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ENERO 2012

Lo s Sender o s de la Pr o ductivi dad

DIVERSOS CAMINOS... UN MISMO OBJETIVO

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I. EDITORIAL Te damos la más cordial BIENVENIDA a nuestro primer Bole9n “Los Senderos de la Produc/vidad”, en el cual te presentamos valiosa e interesante información sobre el tema de la ProducBvidad, haciendo énfasis en la ProducBvidad Laboral. Para lograr este fin hemos solicitado la colaboración de reconocidas personalidades del mundo producBvo, empresarial, laboral, gubernamental,

CONTENIDO I EDITORIAL

entre otros, para que nos ofrezcan sus aportaciones sobre el tema de la ProducBvidad o referentes al mismo y, de esa manera, contar con los contenidos de “La Voz de la Experiencia”. Nuestro objeBvo es mantenerte informado y actualizado, por lo que hemos

II LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

incluido dos apartados que te serán de mucha uBlidad no sólo para conocer qué Bpo de acciones se están llevando a cabo en favor de la producBvidad sino también para que conozcas y pongas en prácBca algunas herramientas que te ayudarán a mejorar tu producBvidad.

III ACCIONES EN PRO DE LA PRODUCTIVIDAD

Por que sabemos que es de tu interés, hemos dispuesto una sección en la que te proporcionaremos información de disBntos actores nacionales o internacionales

IV HERRAMIENTAS PARA SER MÁS PRODUCTIVO

que hablan sobre el tema. Creemos que las opiniones de nuestros lectores son lo más importante. Por ello, cerramos el Bole9n con un apartado denominado “El Lector Opina” en donde

V POR SER DE TU INTERÉS

incluiremos los comentarios, consejos, sugerencias y quejas que puedan tener nuestros lectores con respecto al Bole9n mismo o incluso con temas relacionados a la ProducBvidad y que sirvan para enriquecer este gran esfuerzo.

VI EL LECTOR OPINA

De nuevo: BIENVENIDO a este TU BOLETÍN, ¡esperamos que lo disfrutes!

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II. LA VOZ DE LA EXPERIENCIA MÉXICO: COMPETITIVIDAD Y PRODUCTIVIDAD BAJO EL MODELO DE BAJOS COSTOS LABORALES*

CLEMENTE RUIZ DURÁN (Coordinador del Posgrado en Economía en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM))

A finales de la primera década del nuevo milenio, México atraviesa un momento de crisis y de grandes retos. El decrecimiento de alrededor de 7% del producto interno bruto en 2009, coloca al país como el más afectado en la región laBnoamericana; sin embargo, la economía mexicana ha alcanzado un desarrollo industrial que lo ubica como la doceava generadora de valor agregado en las manufacturas, sólo después de Brasil. En esta perspecBva, el reto es que el país responda ante la crisis y pueda no sólo mantenerse como una de las principales economías industriales del mundo, sino escalar a una mejor posición. Este capítulo trata de ello, de resaltar algunos de los elementos que podrían permiBr al país alcanzar esta mejor posición dentro de la economía global.

El surgimiento del modelo de bajos costos A lo largo del siglo XX México decidió incursionar en el camino de la industrialización, para ello se valió de la inversión, una sin precedente en el mundo en desarrollo, creando capacidades producBvas que le han permiBdo compeBr en el mercado global. Si se toma 1960 como año base, el PIB manufacturero en 2008 se había mulBplicado por seis, y en términos por habitante se mulBplicó dos veces. Esta construcción de capacidades producBvas se ha visto afectada, primero, por la crisis de la deuda externa en los años ochenta, y posteriormente, por la crisis de los años noventa, lo que derivó en un cambio en la forma como se generan las ganancias en el sector manufacturero. La dinámica del desarrollo de la posguerra estuvo basada en la construcción de capacidades de producción industriales; la propuesta fue que a través de una planta PÁGINA 3

industrial, el país estaría en capacidad de compeBr con el resto del mundo. La políBca industrial de la época suponía que este era el camino para empatarnos con los países más avanzados (teoría del catching up): mediante el otorgamiento de un amplio grado de monopolio a las empresas a través de la protección, con el fin de que se generara un flujo de uBlidades que facilitara reinverBr en nuevas capacidades industriales, lo que permiBría que lentamente se fuera pasando de bienes de consumo no durables a los durables, a los intermedios, hasta alcanzar la producción de bienes de capital. Sin embargo, los responsables de la políBca industrial pensaron que con simples acuerdos sobre el Bpo de industria que se pactara proteger, sería suficiente; nunca imaginaron un esquema más complejo de metas, que pudiera ir guiando el desarrollo industrial. Esta políBca tuvo logros importantes al desarrollar capacidades industriales en bienes de consumo no durables y durables, pero fueron reducidos sus logros en bienes intermedios y de capital, con lo cual se creó una alta dependencia del extranjero. En esta perspecBva, era sumamente atracBvo para los inversionistas el desarrollar proyectos en México, ya que no se les imponía ninguna restricción en la uBlización de sus uBlidades, como hubiera sido la de establecer departamentos de invesBgación y desarrollo (I+D) que permiBeran el desarrollo de nuevos productos en el mediano plazo. Los industriales uBlizaban una fórmula de generación de uBlidades manteniendo altos precios en el mercado interno, sin ningún interés en igualarlos con los precios internacionales, por tanto no exis9a ningún incenBvo para exportar. Esta fórmula lo que permi9a era la construcción de un mercado interno sostenido con el financiamiento que el gobierno daba a las importaciones www.productividad.org.mx


