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Bajada en la fertilidad ¿y la transmisión venérea?

Cristina Baselga Julián1, Oihane Alzuguren Ramos2 y Laura Gracia López3

1Graduada en Veterinaria y MSc 2Licenciada en Veterinaria 3Licenciada en Veterinaria y MSc

Contacto con las autoras: Cristina Baselga, crbaselga@exopol.com; Oihane Alzuguren, o.alzuguren@gmail.com; Laura Gracia, lgracia@exopol.com

Resumen

Los problemas reproductivos provocan grandes pérdidas productivas y económicas cada año en el ganado bovino. Entre estos problemas, existe un amplio rango de causas que afectan tanto a hembras como a machos como son, por ejemplo, los agentes infecciosos de transmisión por vía venérea. Dentro de estos, se encuentran dos de vital importancia, Campylobacter fetus subespecie venerealis y Tritrichomonas foetus. Ambos patógenos suelen provocar infecciones subclínicas sin signos aparentes en los machos. Esta característica complica el diagnóstico de la bajada de fertilidad en las vacas y cursa con una infección permanente en los toros, los cuales quedan como portadores asintomáticos y mantienen la enfermedad en el rebaño. En el siguiente artículo se repasa la importancia de estos dos agentes, cómo tomar muestras adecuadas para un diagnóstico correcto, y los posibles tratamientos y medidas de control.

Palabras clave: Tritrichomonas foetus, Campylobacter fetus venerealis, infertilidad, enfermedad venérea

Summary

Fertility drop. And venereal transmission?

Reproductive problems cause great productive and economic losses every year in bovine cattle. Among these problems we find a wide range of causes that affect both females and males and in which are found infectious agents that are transmitted by venereal transmission. Among those it is found two of vital importance, Campylobacter fetus subspecies venerealis and Tritrichomonas foetus. Both pathogens usually cause subclinical infections without clinical signs in males. This characteristic complicates the diagnosis of low fertility in cows and leads to a permanent infection in bulls, which remain asymptomatic carriers and maintain the disease in the herd. In the following article it is reviewed the importance of these two agents, how to take adequate samples for a correct diagnosis and the possible treatments and control measures.

Keywords: Tritrichomonas foetus, Campylobacter fetus venerealis, infertility, venereal diseases

INTRODUCCIÓN

Los procesos reproductivos en el ganado bovino causan importantes pérdidas económicas, tanto por los costes directos (pérdida del ternero, costes de tratamiento, aumento de días no productivos, etc.), como por los costes indirectos (disminución de producciones). Los problemas reproductivos se dividen en dos grandes grupos dependiendo del momento de pérdida de la gestación. Por un lado, el de infertilidad que aparece cuando la vaca no queda gestante por un fallo en la cubrición o una pérdida embrionaria en los dos primeros meses de gestación y, por otro lado, el aborto que consiste en la expulsión del feto no viable cuando la gestación está más avanzada. Estas pérdidas de gestación pueden pasar desapercibidas especialmente en explotaciones con producción extensiva y en aquellas en las que no se realizan diagnósticos de gestación periódicos. Además, en muchas ocasiones, las enfermedades reproductivas se encuentran de forma endémica en las granjas, causando una bajada de fertilidad continuada que puede pasar desapercibida. Este hecho complica el diagnóstico, ya que esa subfertilidad se detecta tiempo después del momento de la aparición del problema o la enfermedad, dificultando por tanto la implantación de medidas correctoras y de mejora. Por ello, es esencial en el ganado de carne, donde se realice monta natural, realizar un control periódico de los animales del rebaño. Además, será importante valorar el estatus sanitario de los toros antes del periodo de cubrición.

