La escalera mas grande del mundo

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La

escalera mas grande

del mundo

PRIMER CICLO LECTURAS DE FRANCISCO MORAZÁN

Colección

Si creo y leo, me recreo

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN


EDUCACCIÓN es un programa implementado por la Agencia de los Estados

Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Secretaría de Educación de Honduras, administrado por American Institutes for Research (AIR).

La elaboración de este libro para las niñas y niños de Honduras ha sido posible gracias al generoso apoyo del Pueblo de los Estados Unidos de

América a través de la USAID. El contenido del mismo es responsabilidad de

las autoras y autores y no necesariamente refleja el punto de vista de la USAID o del Gobierno de los Estados Unidos.


La

escalera mas

grande

del mundo

Ilustraci贸n: Elena S谩nchez.

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CREACIÓN ORIGINAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS SAN ANTONIO DE ORIENTE, CANTARRANAS Y EL DISTRITO CENTRAL Esta edición de LA ESCALERA MÁS GRANDE DEL MUNDO, LECTURAS DE FRANCISCO MORAZÁN, PRIMER CICLO, fue realizada por el PROYECTO EDUCACCIÓN, en coordinación con la Dirección Departamental de Educación de Francisco Morazán, y la Dirección Distrital de Educación de cada municipio. ISBN: LA ESCALERA MÁS GRANDE DEL MUNDO, LECTURAS DE FRANCISCO MORAZÁN D.R. © SECRETARÍA DE EDUCACIÓN, REPÚBLICA DE HONDURAS 2014 © USAID AUTORES Y AUTORAS: Niños y niñas de los municipios de San Antonio de Oriente, Cantarranas y el Distrito Central. ILUSTRADORES(AS): Niños y niñas de la escuela Niños en Avance, San Francisco de El Palomar, Choluteca. MEDIADORES Y MEDIADORAS: Santos Pérez, Francisca Flores, Manuel Varela, Carmen Mejía, Iris Almendares, Isis Martínez, Hetter Núñez, Reyna Galo, Yeni Sierra, Lety Sierra, Iliana Andino, Rosalba Carranza, Yorleny Calderón, Beky Zelaya, Eufemia María H., Ronmel Portillo, Dabeida Morán, Jerson Espinal, Luis Beltrán, Norma García. Primera edición, 2014 Diseño de concepto: Proyecto EducAcción Edición: Rebeca Becerra Hecho en Honduras Se permite la reproducción total o parcial de esta producción solo para fines educativos, por medios electrónicos o mecánicos, fotostáticos, por registro u otros métodos, siempre y cuando se respete la integridad de la misma, así como los créditos aquí registrados, mediante solicitud expresa y escrita ante los editores. Se prohíbe su reproducción con fines lucrativos.

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A MANERA DE PRESENTACIÓN LA ESCALERA MÁS GRANDE DEL MUNDO

No siempre se tiene la oportunidad de contar con un libro escrito por niños y niñas en Honduras. Se suelen tener mucha dificultades, especialmente porque nuestra experiencia en la producción de nuestros propios textos ha sido débil. Pero no solo es el desafío de las dificultades del medio, sino las dificultades metodológicas para producir lenguaje creativo, lograr que los niños y niñas se expresen libremente, que se comuniquen para decirnos lo que sienten, lo que imaginan, lo que piensan. Por esa única razón, es muy satisfactorio tener la oportunidad de contar con este libro: La escalera más grande del mundo, un libro de cuentos escrito por los niños y niñas del municipio de San Antonio de Oriente, Cantarranas y del Distrito Central para la niñez del departamento de Francisco Morazán; con ilustraciones originales de los niños y niñas de la escuela Niños en Avance, de la aldea San Francisco del Palomar, en Choluteca. En la producción de este libro participaron docentes, docentes, directores(as) de escuelas, directores(as) distritales, escritores(as) expertos(as) y otros; son muchas las personas que han hecho posible este trabajo. Por eso debemos apreciarlo y utilizarlo de la mejor manera, para que fortalezca con eficiencia las habilidades de lectura de nuestros niños y niñas del primer ciclo escolar. Recomendamos la lectura de este libro que estamos seguros despertará en nuestra niñez el interés por la lectura.

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A LOS MAESTROS, MAESTRAS Y ESTUDIANTES Uno de los conocimientos más valiosos con que contamos, es que para aprender hay que leer. Los libros son las puertas al conocimiento y no podemos abrirlas si no sabemos leer. Los libros nos llevan a mundos de imaginación mientras satisfacen nuestra curiosidad natural, nuestro deseo de aprender. Lo primero es aprender a leer, y solo se puede lograr leyendo. Solo la lectura permanente nos convierte en buenas y buenos lectores, por eso hay que leer todos los días. Esta colección de textos escritos por los niños y niñas de San Antonio de Oriente, Cantarranas y el Distrito Central, y mediados pedagógicamente por un selecto equipo de docentes de Francisco Morazán, está llena de fantasía e imaginación, por eso creemos que despertará un gusto especial por la lectura, y logrará divertir a las y los estudiantes y maestros y maestras. Fueron hechos para ser compartidos en la escuela, la familia y en los espacios públicos de la comunidad. Debemos hacer de la lectura una empresa común hasta que todos los niños y niñas logren una lectura fluida y comprensiva, con la dicción adecuada, de esa manera lograremos mejores rendimientos académicos. Docentes de español han recomendado que las y los estudiantes propongan actividades para fomentar la lectura con este libro, que se realicen actividades no solo en el aula, sino en el patio de la escuela y en la casa. Por ello es recomendable crear un programa de lectura que funcione periódicamente, de manera semanal y mensual. Que se organicen las niñas y niños lectores y se realicen lecturas propuestas por ellos y ellas, que compartan sus experiencias de lectura en la casa y en la escuela y que siempre se comente lo que se haya leído. ¡DISFRUTEN UNA CREACIÓN MARAVILLOSA!

