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Un Border Collie en la PELUQUERÍA
from EspeciesPRO 261
by Grupo Asís
¿Se quedan siempre satisfechos tus clientes con el trabajo realizado? Infórmales adecuadamente para evitar quejas infundadas y peticiones perjudiciales para el perro, como el indeseado “rápalo”.
María José Sánchez Requena Gerente y CEO de GUAY GUAY AMOR CANINO
Peluquería Canina y Guardería en Albacete www. guayguayamorcanino. es
Un Border Collie es un perro con un “mantenimiento” muy sencillo para los dueños, pero a veces hay dudas y podemos ver que nuestros clientes están insatisfechos con el resultado en la peluquería porque el perro sigue tirando pelo, sigue viendo que jadea o pasarlo mal con el calor… Y nos piden el nunca deseado “rápalo”.
Por ello debemos tener claro que se debe a la cantidad de desinformación que hay en todas partes, y por el vecino de turno que “entiende más que nosotros” de cuidados y bienestar animal.
Así que con unas pautas sencillas les podemos explicar a nuestros clientes las razones y conseguir que entiendan el mensaje correctamente. Podemos ayudarles con los cuidados de su peludo, serán más felices y repetirán en nuestros centros.
1º. Cuenta a tu cliente lo que sí quiere escuchar
Antes de decirle que no quieres rapar al perro, o que no se puede, debes investigar. Lo primero es descubrir la causa de su deseo de raparlo y porqué piensa que es lo correcto. A partir de ahí debemos explicarle tranquilamente que realmente la solución que le ofrecemos es a la larga para que luzca un manto sano y sin dañar, y que le proteja de enfermedades y problemas durante toda su vida. Hacerle entender que realmente no desea
El pelo protege al perro del sol, frío, calor y viento; lo que necesitan los Border son cepillados frecuentes. Si se rapa a un Border Collie las mudas serán cada vez más intensas.
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una solución fácil que a largo plazo perjudique a su peludo, acarreando más problemas a su cabeza.
2º. Ayuda a tu cliente en el mantenimiento semanal
Cuando te pide ciertas cosas que son inadecuadas, es porque en realidad no entiende correctamente cuál su mantenimiento. Nosotros como profesionales tenemos que entender que no todo el mundo entiende de lo que sabemos, “zapatero a tus zapatos”. Por eso, por muy “sencillo” que nos parezca a veces cualquier proceso, tenemos que explicar con pelos y señales un buen mantenimiento, aconsejarle venir a la peluquería el tiempo que creamos estimado según su manto y, si lo vemos necesario, ofrecerle un bono de mantenimiento por si es más sencillo para el cliente que tú te encargues de ese “engorroso” problema.
3º. No te hagas el técnico con él
Cuanto menos técnico te expreses, mejor. Nuestros clientes no quieren escuchar “estamos alterando la dermis de nuestro peludo si no tenemos un mantenimiento ejemplar quitando el subpelo y que respire para que el músculo erector que se encarga de renovar la capa protectora...”. Debemos emplear un lenguaje sencillo; cuanto mejor nos entienda más feliz y relajado estará el cliente y menos lío tendremos en la cabeza.
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