BOLETÍN NÚMERO 1 a través de la deuda externa. El modelo era viable en la medida que se pudieran conseguir recursos externos para mantener las importaciones. Con la crisis de la deuda externa en 1982, el modelo de políBca industrial de la posguerra se colapsó, ya que el financiamiento de las importaciones era imposible de mantener y, por lo mismo, el gobierno se vio forzado a abandonar esta fórmula y dejar que cada quien consiguiera sus propios recursos para financiar las importaciones de bienes intermedios y de capital. Desde esta perspecBva, se pasó del acBvismo industrial, a través de la protección, a un esquema de estabilización macroeconómica, donde la fórmula para generar ganancias estaría basada en los bajos costos salariales que pudieran compeBr con los prevalecientes en otros países. Con esta visión, la lógica de la acumulación de capital en el país se alteró de manera radical, debido a que en el modelo anterior el esquema era el de generación de ganancias a través del diferencial de precios internos sobre el nivel internacional, mientras que en el nuevo modelo se par9a de la aceptación de los precios internacionales como el límite, por lo que era facBble ajustar los costos, especialmente los salariales. Este cambio en la forma de generar ganancias, sin lugar a dudas modificó el desarrollo de toda la economía, alterando los equilibrios que se habían conseguido y los ejes de la acumulación, en donde la clave había sido el mercado interno, y a parBr del cambio sería la demanda externa. En este senBdo el nuevo eje de la producBvidad resultó ser el mantener costos bajos, al grado que hoy los salarios manufactureros mexicanos son los más bajos dentro de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), e incluso se comparan negaBvamente con países del este asiáBco.

Reorientando el modelo de competitividad: del bajo costo al capital humano Paralelamente a la puesta en marcha del modelo de bajos costos, el país decidió acelerar la formación de capital humano, lo que se puede constatar observando que la escolaridad promedio de 2.6 años en 1960 pasó a 7.7 años en 2000, y a finales de la primera década del siglo XXI contamos con 9 años. El esfuerzo ha sido enorme, pues de ser un país en donde la mayoría de la población no había terminado la educación primaria, pasamos a ser un país de secundaria, mulBplicando el nivel educaBvo 3.5 veces. Hoy contamos con un 33% de la población que Bene educación media superior y superior, incomparable con el 2% de 1960.

La apuesta a generar una masa críBca de población con educación básica se ha visto complementada por la formación de un sistema de invesBgadores nacionales, puesto en marcha en los años ochenta y que hoy cuenta con más de 15 000 invesBgadores, lo que se ha reflejado en el crecimiento de los ar9culos publicados a nivel cien9fico en revistas arbitradas internacionalmente, los cuales pasaron de 740 en 1985 a casi 4 000 en 2005. Sin

ENERO DE 2012 embargo, el país no ha logrado aumentar su gasto en I+D al mismo ritmo; éste representaba el 0.3% del producto interno bruto en 1996 y había subido a menos de 0.5% a finales de la primera década del presente siglo, en tanto que Brasil lo ha logrado de 0.71% a más de 1%, y Corea de 2.4% a más de 3.3%. Elevar el nivel educaBvo sin crecer el gasto en I+D de manera importante, ha resultado en un efecto perverso pues no existen oportunidades que puedan emplear al nuevo capital humano que se forma. Es decir, el país ha construido capital humano pero no ha logrado generar incenBvos que alienten la creación de laboratorios de invesBgación y desarrollo, o vinculaciones con el sector académico para incenBvar el desarrollo de nuevos productos, por lo que el país conBnúa dependiendo de la transferencia de tecnología externa. En este senBdo se puede argumentar que México no ha logrado endogenizar el desarrollo tecnológico, lo cual le da una mayor vulnerabilidad y, por lo mismo, una mayor dependencia de lo que ocurre en el mercado global. A lo anterior se suma lo que podríamos denominar ‘el efecto territorial del desarrollo del capital humano’, cuyo problema es que al no generarse un proceso de educación homogénea en todo el país, la falta de capital humano calificado en ciertas regiones inhibe la formación de agrupaciones o clusters industriales. De acuerdo con los datos del conteo de población de 2005, la zona con capital humano más calificado es el Distrito Federal con un poco más de diez años de escolaridad, seguido por los estados de la frontera norte que en conjunto cuentan con una escolaridad promedio de 8.9 años; en medio se coloca el resto del país, pero son los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas los que cuentan con la más baja escolaridad, con un promedio de 6.6 años. En este senBdo, el país Bene el reto de conBnuar incrementando el grado de escolaridad y reduciendo las desigualdades entre las enBdades federaBvas, ya que en la actualidad el promedio de escolaridad del DF contrasta dramáBcamente con el de Chiapas.

El desempeño de la productividad en el modelo de bajos costos Desde la puesta en marcha del modelo de bajos costos, la industria manufacturera ha observado un esquema de producción creciente combinado con un proceso de ajuste en el personal ocupado; es decir, hoy se produce más con procesos de menor intensidad en la uBlización de mano de obra, lo cual ha dado por resultado un crecimiento en la producBvidad medida por dos indicadores: el primero, el producto por trabajador ocupado, y el segundo, el producto por hora trabajada. Ambos coinciden en apuntar a un crecimiento de alrededor de 40% entre 1994 y 2008. A lo anterior se ha sumado una reducción en el costo unitario de trabajo y se ha elevado el nivel de la capacidad uBlizada. Este esquema muestra que el modelo de producción del sector manufacturero, ha uBlizado el factor trabajo como