AGENTES ETIOLÓGICOS CAUSANTES DE INFERTILIDAD

Ante un problema de infertilidad se debe realizar una anamnesis del problema en la explotación y valorar tanto un fallo reproductivo asociado a las hembras como a los machos. Esta infertilidad puede ser originada por un problema infeccioso o no infeccioso. Dentro de las causas no infecciosas se encuentran los trastornos genéticos, deficiencias nutricionales, o problemas relacionados con la estacionalidad, estrés o manejo. En cuanto a los agentes infecciosos, pueden causar pérdidas embrionarias tempranas si la vaca sufre la enfermedad en los primeros estadios de la gestación, siendo los principales BoHV-1 (Herpesvirus causante del IBR), BVD, Coxiella burnetii, Leptospira spp., Chlamydia abortus, Brucella abortus, Lengua Azul, Histophilus somni, Ureaplasma diversum, Besnoitia besnoiti, Tritrichomonas foetus y Campylobacter fetus venerealis8,10 . Los toros también pueden presentar fallo reproductivo. Entre las causas no infecciosas están las situaciones de estrés, principalmente estrés térmico que afecta a la espermiogénesis, o lesiones a nivel locomotor que impidan la monta. Por otro lado, las enfermedades infecciosas a tener en cuenta en el diferencial de los problemas en toros son Besnoitia besnoiti, BoHV-1 (IBR), Brucella abortus y bacterias pertenecientes a la familia Chlamydiaceae y Ureaplasma diversum, entre otros8, 9. El papel de este último como causante de infertilidad en vacuno está en entredicho, ya que está descrita su presencia como comensal en el tracto genital femenino, pero también su implicación como agente de transmisión venérea y causante de problemas reproductivos. Los patógenos que colonizan el tracto genital masculino y femenino pueden transmitirse a través de la cópula infectando a ambos sexos. Sin embargo, hay ciertos agentes que transcurren de forma subclínica y duradera sin manifestar nunca enfermedad en los toros, como son los causantes de la campylobacteriosis y la trichomoniasis. Estas dos enfermedades están causadas por Campylobacter fetus subespecie venerealis y Tritrichomonas foetus. La manifestación clínica de ambas se basa en un descenso de la producción generado por la pérdida reproductiva, bajada en el índice de concepción (desde cifras insignificantes hasta < 50 %), aumento de los días entre partos, extensión de la temporada de partos y menores ganancias de peso12. A todo ello se suman las pérdidas económicas asociadas al coste de reemplazo de toros positivos y la pérdida de potencial genético asociada al sacrificio.

Campilobacteriosis (Campylobacter fetus subespecie venerealis)

Campylobacter fetus subespecie venerealis es una bacteria que se asocia a infertilidad, muerte embrionaria temprana, y en menor medida a abortos, causando unas considerables pérdidas económicas2,4 . Campylobacter fetus subespecie fetus también se asocia a abortos tras su migración al aparato genital, aunque su prevalencia es menor. Esta especie está más adaptada al aparato digestivo11,12 y no suele estar asociada a signos clínicos en el bovino adulto2,11,12 . Dicha bacteria tiene tropismo por el sistema genital tanto masculino como femenino. No obstante, en los toros no suelen observarse síntomas importantes, actuando como reservorios de la enfermedad2,4,11,12 . La infección de los mismos ocurre tras la colonización del epitelio del prepucio y el pene, a nivel de la luz y las criptas, sin llegar al epitelio y subepitelio, lo que podría estar asociado a la falta de signos clínicos12. En cambio, sí está demostrada su capacidad de adhesión al esperma, causando alteraciones en el mismo y en la calidad del semen3,5 .

Su transmisión, de tipo venéreo, se produce sobre todo durante la monta natural, pudiendo llegar al 100 % de infección en caso de la cubrición de novillas con toros infectados10, aunque es posible su transmisión a través de la inseminación artificial con semen contaminado4,8,12. La transmisión entre las hembras es infrecuente, no obstante, puede darse cuando el equipo de inseminación actúa como fómite, permitiendo la transmisión de Campylobacter10 . Los signos clínicos que pueden encontrarse en las hembras pasan por moderada vaginitis, cervicitis, endometritis y salpingitis12,14. Tras 10 días de incubación, dicha bacteria puede encontrarse en el cuello uterino y vagina causando una infertilidad hasta 10 meses después del inicio del proceso14. Debido a la fuerte respuesta inmunitaria que ocurre en vacas y novillas, la infección crónica no es tan persistente como en toros. Sin embargo, en raras ocasiones, la bacteria es capaz de evadir la respuesta inmunitaria y mantenerse en el cuello uterino durante toda la gestación10 .

Trichomoniasis (Tritrichomonas foetus)

Al igual que Campylobacter, este parásito pasa desapercibido en toros, caracterizándose por causar infertilidad, aborto, muerte temprana del embrión o feto, maceración fetal, piometra y descargas vaginales en las hembras. Su transmisión es principalmente por monta natural, aunque también es posible el contagio mediante instrumental de inseminación o de exploración ginecológica contaminado, así como la presencia de material contaminado en pastos compartidos, donde el riesgo de exposición se ve aumentado7. Por estas razones, el aumento en la utilización de la inseminación artificial ha contribuido al descenso de la prevalencia de la enfermedad. Se ha observado que en toros menores a 3-4 años la infección puede verse superada, mientras que en los toros mayores la curación espontánea raramente ocurre y la infección se establece de por vida. Por ello, una de las medidas que se han propuesto para la prevención de la enfermedad pasaría por la utilización de toros menores a 3-4 años en vez de animales mayores1,15 . La mayoría de las hembras infectadas suelen mostrar una infección transitoria que transcurre entre 2-4 meses, perdiendo en ese tiempo, muchas veces, la época de gestación. En menos del 1 % de las hembras infectadas el cuadro se vuelve crónico10 . Ambas enfermedades se mantienen en el rebaño por la infección persistente de los machos, las hembras suelen eliminar por completo la infección en un periodo de 6 a 12 meses13 .

