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Relaciones ESEN CIA LES

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Huellas

Huellas

Qué sentimiento tan bello y revelador se esconde en las Relaciones, eso que nos entrelaza como un Todo, porque todos somos UNO. A través de este ejercicio de relacionarnos los unos con los nosotros, con la práctica del servicio, considero estamos contribuyendo con una semilla que permitirá eliminar toda raíz de enfermedades, todo aquello que ha desencadenado bacterias y virus en nuestro organismo. Dios le da sanidad a nuestras relaciones y a nuestras vidas en cuerpo, alma y espíritu, sólo el creará el paraíso en la tierra a través de las divinas relaciones que se entrelazan en un mundo infinito del Dar y Recibir.

¿Sabías que las relaciones que tienes contigo, son un fiel reflejo de las relaciones que tienes con la gente, los animales, la naturaleza y con Dios?

En el versículo de Mateo 22:39 “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, expresa el amor que debemos mantener en principio hacia uno mismo y la relevancia de ampliar el vínculo del amor hacia todo aquel que está cerca. El prójimo o concepto etimológicamente cognado con próximo, se utiliza como sinónimo de semejante, cercano o vecino; son las personas cercanas como la familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, profesores o cualquier persona con la que nos cruzamos en la calle. Actuar hacia el prójimo con la esencia de Dios, que es el amor que debe existir entre unos y otros, con humildad y tolerancia.

Hay que actuar con el corazón de Jesús; que parte siempre de actuar sobre la base del BIEN y del SERVICIO.

Para modificar a la humanidad y las relaciones entre los seres humanos, hay que encontrar el corazón de Jesús, que es el corazón verdadero. Podemos comenzar a poner en práctica la observación en nuestras relaciones. Te conoces a ti mismo, a través de la relación que tienes contigo y otros seres humanos y a cada instante con la vida sintiendo el aire, el espíritu, la naturaleza. Todo el tiempo, hay que observar esas relaciones y ver que es lo que llevamos dentro; miedo, abandono, tristeza, alegría, esfuerzo, empuje, observa qué pasa y cómo es tu entorno, así conocerás tu alma y tu relación con Dios. Abandonemos el ego para sanar y soltar toda emoción dañina, observemos que hay dentro de nuestro corazón.

Asimismo, te invito a intentar actuar conforme a los 4 acuerdos.

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