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un elemento de ajuste para mantener un crecimiento sostenido de la producBvidad. Al realizar el análisis de manera separada, se observan d i f e r e n c i a s s u s t a n c i a l e s e n t r e l o s s e c t o r e s manufactureros; dada esta discrepancia, se ahonda en el estudio de cada uno con el fin de avanzar hacia una Bpología de la producBvidad manufacturera. En el caso del sector de alimentos, bebidas y tabaco, donde el principal elemento para la toma de decisiones deriva del crecimiento de la población, se observa que en el periodo 1994–2008 su producción se expandió en 19%, que es exactamente lo que creció la población. Al ser un sector intensivo en mano de obra, se dio un pequeño aumento del personal ocupado y de horas trabajadas, sin que esto perjudicara el aumento de la producBvidad. A nivel nacional se ajustó el costo unitario del trabajo, y se elevó de igual forma la capacidad uBlizada del sector a un ritmo superior que en el conjunto de la industria manufacturera. El sector con mayor nivel de ajustes fue el de texBles, prendas de vesBr e industria del cuero. En este caso hubo una reducción conBnua de la producción derivada de mayores importaciones de productos del este asiáBco, esto llevó a un ajuste del personal ocupado y de las horas trabajadas más que proporcional, lo que permiBó mantener el crecimiento del producto por trabajador y el producto por hora trabajada. En este caso el costo unitario del trabajo era mayor, se ajustó pero manteniéndose por arriba del promedio manufacturero, lo cual deriva de la mayor intensidad del trabajo en esta rama industrial. Dada la alta competencia existente en el sector, se observa que la capacidad uBlizada estuvo por debajo de la registrada a nivel manufacturero.

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La industria de la madera y de productos derivados de ella, que es intensiva en mano de obra, fue de aquellas en donde el producto en términos reales tendió a declinar, lo que llevó a un fuerte ajuste de personal y horas trabajadas, lo que permiBó mantener el crecimiento de la producBvidad. Los costos del trabajo y la capacidad uBlizada en este caso tendieron a mantenerse estancados. En cuanto a la industria del papel, logró mantener el crecimiento de su producción con ajustes menores en su nivel de ocupación y en las horas trabajadas, con lo cual se elevó el producto por trabajador y el producto por hora trabajada, reduciendo ligeramente el costo del trabajo y elevando la capacidad uBlizada. En lo que se refiere a la industria editorial y de la impresión, tuvo un crecimiento lento en la producción, un ajuste en el personal ocupado, y la combinación de ambos; esto permiBó incrementar su nivel de producBvidad en forma importante, por arriba de la mayor parte de las ramas industriales. Esto se dio en el contexto de un bajo costo salarial y una uBlización de su capacidad instalada similar al del resto de las industrias. Un caso especial lo representa la industria química. Sector intensivo en capital, fue el único en donde hubo un ajuste en los niveles de producción, lo que moBvó a su vez un ajuste en el personal ocupado y las horas trabajadas permiBendo el crecimiento de la producBvidad. Al igual que los otros sectores, se observó en éste un proceso de ajuste en el costo del trabajo, manteniendo el nivel de ocupación de la capacidad producBva. Conviene señalar que el incremento de la producBvidad del sector medido por el índice, es uno de los menores de la industria manufacturera. Sin embargo,

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aunque el sector debió ser uno de los impulsores de la economía dada la ventaja comparaBva que Bene gracias al petróleo, los conflictos para poder contar con un mayor grado de refinación en el país se reflejaron en el bajo desempeño del sector (en realidad, deberíamos ser de los principales productores de refinados del petróleo). Respecto de la industria metálica básica, que es la más intensiva en capital del país —lo que se refleja en el costo unitario del trabajo, que es tan sólo de 2%—, en términos generales se puede decir que tuvo una baja dinámica en la producción que ajustó ligeramente su ocupación, lo que le permiBó de igual forma mantener un crecimiento de su producBvidad y mantener su nivel de capacidad uBlizada en los mismos niveles a lo largo del periodo. En relación con la industria de productos metálicos, maquinaria y equipo, ésta fue sin lugar a dudas la más dinámica, elevando su nivel de producción en un 68% en el periodo, lo que significó un crecimiento promedio de 4% anual. A pesar de este crecimiento, se realizaron ajustes en el personal ocupado y en las horas trabajadas, dando lugar a un crecimiento de la producBvidad del 4.6% anual. En el periodo, fue en este sector donde se concentraron las inversiones más considerables de la industria automotriz, la electrónica y la eléctrica, lo que permiBó configurar al país como uno de los principales productores de automóviles del mundo, con una capacidad instalada para producir alrededor de dos millones de unidas de nuevos vehículos. Esto deja en evidencia que el elemento clave de la producBvidad depende directamente de la inversión que se realice en el sector.