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RECOMENDACIONES PARA LEER EN FAMILIA La lectura en familia es la más recomendable porque en la convivencia podemos compartir dudas, sugerir ideas y solucionar dificultades. Algunas recomendaciones para la lectura en la familia son las siguientes: Definir una hora en el día y un espacio en la casa para leer. El lugar debe ser cómodo y estar iluminado. Seleccionar juntos o juntas el texto que se va a leer. A las niñas y niños pequeños hay que señalarles con el dedo las palabras mientras se leen, esto les servirá para relacionar lo escrito con lo que oyen. Siempre hay que explorar el título, haciendo que la niña o niño lector participe intentando anticiparse al contenido del texto. También hay que explorar lo que observan en las imágenes haciendo preguntas sobre qué ven y a qué se refiere. Interrogarlos(as) cada vez que sea necesario para saber lo que imaginan sucederá a continuación. Solicitarles que cambien el final de un cuento o relato si lo desean. Al final de la lectura, preguntar sobre qué se leyó, a qué se refirió el texto, qué opina de él, si les gustó, entre otros.

¡LEER EN FAMILIA ES UNA GRAN IDEA!

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ÍNDICE La boda del león

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Las aventuras de Michael

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El pozo

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La tortuga perdida

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La aventura de la mariposa

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El Árbol Gruñón

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Cantarranas

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Carlos y Josué

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Cuento a Cantarranas

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Conozcamos a Cantarranas y como

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cantan las ranas

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El gato y el perico

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El gran tesoro

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El pato

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La buena maestra

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La niña, el niño y el nido de pájaros

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El niño comelón

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Incendio en la iglesia

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Pobre conejo Amistoso

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Un paseo por Cantarranas

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Mi cuento

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Leyenda: La escalera gigante

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El hombre que se convirtió en Caballero Valiente

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La mariposa con alas brillantes

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Un día de campo

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El patas muy largas

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El perro que no podía ladrar

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El niño tímido y el niño amigable

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La búsqueda del tesoro

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El conejo feliz

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La cotorrita y las flores

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El alumno honesto

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La rana

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Don Calvino y la mariposa

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Ilustraci贸n: Elena S谩nchez.

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Lecturas de: San Antonio de Oriente, Cantarranas y Distrito Central

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10 Ilustraci贸n: La boda del le贸n- Lizdeny Manzanares.


LA BODA DEL LEÓN

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ace algunos años en el cerro de El Uyuca, se conocieron un león y una leona, que, al transcurrir el tiempo se hicieron buenos amigos; muchas veces compartieron alegría y tristezas, llegaron a tener mucha confianza a tal grado que decidieron hacerse novios, y casarse para estar siempre juntos. Llegó el día que ellos tanto habían esperado, invitaron a todos sus amigos de El Uyuca para que les ayudaran a realizar la boda. El tigre se encargaría de recibir a los invitados y la señora culebra de preparar y servir la comida, otros ayudarían a arreglar el lugar donde se llevaría a cabo la boda. Inició la ceremonia y la leona no había llegado, el león desesperado pidió ayuda a sus amigos, en ese momento llegó la ardilla a decirle que a la leona la habían cazado unos hombres; todos los amigos se reunieron para empezar la búsqueda y el rescate, la ardilla los guió hasta el lugar donde estaba y entre todos rompieron la jaula y se marcharon a la boda. Todos los animales estaban felices y disfrutaron mucho de la fiesta. Nadia Marceth Elvir.

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Ilustraci贸n: Margarita, Sarita y la Flor - Karla Patricia Mart铆nez.

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LAS AVENTURAS DE MICHAEL

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uando yo cumplí ocho años mi papá me regaló un globo de todos colores. Un día invité a mis amigos a dar un paseo en él, andábamos felices cuando el globo se quedó atorado en las ramas de los árboles, entonces le dije a mis amigos que tendríamos otra aventura ya que mi abuelo tenía un dirigible y se lo pediríamos prestado. Cuando fuimos donde mi abuelo, muy contentos y deseosos, a que nos prestara un dirigible para continuar nuestra aventura, nos dijo que no tenía motor y nos bajamos muy tristes del dirigible, entonces el abuelo nos dijo que tenía un avión que podíamos utilizar, saltamos de alegría porque seguiríamos nuestra aventura. Ese día que salimos de paseo vimos desde arriba los árboles, las personas, las casas y los autos como pequeñas hormigas, nos divertimos porque visitamos muchos lugares. Nunca olvidaré la gran aventura que pasamos y fuimos muy felices. Michael Elvir.

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14 Ilustraci贸n: El pozo - Katerin Jasiel Montalv谩n.


EL POZO

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n mi aldea Agua Zarca hay un pozo muy hermoso que abastece de agua a toda la comunidad, el agua es transparente y saludable; todas las personas la cuidamos, para obtener el agua hacemos fila mujeres, niños, niñas y hombres. Un día las y los vecinos comenzaron a pelear unos con otros por el agua, se tiraron indirectas y no se dieron cuenta que el pozo poco a poco iba quedando sin agua cada vez que peleaban. Después de algún tiempo, notaron lo que pasaba en el pozo y decidieron no pelear más y cuidar ese regalo que la naturaleza les había dado, y así el pozo volvió a ser el mismo, lleno de agua para todas las personas que la necesitaran. Wendy Maritza Yánez.

