El Informador en la Política SANTIAGO DE QUERÉTARO / NÚM 25 / AÑO 2
abril 2015
Publicación mensual. Ejemplar gratuito.
Sólo uno será gobernador...
Francisco Domínguez
Roberto Loyola
Adolfo Camacho
Tiempos financieros Por: Jorge Efraín Gómez Eichelmann Lejano ya el Gobierno del presidente José López Portillo, cuando nos invitaba él a “administrar la abundancia”, se refería a que México entraba al selecto grupo de países que exportaban petróleo, el llamado “oro negro”; y que en virtud de los ingresos que generaría esa riqueza, el gobierno tendría dinero a manos llenas para atender todas las necesidades del pueblo. Aquello sucedía por 1978-1979, y efectivamente a las arcas del gobierno federal comenzaron a llegar verdaderos ríos de dinero que no abatieron la pobreza, tampoco nos produjo a los ciudadanos abundancia, pero si le permitió al gobierno comenzar una tendencia hasta ahora no acabada a derrochar dinero en obras suntuarias, faraónicas, y en el menor de los casos de solo ornato que no nos permitió vivir mejor, ni ser más competitivos como nación; y algo que ha sido muy grave en el desarrollo del país, nos hizo vivir a los mexicanos como si los servicios públicos y los programas sociales no tuviesen un costo para nosotros, enteramente gratis para todos. Al comienzo de esta “abundancia”, y como una medida irresponsable de la administración federal, se relajaron las políticas fiscales de recaudación de impuestos, “al fin y al cabo que con los ingresos de la exportación de petróleo se compensa lo que los mexicanos dejan de pagar de impuestos”. En los años 80’s comenzó a proliferar el comercio informal y la piratería, la elusión fiscal se volvió una constante y por la vía de los impuestos cada vez se recaudó menos dinero. En un proceso largo e inexorable, hoy día, los ingresos que el estado mexicano percibe por la recaudación de impuestos, nos ubica como la última nación dentro de las economías que formamos la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Celia Maya
Salvador López
Cuando el destino nos alcanza Económico (OCDE). Han pasado más de treinta años desde que desafortunadamente el gobierno federal tomó la decisión de dejar de recaudar impuestos, y suplir la falta de ingresos que ello producía con los recursos provenientes de la exportación de petróleo, y como resultado de esta errónea política pública, se ha distorsionado totalmente el esquema de la recaudación fiscal en México. En 2015, nuestra producción de petróleo es descendente (estamos produciendo cerca de un millón menos de barriles de petróleo que hace escasos 10 años), y el precio internacional de este producto ha caído al 50% del que tenía hace solo un año. La tendencia internacional es que el precio del petróleo seguirá por debajo de los $45 dólares el barril, con alguna probabilidad de que baje más aún para los próximos 5 años. Aquí se mezcla la mejora tecnológica en la generación y consumo de energía, así como las nuevas fuentes de obtención de petróleo por medio de arenas bituminosas y rocas de enquisto, que permiten la obtención del producto con muy bajos costos. México ha sido alcanzado por su destino, el error de 1978-1979 lo pagaremos caro, pero el gobierno no tendrá otra alternativa que retomar la recaudación fiscal como fuente principal de sus ingresos, haciendo tributar a todos sin distingo, lo mismo que los grandes contribuyentes que casi no pagan impuestos, como al grupo cada vez mayor de mexicanos que viven en la economía informal en la que no se contribuye al ingreso nacional. Esto no es popular, ni produce simpatías hacia nuestros gobernantes, pero ya no tienen otra alternativa, tendremos que aprender a vivir pagando impuestos, quizá ahí sí, nos pongamos a exigir a nuestros gobiernos un mejor desempeño, pues ya nos estará costando su gestión.