El modelo de productividad basada en bajos costos, cómo se compara en la globalidad Los resúmenes sectoriales descritos anteriormente permiten configurar algunos elementos claves para el debate de la producBvidad en el país, ya que el sector manufacturero ha optado por un modelo ‘ahorrador’ de mano de obra, lo que se podría considerar como un esquema perverso, ya que en vez de generar ahorros por la vía de la innovación se ha alcanzado una mayor producBvidad reduciendo el personal ocupado. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, del segundo trimestre de 2001 a igual momento de 2009, la contracción del empleo en las manufacturas ha sido de 800 000 personas. Este esquema sigue la tendencia de lo que acontece en Estados Unidos, donde el ajuste ha sido aún mayor si se considera como nivel de empleo máximo el de 1979, que fue de 19 millones de personas, y que para 2008 había bajado a 13; es decir, el ajuste de 6 millones de puestos de trabajo en la industria manufacturera muestra que el proceso de ‘mejora’ de la producBvidad manufacturera no se ha generado principalmente como producto del desarrollo, sino por la vía de la contracción del empleo. Sin embargo, la diferencia entre ambas industrias radica en que la estadounidense se ha compuesto también por la innovación en el producto y en los procesos; en cambio, el modelo mexicano ha descansado en la llamada ‘producBvidad del capital’. El problema de las diferencias en producBvidad por tamaños de empresa ha sido analizado por la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) en su reporte de 2008, donde explica que si se considera la clasificación industrial a dos dígitos y se esBma la producBvidad normalizada del trabajo por tamaño de clase como porcentaje del total, México resulta ser el que mayor diferencia presenta entre la micro y la gran empresa, siendo 6.5 veces. En cambio, en las economías de Estados Unidos, Francia y Alemania, esta relación oscila entre 2 y 2.5 veces, mientras que en Reino Unido y Eslovaquia la relación es menor a dos. Esto muestra la heterogeneidad en la producBvidad entre diferentes niveles de empresas y las diferencias en la organización industrial entre países: estructuras industriales más homogéneas —derivado de una mayor producBvidad entre las micro empresas respecto de las grandes— dan por resultado sociedades con perfiles más igualitarios, como es el caso de las economías escandinavas.

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En los países en desarrollo se ha encontrado que un elemento clave en el aumento de la producBvidad manufacturera es el incremento del sector servicios, que complementa mucho del esfuerzo y abre nuevas vías para el desarrollo de acBvidades complementarias. En el caso mexicano la expansión de la producBvidad de los servicios ha sido sumamente baja dado su carácter de subsistencia, en cambio, en Grecia, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Noruega, Reino Unido y los Estados Unidos, los servicios de mercado contribuyeron con el 55% del crecimiento de la producBvidad del trabajo. Sin embargo, en la mayor parte de los países de la OCDE el aumento en la producBvidad del trabajo se explica por el incremento de la producBvidad en el sector manufacturero, tal como aconteció en República Checa, Finlandia, Corea, República Eslovaca y Suecia (OCDE, 2008). Esta discusión hace notar que el proceso de crecimiento de la producBvidad requiere de políBcas más integradas, ya que las interacciones entre los sectores es cada vez mayor, debido a que muchos de los servicios que solían prestarse anteriormente dentro de las empresas manufactureras, el día de hoy se subcontratan con servicios de mercado, de esta forma se consBtuyen redes de producción más complejas que involucran el ámbito externo del establecimiento tradicional, con un mayor número de parBcipantes. En este senBdo el proceso del trabajo Bende a descentralizarse, generando con ello esquemas ahorradores de mano de obra en las manufacturas, pero crecientemente ligados a una estructura externa de servicios de mercado. Con esto, el debate de la producBvidad se ha enriquecido, dada la creciente complejidad de la organización industrial.

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El camino hacia el futuro en materia de competitividad y productividad El camino seguido hasta la fecha por México para mantener la compeBBvidad y la producBvidad ha estado basado en el concepto de bajos costos, lo que ha repercuBdo negaBvamente en el empleo manufacturero, el cual se ha visto deteriorado en los úlBmos años. Sin embargo, esta ruta para incrementar la producBvidad Bene límites, ya que el empleo no se puede reducir por debajo de las especificaciones técnicas para operar las capacidades producBvas instaladas. Si la industria manufacturera hubiera sido capaz de mantener su nivel de empleo al máximo alcanzado en 2000, la producBvidad habría declinado inicialmente pero se habría recuperado para 2007, porque la dinámica de valor agregado Bene fortaleza y podría uBlizar una mayor fuerza de trabajo sin necesidad de realizar ajustes conBnuos. En la tabla 10 se resume el comportamiento que han tenido las diversas ramas de la industria manufacturera, y se observa que algunas ramas como la industria texBl y de la confección, de la madera y sus derivados, y la química, redujeron su producción a lo largo del periodo, con un ajuste incluso mayor en términos de empleo, lo que permiBó el crecimiento de la producBvidad. En las otras ramas manufactureras hubo un crecimiento de su nivel de producción, pero con un ajuste en el empleo elevando la producBvidad —el caso más exitoso dentro de este modelo fue el de productos metálicos, maquinaria y equipo.

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BOLETÍN NÚMERO 1 En este senBdo el problema alrededor de la producBvidad es cómo mantenerla o incrementarla en un esquema de crecimiento o preservación del empleo. En 2009, México puso en marcha el Acuerdo Nacional para la ProducBvidad Laboral que establece como definición de producBvidad: “el resultado de un sistema inteligente que permite a las personas en un centro de trabajo, opBmizar la aportación de todos los recursos materiales, financieros y tecnológicos que concurren en la empresa, para producir bienes y/o servicios con el fin de promover la compeBBvidad de la economía nacional, mejorar la sustentabilidad de la empresa, así como de mantener y ampliar la planta producBva e incrementar los ingresos de los trabajadores” (Presidencia, 2009). En el texto del acuerdo no se hace mención explícita al empleo, pero señala la necesidad de establecer un esquema de capacitación incremental, acorde con las nuevas exigencias cien9ficas y técnicas de la compeBBvidad. Deja a la decisión de cada empresa el Bpo de esquema para la producBvidad con el concurso de todos sus miembros. Bajo esta perspecBva, falta un lineamiento general que obligue a establecer medidas de producBvidad en cada centro de trabajo sin recortar el empleo. Hay que adverBr que el gobierno federal maneja la hipótesis de que el problema para un mayor nivel de empleo es el de la flexibilidad de la fuerza de trabajo, por lo que pretende impulsar una reforma en ese senBdo, lo cual en principio lo único que logrará es incenBvar a las empresas a reducir aún más su personal como mecanismo de aumento a la compeBBvidad y la producBvidad.

