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TUSITALA
Coincidirán conmigo en que esta dichosa pandemia que nos ha condicionado hasta límites insospechados en líneas generales no ha dejado nada bueno. El rugby, pese a ser diferente para tantas cosas, no aguantó el envite mundial de la COVID-19 y primero nos paró, de manera abrupta e inesperada, y después modificó prácticamente todo.
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Dice el refranero español que a grandes males, grandes remedios y creo que esta expresión puede resumir perfectamente la reacción del rugby español ante la pandemia. Indudablemente “el bicho” es un gran mal, grandísimo, pero la reacción de la familia del rugby ha sido, como casi siempre, sobresaliente.
Durante los meses de confinamiento en todos los equipos florecieron voluntarios para ayudarse unos a otros o para sumar donde la comunidad más lo necesitaba. Una vez pudimos salir a la calle y las autoridades dictaron las nuevas reglas del juego todos los clubes trabajaron para volver a la práctica segura del ejercicio físico y ofrecer una válvula de escape a una situación tan comprometida.
Es verdad que aún queda mucho por andar hasta que todos podamos volver a competir, ya que por el momento sólo las competiciones nacionales se están disputando pero ahí, el rugby, también ha conseguido salir reforzado.
Lejos de tratar de mantener la misma División de Honor y Liga Iberdrola que conocíamos hasta ahora la Federación y los Clubes trabajaron para encontrar la opción con más probabilidades de éxito ante la temporada de mayor incertidumbre y, al menos para mí, dieron en el clavo.
Por recapitular, la Liga se disputa en formato de todos contra todos en la primera vuelta y, una vez concluida, los equipos de la mitad de arriba luchan por el campeonato y los de la mitad de abajo luchan por no descender.
Y el verdadero acierto, para darle emoción a cada partido del campeonato, es que sólo los resultados entre los equipos
Miguel Danés. Periodista
con los que compites en la segunda fase valen para ese tramo final de la Liga. Gracias a esta medida, que podría parecer nimia, cada partido tiene una importancia máxima dentro de la primera vuelta del campeonato ya que una victoria tiene una importancia doble y eso hace que la Liga gane en emoción.
Loable también es el esfuerzo que han hecho los clubes para acercar a sus aficionados, que no pueden acudir a los campos, los partidos a través de unas retransmisiones que cada vez son mejores. El rugby nunca me deja de sorprender y esta vez no podía ser menos. A grandes males, grandes remedios.