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LA TORTUGA PERDIDA

U

na tortuguita llamada Burbuja era muy feliz y juguetona, su pasatiempo favorito era jugar a las escondidas. Burbuja fue con sus padres al arrecife de coral de las Islas de la Bahía para comer algunas algas. A la mitad del camino les pidió a sus padres que jugaran a las escondidas, como Burbuja era tan buena para ese juego, sus padres tardaban en encontrarla. Esa vez, sin darse cuenta Burbuja se quedó dormida, sus padres al ver que no la encontraban pensaron que su tortuguita se había perdido y empezaron a buscarla por todos lados. Al caer la tarde sus papás estaban cansados de buscarla y vieron que Burbuja salía de debajo de las algas. —¡Pensábamos que te habías perdido! —le dijeron sus padres. —Lo siento mucho papá y mamá, es que me quedé dormida; no lo volveré a hacer. —Está bien Burbuja —le contestaron sus padres. Llegaron al arrecife de coral y comieron muchas algas y desde ese día Burbuja nunca volvió a estar tan lejos de sus padres.

Williams Joel Oseguera Flores.

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Ilustración: La aventura de la mariposa - Juana María Gómez.

LA AVENTURA DE LA MARIPOSA

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na mariposa quería encontrar una flor muy especial. Un día al amanecer salió volando en busca de su aventura, encontró un girasol, lo miró y lo olió, pero no era la flor que ella buscaba, así que continuó el viaje mirando y oliendo muchas flores, pero ninguna era la que ella quería.

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Pasaron muchos días hasta que al fin llegó a la montaña de La Tigra, estaba muy lejos de su casa, a la distancia miró una hermosa flor, la olió y le encantó, era la que ella buscaba. —¿Cómo se llama esta flor? —preguntó la mariposa a un quetzal que estaba en una rama de pino. —Su nombre es Orquídea —le contestó el quetzal. La mariposa al ver tanta belleza y variedades de orquídeas de diferentes formas y colores, se quedó viviendo en la montaña porque su sueño se había cumplido.

Xiomara Lisbeth Barahona Cubas.

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20 Ilustraci贸n: El arb贸l gru帽贸n - Yeni Carolina.


EL ÁRBOL GRUÑÓN

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n el bosque había un árbol que no le gustaba cuando las aves hacían nido en sus ramas porque se sentía pesado, además era muy vanidoso porque se creía el más hermoso de todo el bosque; los demás árboles le llamaban el Árbol Gruñón porque se molestaba por todo lo que sucedía a su alrededor. Un día cuando tomaba una siesta, sin darse cuenta, llegó una familia de jilgueros y se instalaron en una de sus ramas. El Árbol Gruñón se despertó y les dijo: —¡Bu, bu, bu! Váyanse de mis ramas porque el peso de su nido las desarregla y las arruina. Las aves salieron en desbandada, pero mientras volaban decidieron regresar y darle una lección al Árbol Gruñón. Los jilgueros comenzaron a volar a su alrededor diciéndole: —Eres un árbol muy gruñón y por eso estás solo y enojado, nunca tendrás amigos. El árbol poco a poco entendió que se debe ser amable y feliz, además tener amigos. Encantado les dijo a las aves que fueran a vivir con él, los jilgueros regresaron a sus ramas y todas las noches lo arrullan con su lindo canto. Por las mañanas el Árbol Gruñón al compás del viento mece sus ramas para despertar a la familia de jilgueros.

Diana Velásquez, Brenda Salgado.

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22 Ilustraci贸n: Cantarranas - Ivania Maricela Ohara.


CANTARRANAS

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n Cantarranas había un jardín verde, bonito y con muchas flores, en él vivía una ranita llamada Mimí. Doña Tencha vivía muy sola por lo que decidió buscar compañía, fue al jardín y se encontró con la ranita Mimí, la vio muy triste y decidió llevarla a su casa. Pasó el tiempo y las dos se acostumbraron a vivir juntas. Compusieron una canción que cada vez que la entonaban se sentían muy felices. —Mi mejor compañía en una ranita encontré, cantando feliz ahora paso, per, per, per-per, per, per, mi ranita Mimí, me hace feliz, per, per, per-per, per, per.

Elisa Galindo.

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CARLOS Y JOSUÉ

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arlos y Josué eran hermanos y vivían en un pueblecito de calles parejas y empedradas. Trabajaban en un repollal. Cierto día, al llegar a su lugar de trabajo Carlos se sentó en una piedra, su hermano preocupado porque las nubes reflejaban señales de lluvia, le dijo: —Ven, ayúdame porque si no nos vamos a mojar. Pero Carlos no le hizo caso. Luego se vino un aguacero tan fuerte que la quebrada creció tanto que no podían cruzar al otro lado. —Si me hubieras ayudado habríamos regresado a casa antes del aguacero —le dijo Josué a Carlos. —Pongamos una tabla para cruzar —le dijo Carlos. Con tan mala suerte que a la tabla se la llevó la quebrada. Como andaban unos azadones decidieron hacer un zanjo alrededor de la quebrada y así fue que pudieron pasar. Carlos le dio gracias a Josué por haber hecho el zanjo y fue así que pudieron continuar. Llegaron a su casa muy mojados, se cambiaron la ropa y se fueron para la pulpería a comprar un jugo. Le contaron al dueño de la pulpería lo que habían hecho para regresar a casa.

Dalin Eduardo Salgado García.

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Ilustración: Gozamos en Cantarranas - Wendy Tatiana López.

CUENTO A CANTARRANAS

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n pueblo se llamaba San Juan de Flores, el alcalde un día dijo: —La gente de otros lugares llaman al pueblo Cantarranas y no San Juan de Flores. ¿Qué tal si lo nombro Cantarranas? El alcalde consultó con todas y todos los habitantes del pueblo los cuales estuvieron de acuerdo.