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Bibliografía •

Ahmad, Nadim; François Lequiller, Pascal Marianna, Dirk Pilat, Paul Schreyer y Anita Wolf (2003). “Comparing labor producBvity growth in the OECD area: the role of measurement”, OECD, París.

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INEGI (2009). “Indicadores de compeBBvidad”.

OECD (2008). “Compendium of producBvity indicators”, OECD, París.

OECD (2001). Measuring producBvity. OECD manual measurement of aggregate and industry– level producBvity growth, OECD, París.

World Bank (2009). Doing business, World Economic Forum, Washington.

López Buitron J. D. (2009) “Baja producBvidad laboral en México, reto a resolver”, en El Universal on line.

Aun cuando el problema es complejo, el camino para aumentar la compeBBvidad y la producBvidad con un nivel de empleo creciente requerirá, forzosamente, un esquema total de factores, donde el capital y el cambio tecnológico puedan contribuir. Esa visión debe buscar que la carga que implica la mejora de la compeBBvidad ahora concentrada en la producBvidad laboral, se oriente a impulsar un crecimiento de la inversión, especialmente en ciencia y tecnología (invesBgación y desarrollo, I+D), y en este senBdo el país en su conjunto debería fijarse que para el año 2015 tal rubro alcance al menos el 1% del PIB. Sin metas ambiciosas, la mejora de la compeBBvidad conBnuará basada en la reducción del empleo y las horas trabajadas. Todo esto requiere instrumentarse en un esquema de interacciones coordinadas por una políBca industrial con una visión de largo plazo.

* Productividad. Santiago Macías Herrera y Alfredo Valdés Gaxiola (Coordinadores). Editado por el Comité Nacional de Productividad e Innovación Tecnológica, la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos y la Secretaría de Economía. México, 2009. Texto: páginas 73 a 93. Agradecemos al Ing. Santiago Macías Herrera, Coordinador General del Comité Nacional de Productividad e Innovación Tecnológica (COMPITE) por permitirnos hacer uso del artículo publicado originalmente en el libro citado.

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III. ACCIONES EN PRO DE LA PRODUCTIVIDAD LA ERA DE LA PRODUCTIVIDAD: CÓMO TRANSFORMAR LAS ECONOMÍAS DESDE SUS CIMIENTOS* En los úlBmos 15 años, los países de América LaBna y el Caribe han registrado avances en los indicadores económicos y sociales. Sin embargo, desde una perspecBva de largo plazo, el crecimiento de la región ha quedado rezagado con respecto a otras economías emergentes. Por ello el BID realizó una invesBgación que culminó con el libro “La era de la produc/vidad: como transformar las economías desde sus cimientos”, que nos ofrece un panorama global sobre la situación de la producBvidad en la región de América LaBna y las acciones que hay que emprender para lograr mejorarla.

En un contexto en el cual el crecimiento de las economías de América LaBna ha quedado rezagado en el largo plazo en comparación con economías desarrolladas e incluso con algunas economías emergentes, “La era de la producBvidad: cómo transformar las economías desde sus cimientos” idenBfica el bajo crecimiento de la producBvidad en la región como la principal causa de dicha tendencia y propone una serie de reformas tanto a nivel de políBcas como insBtucional para combaBr los problemas que impiden el crecimiento de la producBvidad en la región y así, explotar al máximo su potencial de crecimiento. “La era de la producBvidad: cómo transformar las economías desde sus cimientos” es un estudio realizado por varios expertos del BID entre los que se encuentran Eduardo Lora y Carmen Pagés, editora del libro. El libro está dividido en 12 capítulos de los cuales el primero consiste en una introducción y cada uno de los siguientes 10 capítulos expone y analiza causas del bajo crecimiento de la producBvidad en la región e incluye una serie de medidas y recomendaciones para superar cada uno de los obstáculos mencionados. El capítulo final compila y aterriza las recomendaciones realizadas a lo largo del libro. En el capítulo introductorio del libro, los autores plantean que la ampliación de las brechas de ingresos entre América LaBna y el resto del mundo se debe a un bajo crecimiento de la producBvidad y no a la falta de acumulación de factores o falta de inversión en capital zsico y humano como se pensaría tradicionalmente. Las causas del pobre crecimiento de la producBvidad están relacionadas con fallas del mercado que no son resueltas debidamente y con políBcas económicas mal enfocadas que han producido efectos colaterales adversos en la

producBvidad de la región. En este senBdo los autores afirman que el crecimiento de la producBvidad de la región puede lograrse mediante el fortalecimiento y la mejora de insBtuciones y políBcas. De la misma forma, los autores resaltan la importancia de considerar el sector servicios a la hora de formular políBcas en el crecimiento de la producBvidad, debido al alto grado de terciarización de las economías de la región. En el capítulo “La producBvidad agregada: la clave para el desarrollo de América LaBna”, los autores inician con algunas consideraciones técnicas sobre la medición de la producBvidad total de los factores (PTF) (la medida de producBvidad uBlizada en la mayor parte del libro) y sus diferencias con otras medidas de producBvidad como el ingreso per cápita. En el capítulo “El reto del sector de los servicios” se muestra que a pesar de que el crecimiento en la producBvidad del sector agropecuario ha sido bueno, este representa cada vez un menor porcentaje de las economías y una menor fuente de aumento de la producBvidad total. El sector de los servicios por su parte, es predominante en las economías de la región y es el que presenta la mayor brecha de producBvidad con la frontera mundial. Algunas de las razones que explican el desempeño deficiente de dicho sector son la existencia de un gran sector informal que ayuda a las pequeñas empresas ineficientes a enfrentarse a la competencia de empresas más producBvas y la ineficiencia y alto costo del transporte en las economías de la región. “Produc2vidad desde los cimientos: empresas y asignación de recursos” es sin duda uno de los capítulos PÁGINA 9

