A. Vera Presentador de Hablemos de Rugby
otra cosa, más que portarnos bien y llevar todo el cuidado posible. No se nos pide otra cosa.
Competiciones acortadas, otras directamente suspendidas. Y lo peor, que aunque todos sabemos que existe un calendario, debemos ser conscientes de que posiblemente no llegue a cumplirse o haya que atajar para poder cuadrar las fechas. Es lo que hay. Quizá para la 2021-22 la cosa cambie. Ahora toca achicar agua, defender sobre la línea de marca ese ruck que el virus trata de llevar a nuestra zona. Hay que placar sin mirar atrás. Si acaso al lado, pero para animar y secundar al compañero. Porque en esto, estamos juntos. Hemos visto como la Champions ha recortado jornadas, como en Francia la Liga va a salto de mata, en la Premier inglesa sí tenían protocolo… ¿Y la División de Honor? Pues ahí anda, renqueando para no perder demasiadas jornadas que luego haya que recuperar.
Llevad cuidado ahí fuera que el coronavirus no entiende de colores ni de edad. Tampoco es ajeno al rugby. Los protocolos no se crearon así porque sí. Mucho ánimo a todos y espero que pronto podamos volver a llenar las gradas de los campos y también los bares. Mientras tanto, toca verlo por la tele. ¡Ah! Y para los amantes del rugby internacional, os esperamos cada semana con nuestros programas en Hablemos de Rugby.