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MILENARIAS Y AMIGABLES
El Día Mundial de las Tortugas Marinas, es una fecha en la que estos sabios, milenarias y amigables reptiles son protagonistas, principalmente para visibilizar los peligros que corren, en agua y el tierra, y en pro de involucrar a la humanidad en su cuidado y supervivencia, dado que nuestro actuar inconsciente se ha convertido en una constante amenaza para ellas.
Por Janeth Raga Fotos: iStock según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), debido a la caza indiscriminada por su carne y su caparazón; y que por eso está totalmente prohibida en el mundo la comercialización de subproductos a base de ese material.
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Esta celebración coincide con el nacimiento (en 1909) del conservacionista norteamericano Archie Carr, quien dedicó gran parte de su vida a la protección de las tortugas, principalmente en Costa Rica.
Se sabe que hay siete especies en el mundo, y que en el Archipiélago se ha reportado la llegada de cuatro de ellas: verde (Chelonia mydas), carey (Eretmochelys imbricata), cabezona (Caretta caretta) y laúd (Dermochelys coriacea).
Para conocer más de las acciones emprendidas en las islas, en pro de su conservación, Welcome Caribe dialogó con la médica veterinaria Diana Castaño, quien es candidata a magíster en Biología Marina de la Universidad Nacional de Colombia, sede Caribe.
Especie Clave
Castaño recordó que estos ‘quelonios’ son una de las especies clave de la Reserva de Biosfera Seaflower y resaltó la importancia que tienen para la conservación de sus ecosistemas, puesto que algunas consumen medusas muy venenosas siendo las únicas que las pueden ingerir.
De ahí que la presencia de bolsas plásticas en los océanos sea otro de sivamente sobre los corales y lleguen a matarlos”, detalló.
Así mismo, la veterinaria afirmó que desde el momento en que una tortuga nace es totalmente independiente, y que no tiene una vida gregaria (en comunidad), sino que son animales muy solitarios a pesar de ser muy longevos.
VOLVIENDO A CASA…
Únicamente cuando es la época de apareamiento, se encuentran con su pareja en mar abierto; y está comprobado que las hembras vuelven a tierra a poner sus huevos, sorprendentemente a la playa donde nacieron, como si tuvieran un GPS natural instalado.
De ahí que resulta vital para su su
“En marco de un proyecto ambiental de la Armada en el que estoy vinculada directamente como investigadora, capacito a los infantes para que las cuiden en zonas remotas del Archipiélago, y para que llevemos una estadística de las tortugas y los neonatos”, añadió.
Entre esas acciones que se realizan, también se tienen el monitoreo de hembras anidantes, salvaguardia de los nidos y conteo de neonatos.
Otra de ellas es la exhumación de nidos, que según explicó la profesional, además de verificar si hubo tortuguitas que no sobrevivieron, también sirve para confirmar si quedó alguna viva que no hubiera subido a la superficie después de haber eclosionado los huevos, y cuando se ha hecho la liberación natural al océano.
“En esa etapa también verificamos, si el número de cascarones coincide con el de individuos que eclosionaron”, recalcó.
Crisis Clim Tica Y Reproducci N
Adicionalmente, Castaño se refirió a la forma cómo el calentamiento global ha modificado el proceso reproductivo de las tortugas marinas.
Según explicó, el sexo de estos reptiles se ve influenciado por la temperatura: cuando esta es alta, nacen mayor cantidad de hembras; por eso en los últimos años, a causa de la crisis climática, se están viendo menor cantidad de machos en los nidos que logran eclosionar.
“El problema reproductivo radica en que cada vez hay menos machos disponibles, y al ser animales que permanecen tanto tiempo solos empeora la situación, puesto que ellos nunca abandonan el mar, es la hembra la que vuelve a tierra para poner sus huevos y luego regresa nuevamente al agua”, enfatizó.
Por todo lo expuesto anteriormente, la investigadora hizo un énfasis especial en que las entidades ambientales deben seguir trabajando en la educación ambiental, con niños y adolescentes, para que sean una especie de semilla que se siembra para el futuro, al crearles conciencia de forma temprana acerca del cuidado del planeta y de las especies que viven en él, en este caso, de las tortugas marinas .
“Porque al concientizar a los menores sobre los peligros que tienen las tortugas y cómo se están diezmando sus poblaciones, ellos se encargarán de llevar el mensaje a sus casas, haciendo que los adultos vayan siendo más responsables con algunos de sus hábitos”, concluyó.