TOMA DE MUESTRAS

Para el control de toros portadores, es necesario el análisis de esmegma prepucial. La toma de muestras se puede realizar mediante raspados o lavados prepuciales. El momento idóneo para la toma de muestras es tras un reposo sexual de al menos 15 días. El esmegma se obtiene al realizar movimientos anteroposteriores en el interior del prepucio con el raspador o bien introduciendo solución salina en el prepucio. El uso de medio de transporte específico es necesario para un correcto envío de este tipo de muestras y especialmente para aumentar el éxito en el aislamiento por cultivo microbiológico. Existen varios medios de transporte y enriquecimiento específicos para estos agentes, con los que se conseguirá el objetivo final, que lleguen viables al laboratorio. Aunque no sea un medio específico, también es posible utilizar la solución salina tamponada con fosfato (PBS) como medio de transporte (figura 1). Por otro lado, si hay presencia de hembras con problemas de infertilidad, el momento adecuado para la recogida de la muestra es cuando retornan a celo, muestran signos de piometra o infección uterina o han abortado recientemente. El momento en el que presentan signos clínicos es cuando se puede encontrar mayor cantidad de patógeno, dado que posteriormente los agentes reproductivos desaparecen del tracto genital femenino. Las descargas vaginales que presenten las vacas pueden recogerse con la ayuda de un hisopado del canal vaginal. Si hay varias hembras afectadas es conveniente tomar muestra de todas ellas para aumentar la probabilidad de detección del agente infeccioso.

DIAGNÓSTICO LABORATORIAL

La técnica laboratorial adecuada para el diagnóstico de trichomoniasis y campilobacteriosis varía en función de la clínica observada y del objetivo del diagnóstico. Si el objetivo es el diagnóstico etiológico de un problema de infertilidad en las va-

Figura 1. Instrucciones para una correcta recogida de esmegma prepucial en un toro mediante raspado prepucial.

Muestrear animales en reposo sexual (< 15 días) Usar un raspador por toro

1. Limpiar el área prepucial: cortar los pelos, lavar con agua o suero estéril (evitar desinfectantes) y secar la zona con papel

2. Introducir el extremo hasta el fondo del prepucio y realizar al menos 20 movimientos anteroposteriores

Si el toro orina, repetir el muestreo con un raspador diferente

3. Poner 2 ml de suero en el tubo y desprender el esmegma recogido en el tubo mediante movimientos giratorios.

Tiempos y condiciones de envío

< 24 h refrigerado > 24 h congelado

cas y el control rutinario de los toros, la técnica diagnóstica deberá confirmar la presencia del agente en la muestra analizada. Las técnicas moleculares, como los ensayos de PCR (reacción en cadena de la polimerasa), presentan una elevada sensibilidad y especificidad12. La amplificación del material genético permite detectar pequeñas cantidades de patógenos no viables o inactivados. Los análisis para la búsqueda de toros portadores se deben realizar de manera individual para establecer el estatus sanitario de cada toro. Un toro se considera negativo a ambas enfermedades tras analizar, al menos 2 muestras de esmegma prepucial, ya que, debido a diversos factores como la recogida de muestra insuficiente, la mala conservación de la muestra hasta su análisis o la ausencia en ese momento de patógeno detectable, pueden dar como resultado falsos negativos13 . El cultivo microbiológico de estos dos agentes es arduo y complicado. La sensibilidad de la técnica es más baja que el diagnóstico molecular debido a la necesidad de mantener ambos patógenos viables desde el momento de la recogida hasta el procesado de las muestras. Para ello se requieren medios de conservación específicos para la supervivencia de cada agente4. La especificidad de la prueba también es más baja, pues al realizar el cultivo microbiológico pueden aislarse otras especies presentes en las muestras por su carácter ambiental, como las pertenecientes al género Tetratrichomonas u otras especies del género Campylobacter. Por estas razones, el diagnóstico mediante aislamiento microbiológico (figuras 2 y 3) y otras técnicas de menor sensibilidad y especificidad como la inmunofluorescencia o la serología se utilizan cada vez menos en la actualidad2 .