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Un día sábado San Juan de Flores pasó a llamarse Cantarranas, los alumnos y alumnas de la Escuela Francisco Ferrera estuvieron presentes en la gran celebración, se sentían orgullosos del nombre de Cantarranas. El domingo por la noche en el jardín de la alcaldía, las ranas saltaban y cantaban, estaban celebrando porque habían cambiado el nombre al de Cantarranas. Esa noche un grupo de niñas y niños presentaron la obra “Las ranas de Cantarranas”, al público le gustó mucho y les aplaudieron. Durante ese tiempo vinieron varias personas a Cantarranas, también llegó un payaso que alegró mucho porque hacía reír a la gente. El alcalde les dio las gracias a todas las personas por participar en las fiestas y por haberlo apoyado para cambiar el nombre de su pueblo al de Cantarranas.

Evelin Antonia Ávila Torres.

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CONOZCAMOS CANTARRANAS

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…y cómo cantan las ranas

n un barrio de Tegucigalpa vivía una niña llamada Luci, ella quería conocer Cantarranas, sus padres le prometieron llevarla para la feria de las comidas tradicionales que están en peligro de extinción y que se celebra todos los años. El día esperado llegó, Luci se levantó muy temprano, se bañó, se cambió, estaba muy emocionada por el viaje que iba a hacer. Las horas se le hicieron muy largas, ella estaba desesperada por escuchar cantar las ranas. Llegaron al pueblo, y como no sabían donde se celebraba la feria le preguntaron a un señor que muy amable les dijo que fueran al parque, al llegar la niña exclamó: —¡Qué bonito! ¡Qué bonito! Se sorprendió al ver lo colorido de la vestimenta de las vendedoras y los colores y formas de los dulces. Tanto fue la emoción de la niña que se puso a cantar como rana. —Rue, rue, rue, rue —dijo la niña. Al escuchar el canto de la niña las ranas empezaron a cantar, las personas se quedaron sorprendidas y aplaudieron muy alegres, felicitaron a Luci. Sus padres y Luci regresaron a casa cansados, emocionados y felices.

María Alexandra Carías López.

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EL GATO Y EL PERICO

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n una casa de campo vivía un gato y su dueña quien decidió comprar un perico. Al llevarlo a la casa el gato se sintió celoso y buscó la manera de echarlo a la calle. La señora conociendo las intenciones del gato, llevaba al perico a todos lados. Una mañana salió al mercado a comprar comida a sus dos mascotas, como era costumbre siempre llevaba al perico y el gato quedaba encerrado en la casa. El gato ilusionado quiso salir a pasear y se metió a la canasta de compras. Cuando la señora lo descubrió dijo: —Gato, vete a la casa porque te puede pasar algo malo. El gato muy triste obedeció. Al regresar del mercado, la señora le dio de comer al gato y acarició su cabeza. El gato se sintió mejor y supo que también lo quería.

Samuel Enrique Turcios Valladares.

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EL GRAN TESORO

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na familia de campesinos estaba triste porque en el lugar donde ellos vivían no había agua, por eso no podían cultivar verduras para poder alimentarse y vender, así que decidieron ir a buscar otro lugar donde vivir y trabajar la tierra, donde hubiera suficiente agua para regar sus cultivos. Caminaron mucho hasta que vieron un lugar muy bonito con bastantes árboles, ríos limpios y mucha tierra para poder sembrar maíz, frijoles, verduras y frutas. La familia muy contenta se asentó en ese lugar, poco a poco construyeron una casita para vivir. Empezaron a sembrar y cosechar buenos productos. Cada día les iba mejor, la gente escuchó del lugar y fueron llegando a construir más casas y cultivar la tierra hasta que se formó un pueblo. En los días de lluvia se dormían escuchando el per, per, per de las ranas y por eso le llamaron Cantarranas y para ellos fue este lugar el mejor tesoro que pudieron encontrar.

Génesis Ivett Galindo Cáceres.

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30 Ilustraci贸n: El pato - Alber Alexander S谩nchez.


EL PATO

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n Cantarranas vivía un pato amarillo que era muy trabajador y le gustaba ayudar mucho a los demás. Un día en el pueblo doña Pata necesitaba que pintaran su casa y su cerca, nadie se ofrecía, así que ella pensó escribir al pato amarillo un recado que decía: “Querido pato amarillo, por este medio humildemente le pido el favor de hacerme un trabajo, espero que pueda. Venga a visitarme pronto.” Llegó el día, el pato amarillo se fue muy contento, la señora lo recibió muy amable. —Píntame la casa de verde oscuro —le dijo doña pata— las habitaciones verde claro, los baños de rojo y la cerca blanca. El primer día el pato no pudo alcanzar la pared de la casa, trajo una escalera y puso la pintura y cuando iba a agarrarla le cayó encima y se hizo verde. El pato no se dio cuenta, al regresar a su casa todos lo veían raro. —¿Quién será éste? —decían. Él les hablaba pero no le respondían. —Ya no les caigo bien a los demás —dijo el pato amarillo. Las y los vecinos preocupados se preguntaban:

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—¿Qué le habrá pasado ahora al pato amarillo que no regresó? ¿Quién nos hará los trabajos ahora? Así que ellos mismos hicieron sus trabajos. El pato se dio un baño y la pintura se le quitó. Muy molesto les dijo: —Siento lo que les voy a decir, pero ustedes son haraganes, bien hacen las cosas sin mi ayuda. Pidieron disculpas y prometieron ser más responsables en sus trabajos, hicieron una fiesta muy bonita con todo tipo de frutas y semillas.