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más interesantes y enriquecedores del libro. En éste, los autores argumentan que en la región hay una gran canBdad de empresas pequeñas poco producBvas y una asignación ineficiente de recursos entre empresas debido a fallas en los mercados financieros, distorsiones generadas por los sistemas imposiBvos, evasión de impuestos y aportes a la seguridad social por parte de las empresas pequeñas y la aplicación de políBcas sociales y laborales que incenBvan el crecimiento del sector informal. En vista de lo anterior, la región podría aumentar significaBvamente su producBvidad mediante una mejora en la asignación de recursos entre las empresas, para lo cual los autores proponen diversas reformas. En “El comercio y la produc2vidad: un camino por explorar” los autores expresan que los elevados costes de transporte se han converBdo en el mayor obstáculo para el comercio en América LaBna, lo que a su vez limita el impulso que éste pueda darle a la producBvidad mediante el canal de la reasignación (que lleva a desaparecer a empresas poco producBvas e impulsa a las más producBvas al darse un aumento de sus exportaciones).

en que se valida la teoría parasitaria) el crecimiento de empresas más producBvas. De la misma manera, la evasión fiscal afecta la producBvidad en el senBdo en que los gobiernos ven reducida su capacidad para financiar bienes públicos que impulsan la producBvidad como la infraestructura. Los autores exponen que la forma en que están formulados los regímenes simplificados, incenBva a las empresas a no crecer para mantenerse en dicho régimen. Esto está explicado por la diferencia abrumadora que existe entre la tasa imposiBva marginal del régimen simplificado y el general. Para resolver lo anterior, los autores realizan propuestas muy acertadas, que sin duda alguna modificarían los incenBvos de las empresas de hasta qué tamaño crecer. Una de estas propuestas consiste en la imposición de una tasa imposiBva global menor (para las empresas que no están en el régimen simplificado) y más uniforme.

El capítulo “Impuestos y producBvidad: el juego del escondite” arroja resultados importantes en cuanto a que las empresas informales puedan tener una parBcipación mayor en el mercado a la que deberían debido a la reducción de costos que para ellos implica la evasión tributaria y normaBva, impidiendo (en los casos

En “PolíBca social sólida y segura: cómo conciliar la protección con la producBvidad” los autores argumentan que la forma en que se están enfocando las políBcas sociales en la región incenBvan la informalidad y Benen efectos perjudiciales en la producBvidad, debido en parte, a que las políBcas sociales influyen en los comportamientos de los mercados laborales. Más específicamente, los autores constatan que existe un problema de valoración incompleta de la seguridad social en la región por parte de los empleados, que resulta en una aportación limitada a los sistemas de pensiones por parte de los mismos. Para analizar más a fondo este fenómeno los autores introducen el término “brecha de formalidad” el cual explican detalladamente, así como la forma de calcularlo. Para subsanar un poco el problema de la poca aportación a la seguridad social, los autores proponen tanto impulsar la valoración de ésta promoviendo los conocimientos financieros básicos y la confianza en el sistema, como lograr que los programas

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En “Por qué es importante el crédito para la produc2vidad” los autores exponen las vías en las que el crédito puede impulsar la producBvidad de un país, entre las cuales están una mejor asignación de recursos entre empresas, la reducción de la informalidad y la posibilidad de lidiar mejor con la volaBlidad macroeconómica.


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d e p r o t e c c i ó n s o c i a l s e p r o p o r c i o n e n independientemente de la situación de las personas en el mercado laboral. El capítulo “Grandes interrogantes sobre pequeñas empresas” concluye que el efecto que las políBcas pymes han tenido en la producBvidad es incierto. Más aún, los autores afirman que los efectos posiBvos que estas políBcas podrían tener en la producBvidad son limitados. Sin embargo, para opBmizar los beneficios resultantes de su aplicación, los autores sugieren, entre otras cosas, la capacidad de idenBficar a las empresas que no cumplieron con los objeBvos del programa para suspender el apoyo que inicialmente se les había brindado y la formulación de estrategias de salida para beneficiarios exitosos. Por úlBmo, para los autores uno de los mayores riesgos en que se incurre con las políBcas pymes es brindar apoyo a empresas que habrían tenido éxito sin apoyo público. El capítulo “La importancia de las ideas: innovación y producBvidad en América LaBna” muestra cómo existe un grave déficit en la inversión en invesBgación y desarrollo (I+D) y en innovación en América LaBna. Sin embargo, lo que es más preocupante aún para los autores, es el hecho de que en la región no se ha vinculado la capacidad de invesBgación y desarrollo con las empresas. Teniendo en cuenta que el principal canal para la innovación y el crecimiento tecnológico en la región es la adaptación de conocimientos y tecnologías importadas, los autores proponen entre otros, la implementación de programas de extensión tecnológica para las empresas y el fomento del desarrollo de capital humano para tecnología e innovación. En el capítulo final de este libro, se analiza de una forma más realista las propuestas realizadas a lo largo del libro y se consideran las dificultades que pueden surgir al tratar de implementar políBcas enfocadas al aumento de la producBvidad. Una de las mayores dificultades al respecto es lograr que el público acepte los cambios en materia de políBca que implican aumentar la

