El Informador en la Política SANTIAGO DE QUERÉTARO / NÚM 21 / AÑO 1
diciembre 2014
Publicación mensual. Ejemplar gratuito. El Gobernador del Estado, José Calzada Rovirosa, acompañado de su esposa, la Presidenta del Sistema Estatal DIF, Sandra Albarrán de Calzada, realizó el encendido de Árbol de la Amistad en el Jardín de la Corregidora; y del Nacimiento Monumental en el Jardín Zenéa, ubicados en el Centro Histórico de Querétaro. Como parte de las tradiciones queretanas, el Patronato de las Fiestas de Querétaro, realiza un decorado detallado en ambas sedes, por una parte el adorno e iluminación del Árbol de la Amistad; asimismo, el Nacimiento Monumental, está acompañado por figuras de tamaño natural y vestimenta apropiada que dan vida a los personajes representativos de los hechos bíblicos.
Tiempos financieros Corregir el rumbo Por: Jorge Efraín Gómez Eichelmann Dos años lleva de gobierno la actual administración pública federal, el tiempo ha pasado muy rápido y los sucesos sociales, de seguridad y económicos se entremezclan de manera fatal. Cuando se toca el tema de la seguridad del país, todas las miradas se polarizan en los incidentes que han arrojado victimas, muchas de ellas fatales, desapariciones y otros tipos de delito que crispan a la sociedad en su conjunto. Nuestro tema, el económico, no es ajeno al vaivén del país, podría decirse que en gran medida de cómo marcha la economía es como avanza o retrocede la inseguridad del país. México ha venido navegando a contracorriente en estos últimos 7 años, que inician en 2008 con la crisis financiera internacional detonada por los mercados bursátiles y las hipotecas basura de los estados unidos, así como los desajustes estructurales de las economías de Europa. Nuestro país no tenía razón directa para padecer la contracción económica internacional, si acaso un mercado interno débil provocado por el escaso poder adquisitivo del salario y la economía informal, que mina los ingresos del estado. Tuvimos la oportunidad de establecer una política económica independiente, pero nuestras autoridades estaban distraídas en su guerra contra el crimen organizado, por lo que no hicieron algo al respecto. Perdida la coyuntura de ese año, México se dejo arrastrar por políticas de contracción económica que a otras naciones les venía bien, pero que a nosotros nos perjudicaba, pues no se lanzaron planes para dinamizar la planta productiva, o para mejorar las condiciones de trabajo y de ingresos de la clase trabajadora, para involucrar a quienes transitaban por la economía informal y la piratería y se perdió un tiempo precioso. Al inicio del régimen de Peña Nieto, venia nuestra economía avanzando a buen ritmo, esperábamos mejora con el cambio de administración, una nueva visión que catapultara el desarrollo a
mejores niveles. El crecimiento del producto interno bruto era del 3.4% en promedio los últimos 4 años y con ajustes imaginativos podríamos llevarlo al 5%-6% rápidamente, pero se ha contraído a solo 2% en promedio. Pero, y este es el pero que nunca falta, al enfocar los esfuerzos oficiales en impulsar las llamadas reformas estructurales, se dejo sin atención adecuada el tema del crecimiento económico y las medidas para impulsarlo; por el contrario, se incluyo entre las reformas, la mal llamada reforma fiscal, que no creo un nuevo sistema impositivo, sino que profundizo en el afán recaudatorio sin mayor sentido afectando la economía de las micro, pequeñas y medianas empresas de manera muy importante. Y lo peor, dañando gravemente el poder adquisitivo del trabajo que es en el fondo, lo que detona la demanda interna y consecuentemente el crecimiento económico en general. Los trabajadores sufrieron la cancelación de las prestaciones laborales al ser estas gravadas y no deducibles para las empresas, y de remate la comisión nacional de los salarios mínimos ha venido funcionando como una camisa de fuerza, que impide que los salarios sean adecuadamente remunerados, provocando con ello que después de mas de 25 años de freno y perdida de poder adquisitivo, los ingresos del asalariado sean los penúltimos en todo Latinoamérica. Es hora de relanzar a México, de revisar lo mal hecho y corregirlo, de enderezar el rumbo y de privilegiar a todos los mexicanos sin distingo, muy señaladamente aquellos que con su trabajo y gasto diario son el mejor impulso de nuestra economía, ello será con absoluta seguridad un buen antídoto contra el crecimiento de la inseguridad y la delincuencia. Cuando mas mexicanos tengan trabajo, un mejor trabajo, con mejores remuneraciones, el tema de la inseguridad ira poco a poco conteniéndose hasta desaparecer, como así habíamos vivido en México hasta la década de los años setenta.