Sonia Jimena Cárcamo Arguijo.

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LA BUENA MAESTRA

A

la

escuela

llamada

Francisco

Ferrera asistían muchas niñas y niños muy alegres, pues querían aprender mucho y por eso se dedicaban a estudiar para cada examen y obtener buenas calificaciones. Dos compañeros del sexto grado llamados Pablito y María eran un poco relajeros y despistados, sin embargo su maestra Patricia nunca se daba por vencida y luchaba mucho para que Pablito, María y los demás alumnos y alumnas lograran sacar su sexto grado. Llegó el día esperado por las y los alumnos de sexto grado, día que les tocaba recitar el Himno Nacional porque de eso dependía culminar su año.

Pablito

y

María

un

poco

nerviosos

esperaban su turno para decir el Himno, al verlos preocupados su maestra Patricia les dijo:

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—No se preocupen, ustedes son unos niños muy inteligentes al igual que todos sus compañeritos y compañeritas. Los niños muy alegres por las palabras de su maestra se motivaron para lograr decir el Himno. La maestra Patricia estaba muy alegre porque sus alumnas y alumnos habían pasado, ella empezó a preparar la clausura, todos estaban felices y sus padres muy orgullosos de lo que sus hijas e hijos habían logrado.

Nohelia de los Ángeles Arguijo.

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LA NIÑA, EL NIÑO Y EL NIDO DE PÁJAROS

U

na mañana al comenzar el día un niño y una niña caminaban por un camino lleno de monte muy verde, vieron a un pajarito largo de color amarillo con gris, arrancar una hojita de monte seco con la que voló hacia un pequeño arbusto, que estaba a un lado del camino. Los niños lo siguieron sin hacer bulla y lo encontraron en su nido, miraron que preparaba la camita de sus polluelos. Ellos le pusieron una seña al lugar y se fueron. Días después volvieron y encontraron al pájaro echado en su nido, esperaron a que saliera a tomar agua y se fueron a ver los huevitos. Pasaron unos días y fueron de nuevo al arbusto y escucharon el sonido de unos pajaritos, corrieron a la mamá de los pobres pajaritos y cada niño se llevó uno. La mamá pajarita desesperada volaba sobre los niños y ellos no le hacían caso, se fueron para su casa. Hicieron una jaulita donde encerraron a los pajaritos que llevaban. En la noche se sentaron a la mesa a cenar, su mamá les dijo: —¡Qué triste es quitarle la libertad a los pajaritos, que se comen los insectos y ayudan a los

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agricultores! ¡Qué sería de mis hijos si los encerraran en una jaula lejos de mí, nos moriríamos de tristeza! Los niños se levantaron de la mesa con mucha pena, se miraron uno al otro y pensaron que habían hecho algo malo. Al día siguiente fueron al lugar donde estaba la jaula, la abrieron y sacaron a los pajaritos y estos volaron al nido de donde los habían tomado. Todas las mañanas cuando sale el sol, la niña y el niño van por el camino y llevan en las manos migajas de pan para darle a los pajaritos. La buena mamá se siente feliz y orgullosa de sus hijos, que ahora saben respetar a los animales.

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E

EL NIÑO COMELÓN

n el pueblo de Cantarranas había una familia de escasos recursos económicos, tenían un niño llamado Luis que salía a pedir donde los vecinos para darle de comer a sus hermanos, en la calle escuchó un carro que andaba anunciando los juegos tradicionales en la feria cultural del pueblo. Luis pensó ir a la plaza del pueblo, platicó con el conductor y este le dijo que lo llevaría, cuando llegó, participó en el concurso del más comelón y ganó por el hambre que andaba, de premio le dieron un carrito. Luis estaba muy alegre porque había comido delicioso, pero no estaba tranquilo porque su familia aún estaba con el estómago vacío, observó que otros niños jugaban en el palo encebado y se acercó. —¡Súbete! —le dijo un hombre— si llegas a la cima ganarás cien lempiras. Luis lo hizo y logró bajar el premio, muy contento se fue a una caseta a comprar baleadas y horchata, le llevó a su familia y comieron felices.

Zolanyi Cárcamo.

Ilustración: Alber Alexander Carranza

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INCENDIO EN LA IGLESIA

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ra un pequeño pueblo, el día era muy alegre como lo era siempre. Como a las doce del día, el 11 de octubre del 2003, se vio salir humo por las ventanas y puertas de la iglesia católica de Cantarranas, más tarde llegaron los bomberos y lograron apagar el incendio. Cuando revisaron la iglesia todo se había quemado, las paredes quedaron rayadas y negras por dentro y un poco por fuera, debido al humo. Todo el pueblo estaba triste por lo sucedido, nunca nadie se imaginó que esto sucedería, pero con el tiempo se logró reparar la iglesia, que quedó más linda que antes, y hasta el día de hoy se sigue construyendo más y más en ella. Gracias a las y los habitantes de nuestro pueblo de Cantarranas.

Isis Gabriela Quiroz Pineda.

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Ilustración: Un conejo amistoso - José Enrique Castro.

POBRE CONEJO AMISTOSO

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l conejo Amistoso quiso ayudar a mamá coneja con sus hermanitos conejitos, pues ella iría a trabajar al campo a traerles los alimentos. Amistoso era muy responsable con sus quehaceres.