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producBvidad, debido a que por lo general éstas requieren sacrificios a corto plazo y sus resultados se ven en el largo plazo. De la misma manera, de acuerdo con los autores, la mayoría de los regímenes políBcos de América LaBna no posee las capacidades necesarias para poner en prácBca muchas de las políBcas de impulso a la producBvidad. En vista de lo anterior y considerando que no es posible plantear una solución universal para aumentar la producBvidad en la región, los autores finalizan el libro con una serie de recomendaciones políBcas e insBtucionales que permitan mejorar las políBcas ya establecidas e impulsen la producBvidad en la región. “La era de la producBvidad: cómo transformar las economías desde sus cimientos” es un libro altamente proposiBvo que tanto estudiantes como profesionales en las áreas afines a la economía deberían leer pues nos muestra la clave para cerrar considerablemente las brechas de crecimiento entre la región y el resto del mundo: el aumento del crecimiento de la producBvidad de la región. En este senBdo, nos hace cuesBonar acerca de la orientación de las políBcas económicas y sociales en la región y su efecto en la producBvidad y nos concienBza de la importancia que Bene un enfoque más en el largo plazo de las mismas. Así mismo, propone valiosas recomendaciones para mejorar el uso de los recursos en la región y así explotar mejor su potencial de crecimiento: “hacer más con lo mismo”. * La era de la produc/vidad: cómo transformar las economías desde sus cimientos. Editora: Carmen Pagés. Banco Interamericano de Desarrollo, 2010.

Dada la extensión del libro, se ha realizado una síntesis del mismo.

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IV. HERRAMIENTAS PARA SER MÁS PRODUCTIVOS SISTEMA DE GESTIÓN PARA LA PRODUCTIVIDAD LABORAL (SIGPROL)

¿QUÉ ES? Es una metodología desarrollada por la STPS mediante la cual un consultor externo propicia la idenBficación de oportunidades de mejora en las acBvidades producBvas que desarrollan los trabajadores de la misma con el propósito de realizar acciones que conlleven al mejoramiento de los procesos de la empresa o establecimiento.

Como tercer paso tenemos el “taller de mapeo de segundo nivel” en el cual se realiza un análisis de causa – efecto y se establecen posibles soluciones, tomando en cuenta estos tres elementos: -­‐ de bajo costo, -­‐ de -­‐ alto impacto y -­‐ de rápida implantación.

¿PARA QUÉ SIRVE? • IdenBfica situaciones críBcas en la empresa o

Seguidamente, se llevarán a cabo los “talleres de implantación del SIGPROL”, parBendo de establecer el o los indicadores y la manera en que como se van a medir, parBendo del valor actual (recordemos la fotograza) y el esperado con la mejora a implantar.

establecimiento. Aplica soluciones de bajo costo, lo que te permite no distraer recurso para arreglar procesos que no están funcionando bien al interior de tu empresa. Incrementa la producBvidad de tu personal y c o m p e B B v i d a d d e t u e m p r e s a o establecimiento, así como mejora las condiciones y el ambiente de trabajo.

¿CÓMO IMPLEMENTARLO? El SIGPROL está dividido en dos fases. En la primera se deben seguir ciertos pasos para implementarlo correctamente. El primero consiste en realizar un diagnósBco de la empresa, es decir, una fotograza de cómo se encuentra la empresa o establecimiento en ese momento en específico. Posteriormente, el Consultor realizará lo que se conoce como “taller de mapeo de primer nivel”, mediante el cual realiza entrevistas a los disBntos trabajadores y direcBvos para analizar los procesos críBcos y posteriormente idenBficar las áreas con oportunidades de mejora.

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En los talleres 2 y 3 se establecerá la estrategia que permita evaluar o corregir el avance, es decir, corregir el rumbo del barco para no desviarnos de nuestro desBno. Finalmente, y después de que el Consultor realiza el trabajo de gabinete, realiza una “presentación de los resultados de la implantación del SIGPROL” a los direcBvos y áreas involucradas en la implantación de la metodología para que conozcan la nueva fotograza y la manera en que realizaron sus acBvidades, todo ello destacando las mejoras alcanzadas. La 2ª Fase es muy importante ya que hace referencia a la “transferencia de la metodología del SIGPROL a la empresa o establecimiento. Para ello, se realizará una reunión en la cual se definirán las acciones que se deberán realizar para que el Sistema se convierta en una acción de mejora conBnua.

¿DÓNDE LO PUEDO ENCONTRAR? El Manual para el Consultor lo puedes encontrar en nuestra página web: www.producBvidad.org.mx/sigprol.aspx

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V. POR SER DE TU INTERÉS ¿QUÉ PROPORCIONA LA ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICOS?

U n f o r o e n e l c u a l l o s g o b i e r n o s p u e d a n trabajar conjuntamente para comparBr experiencias y buscar soluciones a los problemas comunes. Nosotros trabajamos con gobiernos que puedan entender qué conduce el cambio económico, social y ambiental. Medimos la producBvidad y el flujo comercial y de inversión a nivel mundial. Analizamos y comparamos datos para predecir futuras tendencias. Fijamos estándares internacionales en todo Bpo de asuntos, desde la seguridad en productos químicos y plantas nucleares hasta la calidad de los pepinos.