RESULTADOS ESTADÍSTICOS DE EXOPOL

En Exopol el diagnóstico de ambos agentes se realiza mediante la reacción en cadena de la polimerasa a tiempo real (qPCR), obteniendo además del resultado cualitativo, positivo o negativo, la concentración del patógeno en la muestra, número de copias de material genético amplificado. El análisis de los datos de las muestras recibidas en los últimos 5 años arroja los resultados que se muestran en la figura 4. En ella se observa un mayor número de casos analizados frente a Campylobacter fetus subespecie venerealis y Tritrichomonas foetus que al resto de agentes. Este hecho es debido a la recepción de un mayor número de raspados prepuciales con el fin de chequear portadores frente a solo estos dos agentes. El resto de los casos proviene de hembras con problemas de infertilidad. La mayoría resultan positivos a Ureaplasma diversum. Este agente puede encontrarse como comensal del tracto vaginal, siendo necesaria la evaluación de los signos clínicos y las lesiones observadas valorando así su implicación en el cuadro de infertilidad.

TRATAMIENTO Y CONTROL DE ENFERMEDAD

Para hacer frente a una infección por Campylobacter suele resultar efectivo el uso de antibioterapia. Sin embargo, ante una infección por Tritrichomonas foetus se recomienda la eliminación del animal infectado, pues los tratamientos antibióticos no suelen funcionar bien. No obstante algunos estudios describen una buena respuesta frente al tratamiento con metronidazol2 . Durante un brote de campilobacteriosis o trichomonasis, otra medida para disminuir la transmisión del agente es la parada de actividad reproductiva, es decir, la separación de los machos durante un periodo más o menos prolongado del lote de hembras en cubrición para evitar nuevos contagios. Esta medida reduce drásticamente la productividad del rebaño por lo que el porcentaje de afección debe ser importante para llegar a tomar esta medida13 . Por otro lado, como se ha mencionado anteriormente, la eliminación de los animales positivos o enfermos también se debe tener en cuenta para el control de la enfermedad10,13 . El control de ambas enfermedades comienza con una valoración de los factores de riesgo13: ■ Introducción de animales en la explotación. La autorreposición y la entrada de toros vírgenes reducen el riesgo de enfermedad. ■ Pastos comunales. La presencia de rebaños infectados compartiendo pasto con animales no infectados aumenta el riesgo de contagio por las interacciones entre los mismos. ■ Tamaño de rebaño. La presencia de un mayor número de toros aumenta la probabilidad de la presencia de portadores. ■ Monta natural. Se ha observado que el uso de la inseminación artificial, principalmente utilizado en el bovino de

leche, ha disminuido la prevalencia de estas dos enfermedades. La vacunación del rebaño es una de las medidas preventivas más efectivas frente a estas enfermedades reduciendo la tasa de infección del rebaño y mejorando los índices de fertilidad10,14. No obstante, en nuestro territorio, no existen vacunas registradas frente a trichomoniasis ni campilobacteriosis, por ello en ganaderías dónde la enfermedad es endémica y no es posible el control de todos los factores de riesgo, es posible la utilización de autovacunas. Estas se elaboran con los agentes aislados a partir de muestras recogidas de la propia explotación. La falta de monitorización global de esta enfermedad, así como de los reportes y la inconsistencia de las técnicas, hace que esta enfermedad venérea se haya visto infravalorada12. Por ello, y debido a que su control no es sencillo, es importante hacer hincapié en el estudio de estos patógenos, además de valorar diferentes agentes etiológicos ante un problema de infertilidad en el rebaño con el fin de realizar un buen manejo de la situación y disminuir los costes y las pérdidas que puedan llegar a generar.

Figura 4. Porcentaje de casos positivos a los patógenos frecuentemente analizados en casos de infertilidad en Exopol mediante qPCR (años 2016-2021).

Patógenos implicados en procesos de infertilidad

% positivos analizados mediante qPCR

50 % 100 %

1 % Leptospiras patógenas (n = 159)

7 % Coxiella burnetii (n = 156)

1 % IBR (n = 160)

1 % Chlamydia abortus (n = 157)

2 % Pestivirus (BVD) (n = 162)

80 % Ureaplasma diversum (n = 123)

13 % Campylobacter f. venerealis (n = 662)

14 % Tritrichomonas foetus (n = 704)

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