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—Solo hay que bañarlos —le dijo la mamá antes de irse— darles leche y acostarlos a dormir. Cuando los estaba bañando su hermano Jabonoso creía que el jabón era algo delicioso y comenzó a comerlo. Mimosa comenzó a hacer lo mismo. —No, noooo Jabonoso y Mimosa —dijo Amistoso— el jabón no se come es para bañarlos. Felposo que era el más juguetón salpicó todo el baño con agua, mientras su hermana Mimosa lloraba porque tenía hambre y comenzó a pelear con Felposo. —No, no Felposo y Mimosa no se peleen, pórtense bien —les dijo el conejo Amistoso, mientras le ponía una hermosa bata roja a Mimosa. Conejo Amistoso les dio leche sabrosa. Los conejitos embarraron todo y Mimosa tiró su tasa al piso. El conejo Amistoso lavó las tasas una y otra vez, después les leyó cuentos maravillosos acerca de unos conejitos famosos. Goloso, Felposo y Mimosa no paraban de hacer travesuras. Casi le rompen las gafas al conejo Amistoso. Luego llevó a los conejitos a dar una vuelta al parque en un curioso cochecito, los conejitos se quedaron dormidos y qué gracioso, conejo Amistoso también.

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Dery Eduardo Ramírez.


UN PASEO POR CANTARRANAS

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na señora llamada María Rodríguez, salió de paseo, iba para Cantarranas, en el camino encontró una rana muy bonita y la señora dijo: —Vamos ranita bonita a dar un paseo. La rana saltó y saltó de alegría y cantó: —Rué, rué, rué, rué. Antes de llegar a Cantarranas pasaron por un charquito donde la ranita decidió quedarse, y vivió toda su vida en Cantarranas. —¡Viva mi felicidad! —dijo la ranita.

Lilian Mariel Duarte Flores.

M

MI CUENTO

i pueblecillo tiene sus calles de tierra fresca y cálida, la gente muy humilde disfruta caminar por ellas observando todas sus riquezas naturales. En mi pueblo se hacen ricas rosquillas y deliciosa cuajada. Este cuento tan pintoresco es para recordar siempre a mi querido Cantarranas.

Astrid Pamela Arguijo.

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Ilustraci贸n: La escalera gigante - Yeni Carolina Valera.

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LA ESCALERA GIGANTE

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n día viernes mi abuela le dijo a mi tío Julio: —Ven a cenar Julio que ya nos vamos a acostar. —¡Ay mamá! —le dijo mi tío— que temprano vamos a cenar. ¿Por qué no esperamos a mi papá para cenar juntos. —No hijo tu papá salió a hacer un mandado y no sabemos a qué hora viene. Cenaron y se acostaron sin esperar al viejito. A eso de las doce de la noche dijo mi tío: —¡Mamá, mamá! Se oye una bulla afuera y voy a salir a ver si es mi papá. Cuando mi tío salió a ver por la ventana de la casita donde vivían, se asombró de lo que vio. Miró una enorme escalera que no tenía fin. Los perros ladraban con espanto, mi tío dijo: —¡Mamá, mamá ven a ver esto!. —Cipote, cerrá esa ventana te vas hacer loco de ver ese espanto, mejor echemos agua bendita para que no vuelva más. Esto pasó en mi pueblo llamado Cantarranas en el Barrio Abajo.

Angie Fabiana Andrade.

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EL HOMBRE QUE SE CONVIRTIÓ EN CABALLERO VALIENTE

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n un castillo muy hermoso trabajaba un hombre llamado José. Él se encargaba de asear el castillo pero tenía un gran sueño y era llegar a ser un caballero valiente y pensó en demostrarle al Rey su valentía. Un día el Rey escogió a cinco caballeros para ir a la montaña del dragón a enfrentarse con el temeroso animal, pero ninguno de los caballeros logró tal hazaña. Entonces el Rey se preguntó: —¿A Quién mandaré? Y vio a José y le dijo: —José ¿tú quieres ir a la montaña del dragón? —Sí —dijo José emocionado— he estado esperando esta oportunidad. José se puso el traje de caballero y emprendió el viaje a la montaña, cuando llegó se encontró con el dragón, éste le escupió fuego pero José se aprestó a sacar su escudo para protegerse; en ese momento el dragón dio un salto y cayó sobre unas espinas, se desvaneció, cayó al suelo y José aprovechó el momento para quitarle una espina de una de las patas. El dragón muy agradecido se fue de la montaña y nunca más volvió a atacar a nadie. José regresó al castillo, contó su hazaña y lo nombraron Caballero Valiente.

Lesther Armando Méndez Urbina.

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LA MARIPOSA CON ALAS BRILLANTES

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n un hermoso bosque paseaba una mariposa de colores brillantes que iluminaba cada lugar por donde pasaba. Un viajero fascinado al ver la mariposa la atrap贸 y la llev贸 a su casa. Los animales del bosque extra帽aban su hermosa luz y fueron en busca de ella, en la espesura del bosque encontraron una casa que reflejaba una luz intensa, se acercaron y descubrieron que se trataba de su amiga la mariposa que estaba presa adentro de un frasco de vidrio, todos los animales se unieron para rescatarla y dejarla en libertad. La mariposa muy alegre sigue iluminado el bosque con gran intensidad.

Jhaslin Krissell Mel茅ndez Varela.

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UN DÍA DE CAMPO

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n la Escuela Dolores Bustillo había dos amigas que cursaban el quinto grado, se llamaban Josselin y Gabriela, ellas deseaban compartir un hermoso día de campo. A la salida de la escuela las niñas fueron donde sus padres pidiéndoles que las llevaran al campo, ellos respondieron que sí. Las niñas emocionadas prepararon todo para el viaje y cuando todo estaba listo, empezó a caer una gran tormenta que les impidió salir, así que lo cambiaron para el día siguiente. En la mañana del siguiente día cuando ya iban a emprender el viaje, a la abuela de Josselin le dio dolor de estómago y no podían salir, las niñas muy tristes creyeron que ya no tendrían su día de campo. La mamá de Josselin le preparó té de manzanilla a la abuelita, ella se lo tomó y rápido se recuperó, las niñas muy emocionadas saltaban de alegría y se fueron todos juntos a disfrutar de la naturaleza.