Estudios Económicos de la OCDE: México 2011

México está viviendo una sólida recuperación luego de la profunda recesión que experimentó como consecuencia de la fuerte desaceleración global, lo que se demuestra en un crecimiento del PIB de 5.5% en 2010 y un esBmado de 4.4% para 2011. Aunque se espera observar una desaceleración del crecimiento de las exportaciones después del repunte excepcional de 2010, la fortaleza de la demanda domésBca mantendrá la recuperación en marcha. Varios indicadores del mercado laboral han mejorado, si bien el desempleo está disminuyendo de manera lenta. México empezó ya a reBrar el es9mulo fiscal vigente desde 2009 y se aumentaron los impuestos para tranquilizar las inquietudes del mercado acerca de las tendencias fiscales. Si la recuperación evoluciona como se espera, el gobierno podrá poner en marcha sus planes para reducir el déficit presupuestario aún más por medio del control del gasto. Puesto que la inflación ha disminuido, la políBca monetaria está en posibilidades de apoyar la recuperación manteniendo las tasas bajas en el corto plazo. México estuvo en posibilidad de implementar políBcas contracíclicas durante la recesión gracias a las significaBvas reformas realizadas al marco de políBca macroeconómica. Sin embargo, sería recomendable que conBnuara fortaleciendo su marco de políBca para resisBr mejor los choques. Una

enmienda a la regla fiscal que exija acumular más acBvos financieros durante periodos de crecimiento económico y aumento en los precios del petróleo daría al gobierno margen adicional para apoyar a la economía cuando enfrente choques fuertes. Tomar medidas para reducir la rigidez de precios relacionada con los precios administrados y concertados y con los mercados no compeBBvos daría a la políBca monetaria más espacio de maniobra y, lo que es aún más importante, contribuiría a lograr una mejor asignación de recursos. Mejorar la competencia y reducir las barreras de entrada a diversos mercados también fomentaría el desarrollo de un sector de servicios al consumidor más estable, atenuando así el impacto de los choques. México necesita mantener inversiones que fomenten el crecimiento y políBcas sociales para acercarse a los estándares de vida promedio de la OCDE y reducir la pobreza. Por ello, debe conBnuar el esfuerzo significaBvo realizado a lo largo de los úlBmos años para fortalecer la recaudación tributaria, en especial con miras a lograr un sistema imposiBvo más eficiente y con una mayor independencia de los ingresos petroleros. También existe un gran potencial para incrementar los ingresos a nivel subnacional. Estas medidas asegurarían que México pudiera enfrentar presiones de gasto en el futuro. A lo largo de los úlBmos años, el gobierno mexicano ha realizado esfuerzos significaBvos para cerrar lagunas

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tributarias, sobre todo por medio de la adopción de un impuesto mínimo alternaBvo sobre ingresos empresariales (el Impuesto Empresarial a Tasa Única, IETU). Aun así, se requiere realizar esfuerzos adicionales para eliminar los gastos fiscales ineficientes y con ello ampliar la base tributaria, aumentar los ingresos y simplificar el sistema tributario, reduciendo asimismo las oportunidades para la evasión y la elusión fiscal. México se encuentra en un proceso de aumento gradual de los precios de los combusBbles fósiles, pero será necesario acelerar este proceso para eliminar los subsidios y el impacto negaBvo para el medio ambiente asociado a los mismos. Un medio más eficiente para proteger a la población pobre sería una transferencia focalizada en efecBvo. El sector informal mexicano, el cual es amplio para los estándares de la OCDE, representa un freno para el crecimiento de la producBvidad. Las empresas del sector informal carecen de capacitación, protección jurídica y acceso a crédito, de forma que no parBcipan en la innovación y se manBenen pequeñas. Algunas reformas clave para combaBr la informalidad son una mejor educación, mejor regulación y mayores incenBvos para formar parte del sector formal, al igual que un cumplimiento más riguroso de las leyes laborales y tributarias. El gobierno debería conBnuar los esfuerzos por reducir

el costo de establecer y operar empresas, y de emplear a trabajadores en el ámbito de la formalidad. También debería fortalecer el valor del paquete obligatorio de seguridad social para trabajadores de salarios bajos, limitando a la vez sus costos por medio de esfuerzos para aumentar la eficiencia. La débil competencia en muchos sectores y las deficiencias en la educación han representado un freno adicional para la producBvidad. La OCDE ha cooperado con México en todos estos renglones a fin de establecer una agenda de reformas. La reforma a la ley de competencia, recientemente aprobada por el Congreso, es un paso importante hacia la reducción del poder de mercado de las empresas dominantes en todas las industrias, pues fortalecerá de manera notable el cumplimiento de la ley en materia de competencia económica. La calidad de la enseñanza podría mejorar aún más por medio de estándares de desempeño más exigentes, m e j o r c a p a c i t a c i ó n d o c e n t e y m a y o r profesionalización en el reclutamiento y en la gesBón escolar. Fuente: OCDE (2011), Estudios económicos de la OCDE: México 2011,. OECD Publishing. E n I n t e r n e t : h • p : / / d x . d o i . o r g / 10.1787/9789264115934-­‐es

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VI. EL LECTOR OPINA En este espacio publicaremos los comentarios, sugerencias, opiniones y quejas que emitan nuestros lectores sobre el o los ar9culos que han sido de su interés o que de alguna manera sean relevantes para nuestros demás lectores.

¿QUIENES HACEN EL BOLETÍN? - La Mesa del Diálogo con los Sectores Productivos.

Al ser el Bole9n número 1 de “Los Senderos de la ProducBvidad” por única ocasión este apartado se encuentra vacío.

- Mario S. González Torres - Adrián Escamilla Palafox - Eduardo de Guerrero Osio Verduzco

- José Cruz Guzmán Sánchez - Evelyn Zamudio Balvanera - Marcela Aguilera Castillo DISEÑO - Eduardo de Guerrero Osio Verduzco - José Cruz Guzmán Sánchez

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