Josseline Gabriela López Matamoros.

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EL PATAS MUY LARGAS

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n la colonia El Carrizal vivía un niño llamado Fernando que nació con algunas imperfecciones, sus pies en vez de ser normales parecían ser dos patas de pollo y estiraba su cuerpo hasta tener una gran altura. Un día unos niños de la escuela al verlo le gritaron: —¡Fernando patas de loro!, estudia en la escuela para que no seas tan dundón. Fernando, al escuchar las ofensas y burlas de que era objeto, comenzó a temblar de cólera y su cuerpo se estiró, tomó una gran altura hasta convertirse en un gigante. Los niños al verlo tan grande salieron corriendo, pero cuando corrieron seis cuadras ya Fernando los estaba esperando en la siguiente esquina —Repitan lo que me dijeron —les dijo Fernando. Los niños arrepentidos expresaron: —Perdónanos Fernando, no volveremos a burlarnos de ti, ni de ninguna otra persona. Fernando los perdonó y luego por el gesto de su bondad, regresó a su forma normal y sus patas se transformaron en pies. Desde entonces en los alrededores de la escuela se respira un aire de tranquilidad y buen comportamiento en los niños, niñas y vecinos de El Carrizal.

Daniela Nohemy Salvador Mendoza.

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EL PERRO QUE NO PODÍA LADRAR

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ra un perro tan grande llamado Duke que no podía ladrar, un día los dueños lo llevaron al veterinario para que lo revisara y saber qué le pasaba, los veterinarios probaron de todo para que el perro ladrara pero no lograron nada. Les recomendó que le dieran un paseo por el parque una vez a la semana. El primer día que lo llevaron al parque el perro intentó ladrar pero no pudo; a la semana siguiente Duke se peleó con su amigo que se llamaba Doki pero tampoco pudo ladrar. Un día Duke, su compañero Doki y su dueño salieron de compras, cuando estaban en la tienda un ladrón salió corriendo, Doki comenzó a ladrar para que los guardias lo escucharan, pero no lo escucharon, entonces Duke se tiró del carrito de compras para intentar latir y eructaba, y eructaba y al fin logró ladrar, los guardias lo escucharon y atraparon al ladrón evitando así que asaltaran a su dueño. Duke recibió un reconocimiento y su familia estuvo muy feliz porque logró ladrar.

Héctor Ariel López.

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EL NIÑO TÍMIDO Y EL NIÑO AMIGABLE

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n una colonia llamada La Pradera llegó a vivir un niño llamado Juan quien era muy tímido. Su madre lo inscribió en la escuela de la colonia. Al día siguiente el niño asistió a clases y todos los niños y niñas lo molestaron por su timidez. En la escuela Juan conoció a un niño llamado Carlos quien le preguntó: —¿Cuál es tu nombre? —Yo me llamo Juan —dijo Juan tímidamente. —¿Y por qué eres tan tímido Juan? —le dijo Carlos. —Porque en todas las escuelas me molestan —dijo Juan. Carlos lo acercó a él, poco a poco se fueron conociendo y se hicieron amigos. Con la ayuda de Carlos el niño llamado Juan ya no fue tan tímido.

Kevin Adalid Reyes.

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Ilustración: La búsqueda del tesoro - Karla Patricia Martínez.

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LA BÚSQUEDA DEL TESORO

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n la Isla de Roatán había un tesoro que nadie sabía de su existencia, mucho menos los piratas Jack, Jei y Kei, quienes eran muy buenos. Además de ellos en la isla vivían dos piratas malos llamados Son y Barba Negra, ellos peleaban por la isla. Los piratas buenos defendían la igualdad de tierras para las y los campesinos y los malos querían todas las tierras para ellos solos, no querían compartir con la demás gente. Una noche Jack, Jei y Kei acamparon en una parte de la isla, decidieron salir a buscar leña, alimento y agua. En el camino Jack vio una equis dibujada en una piedra, llamó a sus amigos y les pidió que le ayudaran a levantarla, todos se sorprendieron porque debajo de la roca había un cofre lleno de tesoros. Los piratas malos se enteraron de lo sucedido y quisieron robar el tesoro a los piratas buenos, pero Jack, Jei y Kei no lo permitieron y con la ayuda de todas las personas de la isla echaron del lugar a los piratas malos. Con el tesoro encontrado compraron toda la Isla de Roatán para las y los campesinos.

Karen Vanessa Turcios López.

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Ilustración: El conejo feliz - Orlin Armando Izaguirre.

EL CONEJO FELIZ

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n conejo blanco llamado Peluche vivía en una casa muy grande. Sofía, su dueña, tenía 12 años; era bonita, amable, respetuosa y sobre todo amaba a su bello amigo. Cierto día, Peluche se sentía muy triste y aburrido porque sus dueños se habían ido de viaje, así que decidió salir de la casa, observó para todos lados

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pero no vio a nadie, solo un gran arcoíris, Peluche se echó a correr hacia el arcoíris, pensó que sería divertido deslizarse, lo hizo varias veces hasta que se cansó. Agotado se durmió en el pasto. Por el camino pasó un hombre que al verlo se condolió de él, se lo llevó a su casa y lo metió en una canasta confortable. Cuando Peluche despertó, miró a una niña y se alegró mucho. Ella le dio una zanahoria y un poco de agua, Peluche tenía hambre y sed, comió y bebió hasta saciarse. El conejo se sentía muy bien porque ahí lo cuidaban y lo querían igual que en su casa anterior. Al pasar el tiempo, Sofía, su antigua dueña, lo buscó durante muchos años hasta que por fin lo encontró, los dos estaban contentos y Peluche tenía ahora dos buenas amigas que lo amaban y lo consentían mucho.

Yessi Marisol Juárez Zúniga.

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LA COTORRITA Y LAS FLORES

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na niña tenía una cotorrita, la cotorrita por las mañanas salía de paseo por el jardín, un día vio a la niña oliendo con agrado unas flores y tuvo envidia del cariño que les demostraba, cuando la niña se marchó, la cotorrita se acercó a las flores y les dijo: —¡Buenos días amigas flores! —¡Buenos días cotorrita! —le contestaron. —Parece que la amiguita Lola las quiere más a ustedes que a mí —dijo la cotorrita. —¡No lo creo! —Contestaron las flores— Lola nos quiere a todas, pero a cada una a su manera. —Eso no es cierto —dijo incómoda la cotorrita. —Créalo usted así amiga nuestra —replicaron las flores. —Voy a romper los pétalos de ustedes a picotazos —amenazó la cotorrita. —No cotorrita —dijeron las flores— no hay razón para hacernos daño. En eso llegó al jardín la niña y preguntó: —¿Qué sucede mi linda cotorrita? —¡Oh! Lola —respondió la cotorrita— voy a romper las flores, tengo envidia de que las quieras más que a mí.

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—¡Cómo crees eso cotorrita! —dijo la niña— no comprendes que a ti te quiero mucho también. —Y más todavía si no sientes envidia y eres amiga nuestra —dijeron las flores— eres un animalito noble que tienes bonitas plumas y cantas muy bien. —¡Oh no! perdón amiguitas flores —dijo la cotorrita— poco ha faltado para que mi envidia me llevara a hacerles daño. —No se preocupe amiga cotorrita y cantemos un poco para que se alegre el jardín —dijeron las flores. Entonces la cotorrita comenzó a cantar. —Florecitas, florecitas son siempre muy bonitas, aunque sean chiquititas. Todo el jardín se alegró con el canto de la cotorrita.

Yessi Maribel Juárez Zúniga.

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Ilustración: El alumno honesto - Katerin Jassiel Montalván.

EL ALUMNO HONESTO

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n maestro enseñaba acerca de la honestidad y en clase preguntó a un alumno. —¿Qué haría usted si se encontrara una bolsa llena de dinero? —Lo regresaría al dueño —contestó él sin pensarlo demasiado.

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—Yo me quedaría con él —dijo otro con malicia. Las y los estudiantes comenzaron a discutir y a bromear sobre el asunto. Solo uno de ellos permanecía en su sitio muy silencioso. —¿Y usted qué haría? —le preguntó el maestro cariñosamente al silencioso alumno. —Bueno para ser franco estaría muy bien al quedármelo —dijo pausadamente— pero pediría a Dios que me diera fuerzas para hacer lo correcto. Todos se quedaron sorprendidos con la respuesta del alumno y concluyó. —La honradez es siempre digna de elogio aún cuando no reporte utilidad, ni recompensa ni provecho. Todas las niñas y niños comprendieron la importancia de ser honrados.

Axel Israel López Alvarenga.

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LA RANA

n un charquito de Cantarranas había una rana cantadora, un niño que pasaba la escuchó y fue hasta donde ella estaba. El niño la invitó a la feria, la ranita aceptó. Al día siguiente salieron rumbo a la feria del pueblo y puso a la ranita a participar saltando y cantando. Algunos niños le aplaudían y otros querían golpearla con piedras, la rana se puso a llorar, el niño al ver que estaban lastimando a la rana les dijo: —No maltraten la ranita porque ellas nos ayudan a limpiar el medio ambiente y son parte de nuestra naturaleza. Los niños al escuchar las palabras del niño entendieron y reflexionaron sobre lo que estaban haciendo, y alegres y contentos gritaron: —Canta-rana, canta-rana.

Samir Palacios.

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DON CALVILLO Y LA MARIPOSA

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n señor llamado Calvillo acababa de mudarse a una nueva casa, se sentía muy aburrido, entonces salió al patio y se puso a sembrar semillas de diferentes flores. Pasaron semanas, las plantas crecieron y echaron flores muy hermosas. Don Calvillo se levantaba muy temprano a regar el jardín. Una vez estaba podando las plantas y al revisar una flor encontró un capullo, lo agarró cuidadosamente y lo metió en un frasco con suficientes hojas, pasó el tiempo y el capullo se rompió y salió una linda mariposa, don Calvillo la dejó ir, pero a la mariposa le encantó tanto el jardín de don Calvillo que se quedó a vivir con él.

Angie Izaguirre, Tania Salgado.

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LA ESCALERA MAS GRANDE DEL MUNDO

3,450


Colección

Si creo y leo, me recreo

Que los niños y niñas creen sus propios libros, que lean, jueguen y se diviertan construyendo un mundo a la altura de su imaginación. Que quien mire las imágenes y sus palabras en cada uno de estos cuentos, relatos y poemas de la colección SI CREO Y LEO, ME RECREO, tenga una invitación, una puerta abierta al increíble y fantástico universo de la imaginación infantil hondureña. El propósito de la colección SI CREO Y LEO, ME RECREO, es contribuir a fortalecer habilidades de lectura, que haya más libros en las escuelas de Honduras, más niños y niñas leyendo. Que la niña y el niño, en ese momento clave de la lectura, interrogue, reconozca su entorno, lo piense, lo invente y lo exprese; en fin, que se transforme en un buen lector, un estudiante sin limitaciones para entrar y salir de todos los mundos que ofrecen la escuela y la vida.


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